CAMPO DE AMAPOLAS
Era un olor a sangre… era un olor a muerte…
** La costumbre de relacionar las amapolas con la guerra viene de la época napoleónica, cuando un escritor se percató de que el territorio anegado tras un conflicto se cubría de estas flores en primavera.**
- Tal vez por ello aquellos campos lucían tan rojos como la misma sangre vertida por nuestros compatriotas caidos. –escucho decir aquel día Michael mientras hacia las curaciones de aquel paciente desconocido.
- Aun asi lucen hermosos.
- Si pero al acercarse a los campos a pesar de su belleza y el aroma destilado por las flores aquellos lugares huelen a muerte. Es un lugar hermoso para morir, pero al mismo tiempo tan solitario… quiero volver a ver a mi familia… -termino diciendo el chico mientras un suspiro le venia a los labios.
Michael tenia ya algun tiempo de haber llegado y en ese tiempo habia atendido a cientos de pacientes malheridos, algunos con esperanza de sobrevivir y otros, como aquel soldado, tan lastimados que apenas podían mantenerlos con vida rezando porque su voluntad de vivir fuera tan fuerte que se lograra un milagro.
En esta ocasión le habia logrado sacar mas conversación pues algunas enfermeras habian llevado aquellas flores a sus camas para traerles alegría, sin saber que aquellas significaban la muerte misma para los soldados. Los que las conocían soltaban el llanto o las aventaban enojados, asustados o simplemente desinteresados en ellas, mientras que otros tantos las abrazaban pensando en sus seres amados. Fue por ello que Michael al ver la reacción del joven pregunto el porque de su reacción ante aquel regalo, el chico la miraba con tristeza y con miedo a la vez.
- No tengo miedo a la muerte, tengo mas miedo a la vida porque despues de lo que he visto estoy consciente que mi vida no seria lo mismo, ya no vere a nadie de la misma manera, ya cualquier cosa que viva me parecerá absurdo… pero aun asi quiero vivir, quiero volver a ver a mi novia, quiero ver a mi hermano, a mi familia … quiero verla a ella. –suspiro sin atreverse a decir el nombre.
- Volverá, se lo aseguro.
- Se que no lo hare pero si algun dia usted regresa podria buscarlos?
Michael no sabia si realmente volveria pero le hizo aquella promesa a aquel soldado, se sento a escucharlo con paciencia, al fin y al cabo no se le niega nada a un moribundo.
- Ella se llama Candice White Andrew. –comenzo.
Al escuchar ese nombre aquel medico se dio cuenta quien era el chico, no lo habia reconocido por su condición, sus quemaduras eran tales que su rostro se encontraba cubierto con gasas todo el tiempo, su voz era ronca por las mismas quemaduras recibidas al caer de un avión en llamas, apenas habian podido salvarlo, apenas habia logrado sobrevivir para ser llevado a aquel hospital. Michael lo conocía y tal vez Stear a él, pero la falta de gafas no le permitia reconocerlo. Pero no le dijo nada, quiso decirle que el tambien conocía a Candy, que ellos se conocieron en una fiesta, que el conocía tan bien a la familia que podia contactarlos de inmediato para mandar por el, sin embargo no lo dijo.
- Quiero que le diga que pensé en ella, que hizo mis dias mas felices desde que la conoci, a mi hermano quiero que le diga que me perdone, no pude protegerlo y a mi novia… a ella dígale que le agradezco haber sido parte de mi vida… se los dira?
- Se los dire…
Stear hizo una mueca parecida a una sonrisa, tomo aquella amapola roja entre sus manos y cerro los ojos tranquilamente, como si solo esperara haber pedido ese favor para abandonar su cuerpo.
Michael sintio una gran tristeza porque aquel chico era toda alegría la primera vez que lo vio y nunca imagino que terminara asi tan lejos de su hogar. El fue quien aviso a la familia, quien hizo los preparativos para enviar su cuerpo y quien embarco junto a el cientos de amapolas rojas para acompañarlo en el viaje de regreso a su hogar…
** El párrafo fue obtenido de https://www.muyhistoria.es/curiosidades/preguntas-respuestas/ipor-que-la-gran-guerra-se-rememora-con-amapolas ...