Contemple su rostro un instante y no pude contenerme, dirigí mi boca hacia rosados de sus pezones, rodeándolos con la lengua, haciendo que abrirá sus ojos y al mirarme sus pupilas se dilataron, segui bajando por su abdomen deteniéndome levemente en su ombligo, un gemido sensual salió de sus labios y los ahogue con mis ardientes besos, el entusiasmo de ella se despertó como lava ardiente, su mirada se tornó oscura, me atrajo hacia sí misma ondeando sus caderas para apresurar la unión, mi polla estaba por reventar así que, no le negué la satisfacción, La hice mía de tantas maneras esa mañana y me corrí tantas veces en ella, que perdí la cuenta, al final caí exhausto, abrazándola en un gesto protector.
Karen venia de Pensilvania o al menos eso me dijo y aunque no le gustaba hablar de su familia sabia por su porte y elegancia que era acomodada, había llegado para estudiar también una licenciatura en lenguas extranjeras, cuando la ví por primera vez, me dejo asombrado con su inteligencia, pues todas las mujeres que conocía, solo se preocupaban por su aspecto, mas no alimentaban su cerebro.
En nuestra relación habíamos pasado momentos mágicos, aunque también momentos de tensión pues cuando preguntaba por sus padres o algo de su pasado se cerraba como ostra, llegue a pensar que Karen creía que solo quería algo pasajero, pero le demostraría que la amaba en realidad, había planeado ir a ver a mi padre, para pedir su mano, como todo un caballero inglés.
Mi padre, Richard Grandchester es diplomático, y siempre presumía de mí, en sus reuniones sociales, tenía conexiones y muchas influencias que aunque podría haber hecho uso de ellas, nunca lo hice, quería ganarme mi lugar en el mundo y ser reconocido por mi propio esfuerzo, hecho que enorgulleció aún más a mis padres, mi madre, Eleonor Baker fue una actriz de las tablas y aunque cuando se casó con mi padre, dejo el mundo del espectáculo, siempre m inculco el amor al arte y a la lectura, es por eso que hice mi licenciatura en literatura y letras, amaba escribir obras y ponerlas en escena.
-Quiero que vengas conmigo a una cena de beneficencia – le dije a Karen mirándola con devoción -veras que serás la mas linda de la fiesta, ya quiero ver como me envidian mis amigos- sus ojos giraron con fastidio.
– Te he dicho que estoy ocupada, no puedo estar contigo día y noche, debes entender que mi tesis es lo mas importante en este momento.
Mi paciencia estaba llegando al límite, y es que no comprendía la negativa de ella, cada vez que la invitaba a un evento social; Ese día tuvimos una discusión, pero una vez más, nos reconciliamos en la cama, no la presionaría, en mi estupidez, pensaba que estaba siendo egoísta, pero, que vueltas da la vida y como todo tiene que volver a su lugar, el teatro de mi “perfecta relación” caería con todo y telón.
Ese día, mi padre me pidió que lo acompañara a una cena para la negociación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, yo gustoso acepte, aunque no era que me encantaran ese tipo de reuniones.
Llegamos al restaurante, Aqua, el restaurante más aclamado del Shard, mi estomago dolía y no sabía porque, mi padre se adelantó, saludo a su anfitrión y enseguida me presento, -hijo te presento a Anthony Brower, embajador de las naciones unidas -estreche su mano , luego mi padre continuo- y como olvidar a su adorable esposa,- en ese momento mi mundo se derrumbó al ver que la esposa del amigo de mi padre, no era otra si no , Karen, ¡mi Karen!, la mujer que quería en mi vida, como mi compañera.
El rostro de ella se puso pálido igual que el mío, y con una súplica en su mirada, supe que me pedía callar y no hacer escándalo, mi padre y su amigo nos miraron extrañados.
-Pasa algo- pregunto mi padre algo preocupado -EH… no es solo que ya conocía a la “señora”, esto último lo dije en un tono mas fuerte de lo que quería, su rostro se puso aun mas blanco y su pánico aumento, entonces ella hablo, -¡sí! estudiamos en la misma universidad y tomamos clases juntos., Anthony la miro con admiración, ¡pobre imbécil! Había sido engañado con su cara de inocencia igual que yo.
- Así que son compañeros, mira lo pequeño que es el mundo, sonrió ante la “coincidencia”, olvidaba decirle a mi amigo Grandchester, que mi esposa es una mujer muy liberada y como yo la amo tanto decidí que, si quería estudiar una carrera, lo hiciera.
-No lo podía creer, y encima él la tocaba, paso su brazo de una manera posesiva en ¿cómo hacer para no crear un escándalo?
Mi padre me miro y preocupado me pregunto si me pasaba algo a lo que yo conteste que me sentía algo indispuesto, lo cual era cierto y mi semblante lo confirmaba, tenia nauseas mas no por enfermedad, sino por lo imbécil, lo confiado, como no lo sospeche antes, estaba asqueado, me excuse con ellos y me retire tan rápido como pude.
Los días siguientes, no los recuerdo muy bien, me encerré en mi departamento, no quería ver a nadie, abundaban en el piso botellas de alcohol vacías, Karen intento llamarme, la primera vez que conteste, cuando me dijo mi amor, mi ira llego al tope y colgué, el resto fueron mensajes, notas de voz y una infinidad de visitas en mi apartamento, pero obviamente tuvo que marcharse al ver que no abría la puerta.
y es que no entendía, como había caído en sus mentiras, si siempre estaba conmigo, siempre cuando la hacía mía, sentía todo su ser cuando me derramaba en ella.
Karen había convertido mi vida en un libreto donde escribía y lo dirigía a su antojo y me enredo en su juego de mentiras, no solo a mi si no al pelmazo de su esposo, ahora lo entendía todas sus negativas, jamás fui el único y mucho menos el protagonista de la historia que fraguaba.
Tres días habían pasado, estaba desolado, me sentía utilizado, y entonces volvió a sonar el timbre de mi apartamento.
- ¡señor Grandchester!, era la administradora del edificio, me apresure en ir a abrir, estaba hecho una piltrafa, pero para que esa mujer viniera, era por qué pasaba algo malo.
Cuando abrí la puerta me lleve la sorpresa, que junto a ella estaba la razón de mi estado deplorable, y sin mediar si quiera un saludo, entro dejando a la pobre administradora, con un palmo de narices, cuando cerró la puerta en su cara.
- ¡Qué diablos te pasa Terry!, llevo casi una semana tratando de verte y no contestas ni mis llamadas, ni mis textos -no podía creer que me estuviera hablando como si nada hubiera pasado, mi poco control se fue al carajo, la tomé fuerte del brazo, y le di una mirada que la dejo helada.
- ¿Qué me pasa?, ¿en serio me estas preguntando eso? No seas descarada Karen, perdón “señora Brower “
-cariño lo siento, pero ahora que lo sabes, bueno… ya no tendré que mentirte y podremos tener mas cuidado, sabes lo que siento por ti, sus labios se movían, pero lo único que escuchaba eran tonterías, ¿ella de verdad pensaba que yo seguiría en su juego?
-¡¡Eres una puta barata!!, y no te mereces nada de mí, -la rabia que brotaba en mi interior ya no podía contenerla más, sentí humedad en mi rostro, entonces me di cuenta que era llanto que corría libremente - ¡no te quiero volver a ver en mi vida!, le dije con vehemencia, dirigí mis pasos a la puerta, entonces ella se abalanzo hacia mí, abrazándome por la espalda.
-¡¡por favor no me dejes!!, ¡¡yo te quiero!!, me di la vuelta para enfrentarla, en verdad hermosa, tomo mi rostro y me beso, yo le devolví el beso tomándola por el cabello, puse toda mi rabia y rencor en ese beso, la levante en mis brazos y la arrincone contra la puerta, enrollo sus piernas en mi cintura, estaba mas que lista para mí, lo sentí cuando posé mi mano en su intimidad, yo estaba firme y listo para corresponder, abrí mi cierre y libere mi polla adolorida, corrí su braga y sin interludios entré en ella de la manera mas desesperada, sus jadeos llenaron los espacios de la estancia, y estoy casi seguro que también el pasillo de entrada, la embestía con tanto ahínco, con tanto rencor que no me importaba si le dolía o no, cuando termine, me retire de ella y de su cuerpo, como si quemara, ella cayo de rodillas, ni siquiera me preocupe por su bienestar, guarde mi polla en el pantalón, me dirigí a la puerta nuevamente y la abrí.
Su mirada fue de desconcierto, ahhh si… tu pago, lo olvidaba, saque unos cuantos billetes de mi bolsillo y se los tire, ¡lo siento! no creo necesitar de nuevo de tus servicios, ya encontraras a otro idiota, ¡¡ahora largo!! -Karen ese día salió del departamento y de mí vida, en su mirada había la convicción que me había perdido para siempre.
Cuando cerré la puerta, deje salir mi dolor, llore y llore toda la noche, nunca había llorado tanto, pero fue como si supiera que debía hacerlo, debía cerrar ese capítulo, y aunque fui cruel, esa noche, ese instante, le puse el punto final.
Los siguientes días, estuve evitando a toda costa encontrarme con ella, gracias a Dios, mis créditos eran los suficientes, para no tener que volver si no para la graduación, que preferí perdérmela, alegando una oferta muy buena de trabajo en la Real academia de comunidad de escritores Saint Paul, en Nueva York, desde entonces solo vivía en un control absoluto de mis sentimientos y relaciones.
Fin del flashback
Nunca pensé, que me volvería a pasar, pero esta vez, se que es diferente, Candy puede hacer que cuestione y arriesgue todo lo que he logrado, tal vez debería darle una oportunidad a susana, es cierto que no me enciende, pero, tal vez necesito eso, tranquilidad; Arregle mi aspecto, lo mejor que pude, entonces mi mirada se poso en un pedazo de tela debajo de mi escritorio, eran las bragas de Candy, las tome y no pude evitar deleitarme con su olor una vez más.