¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
LOS LINKS DE DESCARGA ESTÁN PROHIBIDOS, EVÍTANOS BANEARTE O SUSPENDERTE POR PONERLOS. LEE ATENTAMENTE NUESTROS REGLAMENTOS, LA ADMINISTRACIÓN SE RESERVA EL DERECHO DE BANNEAR Y BORRAR TODO LO INCONVENIENTE O QUE CONSIDERE, AFECTE A ÉSTE FORO. FIRMAS DE TAMAÑO ADECUADO (MENOS DE MEDIA PÁGINA) SLIDES PEQUEÑOS POR FAVOR QUE ALENTAN LA PÁGINA Y LA TIRAN DURANTE LA GF.

No estás conectado. Conéctate o registrate

[♥ Celtic Faires Corazón Andrew ♥] Minific " The last call "-Destellos para Albert y Candy. Cap. 6

3 participantes

Ir abajo  Mensaje [Página 1 de 1.]

LizvetArdray

LizvetArdray
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony








[♥ Celtic Faires Corazón Andrew ♥]   Minific " The last call "-Destellos para Albert y Candy.  Cap. 6 LX3iXYA

GUERRA FLORIDA 2021

Minific " The last call "


___________________________________________________________________________________________________________________





DISCLAIMER: Candy Candy y sus personajes, no me pertenecen sino a Kyoko Mizuki- Yumiko Igarashi
La historia a continuación ha sido escrita y editada por su servidora.



Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V

CAPÍTULO VI


—Sígame por aquí, niña.

La pequeña Candy sigue a la mucama bien aferrada a su daga. Es la primera vez que tiene que estar sola en un lugar extraño y dónde todo le genera desconfianza.

Los pasillos apenas duplican el eco de los pasos del peculiar grupo.

Cuando llegan a los aposentos, el secretario real ubica a la pequeña en una habitación con una gran terraza cuya vista da hacia el jardín del palacio. Luego se despide con una ligera reverencia dejando a la pequeña en manos de las mucamas.

—Vamos a proceder a preparar con el baño, pero primero debe soltar esa daga.

—No. — es la firme respuesta de la pequeña. —La necesito conmigo.

—¡Pero tiene manchas de sangre!

—No me importa.

—Entonces no darás ni un solo paso más. No pretenderás manchar la alfombra con esos trapos que vistes.

—¡He dicho que no! —replica la pequeñita ofuscada.

El ceño fruncido y la mirada furiosa de la jefa de las mucamas es algo que a Candy no le impresiona. Así que solamente aprieta los labios.

—Mira pequeña malcriada—amenaza con las manos en la cintura, la mujer— …me darás esa basura por las buenas o las malas, tú eliges.

—Atrévase y le corto las manos…—sisea amenazante la niñita.

—Ohhh …tú, diablilla.  

«“Se ve rara con esa daga”»

Se oye un susurro detrás de Candy. Son las mucamas asistentes.

«“¿Por qué crees que la haya traído el rey?”»

» “No lo sé…pero puede que sea una hija bastarda”

» “Shhhh: ¡Calla! No te atrevas a decir cosas como esas.”

» “Pero, ¿qué otra explicación podría haber? ¡No ves lo salvaje que es!

—Si escucho esta indiscreción otra vez, o que comiencen a circular rumores por el palacio, no dudaré en hacérselo saber al rey personalmente y sobre todo que ustedes son las responsables.

—¡Su Alteza Real!

—¡Hemos pecado!

—¡Lo sentimos!

—¡Perdónenos por esta vez!

La figura de un muchacho rubio de 12 años interviene en la escena. Su presencia emana suficiente autoridad porque después de todo, él es el príncipe heredero.

—Disculpe su alteza real, pero esta niña no tiene modales. —la mucama enarca una ceja y señala a la niña con desdén. —No podemos atenderla.

Albert no entiende la actitud petulante de la mujer, así que mira a la pequeña rubia que aferra la daga hacia su pecho. Es cierto que su aspecto no es el más limpio, pero su rostro le es familiar. Es una muñequita curiosa que tiene el ceño fruncido y le mira con recelo.

El príncipe, llevando el dedo índice a su frente, se pone a pensar.

“¿Dónde la he visto antes?”

Entonces, recuerda un viaje que hizo con su padre un tiempo atrás.

¡Por supuesto! La niña ha crecido un poco más pero indudablemente es ella.

—¡Candy! — camina y saluda efusivamente. —¿Cuánto has crecido, princesita? ¿Qué haces aquí? ¿Has estado jugando entre los árboles?

Nuestra protagonista sorprendida por aquella familiaridad, pregunta confundida:

—¿Quién eres?

Albert suelta una carcajada relajada. Por supuesto que ella no debe recordarlo. Apenas iba a cumplir cuatro años, cuándo él ha visitado el reino de Lamas con su padre.

—Mi padre es el rey William y yo, soy Albert.

La niña siente un alivio enorme al entender que puede confiar en él. Después de todo, su tío William está peleando contra dragones y gigantes para traer vivo a  su padre Tristán.

—Es un honor saludarle, alteza real. Mi nombre es Candice White. — Se inclina con una elegante reverencia.

—No, por favor. Tu y yo somos iguales, así que jamás me saludes así. — pide con una sonrisa Albert.

Al escuchar aquella distinción de parte del príncipe, todo el personal siente un sudor helado recorrer su espalda. ¡Han confundido a la niña con una bastarda callejera!

—De acuerdo.

—¿Has venido con tus hermanos también? — Pregunta Albert con expectación. — ¿Tía Victoria?

—Están muertos. — explica con toda la serenidad posible. Sin embargo, su labio inferior está tembloroso.

—¿Qué dices?

—Tío William ha ido a rescatar a mi padre, pero….

Albert entonces entiende mucho más el aspecto de la pequeña. No es que haya estado jugando entre el barro, sino que probablemente ha estado corriendo por su vida. Eso explica las manchas en su ropa y manos.

—¡No puede ser!

El silencio reina en la habitación. La situación es mucho más seria y complicada de lo que pensaba.

El rey William, su padre, ha ido a la batalla, eso lo sabe muy bien. Lo que no había llegado a enterarse hasta este instante es que el reino de su tío Tristán peligra. Con la muerte de los príncipes y la reina, muchos querrán echar mano de la única sobreviviente del reino.

Albert observa a la pequeña; parece que está a punto de llorar. El príncipe siente un nudo en el pecho al verla así.

—¿Estás herida? ¿Te duele algo?

—…

Candy solo mueve la cabeza negando.

—Todo va estar, pequeña. —le anima— Padre traerá buenas noticias. Ya verás.

—….  

—¿Entonces, crees que puedas decirme que es lo sucedió momentos atrás? —pregunta tratando de distraerla.

—Ella …— señala a la mucama. —quiere quitarme mi daga.

—¡Su Alteza Real!  Yo no…

Albert levanta la mano pidiendo silencio.

— La daga es… un regalo de cumpleaños… papá y mamá…. —continúa explicando la princesita con la voz entrecortada. —Es lo único que…

—Ya veo. —Albert mira con reprobación a su empleada.

—Yo no lo sabía su alteza real, le juro que….

—Estás relevada de tus labores, Mary —ordena el chico con frialdad. — …todas ustedes lo están—prosigue señalando a las demás.

—¡Su alteza real!

— Señor secretario, llame al médico de palacio y envíe a Dorothy aquí, ahora mismo.

—Sí, alteza real. ¡Enseguida!

Albert mira a la niña y le dice:

—Lamento mucho que hayas tenido que pasar por esta horrible experiencia… Estoy seguro que padre va a estar furioso cuando se entere del trato que has recibido, pero yo asumiré la responsabilidad.

—No es necesario, príncipe Albert…—responde la pequeña rubia. Le horroriza pensar que si va estar en el palacio un tiempo, tenga que ser señalada como una villana.

—Lo es. —insiste el muchacho muy serio. — es mi deber educar a mi personal, así como también es mi deber asumir sus errores.

—….

Albert hace una mueca de fastidio. La princesa ha pasado por momentos muy dolorosos. Es el colmo que sea  maltratada en su palacio. ¡Ni hablar! No si él puede evitarlo. Por ello llama a su guarda personal.

—¡Neil!  

—Ordene, alteza real….

—Conduce a Mary y las demás al cuarto de confinamiento. Cuando padre regrese, que él decida cual es el castigo más apropiado.

Las tres mucamas y la jefa de ellas se postran en el suelo.

—¡No, por favor! —Le prometemos que no volverá a suceder…

—¡Ahora, Neil!

Entre lágrimas y llantos aquellas mujeres fueron alejándose del palacio de los príncipes y no se escuchó de ellas jamás.

El rey William a su retorno, al enterarse del asunto, decidió que era la mejor lección que podía enseñar no solo a sus empleados, sino a los demás nobles y súbditos. Ya que la princesa Candy White desde ese momento en adelante sería conocida como: Candy W. Andrew, Princesa del reino de Mythia, su hija.





CONTINUARÁ ......

[♥ Celtic Faires Corazón Andrew ♥]   Minific " The last call "-Destellos para Albert y Candy.  Cap. 6 5

Por favor, evitar modificar o recortar los créditos de la imagen.

¡Muchas  gracias,  chicas!








A Sussy le gusta esta publicaciòn

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

wow, creo que fue un poco duro con los sirvientes pero de alguna forma debe dar a entender quien es la niña y la importancia que tiene... buen capitulo.

Sussy

Sussy
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

 [♥ Celtic Faires Corazón Andrew ♥]   Minific " The last call "-Destellos para Albert y Candy.  Cap. 6 355103  [♥ Celtic Faires Corazón Andrew ♥]   Minific " The last call "-Destellos para Albert y Candy.  Cap. 6 355103  [♥ Celtic Faires Corazón Andrew ♥]   Minific " The last call "-Destellos para Albert y Candy.  Cap. 6 355103
Un gran capitulo¡¡ Dorothy y Neal, esto se pondrá bueno¡
Sigues ocultando algo más de la princesa Candy,
no puede ser medidas tan extremas para las mucamas  [♥ Celtic Faires Corazón Andrew ♥]   Minific " The last call "-Destellos para Albert y Candy.  Cap. 6 275964
Lo has dejado en lo  mejor  study estaré atenta al siguiente
Gracias Lizvet  [♥ Celtic Faires Corazón Andrew ♥]   Minific " The last call "-Destellos para Albert y Candy.  Cap. 6 752716

Contenido patrocinado



Volver arriba  Mensaje [Página 1 de 1.]

Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.