Sus tacones se escucharon por todo el camino a casa. ¡ No podía creer el descaro de... ésa.... ésa anciana!
Fue de compras con sus amigas Daisy y Luisa, después de entrar y salir de las mejores boutiques de la zona, se detenían en una exclusiva cafetería. Criticaban a todo y todos, como era su costumbre, podia humillar y avergonzar a quien quisiera... después de todo, ella es Eliza Leagan, la reina del lugar, parte de la familia Andlay, y sus compañeras eran sus secuaces.
Esperaban su pedido, cuando la vio, una mujer de edad avanzada, se notaba debajo de su uniforme, que sus ropas habían visto mejores tiempos, un vestido desluído y remendado, su cabello atado en una coleta y cubierta con una pañoleta. Ella terminaba de limpiar el piso del lugar; ya se retiraba y pasó junto al grupo de amigas.
Así que Eliza "accidentalmente" derramó su latte en los zapatos de la mujer.
- Fíjese por donde camina!! No deberían permitirle la entrada a gentuza cómo usted a estos lugares exclusivos!!- grito altiva la pelirroja entre las risas cómplices de sus amigas.
- Lo... lo siento,- intentó diaculparse la mujer, pero la altanera chica no dejó de gritar improperios y a exigir la presencia del gerente del lugar y que despidieran a la mujer. De pronto, ella levantó la vista fijando sus ojos en los de la joven Leagan.
- Le advierto, Eliza Leagan, si en una semana no cambia su actitud,le pesará!- Al decir esta frase, tocó el brazalete que llevaba.
Eliza se sintió sobrecogida por un instante... esa mujer, esa anciana tenía un brazalete igual y sus ojos, ésos ojos y la mirada altanera, eran... casi iguales a los que veía cada día en el espejo... Salió del extrano trance y salió del lugar sin volver la vista, el orgullo y el miedo la dominaron. Eliza Leagan tenía miedo...
- NO!!! Yo soy Eliza Leagan, heredera de una de las familias más ricas, distinguidas y poderosas de América y porte de Escocia! Todos deben de temerne y honrarme!!!
Al cabo de cinco días, Volvió a la elegante cafetería con su madre, no vió a la mujer del aseo por ningún lado, serenándose creyó haberse salido con la suya. Pero...
Al caer la noche, cepillando su cabello, se dió cuenta que éste está maltratado, y sus manos un poco maltratadas. No le dío importancia y tomó nota mental de ir al spa el fin de semana.
A la mañana del sexto día, siente un ligero mareo y dolor de cadera, también sus manos están más dañadas y su cabello se cae por mechones... decide ir al spa...Urgentemente!!!
Regresa agotada, no entiende que pasa, y se acuesta entre sus sábanas de algodón egipcio y edredón de plumas... si esto no funciona, tendre que tomar vacaciones.
Por la mañana de día siete, sus cabello sigue cayéndo, sus cuerpo adolorido y su mirada algo apagada... le recuerda a....
-NOOO!!! Esa anciana es la culpable! Me tiene que ayudar o le pesará!!
Se ató el cabello en una coleta y tomando una pañoleta salio a buscar a esa anciana. Pidio al chofer que la llevara al área de cafeterías y restaurantes del centro, la buscaría hasta dar con ella. La vió a lo lejos entre los contenedores de basura... trato de llamar su atención, pero la mujer continúó su camino.
Eliza la siguió por las calles, se internaron por los barrios más pobres de la ciudad, dónde ella jamás hubiese entrado si no fuera por esta bizarra situación.
Al llegar a una vecindad deporable, la anciana entró a un cuarto, Ella entró detrás exigiendo que le levantara el hechizo. Pero sólo encontró su imagen en un sucio espejo.