UN POCO DE RELAJACION
Minific
Género: Romance/Lemmon.
Autora: MaxineWinters19
Capítulo 5
CAPITULO EXTRA HOT
Minific
Género: Romance/Lemmon.
Autora: MaxineWinters19
Capítulo 5
CAPITULO EXTRA HOT
04.17.2021
De todas las cosas que Candy podía pensar haría al llegar a casa, jamás se imaginó que su esposo la recibiría de esa manera. Normalmente estaba sola al llegar o él estaba en el teatro y se encontraban en medio de la noche para cenar a la luz de las velas y leer poemas. Pero ese día, Terry había sacado la pelota fuera del campo, era un tiempo especial para los dos, uno que ella aunque moría de sueño no podía desaprovechar.
—Se me cierran los ojos —Murmura Candy recostada sobre las sábanas. El actor se acerca a ella y empieza a darle besos en el cuello mientras le quita la bata de baño, deslizandola por su cuerpo hasta dejarla por completo desnuda.
—Se que estás exhausta, pero esta es mi manera de compensar tu trabajo —Le da besos en el cuello con amor y placer.
—Son sólo... —La joven lanza un bostezo sonoro que le cristaliza los ojos —36 horas de guardia... Y haré... aislamiento preventivo.
—Entonces... —Terry ayuda a girar a Candy boca arriba, sólo para que ambos pudieran verse frente a frente —Con mis correspondientes medidas de bioseguridad, le haré el amor en los próximos días que estará conmigo, adorada enfermera con pecas.
—Bueno... adorado enfermero Grandchester, tiene que saber que mi actual dolor lumbosacro se cura con la adecuada analgesia y un masaje que me ha prometido desde que estábamos en el baño.
Terry se acerca a besarla mientras se apodera de uno de sus senos, la anhela en ese preciso instante, pero quiere seducirla como ella merece. Aún mirándose con ese brillo intenso en sus ojos azules, se dispone a masajear la espalda de su esposa, coloca un poco de crema en las manos y Candy se gira para quedar a total merced de Terry Grandchester.
—Estoy lista —Responde Candy permaneciendo inmóvil en la cama.
Terry se coloca sobre su trasero, moviéndose de modo que ella lo sienta, los colores se le subieron a Candy, en verdad que estaba empalmado y a ella le satisfacía que él estuviera así por ella.
Con un poco de crema fría en las manos, Terry inicia el suave masaje, inicia en sus hombros, estaba rígida, ella se quejaba ante los movimientos que aunque iba haciéndolo lo más delicado posible no podía evitarlo. Fue bajando lentamente a la altura de sus omoplatos, ahí Candy pido respirar con calma, se sentía bien, empezó a gemir está vez y le saco sonrisas a Terry.
—¡Vaya, vaya! Esto se está poniendo excitante.
—Cierra la boca y continúa —Escupe Candy aflojandose más debajo de Terry —Se siente rico.
—Y se pondrá mejor —Las manos de Terry continúan masajeando de arriba a abajo, unta un poco más de crema fría y hasta llegar a la espalda baja, ahí se encarga de trabajar con ahínco, Candy se restrega más a Terry para sentirlo en su máxima expresión.
Ambos sabían que ese era un juego sucio y divertido, y querían formar parte.
Terry sigue masajeandole la espalda, se acerca a Candy para besarle el cuello nuevamente, los jadeos salen de la garganta de Candy, encendiendo mucho más a Terry.
—Pecosa, no hagas eso —Murmura al oído de Candy —No querrás que te tome desprevenida.
—¡Oh Terry! —Se muerde los labios la rubia ante los movimientos gráciles de su esposo, pero él quiere encenderla. Dirige su mano izquierda a su miembro y empieza a restregarselo en el trasero, Candy le sigue los movimientos, quería ver hasta que límite podía llegar.
Terry jadea al ver a su esposa siendo tan cruel, en ese momento, Candy gira la cabeza hacia él, le dedicó una sonrisa maliciosa que compagina con un sonrojo adorable en ella. El autocontrol se iba a ir por el caño, pero quería verla disfrutar más de su sesión de masajes.
—No te detengas, enfermero Grandchester —Aquello sonaba más como una orden y el quería seguirla.
Sigue masajeando haciendo movimientos circulares en la pálida espalda de Candy. La piel turgente de la chica en sus manos era divina y cálida, y en el proceso del masaje Candy gemía, solo para encender la llama de Terry, se mordía los labios ante la imagen de su esposa excitada y la manera como lo provocaba.
Lleva sus manos a su trasero para masajearlo, adoraba lo redondeado y suave que es. Se fue a besar la espalda de Candy, siguiendo un trayecto desde su cuello, pero ya casi no resistirá estar con esa tortura, llevo sus manos a su torso y la atrajo a su cuerpo, provocó un jadeo en Candy, ya rallaba en la locura.
—¡Dios santísimo! Pecosa necesito hacerte el amor ahora mismo —Menciona Terry masajeandole los senos a su esposa, ella se dirige a la boca de Terry para besarlo.
La pasión se había encendido en esa habitación, las manos de Terry querían sentir cada centímetro de la piel de su esposa. Saborearla en su máxima expresión, la mantenía aferrada a su cuerpo, sentirla caliente sólo para él. Toma su miembro y lo desliza por su femineidad humeda y cálida, de arriba hacía abajo, Candy estaba enloqueciendo ante todo lo que Terry le hacía, no quería conformarse solo con eso, iba a ir por más.
—¡Sigo yo! —Es la respuesta certera de Candy, no puede más ante el nivel de excitación que ahora tenía, se da la vuelta y empuja a Terry contra el colchón, él mismo se ha sorprendido por la autoridad que ha tomado Candy a esas alturas, y le encanta.
—Soy todo suyo, adorada enfermera con pecas —Dice sonriendo, Candy se coloca en la pelvis de su esposo, justo encima de su miembro viril.
Lo siente cálido y palpitante, lo coloca en la entrada de su femineidad y empieza a torturar a Terry, ella sigue húmeda, preparada para recibirlo en su interior. Se muerde los labios al ver los distintos gestos del rostro del actor ante lo que ocurre. La mente de Terry estaba en blanco ¿A dónde había ido la enfermera que según él, había llegado hecha carne molida? No lo sabía, solo que todos planes que tenía para que su esposa tuviera un poco de relajación estaban funcionando con resultados más que satisfactorios.
Candy se va introduciendo lentamente hasta quedar por completo acoplada a él, recibiendo a aquel intruso en su interior siempre tan palpitante y ansioso, las caderas de Terry se mueven debajo de Candy, quiere que lo sienta desde lo más profundo.
—¡Oooohhh Terry!
—Prometi que te consentiría —Es la respuesta del actor sin dejar de mirarla y penetrarla.
Está vez, el se incorpora sin salir del interior de Candy, quiere que ambos se muevan a la par, la sujeta de la espalda y del trasero y empieza a entrar y salir de su interior en deliciosos movimientos que hacen que cada uno sienta electricidad en sus cuerpos.
La espalda de Candy se arquea hacia atrás, al mismo Terry le convenía que ella estuviera así, porque con ello se ayudaba a penetrarla con más ahínco y profundidad y a obtener una maravillosa vista de sus senos rebotando.
—Veo que... ya no te duele la espalda... —Se burla el actor sin soltarla. La aferra más a su cuerpo, ella se incorpora para abrazarlo, permitiendo que el tenga acceso a sus senos, Terry los chupa y lame con deseo puro.
De todas las experiencias corporales que ambos habían tenido, aquella no se comparaba con nada ¿Producto del cansancio y el estrés? ¡Quien sabe! Pero nunca antes se habían sentido de aquella manera tan liberadora la punto que todo atisbo de lasitud se esfumó.
—¡Terry! ¡Oh, oh! —Es lo único que sale de la boca de Candy aferrándose más a él joven, quien provoca que ambos caigan nuevamente al colchón, toma las manos de Candy y las lleva por encima de su cabeza.
—Acaba conmigo, pecosa adorada —Responde el actor con finas gotas de sudor formándose en su frente, la besa delicadamente mientras penetra con fervor.
Candy enrolla las piernas en la espalda de Terry, gemía de placer, su cuerpo ahora parecía ser de gelatinax estaba llegando al clima, ya todo el mundo se estaba iluminando, y culminó al sentir la cimiente de su esposo dentro suyo en abundancia, Terry está frente suyo, besando su frente y acariciándole las mejillas, ambos jadean y se sonrien mutuamente.
—¿Cómo te sientes? Adorada enfermera... con pecas.
—Yo... me siento mejor... me siento genial... —Es la única respuesta de la joven, el miembro palpitante de Terry sigue dentro de ella, y puede sentir que por parte de él, quiere seguir batallando Pero por parte suya, ya se declara que ha ganado y que es hora de dormir.
—Ven, será mejor que duermas. Te sobrecargue más que tus propios pacientes.
Terry la abraza a su cuerpo con sus manos estrechadas, le acaricia el pelo a Candy y empieza a dedicarle poemas a su heroína personal, ella quiere seguir viéndolo, pero el sueño de a poco le gana, cerrando sus ojos, para poder descansar laxa y plácidamente entre sus brazos.
Continuará...
LAS AMAZONAS VENIMOS A ENCENDER EL COSMOS POR TERRY