La estación de trenes estaba exactamente igual que hace unos años atrás: el frío, la gente corriendo de un lado a otro, los andenes. Sacudió de sus cabezas recuerdos, hacia mucho de eso y no era necesario recordarlo, tenía una misión muy importante en sus manos como para darse el lujo de pensar en ese tipo de cosas.
Tomó el primer carruaje libre que encontró, y se dirigió al hotel que Annie, muy gentilmente, había reservado para ella. Se recostó sobre la enorme cama, no era necesario presentarse de inmediato en el hospital, de hecho, a pesar de la premura de su viaje habia tenido la suerte de llegar un poco antes y la oportunidad de descansar por unos momentos.
Despertó asustada, no pudo decir por cuánto tiempo se había dormido, y tiempo era lo que menos tenía en sus manos, era cierto que habia llegado pronto pero no para darse el lujo de no apresurarse a cumplir con su encargo. Se duchó rápidamente, mudo sus ropajes, buscó entre sus cosas la carta del Dr. Mathews y salió en su búsqueda.
No podía más que agradecer el generoso gesto de su amiga, gracias al monto que le entregó, ahora le era posible moverse por la ciudad en carroza. Nueva York era enorme, a pesar de que no hacia muchos aos le habia visitado las cosas ahí cambiaban constantemente, pudo constatar que moverse de otra forma sería imposible. El cochero se detuvo frente al hospital Bellevue, indicándole a chica que había llegado a su destino.
Sin siquiera sospecharlo, Ricci, el hombre de Neal, llegaba a Nueva York con un grupo de sus mejores hombres. Si no hubiera sido por el calientacamas de Russo jamás habrían dado con el paradero de la joven. Su segundo al mando tenía por costumbre embaucar a jóvenes casaderas, en este caso en particular, había puestos los ojos en la compañera de la mujer que seguían, lo que hacía relativamente más fácil su misión. Fue ella quien le dio aviso a Russo del paradero de Candy.
Estaban cruzando la línea al entrometerse en el patio de juegos de las mafias locales, nada que no se pudiera solucionar con un rápido telefonazo del jefe. Ricci y su grupo, fueron recibidos por parte de la familia Gambino, quienes los escoltaron hasta llegar a la casa del caporegime que los ayudaría con su problema. No es que fueran particularmente amigos, pero era bueno tener buenas relaciones para los negocios, aunque sabían bien que en cualquier momento estos podían traicionarlos.
Tarde, ya muy de noche, Candice estaba de regreso en su hotel. El Dr. Había insistido en llevarla a comer, el galeno resultó ser un hombre muy afable, podía ver el porqué de la estrecha relación con el Dr. Martin, ambos aspiraban a dar lo mejor de sí por el bien común, algo que acrecentaba su admiración hacia estos hombres y la profesión que había adoptado para ella. El facultativo le aseguro una cantidad importante de medicamentos para el tratamiento de los enfermos en la clínica. El problema, eran demasiados para poder llevarlos ella sola, no sólo eso, dada la cantidad, estos estarían listos en cosa de una semana. Para calmar los nervios de la muchacha, le aseguro que una pequeña carga iría en camino al otro día. Era algo que ya había previsto con Martin. El grueso de la mercadería no podía ir solo en el tren, por lo que era imperativo que ella se mantuviera en la ciudad por unos días más. No era algo que fuera del agrado de Candy, la ciudad estaba llena de amargos recuerdos, y ahora contaba con tiempo libre para divagar. No es que el recuerdo de Terry doliera, en realidad sabia que ambos habian seguido sus caminos y que solo los ataban los recuerdos pero aun asi, Nueva York para ella era como una espina, nada bueno le habia traido.
Esa noche su sueño fue inquieto, despertando en más de una ocasión. Se levantó al amanecer con una extraña premonición en el pecho. Decidió dejarlo pasar, al fin y al cabo creyo que era en parte por sus malos recuerdos. ¿Qué podía suceder? Prefirió hacer caso a su estómago, que protestaba de hambre, y fue por su desayuno para luego salir a recorrer un poco la ciudad.
Al poco andar pudo entender el motivo de su incomodidad. No quería parecer paranoica, pero podía asegurar que más de una sombra la seguía por las calles ¿Neal? No, él no se ensuciaba las manos directamente, tendría que ser uno de sus hombres. Para asegurarse de no estar loca, decidió meterse por los lugares menos pensados, y ahí estaban, hombres de gabardina y sombrero, vigilantes a su alrededor. Fue entonces que cayo en cuenta que era a ella a quien seguían y que seguramente habia sido por ordenes de Neal, ella conocía sus negocios por rumores y sabia bien la obsesion que el tenia para con ella, pero nunca supo a que magnitud.
Terrence tenía por costumbre no moverse solo, un par de guardaespaldas siempre iban a su lado discretamente. No por temor a ser atacado, siempre usaba un perfil bajo. Pero era la costumbre de las familias reinantes, el Capo siempre debía ir acompañado. Caminaba rumbo a un restaurante cuando vio una mujer caminar de manera rápida, como si estuviese huyendo, siempre mirando hacia los lados o hacia atrás en espera de que nadie estuviera siguiéndola. Se veía nerviosa, asustada. En su loco avance había decidido cruzar la vereda, topándose de frente con él. Sus hombres la habrían detenido de no ser por su silenciosa orden. La tomó por los hombros.
-¿Candy? Candice White? –dijo de inmediato, a pesar del tiempo transcurrido, él podría reconocerla rápidamente, no es que fuera alguien muy común de ver.
Ella se asustó, antes de siquiera verle la cara, casi al instante corrió al lado contrario, más él la detuvo del brazo, silenciando su boca con una mano, antes que se pusiera a gritar.
-Soy yo, Terry Grandchester… ¿Me recuerdas? ¿Te pasa algo? - preguntó preocupado.
Candy volteo a mirarlo, y sin esperar más se lanzó a sus brazos soltando el llanto… estaba a salvo, por primera vez en mucho tiempo se sintio a salvo
A Terry le sorprendio ver como ella se abrazaba a su cuerpo y entonces se dio cuenta de algo, un par de tipos pararon en seco, el tomo a Candy de la mano, se dio la vuelta y aquellos tipos al intentar seguirlos fueron de inmediato intercerpados por otro par de hombres impidiéndoles seguir a su presa.
Continuará…
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Última edición por GEZABEL el Lun Mayo 03, 2021 1:14 pm, editado 1 vez