Terryfic
Cautivada por tu Amor
Por Mayra Exitosa
Capítulo cinco
La noche de relámpagos
Cautivada por tu Amor
Por Mayra Exitosa
Capítulo cinco
La noche de relámpagos
La joven ya había terminado de atender a la pequeña, entre la comida y la merienda el Duque se había salido a realizar varias actividades, por lo que ella ordenaba la cena, y preguntaba al mayordomo,
--- No ha llegado Mi lord Duque de Grandchester.
--- No madame, lamento no haberla recibido como se merece, mi señor, no nos dijo exactamente a quien estaba esperando.
--- No se preocupe, solo deseo esperarlo para la cena, ¿acostumbra puntualidad?
--- Si, sobre todo desde la herida de su pierna, le dijo el medico que estuviera en casa descansando cuando haya estos cambios de clima, así dejaría el bastón en menos tiempo.
--- Comprendo. ¿Cómo fue esa herida?, me da pena preguntarle.
---Él era capitán en la ultima guerra y… en un barco, cayó lastimando su espinilla y parte de la rodilla, las heridas han sanado solo es la secuela de la rodilla la que todavía no se repara completamente.
--- ¿Tiene que hacerse un tratamiento?
--- Él se fastidio, no quiere más tratamientos.
--- Me lo podía explicar para ver si lo convenzo de hacérselos de nuevo.
--- Por supuesto, madame. También quiero informarle que dejaron una tarjeta, a mi Lord, sobre la visita de Lady Susana.
--- Si él no se encuentra en el palacio, no la deje pasar, hasta que él se encuentre aquí, ya no esta sola la niña, por lo que no quiero que ingrese a molestarla, al menos hasta que me presente formalmente mi Lord.
--- Comprendo. Así lo haré mi Lady. Realmente le hará bien que usted se encuentre aquí a este palacio, mi Lady.
--- Eso espero. Candy estaba preocupada, el clima empeoraba y no llegaba el Duque, la cena no la hizo servir, solo tomo un té, pero cuando comenzaron los truenos y relámpagos, fue peor, la niña gritaba y ella se encontraba aterrada, como pudo tomaba la vela y se iba hasta la habitación de la niña. Estaba asustada tanto igual que ella, a como logro hacerlo temblando la abrazaba y ambos temblaban, la niña tenía el mismo problema que ella no había resuelto, le daba terror los relámpagos, por la luz destellante y por el sonido espeluznante que arrojaban. Así ambas llorando abrazadas en la cama de la niña. Hasta que, entre gritos de la pequeña y llantos de ella, se abría la puerta de la habitación y ambas asustadas gritaban fuerte, al verlas en ese estado, el Duque de Grandchester obligaba al personal de servicio encender velas y cerrar las costinas de los enormes ventanales.
--- Tranquilas ya estoy aquí, todo pasará. Ella caía desmayada en sus brazos y la niña parecía seguirla porque de pronto se quedaba en total silencio, él no podía creer que no le hubieran atendido de pequeñas a ambas, se comprendía de su sobrina, pero de ella. Se subía ahí en la cama y las recargaba a una y a la otra, el personal encendía velas, luego cerraba las cortinas, el ruido amenoraba, tiempo después el silencio reinaba, recostaba a la niña y le pedía a la nana que se quedara a cuidarla toda la noche dentro de la habitación llevándose con el dolor de su rodilla a su prometida, entraba en su habitación dejándola y saliendo asegurándose que el mayordomo y algunos del personal lo vieran salir, luego despedía a todos los empleados y entraba en su habitación, para pasar por los espejos y traerla a su lecho.
Le volvía a desnudar y la dejaba en su cama, para luego hacer lo mismo y recostarse adolorido de su rodilla.
--- Descansa mi Lady.
Temprano en la mañana ella se despertaba de nuevo completamente desnuda y en la habitación de él, eso era vergonzoso, se había olvidado de todo de nuevo, a lo que el continuaba dormido. Ella se levantaba despacio tomaba sus ropas y se colocaba encima la bata de él y se iba a su habitación destendiendo su cama, para luego irse a cambiar antes miraba a la puerta y tenía el cerrojo puesto. Con alivio se marchaba a su vestidor y se cambiaba de nuevo sola, acomodándose pieza a pieza lo que tenía que vestir.
El Duque se reía, la había visto y todavía no regresaba su bata a la habitación al no hacerlo, se iba desnudo hasta ella, pero no se veía, así entraba a su vestidor y ella lo veía de nuevo desnudos cubriéndose el rostro y entregándole la bata.
--- Mi lady, no necesita cubrirse, usted me conoce bien y con todo lo que hemos hecho cubrirse en nuestros aposentos, no es necesario ¿no lo cree?
--- Ya termino de vestirme mi Lord, y lo acompañare a desayunar.
--- La estaré esperado y en la noche, así desnuda de nuevo por favor, no me quede mal. Candy solo recordaba haber estado en la habitación de la pequeña, así se apuraba y se iba a buscarla, pero la pequeña no recordaba absolutamente nada de la noche anterior, se había privado después de tanto terror con los relámpagos y la comprendía.
El desayuno fue tranquilo, pero lo que la dejaba mortificada fue ese anuncio que le hizo, hasta que él hablaba, interrumpiendo sus cavilaciones,
--- Me iré por unos días, necesito que se haga cargo del palacio y de nuestra sobrina, solo tendré que confiar en que, si vuelve a llover y hay relámpagos, mande pedir cerrar las ventanas y mande a la nana con muchas velas para que cuide de la niña y… usted ya sabe lo que tiene que hacer.
--- ¿Yo? Él le hacía una seña con su dedo, a lo que ella se acercaba hasta quedar a su lado y cercano a su rostro, luego le susurraba,
--- Para que no me extrañe, vaya a mi cama desnuda y cúbrase, ahí le recodará lo que hicimos toda la noche. Así se le pasará el temor y sentirá que estoy poseyéndola.
Ella se avergonzaba y giraba para ver si alguien le había escuchado, pero el reía sin pena alguna y ella se apenaba más, ruborizándose frente a su rostro, ese día por lo húmedo del ambiente no salieron, pero ambas se sentían abatidas porque el Duque no estaría en palacio.
--- Cuídese mucho mi Lord, lo estaremos esperando.
--- No salgan del palacio, regresaré pronto.
Continuará...