ORINICO
Frente al lago, al atardecer, contemplo cómo el cielo y el agua se tiñen de naranjas. En mis manos, está uno de los libretos que estoy considerando en montar a escena; después de varios años y mudarme a Stanford, soy director de un pequeño pero ya reconocido grupo teatral. Pero por ahora, me tomé una semana de descanso para venir a la Villa de Escocia, para reconectarme con mi pasado, y así saber que rumbo tomar.
Unos ruidos que provienen del árbol donde estoy recargado llaman mi atención. Una risa cantarina que conozco muy bien, una carita salpicada hermosas pecas, un cabello rubio en suaves ondas y unos ojos verde-azules me miran entre las ramas. Sonrio y me levanto para recibir a mi pequeña monita que salta a mis brazos desde una rama baja.
- ¡ Papi!- mi Julieta se aferra a mi como lo hace cada vez que salta de este viejo arbol.
- Monita, cada vez te pareces más a tu madre! - Si, mi amada Julieta se te parece, Pecas, sólo son pequeñas diferencias, los ojos, el cabello ya no es tan rebelde y ese lunar justo sobre los labios que heredó de mi madre y, lo admito, también tiene el terrible genio de los GradChester.
Pero, su alma noble, su interés por los demás, el gusto de trepar árboles y sobre todo, si fortaleza y dulzura, son tuyas, mi amor.
- Papá, recuerda que soy Julieta White GradChester Ardlay.- me repite en ese tono mismo que usabas en el colegio.- ya se te olvidó?, mamá lo escogieron para mi cuando nací.
Claro que lo recuerdo, lo recuerdo todo, cuando me diste la feliz noticia, la dulce espera, los nerviosos que estábamos en cada cita médica y, también el agridulce desenlace.
FLASBACK
Llegué corriendo al hospital, aún tenía parte del vestuario de la obra, que solo me mal limpié el maquillaje y me quite lo que más me estorbaba de lo usado para mi personaje.
Estaba en shock; al terminar la última escena y ver el palco vacío, me dió un mal presentimiento; el cual confirmé cuando tras bambalinas, Albert me dió la noticia: habías sufrido un desmayo y George te llevó al Saint Joseph para tu atención, al llegar, Nancy, tu antigua compañera, me indicó algo de la presión sanguínea y que ahora estaban en el quirófano.
Entre nubes, recuerdo a Karen llegar con desmaquillante y la muda de ropa que olvidé en mi camerino, también que alguien puso en mi mano un horrible café y al final, que el doctor Leonard me pidió que lo siguiera a tu habitación, y me comentó que estabas delicada, pero que nuestre hija era fuerte y que saldría adelante.
Al entrar, tomé tu mano, estaba demasiado fría, no me importó, te besé con una mezcla de calma e incertidumbre, abriste tus hermosas esmeraldas, ahora apagadas por los medicamentos y el esfuerzo de dar a luz a mi hija, nuestra hija.
-Terry- tu voz se oía lejana, apagada.- lo siento, ya no estaré a tu lado. Mi hora ha llegado.- jadeaste buscando aire.
- No, mi vida, mi amor, Candy; eso dices por que acabas de pasar por esto y sé que fue muy duro para ti.- negaste con la cabeza pero continué hablando.- ya ya verás que te recuperarás y olvidaremos este mal momento.
Negaste con vehemencia y las lágrimas se escaparon de tus ojos... el nudo en mi garganta casi me ahoga; quería tomarte en mis brazos y que supieras que tu dolor era mio también, darte fuerza para que salir de todo esto... cuando entró Nancy con un pequeño bulto, aunque su rostro era serio y solemne, sus ojos traslucían tristeza. Nos entregó a esa linda bebé, sonrosada y con una pelusita rubia sobre la cabeza.
-Pronto me iré, mi cielo, pero, antes, quiero presentarte a tu nueva Julieta, mi amado Romeo; nuestra hija Julieta White GradChester Ardlay. - un fuerte jadeo por la falta de aire, y una tos te interrumpió, al recuperarte continuaste.- Cuidala por los dos.
FIN FLASBACK
Desde ese momento, mi vida se transformó. Pasado el periodo de dolor; me dediqué a mi Julieta, mi fortaleza y mi debilidad, mi guía y mi destino.
Tomé a mi princesa de la mano, y nos encaminamos a la Villa. De pronto, me siento cansado, mareado... le pido a Marie, la nana de mi Julieta que la lleve a la Villa, le de un baño y la cena. -Las alcanzaré después.
Cierro los ojos, casi siento una vez más tu mano acariciando mi rostro... y escucho tu voz nombrándome....
- Terry, por favor, ¡reaccona!-
-¡ Enfermera Grandchester! Guarde la compostura o no permitiré que siga atendiendo a su esposo. Bien sabe que no debería estar aquí. No se nos permite atender a nuestros familiares directos para evitar conflictos emocionales.
- Perdón, doctor, pero vea, otra vez el mercurio del termómetro subió a 40!-
- Salga de inmediato. Nancy la suplirá y que traigan compresas frias para controlar la fiebre.
Otra vez escucho voces, ya no son tan frecuentes. Suspiro y me dispongo a entrar. Después de acostar a mi princesa, me dispongo a dormir.
Me despierta una luz enceguecedora; parpadeo incómodo, reaciono cuando me doy cuenta que esta no es mi habitación de la Villa, o mi pijama; estoy en un hospital y... no sé como llegué aquí y lo peor
- ¿¡DÓNDE ESTÁ MI JULIETA, DÓNDE ESTÁ MI PRINCESA!?
- ¿Julieta? ¿De quién hablas? Espero que sea de mi. - un escalofrío recorre mi espalda al reconocer esa voz. Es...tu voz - ¿ Candy, mi amor?
No puedo creerlo, eres tú, ¡estás viva! estoy confundido; por que si tú estás viva, ¿ qué fué todo lo que viví con mi hija? Julieta, ¿ eres real o fué un sueño por la fiebre que dicen que he tenido estos días a causa de la Gripe Española?
No lo sé, sólo sé que estarás siempre en mi corazón. Mi amada Julieta Pecosa.
Frente al lago, al atardecer, contemplo cómo el cielo y el agua se tiñen de naranjas. En mis manos, está uno de los libretos que estoy considerando en montar a escena; después de varios años y mudarme a Stanford, soy director de un pequeño pero ya reconocido grupo teatral. Pero por ahora, me tomé una semana de descanso para venir a la Villa de Escocia, para reconectarme con mi pasado, y así saber que rumbo tomar.
Unos ruidos que provienen del árbol donde estoy recargado llaman mi atención. Una risa cantarina que conozco muy bien, una carita salpicada hermosas pecas, un cabello rubio en suaves ondas y unos ojos verde-azules me miran entre las ramas. Sonrio y me levanto para recibir a mi pequeña monita que salta a mis brazos desde una rama baja.
- ¡ Papi!- mi Julieta se aferra a mi como lo hace cada vez que salta de este viejo arbol.
- Monita, cada vez te pareces más a tu madre! - Si, mi amada Julieta se te parece, Pecas, sólo son pequeñas diferencias, los ojos, el cabello ya no es tan rebelde y ese lunar justo sobre los labios que heredó de mi madre y, lo admito, también tiene el terrible genio de los GradChester.
Pero, su alma noble, su interés por los demás, el gusto de trepar árboles y sobre todo, si fortaleza y dulzura, son tuyas, mi amor.
- Papá, recuerda que soy Julieta White GradChester Ardlay.- me repite en ese tono mismo que usabas en el colegio.- ya se te olvidó?, mamá lo escogieron para mi cuando nací.
Claro que lo recuerdo, lo recuerdo todo, cuando me diste la feliz noticia, la dulce espera, los nerviosos que estábamos en cada cita médica y, también el agridulce desenlace.
FLASBACK
Llegué corriendo al hospital, aún tenía parte del vestuario de la obra, que solo me mal limpié el maquillaje y me quite lo que más me estorbaba de lo usado para mi personaje.
Estaba en shock; al terminar la última escena y ver el palco vacío, me dió un mal presentimiento; el cual confirmé cuando tras bambalinas, Albert me dió la noticia: habías sufrido un desmayo y George te llevó al Saint Joseph para tu atención, al llegar, Nancy, tu antigua compañera, me indicó algo de la presión sanguínea y que ahora estaban en el quirófano.
Entre nubes, recuerdo a Karen llegar con desmaquillante y la muda de ropa que olvidé en mi camerino, también que alguien puso en mi mano un horrible café y al final, que el doctor Leonard me pidió que lo siguiera a tu habitación, y me comentó que estabas delicada, pero que nuestre hija era fuerte y que saldría adelante.
Al entrar, tomé tu mano, estaba demasiado fría, no me importó, te besé con una mezcla de calma e incertidumbre, abriste tus hermosas esmeraldas, ahora apagadas por los medicamentos y el esfuerzo de dar a luz a mi hija, nuestra hija.
-Terry- tu voz se oía lejana, apagada.- lo siento, ya no estaré a tu lado. Mi hora ha llegado.- jadeaste buscando aire.
- No, mi vida, mi amor, Candy; eso dices por que acabas de pasar por esto y sé que fue muy duro para ti.- negaste con la cabeza pero continué hablando.- ya ya verás que te recuperarás y olvidaremos este mal momento.
Negaste con vehemencia y las lágrimas se escaparon de tus ojos... el nudo en mi garganta casi me ahoga; quería tomarte en mis brazos y que supieras que tu dolor era mio también, darte fuerza para que salir de todo esto... cuando entró Nancy con un pequeño bulto, aunque su rostro era serio y solemne, sus ojos traslucían tristeza. Nos entregó a esa linda bebé, sonrosada y con una pelusita rubia sobre la cabeza.
-Pronto me iré, mi cielo, pero, antes, quiero presentarte a tu nueva Julieta, mi amado Romeo; nuestra hija Julieta White GradChester Ardlay. - un fuerte jadeo por la falta de aire, y una tos te interrumpió, al recuperarte continuaste.- Cuidala por los dos.
FIN FLASBACK
Desde ese momento, mi vida se transformó. Pasado el periodo de dolor; me dediqué a mi Julieta, mi fortaleza y mi debilidad, mi guía y mi destino.
Tomé a mi princesa de la mano, y nos encaminamos a la Villa. De pronto, me siento cansado, mareado... le pido a Marie, la nana de mi Julieta que la lleve a la Villa, le de un baño y la cena. -Las alcanzaré después.
Cierro los ojos, casi siento una vez más tu mano acariciando mi rostro... y escucho tu voz nombrándome....
- Terry, por favor, ¡reaccona!-
-¡ Enfermera Grandchester! Guarde la compostura o no permitiré que siga atendiendo a su esposo. Bien sabe que no debería estar aquí. No se nos permite atender a nuestros familiares directos para evitar conflictos emocionales.
- Perdón, doctor, pero vea, otra vez el mercurio del termómetro subió a 40!-
- Salga de inmediato. Nancy la suplirá y que traigan compresas frias para controlar la fiebre.
Otra vez escucho voces, ya no son tan frecuentes. Suspiro y me dispongo a entrar. Después de acostar a mi princesa, me dispongo a dormir.
Me despierta una luz enceguecedora; parpadeo incómodo, reaciono cuando me doy cuenta que esta no es mi habitación de la Villa, o mi pijama; estoy en un hospital y... no sé como llegué aquí y lo peor
- ¿¡DÓNDE ESTÁ MI JULIETA, DÓNDE ESTÁ MI PRINCESA!?
- ¿Julieta? ¿De quién hablas? Espero que sea de mi. - un escalofrío recorre mi espalda al reconocer esa voz. Es...tu voz - ¿ Candy, mi amor?
No puedo creerlo, eres tú, ¡estás viva! estoy confundido; por que si tú estás viva, ¿ qué fué todo lo que viví con mi hija? Julieta, ¿ eres real o fué un sueño por la fiebre que dicen que he tenido estos días a causa de la Gripe Española?
No lo sé, sólo sé que estarás siempre en mi corazón. Mi amada Julieta Pecosa.