Fiesta Florida 2022.
Fisgona por Accidente.
Por la tarde en la mansión Andrew en Chicago, se escuchan voces alteradas saliendo de la gran cocina.
La encargada del lugar saca casi a empujones a una menuda rubia cubierta de salsa de jitomate.
Candy estaba fúrica, pero eso no se iba a quedar así, cómo se atrevía esa cocinera a echarle a pesar de sus disculpas, además, Albert le había dicho claramente que estaba invitada para practicar cuando y como conviniera para aprender, solo bastaba que le guiará, no era necesario darle de gritos sacándola de allí solo por intentar lavar el pescado con jabón.
Tampoco podía adivinar que era sal y no azúcar lo que le puso al postre, ¡Son tan parecidos los frascos! además solo trataba de ahorrarle tiempo al triturar todos los tomates, lo del guisado…, bueno ya aclaramos que esos frascos de la sal y el azúcar son idénticos, por lo que prohibir que volviera a entrar a la cocina era extremo.
Llegó hasta la habitación del patriarca tocando a la puerta sin recibir respuesta, probablemente se encontraba descansando pero no iba a desistir, así que entró con la confianza que existía entre ellos por años de conocerse.
Miraba a su alrededor sin encontrarlo hasta que escuchó el agua correr, una sonrisa pícara se formaba en su rostro cuando cuidadosamente se asomaba al área de ducha.
A través del cristal opaco lo miró, se distinguía claramente su alta figura de perfil frotando su cabeza inclinada hacia atrás para que el agua retirará la espuma de su cabello, con una mano en el pecho comenzaba a frotarse continuando con sus brazos, esos brazos que conocía tan bien.
Su corazón comenzó a latir un poco más rápido de lo normal, despacio comenzó a recorrer el cuerpo con la mirada tras ese cristal, con ojos más atrevidos de arriba abajo se detuvo en la curva donde termina su espalda, ¿cómo nombrar esa área y que suene como lo está viendo?, ¿Cómo nombrar esa curva que da forma al pantalón con ese par de na…turales y tentadores cuadrantes poseedores de músculos glúteos tan tonificados, una cosa era comportarse, ser decorosa, y otra muy diferente no tener ojos para darse cuenta de lo que salta a la vista, en ese preciso momento él frotaba tan llamativa área para enjabonar, permitiendo que el agua retirara la espuma ayudando con sus manos.
Ella comenzaba a acalorarse, sudaba y exudaba deseos, uno por ver lo que faltaba ser lavado, y otro por retirarse haciendo alto a la invasión de la privacidad del causante de sus desvelos, que ante lo que veía, a partir de ese momento serían más tortuosos al imaginar que podría ayudar a enjabonar ese maravilloso cuerpo.
Una corriente eléctrica la ancló en el lugar cuando el miembro masculino fue tomado para recibir la atención de ser frotado al igual que aquella prominente zona entre sus piernas, el mundo se redujo a ese espacioso baño, nada importante existía fuera de ese lugar, respiraba el aroma del jabón saboreando la humedad del ambiente, sintiendo la de ella mojar la tela de algodón de su prenda íntima, que con gusto se quitaría para recibir esa carne fresca y dura para dar fin a la espera de saber lo que es tener por completo a su príncipe.
Tanto esperar, tanto viaje y tantas cartas ya no eran suficientes para calmar la intranquilidad en su corazón al no saber si su cariño cambiaría hacia alguna de las muchas que aspiraban a ser elegidas como la señora Andrew.
El apellido por si solo era ya una garantía, la fortuna un factor de peso así fuera un adefesio, pero no, el patriarca era joven y apuesto, muy apuesto.
Estaba claro que había interés mutuo, pero nada se concretaba, lo que lograba desesperarla y quitarle el sueño por el temor de perder su mayor anhelo, que se encontraba resguardado en ese momento tras ese cristal opaco.
El frotar de ese tentador miembro se volvió rítmico dejando ver su nuevo tamaño, sujeto por la mano que lo masajeaba empezando acelerar el ritmo, un nombre escapó de los labios cuando el frenesí crecía.
¡Candy!
¡Dime!
La reacción fue instantánea, se cubría la boca dándose cuenta de su error.
Tan acostumbrada a responderle de inmediato no retuvo la respuesta a tiempo, la puerta de la ducha se abrió enseguida, los ojos azules la atraparon sin permitir esconderse a tiempo.
Roja y agitada dio un paso hacia atrás para emprender la huida, un mojado y también agitado rubio por lo que segundos antes hacia, pudo darse cuenta de su intención, con un par de pasos largos la atrapó por la muñeca observándola fijamente.
¿Así que acostumbras fisgonear cuando me baño?¿Desde cuándo?.
N..no, yo solo vine a verte, p-pero no a verte bañar, venía a decirte, que.. que.
¿Qué?.
Lo olvidé, además.. ¡Además tú tienes la culpa!
¿Yo? No te atrevas a confundirme, ¿porque he de tener yo la culpa de que te metas a mi baño durante mi ducha.?
Por favor antes ponte una toalla, estás cubierto de espuma… pero se empieza a caer.
Cuál es la diferencia, ya me viste así más de una vez.
Por supuesto que no, es la primera vez que te veo, por favor cúbrete.
Está bien, pero dime por qué tengo la culpa de ser espiado.
Pues no precisamente de ser espiado, más bien de querer conocerte más íntimamente aunque tú no te des cuenta.
Eso es espiar, lo que lleva a preguntar de nuevo, (con voz y mirada que dejaban ver algo de impaciencia), ¿Que haces aquí, mirándome sin que me entere?
¡Tu tienes la culpa!.
Estoy a dos segundos de perder la paciencia, me has sorprendido en un momento muy bochornoso y sigues insistiendo en que es mi culpa, si no me aclaras eso ahora mismo habrá consecuencias.
¿En realidad no te enteras? Desde hace poco más de dos años, llevamos más contacto por cartas que en persona.
Sabes que es por negocios, es mi…,
Responsabilidad como representante etc.etc. si, lo sé de sobra, no es por tu ausencia, es por lo que me insinúas en las cartas y no cumples cuando regresas.
No sé de qué hablas, yo.. terminaré de bañarme, después hablamos, con más calma.
¡Ah qué casualidad!,¡ No! Me pediste explicación, y te la daré letra por letra, la evidencia está en mi maleta dentro de una caja de zapatos, pero están grabadas aquí en mi mente.
"Querida Candy, regresando a Chicago iremos a pasear por esa parte del lago donde renovaré esa promesa hecha una tarde con un sándwich".
y ni paseo, ni renovación,¡ ni sandwich.!
" Hola Candy, extraño tus abrazos debo encontrar la manera de que duren más tiempo"
Y pasa todo lo contrario, no está bien porque le molesta a la tía abuela.
" Querida Candy quiero que llegue el día en que juntos lleguemos a las estrellas"
¿Y de qué manera será eso? hay una manera, pero como de costumbre no tocas ningún tema de las pláticas por carta, es más te comportas como si nunca las hubieras enviado, me mantienes a la expectativa contando los días, las horas para verte y reafirmes con hechos tus palabras, pero regresas y no pasa nada.
Solo puedo imaginar que escribes lo que me gustaría escuchar esperando que lo olvide, creo que ya hay alguien en tu vida para esos planes y te equivocaste al enviar la misiva, si es así dímelo claramente para no volver a invadir tu vida, ni tú intimidad.
Candy, esas palabras son solo para ti, las escribo al extrañarte tanto, son deseos reales, solo que al volver también lo hago a la realidad, una realidad muy pesada que me hace temer no tener el tiempo necesario para dedicarlo a ti, ni siquiera tengo un día completo para los dos sin ser solicitado para alguna reunión o nuevo negocio.
Entonces ¿prefieres no darme ni un poco por ese temor? Llegaste por la madrugada, en lugar de llegar a tu solitaria y fría cama, podrías llegar a una tibia conmigo, en lugar de bañarte solo, y yo de este lado pues…mejor piénsalo y dame una respuesta clara para tomar la decisión de alejarme o…
Diciendo estás palabras, la joven gira para retirarse siendo atrapada por los hombros en un abrazo, el cual humedece su vestido por el contacto de aquel cuerpo varonil aun mojado, mientras le habla su oído haciéndola estremecer con la calidez de su aliento.
Quédate, tienes razón, si puedes tolerar este tiempo con solo algunos espacios para nosotros dos, serán momentos, pero haremos los mejores momentos de nuestra vida, pronto con Archie en la empresa los tiempos serán más amplios, ¿Te has dado cuenta que estás cubierta de jitomate?.
Oh sí de eso quería hablarte, ¡esa cocinera!.
Después me cuentas, ahora necesitas darte un baño.
Tienes razón, iré a mi habitación y..
Ya estás en un baño, es más ya estás mojada ven yo te ayudo.
¡No! Cómo crees, yo puedo sola, tu sigue ya me retiro.
Por supuesto que no, exijo igualdad, tú espiaste, yo espío.
Pero fue un accidente y es la primera vez que sucede, no Bert suéltame por favor, tengo los zapatos puestos, no me lleves a la ducha vestida.
Tienes razón, hay qué quitarte ese vestido primero.
¡Si!, digo ¡No! Déjame ir, no me beses la cara, no me vas a mmm, ni los labios mmm, detente tus besos no me con..mmm
Tranquila solo será un baño, lo más pronto posible será todo lo que te has podido imaginar, mientras fisgoneabas.
¿¡Yo!? Cómo puedes decir algo así, yo no veía tu cuerpo maliciosamente, solamente tus músculos muy bien ejercitados, ya me marchó, si, este jitomate puf, hasta luego.
Insistió, tú sugeriste la compañía del otro lado del vidrio, y yo la acepto encantado.
Sin más argumentos posibles, cedió a la insistencia "resignadamente".
Agua y jabón corrían entre caricias y besos detrás del cristal opaco.