Aún recuerdo cuando Candy volvió al departamento ese día; le mostraba orgulloso el bello afiche donde Terry estaba como el actor principal de la obra. En ningún momento hicimos algún comentario sobre el estelar femenino que también aparecía junto a él. Pareciera que era una imagen invisible y le restamos toda importancia a lo que no fuera el nombre y cara de aquel joven de porte elegante que sin saber por qué, me simpatizaba; el rostro de un hombre que mi mente aún no podía recordar. Miramos por largo rato y en silencio la publicidad de la obra. No quise interrumpir su arrobamiento, y me dirigí a la cocina para revisar la cena. Todo lo que Candy en ese momento transmitía era emoción y amor, yo pude sentirlo; y tal vez, sí… quizá haya sentido un poquito de celos.
Dentro de mí sabía que sólo era mi amiga, confidente y enfermera, además de ser el único vínculo con un pasado que no se decidía volver. Comprendí que los amigos, también se celan entre sí. Recordé un día cuando le comenté que había llegado una mesera nueva al restaurante donde trabajaba, y lo amable que fue conmigo para ayudarme con mis labores e invitarme a cenar. No olvidaré nunca la cara tan seria que tenía mi pecosa enfermera cuando llegué a casa.
- Me parece que ya no son horas de andar en la calle Albert, dijiste que no tardarías- dijo en un tono amable pero seco
- Lo siento Candy, es que fui a dejar a Rosy a su casa. Como bien dices, se nos fue la cena en platicar y lo correcto es que la llevara a su casa ¿no crees?
Con un mohín de disgusto, Candy se levantó de la silla y se dirigió a su cuarto
- Mmm, te recuerdo que eres un paciente con amnesia y no puedes andar por ahí exponiéndote, jugando a ser caballeroso... buenas noches – Y sin más, cerró la puerta tras de sí.
En ese momento no había entendido su actitud, incluso me sentí como un niño regañado. Ante tal recibimiento lo único que hice al llegar a mi cuarto y acostarme, fue tratar de entender a Candy y su malhumorado semblante (que por cierto le duró más de una semana). Quizás por la convivencia, o porque simplemente uno termina mimetizándose con quien más convive, fue que le di la razón y concluí que en efecto, yo no debería comportarme como si estuviera sano. Mi dulce enfermera estaba velando por mí, así que procuré no hacer vida social después del trabajo y llegar siempre a tiempo como ella lo hacía.
- ¡Albert, se está tirando la sopa!, ¿no me escuchaste nada verdad? ¿te sientes bien?
- ¡Cielos!, no Candy, no te escuché… es que yo…- la verdad no sabía si contarle que me sentía desplazado por un afiche, me sentí muy tonto y extraño
- ¿Recordaste algo Albert?, ¿estás mareado?, siéntate y descansa, creo que no está del todo bien que trabajes todo el día; en lugar de guisar deberías dormir un poco
Candy empezó a limpiar todo y aunque le insistí que me sentía bien, no me dejo levantarme del sillón y siguió su alegre parloteo sobre su próximo viaje a Broadway con todas las cosas que pensaba comprar. Me limité a escucharla y sonreír ante sus expresiones y nervios por su próximo encuentro con Terry. Comprendí que los verdaderos amigos, son felices cuando comparten todo, y que ese pequeño sentimiento de celo, era porque quizá perdería una amiga y tendría que compartirla con alguien más. Los cambios en la vida son constantes, además… ¿acaso no quería verla dichosa? Una amiga tan especial, sólo podía tener un futuro fantástico; y yo quería eso precisamente para ella. La cena transcurrió sin más sobresaltos y decidimos dormir temprano. Antes de cerrar la puerta, Candy me hizo un comentario
- Me preocupa dejarte solo Albert; le dije a Archie y Stear que te visiten por las tardes para que no estés solo, aunque Annie y Patty ya me dijeron que también vendrán saludarte
- Por Dios Candy, no me va a pasar nada, tendré amnesia, pero ya me lavo los dientes solo ¿eh?- le dije sonriendo.
Ella solo me miró dudosa y dijo que aunque así fuera ya lo había decidido. Nos dimos las buenas noches, me acosté y dormí enseguida, sabía que de nada valía oponerse.
Si Albert piensa que lo voy a dejar solo para que se vaya de noche con su “amiga Rosy”, está muy equivocado. Esa mujer me da mala espina… qué curioso, es como si… no, definitivamente estoy muy nerviosa; Albert tiene que recuperarse y retomar su vida… ¿qué te pasa Candy? ¿Por qué celas a tu amigo más querido?... aaahhh mejor dormiré, estoy demasiado tensa-.
Ambos durmieron y soñaron de manera diferente a otros días. La amistad es el preludio del amor.
Última edición por LORENA **AlbertManìa** el Lun Mayo 16, 2022 9:37 am, editado 2 veces