Así, continuamos con la parte 2.
A mí no se me da jugar, pero me estaba deleitando viendo los partidos de voleibol de los equipos, se veían tan dinámicos y animados que hasta me estaban dando ganas de incluirme.
Ella, Neil, Didi, Stear, T.G. y Albert estaban enzarzados en un juego de va y viene.
Era increíble ver a Neil integrado a ellos, aunque se le veía nervioso y desesperado, pero como siempre es así, ya ni caso le hacemos. Al poco tiempo, abandonó al equipo y el juego terminó.
Algunas de las chicas decidieron ir a explorar el lugar, yo me quedé en esa playa, pues era muy tranquila. Estaba decidida a disfrutar de estas vacaciones al máximo.
Flashback:
—Oye Didi, que bikini vas a llevar? ¿Ese que parece dos tallas menos que la tuya o uno normal? —me reí tan fuerte que me dolió el estómago.
—Ay Eliza, quisiera exponer todo solo para llamar su atención —me dice con la carita acongojada, sé que es por Stear, aun no logra asimilar su relación con Paty.
—Vamos amigaaaa, hay muchos peces en el agua. Quien quita y tu verdadero galán te espera por ahí.
—jajajaja siii tienes razón, fuera tristeza!!! Vamos a apurarnos.
Oímos unas voces fuera de la puerta, yo la miro, ella me mira…
—Son Eliza y Candy!!!! —grito apresurándome abrir la puerta.
Eliza estaba escupiendo su veneno diciéndole Candice que una huérfana, arribista, arrimada, como ella no podría estar con alguien como Terrence. No sé en qué momento, pero de pronto veo a Didi jalándole el cabello y diciéndole que esta será la última vez que se mete con Candice. Eliza trataba de jalarla, pero de pronto veo que ella pone su pierna entre las de Eliza y la hace caer. De cachetada en cachetada, de jalón de pelo en jalón. Eliza recibió una verdadera golpiza.
Fin del flash back
De pronto un giro inesperado, chirridos de llanta, gritos por aquí y por allá. Francamente no me esperaba esto. Para cuando levanto mi cabeza veo como un hombre musculoso y fuerte agarra a Elian del cabello y la mete en un auto. Otros dos, agarran a Pitu y Didi. Solo Felicity y yo estamos en la SUV aun, no quiero que me lleven, no quiero que estas vacaciones soñadas se vuelvan una pesadilla. Solo deseo volver a Michael, mi médico militar debería venir a salvarme. Lágrimas escapan de mis ojos, estoy en shock, pero vuelvo a la realidad cuando abren la puerta y me dicen:
—Otra muñequita para divertirnos —solo veo unos ojos azules índigo que me perforan antes de que un golpe ponga todo en negro.
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Cuando despierto me siento mareada, pero me doy cuenta que estoy amarrada de pies y manos en una habitación que desconozco. Felícity está amarrada en una silla mientras Didi y Pitu están amordazadas en los sillones frente a la ventana. Dios mío, ¿qué está pasando? No comprendo qué está pasando.
Estoy perdida en mis pensamientos, cuando alguien abre la puerta. Es el miserable de Neal junto a otros tres; claro la rata esa nunca puede actuar solo, tenía que tener a sus compinches.
—¿Y cómo las están tratando mis queridas Rebeldes? —dice el muy desgraciado agarrando el cabello de Didi de golpe—. Así que te gusta golpear a los indefensos, vamos a ver si con nosotros eres tan brava como hace un rato. —
Por favor, ¿indefensa su hermana? Eso sí que es ridículo. ¡¡¡Pensar que todo esto es por la paliza a Eliza, es que es de no creérselo!!! De pronto, escucho el ruido de la puerta abriéndose y vuelvo a ver esos ojos índigos que me quitaron el habla. Acercándose me dice:
—Hola muñequita, ¿y ya sabes para qué estás aquí? —yo estaba muda, no lograba decir nada.
—Vamos Patrick, deja de jugar y concentrémonos en lo que es importante —le dice Neal y veo que vuelve a jalar el cabello de Didi—. Vamos a darle a esta una lección.
—Bien, que empiece el juego —dice el tal Patrick, sacando una cuchilla de su bolsillo.
En este momento, solo quisiera que Michael venga a rescatarme y me abrace fuertemente y olvidar esta horrible pesadilla.
Veo como el hombre de ojos índigos corta las cuerdas que atan a Didi y la empuja a los brazos del indeseable Neal, mientras se acerca con esa cuchilla a mi rostro
-Tranquila muñeca, tu turno está por llegar, su lengua recorre mi mejilla y siento nauseas ante ese desagradable contacto, mientras la cuchilla corta el primer botón de mi blusa mostrando parte de mi mini bikini azul eléctrico. El miedo me paraliza y más cuando escucho el sonido de la puerta. Desde mi posición solo atino a ver las fornidas piernas de tres hombres más que ingresan y siento una opresión en mi pecho, creo voy a desmayarme.
-¿Qué creen que están haciendo con mis Rebeldes? Ellas son mis chicas de Dubái y el trato no contemplaba que ustedes prueben la mercancía. – Una voz fría como el acero retumba en la estancia.
Ohhh, ese acento italiano lo reconocería en cualquier lugar. Mi corazón comienza a latir desesperado y cuando el tipejo se hace un lado puedo contemplar en toda su majestuosidad a mi salvador (o eso espero). Mi bello Giulio acompañado de quien creo es Michael el adorado doctorcito de Ella y Tom el famoso vaquero, hermano de crianza de Candy que muestra un rostro serio a Neal a quien arrebato de sus manos a una valiente Didi que se dio la vuelta para asestar un buen golpe en la entrepierna del cobarde de Legan.
Giulio se acerca a mí, aparta al indeseable que quería manosearme para ayudarme a levantar, ágilmente desata los agarres y me dice suavemente al oído.
-Pitu me debes una y creo saber cómo podré cobrarlo. –Me guiña un ojo para dirigirse a Neal y el tal Patrick.
-Ustedes, son un par de ineptos, no tienen idea de cómo tratar a las mujeres, ellas son como flores delicadas y como a tales se debe tratar.
-¿Delicadas? Ja, esa zorra - Neal señala a Didi- no tiene nada de dama.
-Ella es una rosa especial, saca sus espinas cuando corresponde. Te lo merecías. Su misión ha concluido y por cada daño hecho a mis flores, se descontará del acuerdo ¡Largo de aquí par de imbéciles!
Elian y Felicity están abrazadas, por sus rostros ruedan lágrimas y es que esta vez por poco no la contamos.
Michael y Ella están en su propia burbuja, Tom sonríe socarrón a Didi que pese a todo no pierde su esencia de diablilla.
-¿Cómo supiste que estábamos en este lio? ¿Tú... no pretendes que vayamos a Dubái verdad?
-Jajaja, no sería mala idea, ustedes serían un éxito - Vuelve a reír al notar mi rubor – No preciosa, Patrick es uno de mis contactos en el hotel, casualmente lo escuché tramando con Legan vengar a su “hermana”. Me alegro haber intervenido y ser hoy tu salvador.
Pitu, ven conmigo, tienes una deuda pendiente. –Esa mirada maliciosa hace que mis bragas se humedezcan…
Tom abre la puerta y todo galante se hace a un lado.
-Señoritas, su carroza las espera para devolverlas a su hotel, donde espero disfruten de nuevas a venturas.
CONTINUARÁ...