MAMÁ.
-Mamá...
Se oye decir... es la voz de un niño, que clama constantemente.
-¡Mamá...!
El eco de sus pasos retumban por el sapillo... no sabe hacia dónde va... pero el camino es más que claro. Como un fuego fatuo blanco que ilumina cada rincón, miles de rosas aparecen sobre cada superficie, llenando la estancia con su peculiar aroma.
-Mamá... ¡Mamá...!
Llama constantemente. Espera poder verla, escuchar su voz... su corazón le dice que no está lejos y que lo está esperando. Esas rosas se lo confirman, sus pétalos no están cayendo.
-Mamá... ¿En dónde estás? ¡Mamá...!
Sigue llamando mientras va tras esa luz que lo lleva hasta una habitación... la habitación de ella... todo está intacto, la cama, su tocador y diván en el mismo ligar de siempre. Cerca de la ventana hay una maletas, y de presto su corazón le dicen que "Mamá se va a marchar".
Temeroso termina de acercarse y con sus pequeño dedos rozan los tersos pétalos de la flor cuando finalmente escucha su voz.
-Hijo ¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan agitado?
-¡Mamá! tengo miedo... creí que me habías abandonado.
-Tranquilo pequeño ¿A caso lo has olvidado? Siempre voy estar a tu lado... ¿No ves que acabo de mudarme a éste lugar?
Por un instante el niño no comprende exactamente lo que ella quiere decir, sus lágrimas empañan su vista y sólo quiere ser abrazado por su madre y que ésta nunca lo vuelva a dejar.
-Shhh... tranquilo mi pequeño Anthony, todo está bien. Siempre me tendrás a tu lado, viviré en tu recuerdo siempre. Podrás sentirme tan cerca de tu corazón como ahora mismo.
Lo reconfortaba acariciándole la suave rubia cabellera y dando besitos en su frente; ambos sintieron con el tierno latido se volvía acompasadamente a la vez que el niño caía plácidamente en un sueño arrullado por los brazos de su madre.
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-Mamá...
Se oye decir suavemente.
-Doctor, parece que la fiebre finalmente está remitiendo.
-Estupendo... pobre criatura... tener que pasar por éste dolor tan pequeño.
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-Mamá...
Volvió a repetir con voz carrasposa... sobre su frente un paño húmedo era ubicado a la vez que el ritmo de su corazón empezaba a normalizarse.
-Mamá...
-Doctor...
-Tranquila enfermera... no se preocupe, el señorito Anthony siempre pasa por ésto cada año.
F I N