Al día siguiente.
-Buenos días señora Ardlay.
-Buenos días señor Whitman.
Respondió la joven al asistente, se conocían gracias al hombre que ya hace postrado en la cama de la habitación 512. Terminaron de caminar lo que resta del pasillo antes de llegar a una antesala circular, con unos cubículo en el centro donde las enfermeras atienden el teléfono, documentos y más, para los pacientes de esa zona.
Cuando entran en cuarto donde está el hombre, ella se vuelve a encontrar con los ojos de la vez anterior que la vieron la primera vez, era el compañero de habitación.
En la camilla seguía el joven de cabellos castaños medio dormido; su rostro tenía un tono brilloso, tes medio pálida, respiración acompasada y un pitido del monitor constante y sereno. Con pasos pesado ella se terminó de acercar hasta la cama e instintivamente le tomó de la mano, su corazón atolondrado se lo pedía.
Sintió la piel fría... pudo percibir claramente la vía que tenía puesta en el cuello, su mano derecha y en la izquierda un aparato con un botón listo para ser presionado, los cables de éste llevaban a un gotero donde contenía un analgésico fuerte.
Fue inevitable que su corazón se estrujara por la emoción. Una mezcla entre alegría y dolor por saberlo con vida, pero seguro teniendo que sufrir al encontrarse en tal situación. De presto la enfermera entra en la estancia para darle los medicamentos correspondientes al otro paciente, el par de recién llegados la observan.
-Enfermera... dígame ¿Cómo se encuentra el señor Grandchester?
Pidió el caballero, la practicante los mira de soslayo
-¿Ustedes son familiares?
-Así es.
La rubia se queda a media palabra para luego ver al caballero a su lado atónita por tal afirmación, simplemente no daba crédito, y para colmo, su voz no deseaba hacerse notar.
-Él se encuentra bien. Ha despertado en la mañana, pero se mantiene anestesiado debido a la intensidad del dolor. Puede que en éste momento no puedan hablar con él, pero seguro que les escucha.
-Entiendo... muchas gracias.
La enfermera termina de checar el estado de las bolsas de suero que cuelgan e introducen los medicamentos en el cuerpo del hombre que duerme para finalmente abandonar la estancia sin añadir más. De presto el hombre dice:
-Bueno, creo que lo mejor será que usted se quede con él, señora Ardlay.
-Oh no. Por favor, señor Whitman, no hace falta. Yo me retiro ahora pues ya lo vi y...
-Por favor señora, no se preocupe. Además debo comunicarme con el señor Grandchester padre, para informarle sobre el estado de su hijo, está esperando noticias mías.
-Pero...
-No se preocupe, sé que lo dejo en buena compañía. Si me disculpa.
Agradece el caballero hasta finalmente dejar a la mujer sola con su jefe.
El silencio se hizo entre ellos, salvo por la tertulia que se llevaba a cabo por la televisión, y que muy interesado seguía el compañero de habitación.
Así pasaron las horas, sin que nadie dijera nada. De vez en cuando Grandchester se removía en su sitio y presionaba el botón en su mano izquierda para volver a quedar dormido. La joven pensaba:
-Quiero ya no sentir nada... no amarte, quiero ser fuerte. ¿Por qué mi corazón tiene que sufrir tal mala suerte? Caí en tu juego y creció en mí una tonta ilusión... Ya no quiero sentir nada, que mi corazón os olvide.
Se repetía de una y otra forma a la vez, pero era incapaz de separarse de su lado, no podía. Su corazón lloraba por verlo en ese estado, mientras que su mente consideraba que era la mejor situación para salir de todo ese embrollo y hacer su vida como le diera en gana. Sabía perfectamente que se había equivocado desde un principio, hasta la médula. Pero lo pasado hecho estaba, no se podía borrar. No le quedaba más remedio que aceptar.
Llegada la hora de las nueve, la mayoría de los visitantes se van retirando, la rubia estaba dudosa de lo que debía hacer... pronunciar un último adiós o esperar a que él pudiese reaccionar, hasta que escucha una voz carrasposa pronunciar:
-Mañana...
-¿Qué?
-Mañana ven a la misma hora...
Como única respuesta hizo un apretón en la mano que todavía sujetaba, pero a la vez su corazón se estrujó pensando ¿Por qué le había dicho eso?
-¿Será porque alguien más viene a verlo y no quiere que vaya a coincidir?
Esa inquietud sólo hizo que su corazón volviera a doler.
Última edición por Cherry Cheddar el Dom Abr 23, 2023 2:20 am, editado 1 vez