SEDUCIENDO AL VILLANO
GIANNY 17
CAPÍTULO 7
GIANNY 17
CAPÍTULO 7
Terrence se hallaba en medio de un arduo enfrentamiento de espadas, donde luchaba con el capitán de su guardia, había despertado lleno de energía y había visto por conveniente entrenar con algunos de sus caballeros para sentirse más cómodo.
Las espadas chocaron e hicieron un ruido estridente, ambos hombres se miraron directamente al rostro, uno con gesto serio y lleno de una concentración casi religiosa y otro con una sonrisa relajada y ojos centellantes.
“Es un maldito monstruo “
Pensó el subordinado al ver a su jefe mientras aguantaba el duro ataque, por causa de sus pensamientos no pudo ver el golpe de la rodilla que chocó contra su estómago dejándolo sin aire.
---¿Cuántas veces te dije que no dejes espacios abiertos para que te ataquen?.- Terrence lo miró divertido y mientras extendía su mano para ayudarlo, una voz lo llamó detrás de él.
---Su excelencia. – James su leal mayordomo extendió la toalla hacia su amo. - Su majestad, el emperador está aquí buscándolo. - La frente de Terry se arrugó y mirando a su empleado se acercó a él y tomó lo ofrecido.
---¿Qué hace aquí?
---No sabría decirle su excelencia. - Le alcanzó una camisa limpia. – Pero está esperándolo en el estudio.
Terrence se quitó la prenda sudada y secándose empezó su andar.
---Tómense un descanso de veinte minutos y reinicien el entrenamiento. - Ordenó antes de irse.
---Si, señor.
--- James.- Lo llamó mientras se abotonaba la camisa.
---¿Si señor?
---Ya sabes que hacer.
---Por supuesto señor.
Caminó hasta la puerta de su estudio y respirando hondo ingreso.
---Saludo a su majestad el emperador Robert Maximus Grandchester, gran gobernante de Catambria.
---Déjate de payasadas Terrence.- La voz de su tío sonó con cierto tono de seriedad lo que llamó su atención.- ¿En verdad no sabes por qué estoy aquí?.- Su rostro estaba serio y una leve molestia se asomaba en él.
---La verdad que no, tío.- Terry se sentó en uno de los sillones y estiró sus piernas colocándolas en la pequeña mesa donde se servía el té.- Estoy tan sorprendido por tu visita inesperada que no pude darme un baño decente para poder recibirte. – Robert lo miró por un rato y luego suspiro agotado.
---¿Qué relación tienes con la señorita Arlington?
---¿Señorita Arlington?.- Su apellido saliendo de la boca de su tío, hizo que algo dentro de él se inquietara.- No me digas que ya corrieron los chisme de lo que paso ayer.
---Terry no estoy jugando…¿Qué sucedió con la señorita Arlington?.
La risa que Terry soltó puso de los nervios a Robert y sobándose el rostro espero a que este hablara.
---Tío, si te lo dijera no sería un caballero.- Terry se cruzó de brazos y lo miro divertido.- Aunque muchos dicen que no lo soy.
---Deja en paz a la señorita Arlington.- Rogó Robert al ver la actitud de su sobrino.
---¿Por qué?.- Le respondió con la ceja alzada.- No eras tu quien decía que era hora de buscar una esposa, creo que puedo casarme con ella.- Le dijo con una sonrisa burlona.- No tendrías que preocuparte por los fastidiosos rumores de tu loco sobrino.
---¡Ella no!- Gritó mientras golpeaba el reposabrazos del sillón.
Terry lo miró con cierto fastidio y bajando las piernas de la mesa y lo miró atentamente con una sonrisa extraña.
---¿Por qué no?
---Porque ella ya está comprometida.
La sonrisa desapareció de su rostro y una nube oscura apareció en su lugar.
---¿Comprometida?
---Si. - Robert lo miró a los ojos.- Es estúpido que no lo supieras, tú el gran duque de Grandchester que sabe todo y te lo cuentan todo, no supiera que la mujer que corteja es la prometida del marqués de Somerset.
La mirada de Terry se dirigió hacia un lugar en particular del estudio mientras guardaba silencio.
----Tú sabes que a mí me alegraría más que a nada que decidas establecerte y formes una familia, pero te pido que busques a otra mujer.- Terry lo miro con mirada seria.
---¿Por qué estás tú, hablando por esa relación?- Robert soltó sin remordimiento.
---Porque fui yo quien aprobó este compromiso y notifico a ambas familias mediante un documento de por medio.
Terry apretó las manos no pasando este gesto desapercibido por su tío.
---Este matrimonio ayudara a la corona a fortalecer sus pilares.
---¡Ja!.- Soltó Terry mientras apretaba el puño sobre su boca.- Con el marqués de Somerset…¿con ese anciano? ¿La comprometiste con ese anciano?
---Terrence.- Robert habló con firmeza.- Tu y yo sabemos lo que tuvimos que pasar para encontrarnos hoy aquí, tú más que nadie sabe lo que sacrificamos para poder formar este imperio y el marqués fue una pieza clave para poder limpiar todo esa mierda que tanto deseamos ocultar.
---¿Y estas pagando su silencio con ella?
---No, estoy permitiéndole al conde ascender de nivel, tener un sucesor y aumentar su riqueza para que su hija viva una vida llena de lujos sin preocuparse de nada, pero tú lo estas arruinando, estás arruinando el futuro de esta pobre chica con la que sé estas jugando.
---¿Cómo sabes que estoy jugando con ella?¿Por qué piensas que lo estoy haciendo?
---Porque te conozco desde que eras un niño y sé cuándo te tomas o no las cosas en serio y ella solo es un juguete para ti.
De pronto unos golpes en la puerta interrumpieron la charla y la voz de James se dejó escuchar.
---Su excelencia, tiene visitas y están pidiendo reunirse con usted urgentemente.
---Ya salgo. - Soltó con tono frio.
---Hazme caso por esta vez Terry.- Soltó Robert mientras se paraba.- Mantente alejado de ella.
---¿Ella sabía del compromiso?- Robert asintió.
---Si, hace tiempo se le notificó y hasta donde sé, ya se han visto…me sorprende que tu no lo sepas, que ni siquiera te lo hayan informado.
---No pregunte. - La voz de Terry sonó áspera y molesta.- Bien.- Terry se puso de pie y caminó hasta su escritorio.- Creo que deberías irte, tengo que atender otros asuntos.
---Es solo una chica Terrence, puedes tener a quien sea.
---Lo sé. - La sonrisa que le brindo le indicó que la charla terminó.- Como lo dijiste tendré que buscar otro juguete.
Robert lo miró y con cierto remordimiento salió del estudio dejando a su sobrino solo en aquel lugar.
---Señor.- Intervino James al ver a su silencioso amo.- ¿Doy la orden de no molestarlo?
---Si.
Haciendo un reverencia se cerró las puertas del estudio y en total silencio Terry se halló mirando a través de la ventana el hermoso jardín de su propiedad.
Oooooooooo//ooooooooooo
El carruaje se detuvo y bajando a toda prisa Candence Arlington se presentó ante el joven mayordomo que la esperaba en la puerta.
---Vengo a ver a su excelencia.- Dijo en tonó urgente.
---¿Señorita Arlington?.- James que la miraba sorprendido por su apariencia negó ante su reacción fuera de lugar.- Su excelencia pidió no ser molestado, temo que no podrá recibirla.
---Por favor.- Rogó Candy ante la negativa de permitirle verlo. – Necesito hablar con él, necesito tener una audiencia con su excelencia.
---Lo siento señorita, pero es lo que ordenó el señor.
Candy miró hacia el carruaje que la trajo y miró el rostro preocupado de Rose, si regresaba sin siquiera poder hablar con él, su vida acabaría tal como lo menciono el marqués. Ya que antes de convertirse en su prisionera preferiría morir de manera honrosa.
---Por favor.- Tomando la decisión de darlo todo por la causa, las rodillas de Candy cedieron y tocaron el duro suelo de la entrada de la mansión.
---¡SEÑORITA!.- El grito del cochero y de Rose se escuchó cuando vieron lo que estaba haciendo.- ¡POR FAVOR LEVANTESE!
---Mayordomo mayor permíteme ver a su excelencia, te lo ruego.
---¡Señorita no haga eso!.- James se puso nervioso al ver lo que hacia la noble dama.- De verdad no puedo.
---Solo anúnciame y si sabiendo que soy yo él aun rechaza mi visita, me iré tal como vine, por favor.
James miró preocupado a los sirvientes que llegaron con ella y ganándose su mirada de reproche, paso saliva.
---Está bien, pero por favor póngase de pie. - Y sonriendo, ella obedeció el pedido del mayordomo.
James la guio a través de la elegante mansión y pronto se detuvo frente a unas enormes puertas de madera y dando unos pequeños golpes soltó.
---Su excelencia disculpe la molestia, pero tiene visita.
---Te dije que no quería que me molestaran…que se marche quien quiera que sea.
A Candy la recorrió un escalofrío al notar su tono gélido de voz.
---Es la señorita Arlington.- El silencio se hizo presente en lugar de un respuesta fría.
---Déjala pasar.
James miró a la joven y le indicó ingresar.
---Voy con usted.- Soltó Rose al ver como el mayordomo intentaba abrir las puertas.
---Solo la señorita.- Habló James en un tono bajo.- El señor no permitirá que alguien más entre.
---No la dejare sola.- Rose apretó los dientes ante la palabras del mayordomo. – Mira lo que le hizo el ultimó hombre que se le permitió estar a solas con ella.
---Rose.- Candy la calló.- Quédate aquí.
---Pero señ…
---Por favor.- Y apretando los labios la joven asintió.
Candy ingresó al estudio que se hallaba aun iluminado por la luz del sol y dando algunos pasos se paró frente al enorme escritorio que resguardaba a su dueño.
---Su excelencia gracias por recibirme. - Saludo con cortesía aun cuando este no la observaba, ya que se encontraba sentado mirando el enorme ventanal.
“Ya lo sabe”
Pensó Candy al ver la maleducada actitud del dueño del lugar.
---¿A qué se debe su intempestiva visita señorita Arlington?
---Tengo un tema importante que hablar con usted.- Soltó poco convencida de que deseara ayudarla, pero al menos debía intentarlo.
---¿Un tema? ¿Cuál podría ser este?
---Mi compromiso. - No pudo ver como Terry apretaba los puños y miraba con frialdad la ventana.
---¿Está usted comprometida? .- Su voz sonó fría y sin un ápice de amabilidad.
---Usted ya lo sabe su excelencia.
---¡Ja!.- Soltó en tono de burla.- No se atrevió a decirme que estaba comprometida con la venia del emperador y nuevamente se burló de mí, como suele hacerlo.
---Su majestad el emperador me vendió al marqués sin importarle mi opinión o la de mi padre, desde que me entere de este compromiso he intentado hacer que el marqués lo cancele, pero no lo he logrado, es por eso que hoy estoy aquí para pedir su ayuda.
---¿Ayuda?.- La risa de Terry se escuchó en todo el lugar.- ¿Qué te hace pensar que te voy a ayudar?
---Porque.- Candy se lamio los labios y tomando aire soltó.- Porque yo le gusto su excelencia.
La cara de Terry se distorsionó apenas escuchó aquellas palabras y poniéndose de pie se giró para enfrentarla. Pero tan pronto como lo hizo, el aire en sus pulmones lo abandono.
El hermoso rostro que había visto el día anterior ya no estaba, en su lugar se hallaba uno lleno de moretones, inflamado y con un labio herido.
---¿Quién te hizo eso?- Preguntó acercándose a paso raudo y tomándola de la lastimada barbilla con suma delicadeza observó su rostro.
---Lo hizo el que será mi futuro esposo, su excelencia. - Los ojos de Candy se cristalizaron y aunque no derramó lágrima alguna, la tristeza se hizo presente. – Ayúdeme su excelencia, ayúdeme a romper este compromiso.
Terry la soltó como si quemará y dándole la espalda soltó.
---No tengo intención en desobedecer las órdenes del emperador, si él los unió fue por una razón justa y necesaria.
---¡El me vendió!.- Candy gritó enfada.- Me vendió al marqués para pagar una deuda que tiene con él, para esconder los sucios secretos que ambos comparten.
---¿Qué estas diciendo?.- Terry la enfrentó estupefacto por sus palabras.
Aquello era un secreto, algo que solo sabían pocas personas y nadie debía enterarse, por eso él renuncio a su destino y aceptó el título de villano, asesino y monstruo. Todo para que nadie supiese la oscura verdad de su familia.
---Ayúdeme su excelencia.- Candy rogó al sorprendido duque.- No tengo a quien más recurrir.
Terry la miró y apretando los labios le respondió.
---No.
---Por favor.- Sus ojos verdes lo miraban con ansias.
---Aun si quisiera hacerlo, enfrentarme al emperador ¿Cómo me pagarías?.- Su rostro se acercó al de ella.
---¿Qué puedo ofrecerle a alguien que lo tiene todo? .- Su postura se enderezo y su rostro adquirió confianza.- Solo lo único que tengo y no puede obtener sin mi consentimiento…a mí.
Terry sintió temblar su corazón y parpadeo un par de veces al comprender lo que le ofrecía la mujer que tenia al frente suyo.
---Le ofrezco mi virtud su excelencia y si con eso no le basta se lo ofrezco hasta que sus ansias de poseerme se acaben, pero libéreme de ese hombre su excelencia. - Su voz se quebró y se mordió los labios para callar sus quejidos.
---No eres consciente de lo que ofreces, verdad.- El tomó su barbilla y la obligo a soltar sus labios.
---Lo soy y prefiero entregarle mis primeras veces a usted que me gusta, a que el marqués las tomé por la fuerza y verme obligada a repetirlo todas las noches de mi vida.
---¿Y si termino siendo peor que tu marqués?- Susurro en tono frio.
---No lo es, no creo en los rumores que se hablan de usted.- Terry a miró a los ojos y algo lo hizo sentir incómodo.
---Tenga cuidado señorita Arlington.- Terry se alejó de ella.- Pude hacer todo eso, solo para acostarme con usted.
---No se preocupe, de todas formas nunca estuvo en mis planes casarme.
Terry respiro hondo y arrugando la frente soltó.
---No la ayudaré, váyase.
--- Duque.- Rogó ella.
---¡VAYASE AHORA MISMO!¡LARGO!¡NO ME VUELVA A BUSCAR, NI VENGA A MI CASA!
Candy lo miró con desesperación en los ojos, había fallado y ahora le tocaba esperar la boda.
“No”
“Prefiero morir antes que ser su esposa”
Mirando la espalda del duque, se giró y salió disparada de aquel lugar, sino iba a ayudarla no tenia por que quedarse en esa casa.
---Rose vámonos a casa. - Dijo apenas la vio.
---¿Su excelencia nos ayudará?. - Preguntó la ansiosa muchacha.
---No, no lo hará.
Sin decir más ambas subieron al carruaje y abandonaron la residencia del duque.
SI DESEAS LEER EL CAPÍTULO 6 ...CLICK AQUI