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SEDUCIENDO AL VILLANO
GIANNY 17
CAPÍTULO 12
GIANNY 17
CAPÍTULO 12
Terry miraba los documentos que tenía en las manos, mientras sus subordinados se hallaban frente a él esperando alguna orden, el tiempo que se hallaban en ese lugar había sido considerablemente largo, pero aun así nadie se atrevía a objetar sobre eso.
---Así que…- Al fin su silencio se rompió. - Fueron los hombres de la emperatriz.
---Si señor, ellos robaron nuestros barcos y escondieron el cargamento.
---Esa vieja víbora, está siendo astuta nuevamente.- Soltó mientras dejaba los papeles y miraba al techo cansadamente.
---Pero no creo que sepa que los barcos sean nuestros.
---No, claro que no lo sabe.- Se puso de pie y camino hasta la ventana del lugar.- Si lo hubiera sabido me lo habría hecho saber.
---¿Qué hacemos?.- Preguntó al ver a su amo guardar silencio.
---Dejaremos que piense que logro su objetivo.- Sonrió al ver el carruaje detenerse frente al edificio.- De todas formas tenemos vigilados a sus hombres, si llega a fastidiarme simplemente los eliminare.
---Muy bien.
---Ahora retírense.- Dio la orden al ver bajar del carruaje a su invitada.
Con una reverencia todos los hombres se retiraron del lugar.
Terry se acomodó el saco y sentándose en la silla espero a que la señorita Arlington se aparecía frente a él, sacó de su bolsillo el aromático paquete y lo coloco sobre la mesa pero al poco rato frunció el ceño al darse cuenta de la actitud que tomaba cada que se encontraba con ella y poniéndose de pie rápidamente volvió a tomar el paquete.
---Duque. - De pronto la voz de Candy se escuchó desde la puerta, logrando que Terry casi arrojara lo que sostenía. - ¿Le sucede algo?.- Preguntó la rubia al verlo moverse torpemente.
---No, nada …absolutamente nada.
---…Bien.- Candy caminó unos pasos y se paró frente a él.- Saludo a su excelencia el gran duque de Grandchester.- Se inclinó elegantemente.
---Otra vez con lo mismo. - La ceja levantada mostró la incomodidad de Terry al escucharla tan formal, pero la sonrisa que le dio Candy le indicó que nuevamente le estaba tomando el pelo.- Te gusta provocarme cierto.
---Por supuesto. - Candy sonrió divertida y sin esperar el permiso se dirigió a la mesa y se sentó.- ¿Cuándo podría tener nuevamente la oportunidad de burlarme de alguien de la realeza?
---Te estas burlando de mí…otra vez. - Terry siguió su ejemplo y se sentó.
---Una burla descarada no es.- Tomó una pequeña galleta de la mesa.- Llamémoslo “confianza entre socios”.- Candy le guiño un ojo dejándolo sin palabras.- ¿Qué es eso … chocolate? .- Miro el pequeño paquete dorado en sus manos.-
---Oh.- Terry abrió los ojos al darse cuenta de lo que aun sostenía.- No se…seguro el dueño los dejo aquí…puedes quedártelo.
La sonrisa de Candy ilumino su rostro y tomando lo ofrecido abrió el elegante paquete para poder ver su contenido.
---Gracias.- Dijo mientras se metía el pequeño bombón a la boca.- Y dime Terrence ¿Qué haremos hoy?.- Terry le entregó un pequeño papel mientras la veía comer.-¿Una subasta?.- Candy lo tomó con cuidado y leyó su contenido.
---Si, hay algo que deseo adquirir y me pareció el mejor lugar en que pueden vernos.
---¿Intentaras propasarte nuevamente? .- La pregunta de Candy hizo que el ceño de Terry se arrugara y la mirara con diversión.
---Si no mal recuerdo, fuiste tú la que se propaso las últimas veces conmigo. - Candy le sonrió atrevidamente mientras agitaba sus pestañas.
---Oh …¿Fue así? …No lo recuerdo.
Terry estaba fascinado con cada gesto que hacia esta mujer y aunque se decía a si mismo que solo era deseo físico, algo dentro suyo se sacudía dejándolo sin aire para respirar.
---Pero puedo intentarlo. - Candy abrió los ojos al darse cuenta que ambos estaban coqueteando y mientras un calor se instalaba en su vientre, su corazón daba un brinco de emoción.
---Ni te atrevas…lo prometiste. - la voz de Candy sonó con dureza.
---No recuerdo haberlo hecho.- Terry adoptó una pose descarada y descuidada frente a ella.
---Claro que sí. - Refutó Candy ante sus palabras. - Fue ayer cuando me salvaste como todo un héroe. – Lo provocó.
---No menciones eso. - La cortó Terry.- Ya que recuerdo haber dicho que no lo hice con esa intención.
---Oh …si lo recuerdas entonces. - Candy aplaudió y sonrió ante su descuido. – Temía por los problemas de memoria del duque, pero veo que está bien.
Terry la miro seriamente y suspirando se puso de pie.
---Vamos.- Le extendió la mano e invitó a partir.- El lugar está a unas calles y pensaba ir caminando, claro si no te molesta.
---Por supuesto que no.- Candy tomó su mano y acomodándose a su brazo lo siguió.-¿No teme ser retado a duelo?.- Preguntó al sentir el frio viento sobre su rostro.
---¿Por el marqués?.- Candy asintió.- No, si eso pasará te desharías del compromiso más rápido.
---¿Eres muy bueno?
---Soy el mejor.- Candy lo sabía, él era héroe que se enfrentó a los barbaros y regresó con tierras y tesoros como premio.
Ambos caminaron en silencio por algunos minutos y de pronto se pararon frente a una enorme puerta de madera, donde tras tocar un par de veces, estas se abrieron.
---Duque de Grandchester.- El encargado lo recibió con una reverencia y permitiéndole el paso lo guio hasta el interior.
---¿Todas tus acciones son turbias y fuera de la ley?.- Preguntó Candy al ver como el lugar solo contaba con la presencia de algunos nobles y algunas damas de dudosa procedencia.
---Por supuesto que no. - Le respondió como si nada.- A veces suelo comportarme como un duque snof.
---No me cabe duda.- Los labios de Terry se levantaron ante sus palabras.
---Aunque no lo creas este lugar es muy legal, cuenta con un permiso y resguardo de soldados imperiales.
---Pues no parece muy legal que digamos.- Dijo al ver la cercanía de los hombres con quienes serían sus amantes.
---No siempre es así. - Aclaró Terrence al ver su expresión.- A veces invitan a sus esposas.
---Oh que alivio – La ironía en su respuesta divirtió a Terry.
---De todas formas, uno viene acompañado a este lugar con quien desee pasar el momento.
---Si…su amante.- De pronto su frente se arrugo y mirando nuevamente el lugar, fijo su vista en Terry.- ¿Me trajiste como tu amante?.- La sonrisa que se formó en Terry le dio la respuesta que buscaba.- Oh Terrence Grandchester…¿De nada sirvió que hablara contigo anoche?
---Claro que si.- Le respondió divertido.- Pero a que considere tus palabras, primero tendría que congelarse el infierno.
Candy lo miro enfadada y respirando un par de veces soltó.
---Eres un cretino.
Ambos caminaron hasta su sitio y entregándoles una pequeña paleta esperaron a que inicie la subasta.
---¿Qué se supone que compraras? - Le preguntó mientras miraba el folleto entregado.
---Esto. - Terry le señalo un hermoso collar con un diamante azul en él.- El Corazón del Mar.- Candy miro la hermosa joya y comparo el color del diamante con los ojos de Terry.- Este diamante estaba incrustado en la corona de Luis XVI; debido al estallido de la revolución, el rey, perdió su poder, fue destituido y guillotinado. Entonces la corona real fue desprovista del diamante, y este a su vez fue cortado en trozos; uno de ellos fue tallado en forma de corazón y bautizado con el nombre de «Coeur de la Mer», Corazón de la Mar.
---Oh.
---Si, hermoso muy hermoso.
---Me sorprende que sepas la historia. - La voz de Candy sonaba más baja de lo normal.
---Lo estuve buscando por años, ahora está aquí y pienso llevármelo.
---¿Cómo sea?.- Los ojos verdes volaron al rostro masculino.
---Como sea. - Terry la miro con tez tranquila.
Candy asintió y volvió a tomar su posición original.
---Si deseas puedes ofertar por algo que te guste. - Terry se atrevió a ofrecer al ver a una silenciosa mujer.
---¿Y si es demasiado caro?
---Ja.- La clara burla por parte de Terry se hizo presente.- Puedo pagarlo.
---¿Así sea mucho?.-Lo miro de reojo.
---Si, así sea bastante…puedo pagártelo.
---Bien.- Candy asintió.- Buscare algo bonito y super caro.- Sonrió sin verlo a la cara.
---Estaré ansioso de ver qué cosa es.
oooooooooooo//oooooooooooo
El sonido del martillo sobre el mállete cerró la venta logrando que una ola de aplausos se escuchara en toda la sala, Candy miró el semblante autosuficiente de Terry y aquello le gustó mucho.
---¿Estas contento?.- Le preguntó al ver que se ponía de pie y le extendía la mano.
---Por supuesto. - Su mano fue colocada sobre el formido brazo y su andar se hizo presente.- ¿Te parece que vayamos a dar un paseo por el centro antes de que te vayas?.
---Vaya.- Soltó Candy con una risa.- Debes estar muy contento si me estas invitando a dar una vuelta.
---Por supuesto.- Terry colocó su mano libre sobre la mano de Candy.- Te invitaría una copa pero creo que no es apropiado.
Candy río ante el comentario de Terry.
---Espérame aquí. - Paro en el enorme salón. - Iré a recoger lo que compramos y luego podemos irnos.- Tomó una de las copas de uno de los camareros que pasaban y se lo entrego.
---Bien.- Candy asintió con una sonrisa divertida y mientras lo veía alejarse sintió como su corazón latía con rapidez.
“Ni lo pienses Candy”
Se dijo mientras sentía su cara calentarse.
“No te enamores”
“No de él, no de Terry”
Bebió un sorbo de la copa y dio unos cuantos pasos hacia la enorme mesa de aperitivos, miro los emparedados y los canapés pero se negó a probarlos.
---Engordaremos si comes eso. - Se dijo a si misma mientras su mano libre barría su estómago.
---Así que aquí te encontrabas.- La voz grave y dura hizo que Candy girara hacia ella, quedando sorprendida en ese lugar.-
Pavoneándote con el maldito de Grandchester mientras te niegas a verme a mi…tu prometido.
Desde el incidente en la casa de Candy, se le había negado la entrada al marqués y las invitaciones enviadas nunca pasaban de las manos de Frederick, el mayordomo.
---No se acerque. - Candy dio un paso atrás.
---¿Qué no me acerque?.- El marqués camino a paso acelerado y la tomo de la mano de manera brusca.- ¿Me estas pidiendo a mí, tu futuro esposo que no me acerque?.- Sus ojos estaban rojos de ira y Candy sabía que si no escapaba le esperaba otra buena golpiza.- Tu, que te paseas con ese imbécil haciéndome el hazmerreír de todo el imperio, te voy a enseñar a respetar a tu esposo.
Y jalándola con fuerza la saco del salón.
---Suélteme. - Gritó la joven mientras la gente a su alrededor los miraba sorprendidos.
---¿Qué te suelte?.- Se mofo de ella.- Te voy a enseñar el papel de una mujer abnegada a su esposo.
Candy lo miraba con ojos asustados y mientras intentaba soltarse del agarre del marqués no se percató que ya habíansalido por la trasera del edificio.
---Por favor suélteme. – Gimoteo ella al sentir el dolor punzante en su muñeca.
---Para que corras a los brazos de estúpido de Grandchester …ni lo sueñes.- De pronto la visón de un carruaje se presentó frente a sus ojos y el pánico la invadió.
---Déjeme ir.- Se retorció con todas sus fuerzas.- No tiene derecho a hacer esto.
---Tengo derecho a hacer lo que me plazca contigo. - El marques la sujetó entre sus brazos e intentó besarla.- Dentro de poco no vas a poder escapar de este compromiso.
---Suélteme. - Candy giró su cabeza desesperada y antes de que pudiera hacer algo, se vio levantada y arrojada dentro del carruaje.
El jadeo doloroso que salió de su boca ante el impacto le impidió pedir ayuda y observando como el marques subía al carruaje empezó a gritar.
---Grita todo lo que quieras. - Dijo el marqués con una sonrisa. - Nadie vendrá a ayudarte.
Y cuando este se abalanzó sobre ella la puerta se abrió y un brazo lo jalo hasta el duro suelo de la calle.
---¿Quién te crees que eres?.- Vocifero al ver los lustrosos zapatos frente a sus ojos y cuando por fin pudo ver al dueño, una amarga sensación cubrió su cuerpo.- Grandchester…¿Qué crees que estás haciendo?
---Marqués.- El tono frio y amenazador retumbó en el lugar.- Mi rango lo obliga a dirigirse a mí con respeto.- Terry que se había inclinado para tomarlo del pecho, lo obligo a verlo.- Soy el duque de Grandchester, príncipe de Catambria y único sobrino del emperador Robert Maximus Silvanus…dirígete a mi como corresponde.- Soltándolo con desprecio se dirigió hasta la puerta abierta del carruaje y auxilió a la joven que se hallaba temblando y llorosa dentro del él.
---No tiene derecho de hacer esto, duque.
---Es mejor que mantenga la boca cerrada antes que yo la calle por usted. - Terry sacó con cuidado a Candy y envolviéndola en su abrigo paso al lado del marqués sin siquiera mirarlo. - Mis hombres se encargarán de escoltarlo a su carruaje, marqués.
Y dándose cuenta de las palabras pronunciadas, se pudo observar a varios escoltas del ducado muy cerca de ese lugar.
Terrence que caminó sosteniendo a Candy en sus brazos se dirigió a su transporte y ayudándola a subir desapareció de aquel lugar ante los murmullos de todas las personas que habían presenciado el espectáculo.
En el carruaje, tras un incómodo silencio, Candy quien tenía los ojos rojos y aun temblaba pudo decir unas palabras al joven que silencioso la observaba.
---Perdón, pero no podre acompañarte a dar un paseo hoy…es mejor que vuelva a casa.
Terry suspiro con cierta incomodidad y apretando los puños soltó.
---Candy, siento lo de hoy.- Los ojos verdes de la joven lo miraron con cierta tristeza.- Pero es necesario que sepas que debes tener cuidado del maqués.- Sus labios carmesí fueron mordidos por ella.- El intentará de cualquier forma poder asegurar el casarse contigo…¿sabes a que me refiero?.-Candy se abrazó con fuerza y asintió quedamente.- Si eso llegase a pasar, no habría nada que yo pudiera hacer para ayudarte.
---Tendré cuidado.- Dijo ella con una sonrisa triste.- No te preocupes.
Pero Terrence sabía muy bien de los trucos sucios que los nobles sin pudor y honor realizaban para obtener lo que querían, nadie podría objetar a que un matrimonio se realizará si es que la dama era privada de su pureza con o sin su consentimiento.
---Bien.
En el transcurso del viaje no volvieron a decir palabra alguna más que el saludo de despedida que le ofreció Candy al bajar del carruaje y después meterse a toda prisa a su hogar.
---Neal.- Llamo Terry a uno de sus subordinados mientras miraba el camino solitario por donde había desaparecido la rubia.
---Su excelencia.
---Junta a los otros y dale una visita a los negocios del marqués, es hora de enseñarle sobre el respeto y de no tocar lo que es mío.
---Como usted ordene.
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marques te va a llegar tu horaaaaaaa
