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SEDUCIENDO AL VILLANO
GIANNY 17
CAPÍTULO 10
GIANNY 17
CAPÍTULO 10
Terrence estaba de pie en el elegante vestíbulo del teatro, captando las miradas de las personas que pasaban a su lado, la figura refinada pero imponente no podía pasar desapercibida aunque este vistiera ropas humildes y andrajosas.
Esa era la maldición de los Grandchester, la hermosa apariencia con que nacían permitía que incluso se los comparada con ángeles, pero Terrence, hijo del antiguo emperador loco y la traidora, pero hermosa Eleanor Backer, lo habían convertido en el inigualable ángel caído de Grandchester, hermoso rostro de rasgos varoniles y cuerpo cubierto por duros músculos cincelados por el arduo entrenamiento y lucha en el campo de batalla, lo habían convertido en un bello espécimen digno de admirar.
En cambio su temperamento era otra cosa, nadie deseaba estar cerca suyo y menos compartir palabra alguna, ya que sabían que siempre terminarían siendo atacados por su lengua filosa y comentarios fuera de lugar que los dejaban en ridículo.
Y aunque había perdido su puesto de sentarse en el trono, eso no indicaba que no era poseedor de poder, al contrario, el emperador que era nada más y nada menos que su tío lo apreciaba mucho, era el mejor de sus guerreros , de ideas astutas e innovadoras. No le temía a nada y su fama había transcendido incluso fuera de los limites del imperio de Catambría.
Era su único pariente vivo, el primogénito de su hermano muerto y para darle más valor, el único capaz de heredar el trono, ya que él había fallado en su tarea de engendrar un príncipe, todo indicaba que nuevamente el poder recaería en él o su hijo, si es que lo tuviera.
Ese era Terrence de Grandchester, el hombre que todos señalaban, pero temían ante la posibilidad de que algún día pudiera convertirse en su gobernante.
---Señor. - Habló Stear con una reverencia. - La señorita ya llegó.
--- Bien.- Terrence sacó el reloj de su bolsillo y miro la hora.- Asegúrate que todo esté listo.
---A sus órdenes.
El hombre desapareció de su vista y el caminó hasta la puerta del enorme lugar, de pronto su paso de detuvo cuando la vio atravesar la entrada, lo mismo ocurrió con ella quien cesó su andar y lo observó con un corazón palpitante.
---Señorita Arlington.- Terrence quien se había acercado a ella tomó su mano y depositó un suave beso en ella.- Me alegra verla de nuevo.- Su voz sonó tan diferente a como le había hablado hace unos día atrás, el tono vacío y sin muestra de interés alguno hizo que el corazón de Candy se apretara.
“Está bien”
Se dijo mentalmente, mientras se obligaba a sonreír.
“Es lo mejor”
“Solo es un negocio donde al final ambos saldremos ganando”
“Solo no te enamores”
---Su excelencia. - Candy hizo una elegante reverencia. - El gusto es mío, recibir una invitación suya es todo un honor.
Terrence sonrió y escoltándola la guio por el corredor ante las miradas sorprendidas de las personas y los tenues murmullos que se empezaron a producir.
Pero tan pronto como se vieron solos, sus rostros se tiñeron de una seria expresión.
---¿Qué buena actriz es la dama? - El claro sarcasmo hizo que Candy sonriera.
---Es uno de mis dones su excelencia. - Terrence frunció el ceño ante la respuesta de la rubia que se había atrevido a responderle. - Pero el duque no se queda atrás, es muy bueno engañando a la gente.
---Se hace lo que se puede, señorita.
Candy asintió mientras era guiada al interior del elegante palco.
---Adelante. - Candy se sentó en el asintió indicado. - Me alegra saber que ya se encuentra bien. - Era claro que se refería al daño ocasionado en su rostro.
Candy respiro hondo y tomando los binoculares respondió.
---Gracias por la preocupación. – Y dedicándole una breve sonrisa, giró su cuerpo hacia el escenario y observó el lugar.
Terrence apretó la mandíbula ante el comportamiento de la rubia y obligándose a mirar al frente espero a que obra empezara.
El odiaba estar en este tipo de lugares, le era simplemente aburrido, pero necesitaba que la gente viera como mantenía cierta cercanía con la señorita Arlington y que crearan cualquier tipo de rumor acerca de ellos.
Observó a la mujer a su lado y entrecerró los ojos al verla sujetar unos de sus rizos de manera natural y enroscarlo en su dedo, ella no se daba cuenta de lo que hacía ya que aún se hallaba mirando por los binoculares el lugar.
---¿A quien busca?- Preguntó después de un rato.
---A nadie en especial. - Al fin bajo el artefacto y lo miró a la cara.- Solo veo quien esta presente el día de hoy, dijeron que la obra que veremos es muy buena y esta causando furor en todo el imperio.
---¿En serio?
---Eso dicen. - Ella se encogió de hombros mientras arreglaba su vestido. - ¿A su excelencia le gusta el teatro?
---Terry.- Candy lo miró con el ceño fruncido.- Quedamos en que me llamarías Terry.
---Preferiría no hacerlo.- La sonrisa burlona apareció en el rostro del castaño.
---Sino lo haces, me cobrare de otra forma tu ofensa. - Candy prefirió quedarse callada y no responde a sus provocaciones.
Terrence miró a la silenciosa mujer y apretó los dientes fastidiado, de pronto se puso de pie y acercándose a ella se inclinó donde estaba.
---Creo que puedo tomar el pago que me ofreciste aquel día. - Susurro muy cerca a su oído. – ¿Qué tal…ahora mismo?.- Una enorme mano se posó en el brazo desnudo de Candy e hizo que esta se estremeciera de pánico.
---No se atrevería. - Soltó Candy con ojos abiertos mientras retrocedía automáticamente.
---Pruébame querida Candy.- Le susurro pegado a su oído.
---Por favor.- Su mano voló al pecho firme del duque.
---Terry.- Pidió el castaño en voz baja y provocadora.- Dilo.
---Por favor… Terry.- El castaño sonrió triunfante y se alejó al fin de ella.
---La obra ya va a comenzar…Candy.
Las luces se apagaron y Candy lo agradeció ya que así no se podía notar su rostro sonrojado.
La música se dejo escuchar y la obra comenzó.
Después de un largo rato, la voz de la rubia se dejó escuchar.
---¿Cuál es su plan para romper este compromiso?
Terrence torció el gesto y mirándola soltó como si nada.
---Planeo convertirte en mi amante.
Candy lo miró seriamente y apretó los puños con fuerza.
---Tranquila, si lo que te preocupa es que me enamore de ti.- Se burló de su reacción.- Eso no pasará, aunque …espero que tu tampoco lo hagas.
---Eso no pasará. - Espetó enfadada la rubia.
---Qué bueno, no quiero tener que lidiar con una mujer obsesiva cuando esto haya acabado.
La sangre de Candy se calentó y recordó por qué había golpeado la entrepierna de este hombre apenas lo conoció.
---Tal vez el obsesivo seas tu…Terry.- El castaño la miró seriamente.- Tal vez termine seduciéndote y te enamores perdidamente de mi…
---Ni lo sueñes.- Le soltó él.
---Esperemos que así sea, porque sería divertido verlo detrás de la mujer que hoy menosprecia.
En ese preciso momento las luces se encendieron y Candy se puso de pie para salir a toda prisa de ese lugar.
----¿Qué rayos le pasa?.-Soltó Candy mientras caminaba a paso acelerado a los servicios.- Puedo entender que este enfadado por haberlo engañado pero su comportamiento arrogante me está enloqueciendo.
Ingresó al elegante ambiente y se miro al espejo ofuscada, observó como su pecho subía y bajaba de todo el trajín que había hecho desde su palco hasta este lugar.
---Me dan ganas de golpearlo. - Dijo mientras pisaba con fuerza el piso del baño.
De pronto unas risas se escucharon desde afuera y sintiéndose avergonzada de su apariencia corrió detrás de una de las puertas del lugar.
---¿Y lo viste?.- Se escuchó una voz suave y melodiosa.
---Claro que lo vi, es tan guapo.- Respondió su acompañante.- Lástima que de tanto miedo estar cerca de él.
---El miedo es algo que puedo controlar, si solo lograra que me mirara sería feliz.
---¿Viste lo que hacía con lady Arlington?
---Ja.- El tono despectivo fue notado claramente por Candy.- No puedo creer como alguien comprometida puede dejar verse con otro hombre que no sea su prometido?
---Tal vez tengan algo.
---Si fuera así.- La voz cada vez se volvía más dura .- Ella sería una desvergonzada y me daría mucha pena por el pobre marqués.
---Pero yo la entiendo.
---¿Qué dices? .- Una risa se escuchó en el lugar.
---No puedes comparar al duque de Grandchester con el marqués, ambas sabemos por Susana lo que es capaz de hacer dentro de una habitación, tal vez eso convenció a lady Arlington para engañar al marqués.
---Perra.- Soltó enfada la mujer
----¡Oye!.- Hablo preocupada la mujer.- Alguien puede escucharnos, contrólate.
---No entiendo como alguien como ella, puede obtener todo sin ningún esfuerzo solo porque su padre maneja los negocios de exportación de diamantes de todo el imperio.
---Ni siquiera es tan bonita como Susana. - Soltó la otra
---No la mencionas que me da coraje.
---¿Sigues enfadada con ella?.- Intentó calmarla.- No quiso portarse así contigo.
---Me hubiera gustado que viniera hoy y observara como su guapo duque coqueteaba con alguien mas rica que ella…hubiera sido un pago justo a su comportamiento, es una lástima que alguien como ella no pueda siquiera pagarse un boleto para el teatro, debería habérselo pedido al duque.
---Ya Clarisa, vamos.- Intentó calmarla.- Seguro nos están buscando ahora mismo.
---Bien . vamos
Después de escuchar los pasos y el sonido de la puerta cerrarse, Candy logro salir de su escondite, su rostro mostraba un gesto extraño y tras un suspiro, caminó hasta el lavamanos.
Bueno, deseaba crear rumores y lo estaba logrando pero por alguna extraña razón algo la molestaba, la incomodidad que se había formado en su interior la hizo sentirse fastidiada y tras secarse las manos volvió a mirarse al espejo y fruncir el ceño.
“Estoy haciendo bien, ¿verdad?”
Salió del baño y caminó hasta su palco, pero antes de que pudiera llegar vio a Terrence caminar hacia ella.
---Demoraste en llegar y salí a buscarte.- Sus pasos se detuvieron y su mirada lo escaneo completo mientras se acercaba a ella.- Te escoltare como se debe.
Candy observó la mano que se presentaba ante ella.
“Susana”
Aquel nombre apareció en su mente y sus ojos se fruncieron.
El sonido de algunas voces se escuchó a lo lejos y ella desvió la mirada en esa dirección, vio a algunos nobles que se acercaban en su dirección y sonrió al darse cuenta de la intención del duque.
Él no vino a escoltarla, el vino a generar mas rumores sobre ellos dos.
“ De todas formas, arruinada ya estoy”
Pensó mientras escuchaba más fuerte las voces.
Y levantando la mirada para ver directamente a los ojos de Terrence sonrió divertida.
“Entonces vamos a jugar, Terry”
En lugar de tomar su mano, tomó su chaqueta y se impulso hacia los labios del castaño.
El beso tomó desprevenido al duque y cuando pudo recobrar el sentido, los delicados labios intentaban torpemente de copiar lo enseñado anteriormente. Terry la guio hasta un rincón del alfombrado pasadizo sin romper el contacto con ella y cuando sintió a sus espaldas el sonido de asombro de las damas del grupo, se separo a duras penas de Candy.
---¿Duque?.- Una voz lo llamó y girando su cabeza vio a quien dijo su nombre.
---Barón Marcus. – El grupo intentó ver a la mujer que yacía en sus brazos, pero el logró mantenerla alejada de los ojos curiosos.
--- Es un privilegio verlo por el teatro, no sabía que lo disfrutara.
---No lo hace.- Su voz varonil hizo que el cuerpo de Candy se estremeciera.- Pero a mi compañera sí.
---Su compañera. - El barón estiró el cuello para poder verle el rostro, creía saber quién era pero necesitaba verificarlo con sus propios ojos.
---Si, pero en estos momentos no se siente bien y me gustaría poder llevarla a la enfermería.
---Lo entiendo, entonces seguiremos con nuestro camino.
---Gracias.
Cuando observaron que se habían ido, el cuerpo de Terry se soltó bruscamente de Candy y mirándola con ojos de enfado le reclamó.
---¿Está loca? ¿Como se le ocurre hacer eso? ¿En qué diablos estaba pensando?
---Candy. - La voz tranquila de la rubia sonó.
---¿Qué?
---Llámame Candy, Terry.
Los ojos del castaño se estremecieron y sus puños se apretaron.
---Si de todas formas van a hablar mal de mí, quiero que lo hagan de cosas que si hare contigo. - Dio un paso hacia él logrando hacerlo retroceder.
Aquello provocó una sonrisa en el rostro sonrojado de Candy.
----Vaya.- Su dedo apretó el pecho duro del castaño.- No puedo creer que el Gran Duque tenga temor de una inofensiva dama como yo.- Se puso de puntillas mientras se sujetaba de su chaleco para susurrar en su oído.- Si quieres tomar el pago que te ofrecí aquel día, tienes que comportarte como un hombre, Terry.
---¡Qué mierda!.- Candy se alejó de él con una sonrisa en el rostro, ante el gesto distorsionado de él.
---Pruébame y veras con quien te has metido, Terrence.- Lo amenazó con un tono frio.- No soy una señorita que dejara que juegues con ella a su antojo, aquí si yo no gano tu tampoco.
Y girándose lo dejó solo, abrumado y muy desconcertado. Nunca en su vida lo había tratado de ese modo y menos una mujercita que daba la impresión de desplomarse con tan solo tocarla.
---Su excelencia. - La voz de James lo sacó de su estupor.- La dama se dirige al carruaje…¿La detenemos?
---No. - Dijo mientras se barría el rostro con la mano.- Déjala ir por hoy.- Miró el lugar por donde había desaparecido.- Déjala pensar que puede actuar como ella quiere por un tiempo.- Una sonrisa malvada se formó en su rostro.- Después será divertido cortarle las alas poco a poco.
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