SEDUCIENDO AL VILLANO
GIANNY 17
CAPÍTULO 4
GIANNY 17
CAPÍTULO 4
---Príncipe.- Candy se inclinó sin mirar siquiera el rostro del hombre.
---¿Príncipe?.- Terry frunció el ceño ante el saludo recibido.
Hace años que había dejado de escuchar el título con el que había nacido y al cual había renunciado por el simple hecho de estar hoy con vida y acabar de una buena vez con la guerra civil que el país venia atravesando.
---Soy el duque de Grandchester.- Corrigió a la joven en un tono frio.- ¿No estarás insultando también mi nombre, verdad?.
---¡NO!.- Gritó Candy al escuchar las frías palabras. – No, su excelencia por supuesto que no.
La mirada del duque tembló al observar el accionar de la joven y levantando una de las comisuras de su boca, soltó.
---Mírame.
Candy apretó los puños y respirando hondo levantó el rostro tal como se lo ordenaron, miró directamente a los ojos del duque y espero paciente que este hablara.
En cambio, Terry intensificó su sonrisa y dio un paso más cerca de la joven.
----Tienes una mirada que dice todo lo contrario.
----¿Mi mirada?.- Respondió algo preocupada la rubia.
---Si, tu mirada dice que no me respetas para nada y que solo estas actuando patéticamente frente a mí.
Candy abrió los ojos ante las palabras del hombre y contuvo la respiración por un momento mientras intentaba no responder la acusación del duque.
---¿No me dirás nada? ¿Tendrás cerrada esa boca presuntuosa otra vez?
Candy respiró profundo, era claro que la estaban provocando por alguna razón y ella no deseaba caer ante tal acción.
---Nunca pensé que la mujer que salió corriendo detrás de un asaltante hasta un callejón oscuro, aquella mujer que golpeo al gran duque de Grandchester sea la misma que ahora no tuviera algo que decir, interesante.
---¿Qué desea que le diga?.- Por fin la voz de Candy se dejó oír.
---¿Por qué me miras de esa forma?.- Terry se acercó un paso más a ella.- ¿Es que mi presencia te afecta a tal extremo que tus ojos tiemblan con solo tenerme cerca?
Candy se mordió los labios al ver la sonrisa burlona de aquel infame hombre, y sintiendo como una sutil fibra de su ser se rompía es que por fin perdió la paciencia que tanto había deseado mantener, y dibujando una delicada sonrisa en su rostro le respondió.
----Está viendo mal su excelencia, creo que la poca iluminación y el haber bebido está afectando su campo de visión.
Terry frunció el ceño ante la respuesta atrevida de la joven y estupefacto por el comportamiento de la mujer la tomó de la barbilla con algo de fuerza.
---¿Te atreves a burlarte de mí?
---Nunca su excelencia. - Candy apretó los dientes mientras le sostenía la mirada.- Usted es el amado sobrino de nuestro emperador, un héroe feroz y temible guerrero, el único y real dueño de Grandchester, amado por muchas y envidiado por otros, su fama es muy conocida por todo el imperio…¿Cómo podría yo, una humilde hija de noble hacerle ese desplante?
---TÚ…- Siseo Terry al escuchar tamaña descripción, esta muchachita le estaba tomando el pelo. - Deseas morir.
---Claro que no.- Le respondió con cierto brillo en los ojos .- Pero hasta la bestia más indefensa muerde cuando se siente amenazada y yo, su magnánima excelencia, se morder muy fuerte.
---¿Te estoy amenazando?.- Apretó más fuerte su agarre.
---Su excelencia.- La voz que Candy soltó sonó más fría que nunca.- Si no me suelta en estos momentos, voy a volver a golpearlo en las pelotas.
Los ojos de Terry se abrieron y el rostro de la rubia al fin se liberó.
---¡COMO TE ATREVES!.- Exaltado Terry hizo que su voz retumbara por todo el corredor, pero aun así, la figura erguida de Candy no se amilanó.- ¡ TE ESTAS BURLANDO DE MI ¡ ¡ TÚ QUIERES MORIR!
---Si morir es el precio que tengo que pagar por defender mi dignidad e integridad, que así sea, aceptaré dicho castigo con honor, pero…- Lo miró a la cara con seriedad. - Si su sentencia se basa en un simple capricho de niño privilegiado que no obtuvo lo que quiso y fue castigado, de por hecho que seré extremadamente ruidosa y dramática al momento de que usted se me acerque.
Terry la miró por un momento, su respiración notoria y su expresión fría le indicaron a la Candy que sus palabras le habían afectado.
---¿Cuál es tu nombre y de que casa provienes?
---Pues no le dirá nada.- La respuesta de Candy hizo que el duque dibujara una sonrisa maliciosa en su rostro.
---Que divertido.- Soltó mientras la miraba atentamente.- Veremos cuanto puedes aguantar antes que sepa a donde perteneces.- Y en tres grandes pasos junto su rostro al de ella.- Y te haga pagar todo lo que me has hecho hasta ahora, pequeña imprudente.
Y sin decir más, el duque paso de largo dejando a una temblorosa mujer que deseaba enterrarse ahora mismo en algún enorme hueco y desaparecer de la faz de la tierra, había logrado provocar al más temible hombre, el duque de Grandchester y estaba segura que el no iba a dejar pasar tamaña ofensa.
---Bueno, al menos tengo la esperanza de que gracias a su venganza no se realice el matrimonio.
Suspiró mientras intentaba caminar.
---Si el gran duque me encierra en una torre lograre librarme del marqués, pero si me asesina…estaré en un gran problema.
Candy pensaba mientras empezaba su andar pausado.
---No pensemos eso. - Se dijo mientras observaba las luces del salón. – Mientras tanto podemos darle pelea. - Asintió con ánimo.
Diez minutos le tomaron regresar al salón y aunque había decidido pedir permiso para retirarse a casa, alguien interceptó su camino y exigió se cumpla la promesa de un baile.
---Marqués.- Susurró Candy al ver la mano estirada hacia ella.
---Si me permite señorita Arlington.- Tomando la mano enguantada la guió hasta el centro del salón donde se hallaban las otras parejas.- ¿Se fue a tomar el fresco?.- Preguntó mientras se acomodaban en la pista.- La estuve buscando pero no la hallé.
---Si.- Respondió Candy con una sonrisa.- Necesitaba algo de aire.
De pronto la música empezó a sonar y una coreografía aprendida se empezó a ejecutar.
---Imaginó lo difícil que debe ser para la dama asistir a este tipo de reuniones. - Candy frunció el ceño ante el extraño comentario.
---¿Por qué?
---Todas sus amistades ya están casadas e incluso algunas ya son madres.- El giró que se ejecutó colocó a Candy frente a él.- Debe sentirse sola y fuera de lugar.
---¿Por qué piensa eso?.- Le preguntó intentado saber que cosas pasaban por esa cabeza que ya pintaba varias zonas grises.
---Por su poca concurrencia a las reuniones sociales.
“Eso es porque deseaba evitar este tipo de situaciones en la que usted me metió”
---Pero señorita Arlington, no se preocupe.- Una sonrisa pintó su rostro..- Cuando sea mi esposa podrá organizar todo tipo de eventos y callar las malas lenguas que hablan de usted.
“Pero quien se va a casar contigo pedazo de vejestorio”
Pensó Candy mientras intentaba no pisarlo.
El baile siguió sin cruzar palabra alguna y cuando el último acorde de violín se dejaba escuchar, el marqués tomó la mano de Candy para depositar un suave beso.
---Señorita Arlington.- Dijo en tomó orgulloso.- Ha sido un honor poder…
Pero antes que pudiera terminar la frase una mano tomó la delicada muñeca estirada y la jaló hacía él.
---Disculpe marqués, pero la dama me prometió la siguiente pieza.
Y siendo alejada de su presencia, el Marqués observó con ojos abiertos como lady Arlington era llevada hacia un lugar de la pista de baile.
---¡Qué hace!.- Chilló Candy al verse arrastrada a bailar.
---Te invitó a bailar… lady Arlington.- Los ojos de Candy se abrieron y su voz se apagó.- Pedí una pista especial para nuestro gran número …Candy.
La música empezó a sonar y su cuerpo fue atraído por el fuerte brazo del duque, los ojos de Candy se abrieron al sentir el cuerpo macizo del hombre y mientras su mano libre era tomada con delicadeza fingida y colocada en su hombro, la otra era sostenida sin ser liberada.
---¿Qué rayos está haciendo?.- Siseo Candy al sentir el calor del cuerpo masculino, e intentando alejarse en vano, fue aprisionada por el brazo que se hallaba en su cintura.
---Intentó bailar con usted.- La sonrisa del Terry se mostró tan diferente a la que le dedicó cuando estaban en el pasillo oscuro.- Ve como es fácil para mí obtener lo que quiero, cuando quiero y en donde deseo que quiero.
---¿Está es su venganza?.- Le recriminó Candy mientras intentaba seguirle el paso.- Temo decirle que no es nada original.
La sonrisa de Terry se ensanchó aun más y soltando su agarre la hizo dar una vuelta entera mientras sostenía una de sus manos, para luego volver a dejarla caer en sus brazos y tener muy de cerca su rostro.
Terry se divertía con las expresiones que mostraba la rubia a cada nueva figura que realizaba con ella, su intención no era fastidiarla de ese modo, pero lo había provocado y ahora lo único que quería era ver como sus mejillas se coloreaban de carmesí, mientras sus ojos verdes temblaban de pánico ante sus acciones.
---Por favor para. - Le suplicó la rubia cuando sintió como sus piernas se enredaban con las del duque.- Recibiré el castigo que su excelencia decida darme sin objetar nada. – Cuando vio como su sonrisa adquirió un tono malvado, agregó. - Siempre y cuando no dañe mi reputación.
---Señorita Arlington.- Le respondió Terry en un tono bajo.- Le quitas toda la diversión al castigo. – Le susurró al oído.
---Por favor.- Rogó con cierto rubor en el rostro.
Terry la miró por un segundo, sin darse cuenta que ambos se habían detenido en medio de la pista de baile y antes de que pudiera responder, la música se detuvo.
Los dos se quedaron mirándose uno al otro, cuan diferente era el duque a plena luz de las velas, sus facciones eran bien marcadas y definidas, tenía un bello rostro de hombre y el color de su cabello se pudo observar claramente. En cambio, la figura de Candy se reveló como algo mágico y pecaminoso, su hermoso rostro ligeramente bañado por algunas pecas destacaba entre otras mujeres…era realmente hermosa.
Por reflejo la suave mano de Candy fue levantada y dejando un beso en ella por fin fue liberada.
---Me contactaré con usted para hacer efectivo el castigo que me debe.- Y haciendo un saludo formal intentó retirarse. – Por cierto. - Dijo como si hubiera recordado algo. – De mis felicitaciones al responsable de su vestido, dígale que el duque de Grandchester lo disfruto toda la noche.
Los ojos de Candy se abrieron y rápidamente subió sus manos como intentando taparse.
“Es un pervertido”
Se dijo mentalmente mientras su corazón latía con fuerza y observaba como aquel desaparecía del salón de baile.
“Un villano pervertido”
POR AQUÍ EL CAPÍTULO 3
Última edición por gianny17 el Jue Abr 13, 2023 8:38 pm, editado 1 vez