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SEDUCIENDO AL VILLANO
GIANNY 17
CAPÍTULO 15
GIANNY 17
CAPÍTULO 15
Robert se dirigió a su carruaje y mientras su cuerpo temblaba de ira, no dejaba de pensar en todas las situaciones que se había visto obligado a vivir gracias a la hija del conde.
Si tan solo hubiera sido otra la mujer que llamara la atención de su sobrino o del marqués, ahora no estaría sufriendo de la terrible migraña que ocupaba su cabeza.
---Tío.- La voz de Terrence hizo que se detuviera y girara para verlo.
---Bien.- Su voz sonaba fría.- Querías una solución a la situación de lady Arlington, la tendrás, ven con ella a primera hora mañana.
---Ella no ira.
---¡JA!.- El emperador se burló ante las palabras de Terrence.- Ella debe estar presente, de lo contrario yo me encargare de borrar cualquier rastro de sangre real de su vientre, si es que lo hubiera y no me pongas a prueba…Terrence.
Y ante el rostro serio de Terrence el emperador abordo su transporte y se retiró de la residencia de Grandchester.
Terry observó como desaparecía el carruaje y apretando el puño se giró para ingresar a su hogar.
---Señor.- Habló James al verlo caminar con mal genio.
---Estaré en mi estudio, encárguense de la señorita Arlington.
---Como ordene. - James se inclinó y antes de verlo desaparecer escuchó.
--- Comunica a lady Arlington que mañana iremos a primera hora al palacio.
Y antes de responder el sonido de la puerta se escuchó en el lugar.
James suspiro cansado, estos últimos días las cosas se habían tornado complicadas y más ahora que debían lidiar con la presencia de lady Arlington, el emperador y sabía que muchas más vendrían.
Ooooooooooo//oooooooooooooo
----¡El duque de Grandchester y lady Arlington!.- La voz del guardia hizo que varias cabezas se giraran en dirección a la entrada del gran salón.
Candy se percató de la presencia de su padre, el marqués, algunos nobles y autoridades de la iglesia, ver aquella escena la lleno de un escalofrió que recorrió todo su cuerpo.
---Saludos al emperador.- La voz fría de Terry indicó que también se había dado cuenta de la extraña situación.- Pensé que la audiencia que se me pidió anoche sería privada.
---¿Privada?- Se burlo Robert al escuchar el claro reclamo de su sobrino.- Lo hubiera sido si las cosas se hubieran realizado sin llamar la atención del público de la forma que lo hicieron.- Robert lo miró con cierto rencor en los ojos.- Esta situación involucró a muchas personas y ahora vamos a darle una solución.
---¡Su majestad!.- La voz potente de marqués se escuchó en toda la sala.- He sido insultado y humillado por el duque…
---Marqués, cállese .- Robert lo mando a guardar silencio logrando que todos abrieran los ojos impactados.- Su situación será resuelta dentro de un momento.
Terrence sintió que algo estaba mal, era la primera vez que veía a su tío con ese aspecto.
---Secretario anote. – Ordenó al elegante hombre de anteojos.- El compromiso del marqués de Somerset y Lady Arlington queda anulado…
---¡Su majestad!:- Somerset gritó al escuchar la orden imperial.
---Se le pagara una compensación al marqués de parte de la corona, el duque de Grandchester y el conde de Arlington.- El marqués cerró la boca y apretando los puños escuchó en silencio.- El monto y la forma de pago se acordará después de un acuerdo por parte de todos los involucrados.
Terry respiró profundamente y aguardó por las siguientes palabras.
---En lo que respecta al duque de Grandchester, se le permite desposar a lady Arlington y casarse en el plazo de quince días, antes de su partida al sur.
Varios ojos se abrieron incluyendo los de la pareja que se hallaba en medio del salón.
---Tío…- Terry lo llamo sin éxito.
---Es por eso que la iglesia está hoy aquí y dará la autorización para dicha unión, para que el consejo real de su aprobación que la ley pida y este matrimonio pueda llevarse a cabo ante la urgencia del caso .
---Su majestad.- La voz de uno de los cardenales interrumpió al emperador.- Entiendo que por los sucesos de los últimos días se esté tomando esta solución, pero las leyes de la iglesia exige que habiendo estado comprometida la señorita Arlington anteriormente y estando a punto de casarse con un miembro de la familia real, que se haga la verificación de castidad de mi lady…con suma urgencia.
---Verificación de castidad. - Escupió el emperador con burla mirando a Terrence.- No es necesario Cardenal.- Los murmullos se extendieron por el salón logrando teñir el rostro de Candy.- Soy testigo viviente que la unión entre mi sobrino y lady Arlington se completó de manera exitosa.
Candy bajo la mirada y no se atrevió a mirar a su padre.
---Comprenderá que esa es la razón por la que me veo obligado a tomar estas decisiones, ya que habría la posibilidad de que un niño real haya sido concebido en tales circunstancias.
---Comprendo. - El cardenal agacho la cabeza y dio un paso atrás.
---La señorita Arlington regresará a su hogar y se preparará para la futura boda.
---¡No!.- Al final fue la potente voz de Terry que se oyó.- Ella no se irá del ducado.
---Terrence.- El emperador apretó los dientes y lo miró a los ojos.
---Aceptaré todas tus disposiciones con respecto a nuestras vidas.- Dio un paso al frente con expresión fría.- Pero Candy no saldrá del ducado.
Robert lo miró en silencio por un largo rato, y extrañado por el comportamiento raro de su sobrino sintió un agradable sentimiento con respecto a esta situación, podría ser que Terrence al fin haya aceptado sentir algo en su corazón.
---Bien. – Miró al conde Arlington. – Conde, pido su autorización para que su hija comparta residencia con mi sobrino hasta que la boda se realice.
Carlos Arlington asintió y miró tristemente a su avergonzada hija que parecía querer desaparecer de ese lugar.
---Lo permito.
Claro que no quería hacer eso, pero deseaba terminar aquella tortura que su pequeña estaba pasado en ese momento, ella sería señalada y estigmatizada por la sociedad, así que si iban a hablar de ella al menos que lo hicieran como la duquesa de Grandchester.
---Entonces.- El emperador se puso de pie y caminó hasta donde su secretario.- Con la presencia de los nobles más reconocidos del imperio y las autoridades de la iglesia doy fe a mis palabras y bendigo esta unión.
Firmando el documento lo siguieron los demás presentes y al cabo de un rato todos empezaron a retirarse.
---Secretario.- Llamó el emperador al ver retirarse a la pareja.- Sería bueno que los diarios conozcan la noticia del futuro matrimonio.- El secretario asintió.- Hazlo sonar como una mágica historia de amor, no queremos que haya malos rumores de la futura madre del siguiente emperador. – Una sonrisa se formó en el rostro de Robert mientras veía desaparecer a todos.
Oooooooooooooo//ooooooooooooooo
Los cristales volaron a través de la habitación y mientras los gritos e insultos se dejaban escuchar detrás de la puerta, nadie se atrevía a interferir con el brote violento del ocupante.
De pronto todo se sumergió en un silencio sorpresivo, logrando que los sirvientes se miraran unos a otros preocupados.
---¿Acabó?.- Susurró una al no escuchar absolutamente nada.
---No lo sé.- Respondió otra con cara de preocupación.- ¿Esperamos un poco más o pasamos?
---Tóca la puerta.
---Hazlo tu. - Le increpó la otra algo molesta.
---Yo lo hice la última vez, es tu turno.
Temblando y con un pánico a flor de piel la joven mucama tocó suavemente la puerta.
---Su majestad…¿se encuentra bien?.- Preguntó al no escuchar nada.- Estamos aquí para limpiar.
De pronto el sonido de un sollozo se dejó escuchar y mientras metían la cabeza con temor pudieron ver la figura de la emperatriz arrodillada en el duro suelo de su habitación llorando desconsoladamente.
---No puede ser.- Sollozó con lágrimas en los ojos.- Esto no puede estar pasando…no dejare que esto pase.
Ooooooooooooooooooooo//oooooooooooooooooooo
Ya caída la noche, mientras los grillos dejaban escuchar su inquietante sonido en el oscuro jardín del ducado, algunos sirvientes se movían lo más sigiloso posible intentando no molestar a los habitantes del piso y aunque los fuertes gemidos de la pareja se dejaron oír por todo el lugar, ninguno se detuvo a husmear por temor a que fueran descubiertos por el mayordomo o el guardaespaldas del duque.
Todos sabían de la importancia de no entrometerse en los asuntos de su amo y más que todo el no andar divulgando información que ocurría dentro de las paredes del ducado.
Por otro lado, dentro de la habitación donde se hallaban Terry y Candy se podía ver a una joven que no comprendía como nuevamente había terminado entre los brazos del castaño, intentó recordar la situación absurda que la llevó a este momento.
Vino a su mente la imagen de ella caminando a través de los pasillos del castillo, recuerda el haber tocado la puerta del estudio de Terry y el haberlo visto bebiendo con un aura extraña. Pero aun así se acercó a él, e intentó hablar con él, pero su fuerte mano la arrastro hacia su cuerpo y la beso despiadadamente, hubiera sido bueno si terminara en un simple beso pero de pronto sintió el friz de la tela y los cordones de su vestido de soltaron, sus pechos quedaron expuestos para ser tomados por este hombre que no dejaba de tocarla.
Fue cuando sintió el aire frio sobre sus piernas desnudas que intentó apelar a la buena voluntad de Terry y con un sollozo exclamó.
“Por favor, aquí no”
Los ojos de Terry brillaron y tomándola en sus brazos la llevo a su habitación, lugar del cual no habían salido al menos por un par de horas.
Esa era la razón por la cual ahora se encontraba en su cama, desnuda, toda jadeante y con una energía extraña que invadía su cuerpo, había permitido que el formido dueño del lugar la tomara con desbordante pasión casi animal, no comprendía como es que había perdido la razón de oponerse y simplemente dejarse llevar por lo que le hacia sentir.
---Te…Terrence.- Intentó llamarlo sin mucho éxito.- Terre…
En cambio el castaño que logró escuchar el pequeño susurro frunció el ceño y apretando con mas fuerza la delgada cintura se introdujo más rápido en ella.
---Ah.- Candy abrió los ojos ante las nuevas sensaciones vividas.- Para.- Susurró al sentir como un vórtice que nacía en su vientre iba inundando su cuerpo hasta dejarla sin conciencia.- Por…favor.- Soltó antes de verse levantada por una extraña sensación que la hizo perderse por unos minutos para después volver a caer al mundo real y sentir el entumecimiento de su cuerpo.
Pero a pesar que sentía sin fuerzas su ser, pudo distinguir entre esa nube densa que aun ocupaba su mente como Terry seguía incrustando su vigorosa hombría en su cansado cuerpo.
---Terry.- Habló sin muchas ganas intentando mirarlo a la cara.
Fue ahí donde se dio cuenta, entre su mente cansada pero consciente, que su pasional amante la miraba con el ceño fruncido, molesto, enfadado y percatándose en ese preciso momento de la fuerza de sus empujes, se dio cuenta que él estaba buscando el desquite a su actual estado de ánimo.
Un balde de agua frio baño el ser de Candy, permitiendo hacerle entender el motivo por el cual Terry se había enredado con ella.
Estaba enfadado e intuía que la razón que lo tenía así, eran todas las circunstancias que se dieron en el trascurso de la mañana.
Había pasado de un momento a otro de ser el soltero más codiciado a un hombre prontamente casado, dejaría que alguien entrara en su casa que hasta ahora nadie tenia el gusto de visitar y lo peor de todo, sería alejado de su hogar para darle el cuidado de su casa a una desconocida.
---Terry.- Lo volvió a llamar.
---Shhh.- Fue la simple respuesta dada, mientras escondía su rostro en el cuello de ella.
Candy sintió como todo ese placer que había sentido hace unos momentos se iba calmando y empezó a surgir la necesidad de querer calmar a Terry.
Y siguiendo su orden, guardo silencio, lo abrazo y dejó que el encontrara la paz deseaba, no iba a mentir diciendo que no disfrutaba del momento, en realidad lo hacía, pero por alguna razón extraña deseaba poder consolarlo, que él la necesitara.
De pronto su ritmo se aceleró y se volvió más duro, mientras sonidos profundos cargados de anhelo salían de ambos labios, hicieron que Candy pudiera notar como el sudor del cuerpo de Terry se mezclaba con el suyo y cuando el placer empezó a nublar nuevamente su mente, pudo sentir como de un par de estocadas profundas su interior era llenado con el caliente jugo de vida de Terry, un gemido ronco cargado de satisfacción se escucho en la habitación y pronto llego la calma.
Terry cayó rendido sobre el cuerpo tembloroso de Candy y cuando por fin pudo recuperar el aliento y estabilizar su respiración errática, salió de la cama para vestirse con sus pantalones y camisa a medio abotonar.
---Terry.- Volvió a llamarlo Candy mientras se hallaba sobre la cama desnuda.- Lo siento.- Dijo al verlo ignorar su saludo.- Perdón por meterte en problemas.
El castaño detuvo sus movimientos y suspirando ante las palabras de joven simplemente soltó.
---Descansa Candy.
---Pero…
---Solo duerme.- Y caminando hasta la puerta salió de la habitación dejando con una sensación extraña el pobre corazón de Candy.
Candy se quedó por algunos minutos mirando el lugar por donde Terry había salido y respirando hondo se puso de pie para colocarse la suave bata de dormir, al poco tiempo escuchó unos golpes en la puerta y algo ansiosa fue hacia ella para abrirla.
---¿Si?.- Preguntó extraña al ver a la joven mucama en la puerta con una bandeja plateada.
---Señorita, le traje el té.- La muchacha se inclinó y entregó la hermosa taza con el liquido rojo.- Por favor tómelo.
La frente de Candy se arrugó y de mala gana tomo la taza e intentó cerrar la puerta.
---Por favor.- Se apresuro a decir antes de verla desaparecer.- Me dieron ordenes de asegurarme que lo bebiera.
Candy apretó la taza y sin decir nada bebió de un trago la extraña bebida.
---Listo.- Dejo la taza sobre la bandeja.- Ahora deseo dormir.
Cerrando la puerta caminó hasta la cama y se dejó caer en ella.
“Fue igual anoche”
Pensó mientras aun saboreaba el extraño sabor del té, después de haber dormido con Terry, la misma muchacha le había brindado el té que le impediría acunar en su vientre a un heredero de duque.
“Más claro no puede ser”
Pensó mientras se giraba y miraba el blanco techo.
“El no me quiere como esposa y menos como madre de sus hijos”
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