Amiga mía, Alejandro Sanz
Inspirado en esta hermosa letra , esperando sea de su agrado! Hasta pronto GF!
Cae el telón de gruesas cortinas en terciopelo borgoña por tercera y última vez, las ovaciones vehementes del público retumban aún en las modernas y lujosas instalaciones del teatro en el cierre de temporada de otra gran producción convertida en éxito!.
Soltamos las manos, apagaron el reflector principal del escenario y atenuaron el resto de la iluminación, cada miembro del elenco se dirige eufórico a su camerino.
Pasado unos 45 minutos, sonrio al ver mi reflejo de cuerpo entero, en el ovalado espejo de pared vintage, francés de bordes metálicos dorados, -¡Regia!- me repito, ataviada en un majestuoso diseño de alta costura de un estilo chic parisino, resaltando toda cualidad física con un aspecto sofisticado, giro a la puerta y me detienen los murmullos que traspasan las delegadas paredes que me separan de su camerino, su nombre grabado en la puerta, reluciente, abrasador… inhalo y continuo elegantemente con la cabeza en alto.
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Atendemos la agitada rueda de prensa, seguida de una elegante cena, de esas donde los tenedores van de pequeño a grande y todos te miran mal si no sabes cual usar…
Los murmullos siempre por estas fechas de cierre de temporada me afectan de mejores maneras , pero hoy? hoy…..
-Todo queda en nada– repetía una y otra vez, para mis adentros, manteniéndose intachable.
Parto con movimientos seguros, escoltada de regreso por Robert Hathaway, ensimismada… ya apartada de los flashes estando por abordar el vehículo, cavilaba
-¿En qué momento?...– majaseo levemente mis sienes, saliendo un poco de los personajes que tuvo que interpretar y no solo en el escenario.
En la limusina sentados a una corta distancia uno del otro, escucho abstraída los elogios, que han ido y venido, junto a los planes mediatos del Director mientras me ofrece una copa de Dom Pérignon Rosé Gold.
-A nuestra salud! – evoca alegre, levantando la bebida, la cual sorbo de un tiró ante su suspicaz mirada, que a estas alturas ya no quiero ni soy capaz de analizar a profundidad, sin mayor palabra, me recarga nuevamente la alargada copa con la fría y espumosa bebida, observando cada uno de mis movimientos.
-Solo necesito recomponerme.- Entregándome a la sensación sedosa que dejaba la bebida en su boca.
-Estaré bien en un momento- digo más como una letanía interna. Apoyo la cabeza en el espaldar de los cómodos asientos de cuero. Él, solo asiente atento, tomando de a poco y ordenando al chofer seguir por el camino más largo. Meditando.
-…»Amiga mía, lo sé, sólo vives por él.
Que lo sabe también»…
- murmura él, mientras finjo que no noto como desvía la vista a la ventanilla, haciéndose el desentendido.
Curvo mis labios, inclino la cabeza de lado y con voz queda, impropia, desconocida, sin verle directo, perdiéndome en reminiscencias:
-Solo sucedió, un día desperté pensándole, sin darme cuenta quería curar sus heridas, me volví su confidente, anhelando ver brillar el mar de sus ojos… -hablaba entre pausas.
-Tiene algo indescriptible que hace que lo anheles – sintiéndome tonta. Ahogue un sollozo, mordiendo mis labios, inquieta y con manos temblorosas…
-¿Herida?- me pregunto él por lo bajo.
–Aposte a ello, a él... Me arme de valor y quise creer que con el tiempo…- Cerrando los ojos , desbordándose a su vez el caudal de lágrimas retenidas, aprisionadas.
-Dime, amiga mía- hablando lento- ¿Ha valido la pena? Pues aquella rubia, su amor, volvió. Y tú solo debes alegrarte y dejarle ser feliz-.
- ¡Pero duele!- añadió con voz quebrada.
-Y está bien. Un tiempo será así – le replicó palmeándome el hombro.
-Por favor…- mientras intentaba contener algo de sus sentimientos.
-Miénteme, miénteme con algo, Robert!– rogó, penando.
Negando con la cabeza y una mirada llena de sabiduría, simple y cruelmente a mi parecer, él solo me tarareaba una canción…
…«Él no te ve
Como yo suplicarle a mi boca que diga
Que me ha confesado entre copas..
Que es con tu piel con quien sueña de noche..
Él no te ha visto temblar, esperando
Una palabra, algún gesto un abrazo
Él no te ve como yo suspirando»…
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Pasado un tiempo en un embotellamiento propio de la ciudad que nunca duerme y que parece interminable en mi tragicomedia, con los ojos ardiendo por el llanto que empezaba a cesar.
-No seré otra Susana en su vida. ¡Me rehúso! -la consideraba un ser detestable-
Pero por esta noche con estas copas y contigo como confidente quiero soñarle un rato-… admitió avergonzada.
Y él se atrevió a seguir cantándome…en tono dulce.
…«Amiga mía, no sé qué decir
Ni qué hacer para verte feliz
Ojalá pudiera mandar en el alma»…
-Después de todo soy solo una chica ilusionada ¿O no? Tengo derecho a unos minutos… -contemplando en su mente, melancólica, algunos de los momentos compartidos, sus genuinas sonrisas arrolladoras, los gestos de caballero siempre protector, el amor que han caracterizado en los personajes interpretados y que deseo que traspasarán las barreras…Sonriendo amargamente.
«Amiga mía, Princesa de un cuento infinito, tan sólo pretendo que cuentes conmigo» agregó… [Un triste silencio].
De pronto terminó la cruda o realista letra que me dedicaba y con el auto siguiendo su curso, levante la vista y fui consciente de las estrellas brillando más fuerte que nunca en el extenso firmamento, junto a los letreros de los bares de las avenidas y a mis sueños rotos… saliendo un poco del trance, disipando mis frustraciones:
-Estaré bien!, mañana será otro día y me «llenare los bolsillos de guerras ganadas, de sueños e ilusiones renovadas».
–Será un impulso para continuar brillando en el competitivo mundo artístico.-
-Así será amiga mía! -Me lanzo una cálida y fraterna sonrisa, -Sobrevivirás!-.
Ya no importaba si estábamos cerca o lejos del fin del viaje, ya nada realmente era relevante, pues ella estaba así despidiéndole.
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Recordó poco antes de bajar del vehículo, la atestada rueda de prensa, los periodistas de varios medios estaban expectantes antes los planes del escurridizo actor Terrence Graham, el cual anunciaba a los cuatro vientos sus próximas nupcias declarándose perdidamente enamorado. Dejándolos pasmados, excusándose en nombre del amor para no asistir a la cena y tomarse un tiempo alejado de los escenarios.
Saliendo sonriente, embelesado del brazo de una atractiva rubia ojos verdes. Solo asintiéndole con la cabeza a su compañera de tablas Karen Kleiss, cerrándole así su cuento.
-Sé feliz Terrence! Evocó en su corazón, renunciando, no hoy pero yo también lo seré!-.
F I N
Última edición por ambar graham el Sáb Mayo 06, 2023 10:07 am, editado 3 veces