TE AMARÉ
By: Lady Lumont
Capítulo 1
La niebla era densa y se había dispersado por todo Barnes, un pueblo al oeste de Londres Inglaterra, esa fría tarde a finales de Febrero, en una modesta casa se escuchaba la voz agonizante de un hombre.
–Mi princesa, cuando las flores de primavera florezcan te prometo que iremos juntos al campo –le dijo su padre.
Sin embargo esa promesa que hizo con una sonrisa débil en su rostro demacrado, se convirtió en sus últimas palabras, y la primavera nunca más llegó para ella.
La vida de una niña de tan solo diez año que se había quedado sola en el mundo no era fácil, su madre había fallecido cuando ella era tan solo una bebé,...y ahora sin su padre, por lo tanto fué obligada a mudarse a casa de un familiar.
El tiempo pasó y eran ya cuatro años de infelicidad para la niña, pues los hijos de su tía Charlotte hermana de su padre, la acosan constantemente cada vez que tenían oportunidad, además siempre le echaban en cara que era una huérfana arrimada y por lo tanto no tenía derecho a nada, por eso la despreciaban tanto.
Una tarde la niña llegaba a casa y se encontró con el esposo de su tía, éste al verla le dijo.
–¡Tú!..tú has traído la mala suerte a esta casa, por tu culpa he perdido mucho dinero –le gritó el hombre borracho que acababa de llegar de una cantina donde perdió todo su dinero en un juego de mesa, quería desquitar su furia con alguien e intentó darle una cachetada pero su tía se lo impidió.
La niña como no tenía adonde ir, no le quedaba más que aguantar todas las humillaciones que le hacían, Charlotte hacía lo que podía para defenderla de los maltratos de su esposo, pero esa tarde no tuvo más remedio y le dijo.
–Candy, creo que será mejor que vayas a buscar a mis otros hermanos y les pidas albergue en sus casas.
–¡no, por favor tía Charlotte!, me quedaré en una esquina de la casa y te prometo no molestar, te escucharé y haré todo lo que me pidas, pero por favor no me abandones! –suplicó la rubia llorando.
–Candy, cualquier lugar será mejor que estar aquí, yo ya no puedo seguir defendiendo e ir en contra de mi marido. –dijo la mujer muy seria apartando los brazos de Candy de ella.
Al día siguiente, Candy fué llevada a casa de varios parientes, el primero: un hombre de negocios con buena posición económica la rechazó solo por ser una niña.
–entiende que no me sirves de nada, pues para la sociedad una niña no vale nada y solo me costarás dinero –le dijo el hombre.
La segunda: una mujer soltera que no quiso saber nada de Candy y le cerró la puerta.
Y el tercero: le dijo que ya tenía muchas bocas que alimentar y apenas le alcanzaba para sobrevivir.
Candy al darse cuenta que definitivamente no había nadie que la albergara, se sintió completamente desamparada, agachó su cabeza y no pudo contener sus lágrimas, estas empezaron a resbalar por su rostro ¿y ahora qué iva hacer? se preguntó, el hombre al ver las lágrimas rodando por su rostro, éste escribió algo en un pedazo de papel y le dijo.
–mira, vé al país vecino y busca a esta persona, su nombre y dirección lo he escrito en este papel –le dijo el hombre entregando el pedazo de papel a Candy.
–puedes pasar esta noche en mi casa y mañana temprano te llevaré a la estación –agregó el hombre después.
A la mañana siguiente, Candy abordó el tren rumbo a Escocia con la esperanza de que ese hombre desconocido escrito en el papel no la rechazara también.
Después de seis horas de viaje, Candy llegó a la estación y se sorprendió de conocer un nuevo lugar, de ver a tantas personas que iban y venían, de ver a personas recibiendo con alegría a los familiares recién llegados.
Luego Candy se preguntó si podría encontrar a tal persona, tenía miedo de qué pasaría si no lograba encontrarlo ya que por ahora no podía regresar a Barnes, sentía miedo de estar sola en ése lugar desconocido, pero decidió dejar de pensar en eso porque al fin y al cabo esta era la tierra donde nació su madre, ella no perdió tiempo y caminó entre las personas,...pero a quién preguntar si alguien conocía esa dirección, hasta que por fin vió a un cartero acomodando unas cartas en su bolsa de mensajería, entonces Candy corrió hacia él.
–Hola, buenos días señor cartero! disculpe que lo moleste pero me podría indicar por favor ¿cómo puedo llegar a esta dirección? –preguntó Candy mostrándole el papel que traía en las manos.
Primero el hombre se sorprendió al ver a la pequeña que estaba sola y al leer el nombre de Charlie Davis y la dirección le respondió con amabilidad.
–¡Qué casualidad! justamente me dirigía a esta dirección para entregar algunas cartas ahí, mi nombre es Jack y si confías en mí puedes venir conmigo yo te llevo -le dijo el hombre.
Entonces Candy aceptó y agradeció el ofrecimiento del cartero y emprendieron camino. Ya en el camino, la rubia estaba encantada de ver tan bellos paisajes y después de un rato observó un enorme castillo como sacado de un cuento de hadas y se dirigían hacia ahí.
–pertenece a la familia real Granchester –le dijo el hombre al ver a Candy observando la enorme mansión –bueno Candy hemos llegado, mira puedes preguntarle al jardinero que está ahí por la persona que buscas –le dijo el cartero señalando al hombre.
Candy asintió y caminó hacia el jardinero, estaba llena de temor y miedo de que esa persona fuera tan mala como sus otros parientes, o peor aun que también la rechazara, Candy se preparaba verbalmente para presentarse ante el hombre.
–Buenas tardes señor, busco al señor Charlie Davis ¿sería tan amable de indicarme dónde lo puedo encontrar? –dijo Candy
El robusto e imponente hombre se puso de pie un poco molesto por ser interrumpido de su trabajo y le dijo.
–sí, soy yo, y tú ¿quién eres? -dijo extrañado al ver a la pequeña, luego Candy se armó de valor y se presentó
–¡Hola señor Davis! mi nombre es Candice White, vengo desde Barnes Londres –dijo Candy esperanzada de que él ya estuviera al tanto de que vendría, el hombre se sorprendió al escuchar aquel apellido.
–¿usted trajo a la niña? –le preguntó al cartero.
–sí, la conocí en la estación de tren y ya que venía para acá la traje conmigo,..por cierto esta carta ha llegado para usted –dijo el cartero entregando la carta al hombre, y como vió que Candy había encontrado a la persona que buscaba se despidió de ella y se marchó.
Charlie abrió la carta y empezó a leer.
“Estimado Charlie, ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos por última vez, recibe mis saludos y espero que te encuentres bien.
Llegará una jovencita a ti, su nombre es Candy White, la madre de Candy murió cuando ella tenía apenas unos meses de nacida, y mi hermano Arthur no soportó su muerte y se volvió adicto al alcohol enfermó y falleció hace cuatro años.
Entonces Candy va de casa en casa de mis otros hermanos, pero la situación económica de ellos no son tan buenas ni tampoco las mías como para acoger a otra persona más, escuché que trabajas de jardinero para un famoso Duke, sé que tienes un mínimo vínculo consanguíneo con Candy, pero tú como nuestro primo que eres, eres el único que está en mejor posición, así que te la envié a ti”.
Posdata: si no puedes permitirtelo, envía a Candy a un orfanato.
Charlie no podía creer lo que ese tonto le estaba pidiendo, si él había dejado de verlos a todos ellos hacía muchísimo tiempo, arrugó el papel y dió un grito de impotencia y rabia, porque como es posible que ayan enviado a Candy sola a un lugar desconocido para ella, al parecer no les importaron lo que le pudiera pasara.
Charlie observa a Candy y se da cuenta que no estaba abrigada apropiadamente para el frío que estaba haciendo, también se da cuenta que estaba demasiado delgada y supone que tampoco se había estado alimentando bien.
–no soy tan joven, dentro de un par de meses cumpliré quince años sé leer, escribir y podría ayudarle si usted quiere –dijo Candy interrumpiendo los pensamientos del hombre, entonces Charlie decide dejar lo que estaba haciendo y le pide a Candy que lo siga a su casa.
Charlie tenía que pensar que es lo que iba hacer con Candy, pero primero quería que ella comiera algo. Cuando llegaron a la casa del hombre Candy se dio cuenta de que él vivía solo, pues todo estaba limpio y ordenado, después de un rato Charlie le sirvió de comer a Candy lo cual la rubia disgustó con gusto ya que no había comido nada en todo el día.
–y dime Candy, ¿acaso no te doy miedo por ser un extraño para ti? –le preguntó el hombre
–no, usted debe de ser una persona muy buena, porque no me ha gritado ó lastimado, además me ha servido una comida deliciosa y lo cual le agradezco por esto –le dijo Candy aunque en verdad muy en su fondo sí le daba un poco de miedo porque tenía cara de enojado.
El hombre se cuestionó,...pero qué clase de vida ha estado viviendo esta niña para que esté agradecida por esto? Sin duda sus primos eran despreciables, porque han hecho la vida de esta niña muy difícil.
Charlie pensó que era lamentable la situación de la niña, pero no sabía qué hacer con ella, sin duda tendría que arreglar este asunto lo más pronto posible.
Continuará…..
**Gracias por leér.
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