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Buenas noches bellas combatientes, les traigo el capítulo 2 y de antemano muchas gracias por leér, ¡feliz lectura! 
TE AMARÉ
by: Lady Lumont
Capítulo 2
Al día siguiente, Candy se preparaba mentalmente para un nuevo día, porque fuese lo que fuera a pasar con ella, quería estar preparada, luego recordó las palabras que le dijo la noche anterior el señor Davis, “puedes quedarte en casa hasta que decida qué hacer contigo”
–“Qué hacer contigo” –repitió Candy, frases que ya se temía que le dijeran, y se preguntaba a dónde debería ir si la echaban de ahí también, sin embargo decide no pensar en eso y camina hacia la cocina donde provenían algunos sonidos de platos y cacerolas.
–¡buenos días señor Davis! ¿durmió usted bien? –saludó la rubia alegremente al entrar a la cocina.
–buenos días Candy, sí dormí bien –respondió el hombre y siguió cocinando.
Candy quería ayudar y se ofreció a poner los platos en la mesa, una vez que ya estaban sentados la rubia le dice.
–¡señor Davis, quiero darle las gracias por permitirme quedar en su casa los días que usted decida, también le agradezco por esta comida que comparte conmigo hoy! –dijo la rubia
–anda come debes de alimentarte bien –dijo el hombre medio sonriendo sirviendo un plato con mucha comida para ella, Candy se sorprendió al ver tanta comida en su plato,y es que ella estaba acostumbrada a ver la comida racionada en casa de su tía Charlotte, y casi siempre a ella le tocaba muy poca comida.
Mientras tanto, los empleados del castillo chismean en la cocina.
–he escuchado rumores de que Charlie ha traído a una niña a su casa para cuidarla –dijo alguien
–no, no puede ser verdad, ese amargado es más fácil que críe a un león que a una niña –mencionó otro
–yo tampoco lo creería pero es verdad –dijo una mujer –ví llegar a la chica ayer y creo que le hará bien a Charlie, porque desde que su esposa murió, él ha estado solo desde entonces, fué una lástima que ellos nunca tuvieran hijos así no estaría tan solo –finalizó de decir la mujer.
–aunque nos cueste creer que tal vez Charlie no sea el ogro que aparenta ser, tal vez sí podría criar a una niña,...estoy segura de que Charlie no es malo como se vé, él ha cuidado y mantenido tan hermoso los jardines del castillo que la misma señora Granchester se lo ha reconocido y agradecido –mencionó una mujer mayor.
–¡vean, es cierto! –dijo uno de ellos mirando por la ventana, entonces todos se acercaron a la ventana y vieron a una jovencita de cabellos rubios acompañando a Charlie.
Pasaron los días, y los empleados del castillo supieron la historia de Candy, rápidamente la rubia se dió a querer entre ellos, le regalaban dulces o galletas cada vez que la veían. Sin embargo, entre las empleadas había una gran incertidumbre por la decisión que Charlie tomaría sobre Candy, él ya les había dicho que seguía pensando, porque no la podía tener allí.
Llegó el cumpleaños de Candy, y los empleados del castillo le hicieron un pequeño pastel para festejarla. Charlie se había esmerado en hacerle una comida especial para ella. Candy les agradeció a todos derramando algunas lágrimas que se le habían escapado de sus grandes y hermosos ojos verdes, pues después de su padre, nunca más nadie la había felicitado por su cumpleaños.
Pasó la primavera hasta que llegó el Verano, los empleados del castillo, se acostumbraron a ver a Candy siempre ayudando a Charlie con el trabajo mientras lo seguía.
Increíblemente Candy ya se había vuelto popular entre los vecinos más cercanos al castillo, una señora llevaba una canasta llena de galletas y diferentes tipos de golosinas.
–a mí no me gustan las golosinas –le dijo Charlie cuando vió llegar a la mujer a su casa.
–pero no son para usted, ¡son para Candy! –le dijo la mujer.
–ultimamente la gente está usando a Candy para estar entrando y saliendo de aquí –dijo Charlie ya un poco molesto –el otro día alguien le trajo ropa, luego un señor le trajo libros y cosas para que escriba, incluso una señora que nunca había venido por estos rumbos llegó para visitarla –agregó Charlie observando a Candy quien estaba jugando en el jardín.
–es porque Candy además de hermosa, es una jovencita muy alegre, educada y muy amable con todos…y todos se preocupan por ella, vea es adorable verla corriendo por el bosque y los jardines como si fuera una ardilla,..siii…ya ha pasado mucho tiempo desde que hubo otra presencia tan hermosa en el castillo –dijo la mujer.
De pronto…
–¡oh por dios! –exclamó la mujer de nervios al ver a Candy trepar a un árbol.
–tranquila ella estará bien, lo hace seguido que yo yá estoy acostumbrado verla hacerlo –le dijo Charlie, pero la mujer lo recrimina por estar criando a la niña de esa manera.
–disculpeme pero yo sé cómo la estoy criando y no voy a permitir que nadie venga a decirme cómo debo hacerlo –dijo un molesto Charlie.
–cierto, pero ella es una niña y debes cuidarla como si fuera una flor delicada. Por cierto, aún no has decidido dónde vas a enviarla? –preguntó la señora, Charlie solo se quedó en silencio, porque aún no era capaz de tomar una decisión para determinar cuál sería el futuro de Candy.
Pasaron varios días más, y como todos los días, a Candy le gustaba ir a caminar por el bosque y disfrutar la belleza de la naturaleza.
–Candy por favor no te vayas tan lejos –le dijo Charlie al verla correr hacia el bosque.
–no señor Davis, solamente iré al lago –le dijo sonriendo la rubia.
Charlie seguía preguntándose a dónde debería enviar a Candy para que crezca sin que nadie la lastime, y ésa era la razón por la que aún no había podido decidir.
Candy, quien se sentía segura y feliz bajo los cálidos cuidados de Charlie, era una niña que amaba escuchar a las aves en el hermoso bosque del castillo, y mientras ella crecía también el bosque y las plantas, habían abundantes frutos silvestres y nuevas vidas de los animalitos que llegaban todos los días. Cuando miraba la luz que iluminaba la superficie del lago se sentía como si estuviera en el cielo, pareciera que las pesadillas que vivió en Barnes habían quedado atrás, se sentaba en su árbol favorito y escribía todo lo que veía y sentía a lo largo del día en su diario, pues no sabía lo que iba a pasar con ella y no quería olvidar sus días vividos allí.
Cuando Candy regresa a casa, se sorprende al ver a Charlie bien vestido y listo para salir.
–Candy, anda ve a cambiarte de ropa porque debemos ir a un lugar –le dijo Charlie al verla llegar.
La felicidad que habitaba en el corazón de Candy se disipó en un segundo, Charlie al ver la expresión en el rostro de Candy, se apresuró a decirle.
–solamente iremos al pueblo a comprarte algo de ropa, el Duque va a llegar en cualquier momento y no sería apropiado saludarlo y que te vea vestida de esa manera –le dijo para tranquilizarla.
Una vez ya en camino al pueblo, Candy llena de curiosidad le pregunta a Charlie.
–¿Acaso el señor Duque es el dueño de todo esto?
–Así es, y no es un señor, es tan solo un chico de dieciocho años.
Candy se sorprende al escuchar esto, ya que el Duque era tan solo tres años mayor que ella.
–y lo más asombroso es que se convirtió en Duque cuando tenía tu misma edad –agregó Charlie dejando a Candy aún más sorprendida.
Mientras tanto el Duque llegaba a la estación acompañado de su asistente, y en cuanto salieron del tren un chofer los recibió y se dirigieron al carruaje que los estaba esperando para llevarlos al castillo.
En el camino, su asistente le hace saber al Duque que le han informado que todo está en orden en el castillo, mientras éste mira a través de la ventana del carruaje, el encanto del hermoso bosque que hay en su territorio, para él el bosque era el lugar mágico que le transmitía paz y serenidad.
En el Castillo todos estaban nerviosos y por fin habían terminado con los preparativos de bienvenida para el Duque, ya todos estaban alineados para recibirlo, Candy junto con Charlie tuvieron que quedarse hasta atrás de ellos.
–¡Candy! ¡Te ves muy linda con tu vestido nuevo! –le dijo la empleada más joven mientras esperaban.
–¡gracias! –agradeció la rubia.
Por fin el Duque llegaba a la mansión, los empleados estaban ordenadamente de pie esperándolo y la primera persona que lo recibe fué Molly, quien fuera su nana cuando él era pequeño, ahora aunque él yá había crecido, le había tomado mucho cariño y le pidió quedarse a vivir allí, Isabel siempre lo consentía pero también lo aconsejaba para el bienestar del castaño.
–¡Terry, Bienvenido mi niño! ¡Pero válgame dios, cómo has crecido! –dijo Isabel acercándose para abrazarlo.
–¡Hola Molly! me da gusto volverte a ver nana, ¿cómo has estado? –dijo Terry
–pues lo opuesto a ti, cada dia mas vieja ja,ja,ja. –respondió Molly
Después del recibimiento de Molly, los recién llegados se dirigieron hacia la entrada del castillo, Terry al pasar frente a los sirvientes los saludó sin prestar mucha atención a su alrededor. Candy como estaba hasta atrás, apenas y vió pasar el zapato del joven.
–Tal vez la próxima vez podamos saludarlo -le dijo Charlie a Candy al no poder saludar al Duque esta vez.
De camino a casa, Charlie le menciona a la rubia.
–Candy, es posible que veas a menudo al joven en el bosque, ya que uno de sus pasatiempos favoritos es cabalgar a caballo por el bosque.
–entonces también a él le gusta el bosque –dijo Candy
–así es, le encanta explorar –le aseguró Charlie –y tal vez ahora le guste cazar ya que para los aristócratas es divertido hacerlo –agregó Charlie.
–bueno solo espero que a él no le guste cazar –dijo Candy tristemente porque en verdad no quería que nadie lastimara a los animalitos del bosque.
Continuara…..
🥰
🫠🤭
