Capítulo 7
Albert y Terry como chiquillos decidieron ir al bar del hotel se sentaron de modo que cuando alguien entrara por la terraza ellos observarán si ese par se había sincerado.
—Me siento como un adolescente haciendo esto Terry, si las cosas no funcio… —No terminaron la frase cuando a lo lejos vieron entrar a Neil, desabrochado el cuello de su camisa y aflojando su corbata. Claramente estaba muy molesto pasó tan deprisa que no prestó atención a ellos.
—Oh. Oh…. Algo salió mal —mencionó Terry—. Sabes que tengo una idea ve con tu sobrino claramente necesita de ti, tú tienes el don de tranquilizar y hacernos ver las cosas diferente manera, yo iré a la playa quiero saber ¿que pasó? indagaré o me dejaré llamar Terry Granchaester.
—Pero Terry…
—Pero nada abuelo, anda —ordenó. El se dirigió hacia la playa y a lo lejos vio como Blair estaba tratando de safarse del agarre de alguien que el no conocia. Camino más aprisa y tomó del brazo al hombre y declaró molesto: —Acaso no sabes tratar a una dama, ella ha dicho que la sueltes.
—¡No te metas estúpido! Esto es entre mi prometida y yo.
—Que no soy tu prometida —grito Blair, ya te lo dije no hay ningún compromiso entre ambos, tu padre me rechazó por no ser Escocesa y además no te amo ¡Entiéndelo!
—Ya escuchaste a la señorita, ella no está sola tiene el apoyo de la familia Ardlay y el mío.
—No me digas que me estás rechazando por este.. —trató de irse sobre Terry para golpearlo, pero él reaccionó más rápido dándole un derechazo haciéndole caer en la arena.
Ella ya tiene novio así que deja de molestarla.
Ediwin solo abrió los ojos ante la declaración de Terry,
—tomó a la chica de brazo y se la llevó.
—Este yo… no sé qué decir —mencionaba apenada—. Gracias por ayudarme.
—No estás sola, la familia Ardlay te respalda siempre al igual que…. Por un momento pensó si debería mencionar su nombre.
—¿Qué quién? —preguntó confundida.
—Que Neil, claramente te aprecia —se atrevió a decir.
—No, debes estar confundido él al verme se marchó, le grité y no volteó ni siquiera a verme.
—Mira se que va sonar atrevido de mi parte, pero más vale que lo diga; tú porque crees que salió como alma que lleva la o diablo. Ella solo se encogió de hombros.
—Te vio con él, y me imagino se enteró que es tu prometido.
—Él no es nada mío.
—Si Neil siente algo por ti, que creo es así, no le vio ningún sentido el decirte, por qué él venía a tu encuentro quería platicar contigo. Creo que él se comportó decente yo no sé qué haría si viera a Candy con alguien más.
—¿Candy has dicho? El carraspeo y supo que se le había ido la lengua.
—Esa es una historia muy larga de contar.
—Y porque no me la cuentas te invito un café en agradecimiento o lo que desees tomar.
“Porque no” pensó.
Lo que él no sabía, es que ella se había vuelto muy amiga de Candy White Ardlay.
Terry no profundizó el tema solo le contó a grandes rasgos cómo se conocieron en el colegio y cómo se habían separado y cómo después pensó que estaría a su lado para ofrecerle un futuro al lado de él.
—Tuve que cumplir con el deber de estar con Susana Marlow, porque así me lo pido Candy. Una petición que yo acepté al final de todo.
“Ahora comprendo tantas cosas” pensó ella.
Recordó como una tarde cuando saliera a comer con ella la invitó a la librería.
Candy observó una colección de libros de Shakespeare y los acariciaba, se perdió por unos minutos en ellos leyendo y no quiso interrumpir sus pensamientos.
Blair se había imaginado que pensaba en alguna obra de él, pero más bien comprendió que aquella mirada perdida era solo de añoranza del chico que estaba sentada frente a ella en esos momentos.
—Muchas gracias por todo Terry, debo hablar con Albert y contarle quién estuvo aquí, quiero que le mandé un telegrama a mi padre para que le ponga un alto a esa familia Campbell, ni muerta me casaría con Edwin.
—Está bien, ah no espera creo que él tenía una reunión con Neil esta tarde por algunos asuntos del hotel, yo lo esperaré aquí, y le diré que te busque tu descansa.
—Está bien, muchas gracias por todo.
Al mirar que él se fue, se levantó y preguntó al mozo dónde podría hablar con el señor Lagan o Ardlay. Le dijeron que en las oficinas de hotel seguramente estarían ambos hombres.
Por un momento se preguntó si debía tocar la puerta, claramente Neil estaba muy enojado cuando lo vieron pasar, pero debía decirles lo que pasó. O Neil se haría toda una historia en su mente como el se la había hecho hace años. Cuando a lo lejos miró a Candy con Albert.
No preguntó, sólo dio por sentado toda una novela en su cabeza.
—Adelante —mencionó Albert al escuchar el toque de la puerta.
—Que bueno que están los dos aquí —mencionó Terry—. Hace unos minutos encontré a Blair en la playa un estúpido hombre la estaba maltratando.
—¡Qué! Dijeron Albert y Neil al unísono.
El muy idiota quiso golpearme al defenderla pero le respondí como se merece. Es el supuesto prometido pero la familia la rechazó por no tener sangre genuina escocesa es por eso que ella huyó. Me contó que no se quería casar con él, pero este sin vergüenza la quiere obligar a casarse con él.
—¡Entonces no es su prometido! —exclamó Neil.
—Es lo que te he tratado de decir, pero no me dejaste explicar cómo sucedió todo.
—Soy un estúpido yo la dejé con ese imbecil, ¿La lastimó?
—No tanto, solo fue el brazo pero créeme ella entenderá porque reaccionaste así si se lo explicas.
—Iré por ella mencionó Albert, no quiero que esté en el hotel es mejor que se quede en la mansión hasta que volvamos a Escocia. No vaya ser que ese tal Edwin le haga algo.
—Está bien tío. Será lo mejor para ella.
—Y piensas hablar con ella —preguntó Albert.
—No tiene caso , ella vuelve a su hogar, simplemente me mandó pensamientos o reflexiones sobre el tiempo y yo he malinterpretado todo.
—Ay Legan si serás un cabeza dura me dan ganas de…
—De que Granchester —espetó molesto—. Tu no puedes decirme qué hacer cuando tú mismo realmente has tenido por años a una mujer que te ama y no has hecho nada por recuperarla, así que no quiero oír un sermón de ninguno de ustedes dos.
Salió de la oficina dejando a Terry y Albert con la palabra en la boca.
—Oye Terry, ahora me comprendes cuando te he visto actuar de esa manera tan sin sentido y que no entiendes razones.
—Creo que el amor nos vuelve locos y sin sentido —mencionó con una risita.
Dos semanas habían pasado desde aquel incidente, Blair había guardado la esperanza de hablar con Neil Lagan cuando fuera a visitar a su tío a la mansión. Y Albert había pensado que iría a verla pero no fue así,
—No te preocupes tendrás la oportunidad de verle
mañana en la boda de mi sobrino Archie —se animó a decir Albert.
La sacó de sus pensamientos, se encontraba sentada en el despacho de la mansión Ardlay en la Florida.
—¡Eh…! ¿qué me decías Albert? No escuché, mi mente estaba en otro lado, lo siento.
—Solo decía que tendrás la oportunidad de ver a Neil esta tarde y tal vez logren platicar y sincerarse uno al otro.
—Tal vez, nada me gustaría más, pero no creo que eso suceda. Es que si tú hubieras visto su rostro cuando me vio con Edwin en la playa, era una mirada tan fría; pero si no sucede está bien. En estos momentos me preocupa más otra cosa Albert. —mencionó temerosa y el tono de su voz lo revelaba.
—¿Acaso hay algo que no me has dicho? ya te dije que la familia Ardlay te protege por favor cuéntame qué te sucede.
—Hace dos días Edwin mandó a su abogado a verme, tú no te encontrabas y yo acepté verlo, las noticias que me dio no son buenas, pero que puedo hacer contra uno de los clanes más poderosos de Escocia. Los Campbell me obligaran a casarme con Edwin.
—Eso no puede ser, tu padre me dijo que Argyll Campbell, al enterarse que tu eres adoptada te repudio, el quiere una escocesa de sangre pura, ya sabes ideas de generaciones antiguas, tu unión con Edwin no le complace, su padre no permitira esa boda.
—Pues no se que es lo que ha pasado, pero el abogado de Edwin me dijo que este matrimonio no solo fue de palabra cuando éramos niños sino que hay un documento legal del cual puede hacer uso, si yo no me caso con él, en el documento está escrito que toda la fortuna de mi padre pasaría a manos de los Campbell —ella empezó a llorar y añadió—: te imaginas lo que sería eso para mi padre y mi hermano, no no, yo no podría hacerles eso, el saberlos a ellos en la miseria no me permitiría ser feliz. Creo que aceptaré casarme con él.
—Blair debe haber una manera diferente de arreglar las cosas ya lo veras, mas si el padre de Edwin no esta deacuerdo con todo esto. —Oh Albert no sé que voy hacer —se lanzó a sus brazos a llorar como una niña pequeña.
Pero para unos ojos color ámbar que miraban con la puerta entreabierta del despacho, sin antes escuchar toda la conversación significó otra cosa. Neil había decidido doblegar su orgullo y se atrevió a ir hablar con Blair a casa de su tío, pero verla en sus brazos confirmaba que él para ella solo había sido un amigo más.
Se dio la media vuelta tratando de no ser escuchado y se encaminó a la puerta de salida pero la voz de la ama de llaves lo delató.
—Joven Legan que gusto verlo aqui —Hola Dorothy —respondió maldiciendo en sus adentros el haber sido descubierto.
Dorothy al ser el ama de llaves se ganó la confianza de Blair y entre lágrimas le había contado todo lo que estaba pasando y sus sentimientos hacia el joven Lagan.
—Quiere que le diga al señor Albert, que está usted aquí —No, no está bien, creo que él está muy ocupado es mejor que me marche.
—Pero está con la señorita Blair, ambos estáran muy contentos de recibirlo.
—No es mejor que me marche —tomó la manija de la puerta pero en esos instantes la voz de su tío lo llamó.
—¡Neil! Como que te marchas, qué pasa contigo no puedes ser tan descortés.
Neil volteo y observó a Blair al lado de su tío con los ojos rojos, delataba que había estado llorando. Por unos momentos hubiese querido ser él, el que la consolara.
—No es que sea descortés tío, simplemente no quise interrumpir lo que estaba sucediendo ahí dentro.
Continuará…
Albert y Terry como chiquillos decidieron ir al bar del hotel se sentaron de modo que cuando alguien entrara por la terraza ellos observarán si ese par se había sincerado.
—Me siento como un adolescente haciendo esto Terry, si las cosas no funcio… —No terminaron la frase cuando a lo lejos vieron entrar a Neil, desabrochado el cuello de su camisa y aflojando su corbata. Claramente estaba muy molesto pasó tan deprisa que no prestó atención a ellos.
—Oh. Oh…. Algo salió mal —mencionó Terry—. Sabes que tengo una idea ve con tu sobrino claramente necesita de ti, tú tienes el don de tranquilizar y hacernos ver las cosas diferente manera, yo iré a la playa quiero saber ¿que pasó? indagaré o me dejaré llamar Terry Granchaester.
—Pero Terry…
—Pero nada abuelo, anda —ordenó. El se dirigió hacia la playa y a lo lejos vio como Blair estaba tratando de safarse del agarre de alguien que el no conocia. Camino más aprisa y tomó del brazo al hombre y declaró molesto: —Acaso no sabes tratar a una dama, ella ha dicho que la sueltes.
—¡No te metas estúpido! Esto es entre mi prometida y yo.
—Que no soy tu prometida —grito Blair, ya te lo dije no hay ningún compromiso entre ambos, tu padre me rechazó por no ser Escocesa y además no te amo ¡Entiéndelo!
—Ya escuchaste a la señorita, ella no está sola tiene el apoyo de la familia Ardlay y el mío.
—No me digas que me estás rechazando por este.. —trató de irse sobre Terry para golpearlo, pero él reaccionó más rápido dándole un derechazo haciéndole caer en la arena.
Ella ya tiene novio así que deja de molestarla.
Ediwin solo abrió los ojos ante la declaración de Terry,
—tomó a la chica de brazo y se la llevó.
—Este yo… no sé qué decir —mencionaba apenada—. Gracias por ayudarme.
—No estás sola, la familia Ardlay te respalda siempre al igual que…. Por un momento pensó si debería mencionar su nombre.
—¿Qué quién? —preguntó confundida.
—Que Neil, claramente te aprecia —se atrevió a decir.
—No, debes estar confundido él al verme se marchó, le grité y no volteó ni siquiera a verme.
—Mira se que va sonar atrevido de mi parte, pero más vale que lo diga; tú porque crees que salió como alma que lleva la o diablo. Ella solo se encogió de hombros.
—Te vio con él, y me imagino se enteró que es tu prometido.
—Él no es nada mío.
—Si Neil siente algo por ti, que creo es así, no le vio ningún sentido el decirte, por qué él venía a tu encuentro quería platicar contigo. Creo que él se comportó decente yo no sé qué haría si viera a Candy con alguien más.
—¿Candy has dicho? El carraspeo y supo que se le había ido la lengua.
—Esa es una historia muy larga de contar.
—Y porque no me la cuentas te invito un café en agradecimiento o lo que desees tomar.
“Porque no” pensó.
Lo que él no sabía, es que ella se había vuelto muy amiga de Candy White Ardlay.
Terry no profundizó el tema solo le contó a grandes rasgos cómo se conocieron en el colegio y cómo se habían separado y cómo después pensó que estaría a su lado para ofrecerle un futuro al lado de él.
—Tuve que cumplir con el deber de estar con Susana Marlow, porque así me lo pido Candy. Una petición que yo acepté al final de todo.
“Ahora comprendo tantas cosas” pensó ella.
Recordó como una tarde cuando saliera a comer con ella la invitó a la librería.
Candy observó una colección de libros de Shakespeare y los acariciaba, se perdió por unos minutos en ellos leyendo y no quiso interrumpir sus pensamientos.
Blair se había imaginado que pensaba en alguna obra de él, pero más bien comprendió que aquella mirada perdida era solo de añoranza del chico que estaba sentada frente a ella en esos momentos.
—Muchas gracias por todo Terry, debo hablar con Albert y contarle quién estuvo aquí, quiero que le mandé un telegrama a mi padre para que le ponga un alto a esa familia Campbell, ni muerta me casaría con Edwin.
—Está bien, ah no espera creo que él tenía una reunión con Neil esta tarde por algunos asuntos del hotel, yo lo esperaré aquí, y le diré que te busque tu descansa.
—Está bien, muchas gracias por todo.
Al mirar que él se fue, se levantó y preguntó al mozo dónde podría hablar con el señor Lagan o Ardlay. Le dijeron que en las oficinas de hotel seguramente estarían ambos hombres.
Por un momento se preguntó si debía tocar la puerta, claramente Neil estaba muy enojado cuando lo vieron pasar, pero debía decirles lo que pasó. O Neil se haría toda una historia en su mente como el se la había hecho hace años. Cuando a lo lejos miró a Candy con Albert.
No preguntó, sólo dio por sentado toda una novela en su cabeza.
—Adelante —mencionó Albert al escuchar el toque de la puerta.
—Que bueno que están los dos aquí —mencionó Terry—. Hace unos minutos encontré a Blair en la playa un estúpido hombre la estaba maltratando.
—¡Qué! Dijeron Albert y Neil al unísono.
El muy idiota quiso golpearme al defenderla pero le respondí como se merece. Es el supuesto prometido pero la familia la rechazó por no tener sangre genuina escocesa es por eso que ella huyó. Me contó que no se quería casar con él, pero este sin vergüenza la quiere obligar a casarse con él.
—¡Entonces no es su prometido! —exclamó Neil.
—Es lo que te he tratado de decir, pero no me dejaste explicar cómo sucedió todo.
—Soy un estúpido yo la dejé con ese imbecil, ¿La lastimó?
—No tanto, solo fue el brazo pero créeme ella entenderá porque reaccionaste así si se lo explicas.
—Iré por ella mencionó Albert, no quiero que esté en el hotel es mejor que se quede en la mansión hasta que volvamos a Escocia. No vaya ser que ese tal Edwin le haga algo.
—Está bien tío. Será lo mejor para ella.
—Y piensas hablar con ella —preguntó Albert.
—No tiene caso , ella vuelve a su hogar, simplemente me mandó pensamientos o reflexiones sobre el tiempo y yo he malinterpretado todo.
—Ay Legan si serás un cabeza dura me dan ganas de…
—De que Granchester —espetó molesto—. Tu no puedes decirme qué hacer cuando tú mismo realmente has tenido por años a una mujer que te ama y no has hecho nada por recuperarla, así que no quiero oír un sermón de ninguno de ustedes dos.
Salió de la oficina dejando a Terry y Albert con la palabra en la boca.
—Oye Terry, ahora me comprendes cuando te he visto actuar de esa manera tan sin sentido y que no entiendes razones.
—Creo que el amor nos vuelve locos y sin sentido —mencionó con una risita.
Dos semanas habían pasado desde aquel incidente, Blair había guardado la esperanza de hablar con Neil Lagan cuando fuera a visitar a su tío a la mansión. Y Albert había pensado que iría a verla pero no fue así,
—No te preocupes tendrás la oportunidad de verle
mañana en la boda de mi sobrino Archie —se animó a decir Albert.
La sacó de sus pensamientos, se encontraba sentada en el despacho de la mansión Ardlay en la Florida.
—¡Eh…! ¿qué me decías Albert? No escuché, mi mente estaba en otro lado, lo siento.
—Solo decía que tendrás la oportunidad de ver a Neil esta tarde y tal vez logren platicar y sincerarse uno al otro.
—Tal vez, nada me gustaría más, pero no creo que eso suceda. Es que si tú hubieras visto su rostro cuando me vio con Edwin en la playa, era una mirada tan fría; pero si no sucede está bien. En estos momentos me preocupa más otra cosa Albert. —mencionó temerosa y el tono de su voz lo revelaba.
—¿Acaso hay algo que no me has dicho? ya te dije que la familia Ardlay te protege por favor cuéntame qué te sucede.
—Hace dos días Edwin mandó a su abogado a verme, tú no te encontrabas y yo acepté verlo, las noticias que me dio no son buenas, pero que puedo hacer contra uno de los clanes más poderosos de Escocia. Los Campbell me obligaran a casarme con Edwin.
—Eso no puede ser, tu padre me dijo que Argyll Campbell, al enterarse que tu eres adoptada te repudio, el quiere una escocesa de sangre pura, ya sabes ideas de generaciones antiguas, tu unión con Edwin no le complace, su padre no permitira esa boda.
—Pues no se que es lo que ha pasado, pero el abogado de Edwin me dijo que este matrimonio no solo fue de palabra cuando éramos niños sino que hay un documento legal del cual puede hacer uso, si yo no me caso con él, en el documento está escrito que toda la fortuna de mi padre pasaría a manos de los Campbell —ella empezó a llorar y añadió—: te imaginas lo que sería eso para mi padre y mi hermano, no no, yo no podría hacerles eso, el saberlos a ellos en la miseria no me permitiría ser feliz. Creo que aceptaré casarme con él.
—Blair debe haber una manera diferente de arreglar las cosas ya lo veras, mas si el padre de Edwin no esta deacuerdo con todo esto. —Oh Albert no sé que voy hacer —se lanzó a sus brazos a llorar como una niña pequeña.
Pero para unos ojos color ámbar que miraban con la puerta entreabierta del despacho, sin antes escuchar toda la conversación significó otra cosa. Neil había decidido doblegar su orgullo y se atrevió a ir hablar con Blair a casa de su tío, pero verla en sus brazos confirmaba que él para ella solo había sido un amigo más.
Se dio la media vuelta tratando de no ser escuchado y se encaminó a la puerta de salida pero la voz de la ama de llaves lo delató.
—Joven Legan que gusto verlo aqui —Hola Dorothy —respondió maldiciendo en sus adentros el haber sido descubierto.
Dorothy al ser el ama de llaves se ganó la confianza de Blair y entre lágrimas le había contado todo lo que estaba pasando y sus sentimientos hacia el joven Lagan.
—Quiere que le diga al señor Albert, que está usted aquí —No, no está bien, creo que él está muy ocupado es mejor que me marche.
—Pero está con la señorita Blair, ambos estáran muy contentos de recibirlo.
—No es mejor que me marche —tomó la manija de la puerta pero en esos instantes la voz de su tío lo llamó.
—¡Neil! Como que te marchas, qué pasa contigo no puedes ser tan descortés.
Neil volteo y observó a Blair al lado de su tío con los ojos rojos, delataba que había estado llorando. Por unos momentos hubiese querido ser él, el que la consolara.
—No es que sea descortés tío, simplemente no quise interrumpir lo que estaba sucediendo ahí dentro.
Continuará…