CAPÍTULO 2
Se me fue
-.-.-.-.-.- Cuatro años antes. Lo que en realidad pasó -.-.-.-.
Neil Leagan estaba dolorosamente pálido.
Su hermana estaba allí, observándolo.
Eliza Leagan permanecía sentada en un rincón de la habitación, con una mirada desolada en su rostro.
Sintió como un sollozo llegaba a su garganta y aspiró una rápida y profunda bocanada de aire.
No debía llorar.
No podía permitirse malos pensamientos.
Neil aún estaba vivo.
Nada iba a pasarle a él.
Ella no lo permitiría; se aferraría a él con todas sus fuerzas.
El muchacho había estado en coma desde el ataque
Eliza había llegado allí en la madrugada . Al enterarse de la noticia, subió al primer tren, y había llegado desde Florida.
Nada podría alejarla del lado de Neil; ella debía estar allí para mantener vivo a su hermano.
Después de la muerte de sus padres, él era todo lo que le quedaba.
Él no podía abandonarla
–Todo por culpa de Candy … ..Todo es culpa de ella,....¡esa maldita huérfana!
Ella había arrastrado a Neil a esta situación.
La enfermera se levantó rápidamente y alzó los párpados de Neil, mientras Eliza se ponía tensa y olvidaba lo que estaba pensando.
Se levantó a su vez, rápida y silenciosamente, y se acercó a la enfermera Flamy
Quería enterarse de cualquier cosa que pudiera suceder. Pero no se había producido ningún cambio.
La inexpresiva mujer de blanco sostuvo por un momento la muñeca de Neil y musitó nuevamente las mismas palabras de siempre
—No hay ningún cambio. —Luego se dirigió hacia el corredor, y Eliza la siguió hasta fuera de la habitación.
En ese momento, Flamy no solo estaba preocupada por Neil, sino también por ella
—El doctor Sanders, me ordenó que le pidiera a usted que se retirara a las cinco en punto, señorita Leagan y me temo... —dijo, mirando el reloj
Ya eran las seis y veinticinco
Eliza había permanecido al lado de Neil por más de doce horas consecutivas. Se había sentado allí ininterrumpidamente durante todo el día, con sólo un par de tazas de café para mantenerse en pie. Sin embargo, no se hallaba cansada, ni hambrienta; simplemente no sentía nada.
Y no estaba dispuesta a irse.
—Gracias por recordármelo, pero sólo voy a dar un paseo hasta el fondo del corredor, y luego volveré.
No iba a dejarle ahora. No iba a abandonarle
Hace dos años un conductor ebrio atropelló sus padres. Su madre murió al instante, pero su padre consiguió sobrevivir
El día de su colapso final, sólo se había alejado de él por una hora, para comer un bocado.
Todos habían insistido en que debía alimentarse, y justo entonces sucedió.
Había muerto mientras ella estaba ausente. No iba a dejar que esta vez volviera a pasar lo mismo.
Estaba segura que mientras ella permaneciera sentada allí, Neil no moriría.
El daño sufrido era muy grave, el Dr. Sander no era muy optimista, pero ella confiaba en que su terco hermano lo lograría
Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, mientras permanecía allí, contemplando inexpresivamente la celeste pared detrás de la enfermera.
—¿Señorita Leagan ? —La mujer tocó suavemente su brazo, y Eliza se sobresaltó— Debe descansar un poco. Puedo preparar un cuarto para usted en el tercer piso.
—No es necesario. —Sonrió inexpresivamente a la mujer y caminó lentamente en dirección al final del corredor.
Necesita planear la siguiente acción
Tan pronto como Neil pudiera soportarlo, sería trasladado a un hospital de Nueva York.
Y en cuanto a la otra… .. bueno, ella era la culpable de todo, no había ninguna razón para que...
Eliza apretó los puños
Por una fracción de segundo, deseó cambiar su odio, quiso forzarse a sentir compasión por la muchacha... sólo para el caso de que fueran ciertas todas aquellas tonterías acerca de la caridad cristiana, y por si sus sentimientos ayudaban de alguna forma a Neil.
Tal vez existía realmente un Dios que pudiera castigarla…. llevándoselo a él.
Sin embargo, no logró hacerlo. Odiaba a la chica con cada fibra de su ser.
-. -. -. -. -. -.
—¿Qué pasó? ….–Fue lo primero que Neil Leagan se preguntó en el momento en el que, después de varios días de sueños nebulosos y bruma febril, empezó a recobrar la conciencia
Apenas movió la cabeza con los últimos remanentes de fuerza.
La enfermera se acercó con movimientos agitados.
No dijo una palabra, lo cual habría sido un tremendo consuelo. Se limitó a pasar un paño empapado y frío por su rostro.
Tres días y la fiebre no cedía
–¿Qué fue lo que me pasó? ….–Se preguntó viendo el rostro desencajado de su hermana, que aún no estaba consciente de su despertar.
Eliza se da cuenta y acerca a la orilla de la cama
Neil cierra los ojos, en un acto reflejo
No quiere que lo vea así.
Él es su hermano mayor, es él quien debe cuidarla
No quiere que lo vea sin fuerzas, sin siquiera poder hablar.
Todo el dolor contenido estalla y Eliza se tira, a los pies de la cama, para llorar ahogadamente
–Neil abre los ojos, ... . despierta … por favor…. –pide en llanto, acercándose, mientras la enfermera sale corriendo en busca del doctor
Neil abre los ojos, temblando, usa toda la fuerza que puede reunir para estirar su mano y acariciar torpemente los desordenados rizos de su hermana, en un gesto fraternal que quizás no pueda volver ya nunca a repetir
Su mente está confusa, la fiebre ha hecho estragos
Quiere hablarle.
Decirle que está bien, que ya no siente dolor, quiere decir cualquier cosa, porque realmente le duele verla llorar así
Pero no puede .
Sólo puede, seguirla con los ojos
Eliza acaricia la cabeza de Neil con el pañuelo húmedo y murmura con voz apenas audible, ahogada por el llanto que lucha por contener – Hermano, …..
–Eliza, hermana…. ¿Qué sucedió,? … – es lo que quería preguntar, pero nuevamente no puede
A pesar de su estado de sopor, su mente lucha por recobrar completamente la consciencia y llenar las lagunas
Nota que algo, o alguien falta.
Su mente se aclara, los puños se cierran y su cuerpo empieza a temblar.
– Ro…. Rose….
Reúne sus fuerzas y articula nuevamente
—Rose….Candy….Do… Do.. ¿Dónde están?
. -. -. -. -. -. -.
Con premura, Eliza emprendió el camino, pasando frente a diversas puertas, abiertas unas, cerradas otras.
Ningún sonido en especial surgía de los cuartos mientras pasaba junto a ellos, hasta que al llegar a la mitad del corredor percibió unos entrecortados sollozos, provenientes de una puerta semiabierta que estaba buscando
Los sonidos eran tan suaves que al principio no estaba segura de lo que oía.
Por un momento, contempló fijamente la puerta y la oscuridad del interior.
Podía ver vagamente la cama, delineada confusamente en un rincón, pero el resto de la habitación estaba a oscuras; todas las persianas y cortinas habían sido corridas
Eliza permaneció allí un momento, no queriendo entrar, pero sabiendo que no podía dejar de hacerlo
-. -. -. -. -.
Algo andaba mal y lo sabía.
Tenía un mal presentimiento…sin embargo, esperaba, mirando la puerta de la habitación
Esperaba que él pasara por ella y le regalara una sonrisa, para luego abrazarla…
Esperaba, en vano, ya que quien cruzó la puerta no era él
—¿Eliza?
-. -. -. -. -.
La voz sonaba débil y extraña—....¡Eliza!...—Su voz fue más fuerte ahora
—¿Estás despierta?
La voz de Eliza tenía un tono monocorde; Estaban desprovistas de todo sentimiento
No quería estar allí.
Sin embargo, sabía que debía estar allí.
Tenía que hacerlo. Por Neil, por los Leagan
—¿No te han dado ningún sedante?
—No me hacen efecto. Me despierto continuamente –explicó secándose disimuladamente las lágrimas –Eliza, yo…
Eliza ignorándola se movió hacia el costado acercando una silla de ruedas
—¿Te duele mucho?
El torso de la muchacha estaba cubierto de vendajes y se le dificultaba moverse. Rezagos de un parto difícil que casi la había llevado a la tumba
—No, todo está como embotado – aseveró–¿Eliza, dónde está Neil?... ¿Por qué no ha venido a visitarme?
Eliza bufó molesta, no había tiempo
–¿Quién cuida de mi bebé?
—¿Nadie te informó...?.... ¿Realmente ninguna de tus amigas enfermeras te dijo algo acerca de lo que pasó?
Pese a ser a mucha honra una “mala persona”, no quería ser quien le contara. Pero en ese momento no importaba. No tenía elección posible.
Debía volver al lado de su hermano
Pronto el silencio del pasillo de hospital fue roto por sollozos desgarradores
-. -. -. -. -. -. -. -. -. -.
Neil siente hundirse, su cuerpo está pesado y ya no responde.
Cierra los ojos.
Se siente caer
Sus brazos y piernas están muy pesados, ya no siente aquel dolor en su abdomen.
El sonido del trajín de médicos y enfermeras en esfuerzos inútiles le molesta
Era el final, él lo sabía.
No quería dejar solas a su hermana, a su esposa y a su pequeña
Las amaba, en verdad las amaba.
Les estaba fallando y esa era una sensación francamente indescriptible.
–Yo debía cuidarlas, de todo, de todos…
Quiere gritar, pero no puede.
– .... lo siento…..
Solo pudo decir claramente una frase antes de partir en el viaje final
–Lo siento, Candy . Te amo
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La puerta cerrada las detuvo.
Flamy estaba frente a ellas impidiéndoles el paso
—Candy, Eliza…
Eliza lo supo antes de que ella comenzara a hablar
—Ha muerto. —Las palabras salieron de su boca sin pensar
—Sí. Ha muerto.
Flamy no parecía sorprendida de que Eliza lo supiera
—Mentira—fue todo lo que Candy atinó a decir—¡Mienten!.... no está muerto... Mienten….. mienten…mienten…
Candy lo repetía una y otra vez, negándose a aceptarlo, hasta que….
—¡Está muerto! —exclamó Eliza por fin—¡No es mentira!...¡Solté su mano!...! perdí tiempo en ir a buscarte y él murió solo! ¡¿Lo entiendes?!
Candy quedó en shock. Lágrimas empezaron a desbordarse de sus ojos, se ahogaba y trataba de tomar aire, algo moría también dentro de ella, palabras, gestos y sonidos se hicieron borrosos y entonces su cuerpo colapsó
. -. -. - -.-.-.-.-Tres días después.-.-.-.-.-.-.
Colocó la rosa blanca sobre la lápida gris, tenía deseos de aventarse contra el suelo y arañar la tierra recién removida, pero se contuvo, necesitaba calmarse y reorganizar sus ideas, para no hacer una locura en ese lugar, le era imposible parar de llorar y los hipidos no la dejaban en paz.
—Neil, …no debí soltar tu mano …—susurró débilmente, y le pareció que su voz se la llevaba la nada.
—¿Por qué? ¿Por qué te fuiste sin mí, hermano? —preguntó en un grito al punto de la histeria, todo era tan absurdo, tan irreal, Neil se había ido para siempre y ella deseaba estar en su lugar, lejos de ese mundo en el que él ya no estaría más…
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En un cuarto de hospital
–Te fuiste sin decirme adiós, te llevaste mi vida ,mis sueños y mi esperanza…
En el intenso dolor solo le quedaba una cosa.
Su hija
Ella la encontraría
.-.-.-.-.-.-.-.-. Al día siguiente -.-.
Terence Graham, apretó el periódico en un puño
–¡¿Cuánto le pagó a estos periódicos?!
El titular informaba acerca de la muerte de Neil Leagan víctima de un atentado seguido del secuestro de una infante, las fotos mostrando el dolor de la hermana, noticias del agravamiento del estado de salud de la viuda, al punto de no poder asistir al funeral y Terence Graham siendo un fugitivo buscado por las autoridades
—¡Neil Leagan está desquiciado!
Arrojó el periódico a la basura
–El funeral fue el de Candy,.... Neil solo busca confundirme para atraparme … ¡No lo logrará!…
A veces la realidad de Terry era muy diferente a la de los demás.
La mente es una cosa hermosa, con más disparadores de auto-protección que cualquier órgano del cuerpo humano. Sus sistemas de defensa son sorprendentes. La mente es capaz de crear o adaptar el pensamiento racional consciente de lo que es y lo que simplemente no es, es increíble.
No hay ningún otro organismo vivo con la capacidad de mentirse a sí mismo, manipular la mentira en verdad
Y esa fue la forma en la cual Terry arruinó la vida de quien decía amar
Última edición por LightGiogia el Dom Abr 28, 2024 2:05 pm, editado 1 vez