Capítulo VI Predicción
Capítulo
Narrado por Candy
—Hola, cuñada —dice una voz la cual recuerdo, volteo a ver y me encuentro con la imagen de una mujer elegante vestida con un traje de sastre color fucsia , cabellos negros y largos y lentes de sol puesto—. Creo que todavía te acuerdas de mí. —La mujer se quita los lentes, me cuesta un poco reconocerla, pero me doy cuenta de quién se trata es de Karen Grandchester la melliza de Terry—.
—¡Señorita Karen! —Exclamo cuando estoy segura que de ella se trata.
—Baja la voz por favor —pide con voz muy bajita—, nadie debe enterarse que estoy aquí.
—Lo siento —digo bajando el tono de mi voz y pregunto porque ella está aquí y vestida de esa manera.
—Tengo un mensaje de Terry para ti, pero no te lo puedo dar aquí —explica volviéndose a poner los lentes y sacando un billete de su bolso—, así que te pido de la manera mas atenta que vayas a la iglesia que esta cerca de aquí. —Me da el billete y luego se para—. Quédese con la propina señorita. —No estoy entendiendo nada y pienso lo peor ya que desde ayer Terry no ha contestado mis llamadas ni respondido los mensajes de texto—. Te espero —susurra cuando pasa a mi lado.
No puedo con la incertidumbre y le pido a Marian permiso para poder ir donde Karen me dijo. Por suerte me da permiso con la condición que no tarde demasiado ya que la cafetería está llena de clientes y Lola sigue sin adaptarse y atender bien a los clientes.
Corro y llegó rápido a la iglesia, busco por todos lados, pero no la encuentro. Camino y observo bien a cada persona, pero sigo sin encontrarla. Me siento en una de las bancas para descansar y recuperar el aire por la carrera, mientras descanso me siento observada y estoy en lo correcto ya que una mujer con un sombrero y un conjunto de pantalones anchos y blusa pegada de color rojo, me hace señas y yo voy hacia ella.
—Ve adentro, Candice White —dice. ¿Cómo es que esta mujer sabe mi nombre? Y peor aún, ¿por qué me dirijo a donde esa desconocida me indicó?
Camino por un pasillo largo y oscuro, hasta llegar a una especie de salita la cual es solo alumbrada por velas.
—¡Señorita Karen! —Exclamo aliviada cuando encuentro la primer cara conocida, por impulso la abrazo siento que mi contacto la pone tensa, pero inmediatamente me corresponde el abrazo—. Lo siento —digo cuando la suelto—, es que no conocía a nadie y pensé que…
—Creo que él, es el responsable de tu desconcierto —señala hacia una esquina de la sala, grande es mi sorpresa cuando encuentro a Terry, de brazos cruzados y sonriéndome—. ¡Terry!
Ambos corremos para llegar más rápido hasta el lado del otro, cuando estamos juntos ambos tenemos el impulso de abrazarnos y luego nos damos un beso sin importar que su hermana nos este viendo.
—Bueno Fray Joseph, creo que usted y yo hacemos mal tercio con estos dos enamorados —oigo que dice Karen, suelto a Terry de inmediato cuando escucho que hay otra persona observándonos.
Y estoy en lo correcto ya que junto con Karen encuentro a un hombre de avanzada edad con la vestimenta propia de un religioso.
—Lo… lo siento —digo balbuceando y sintiendo mi cara caliente, clara señal que me he sonrojado.
—No tienes nada que lamentar señorita, ni mucho menos debes de tener vergüenza por sentir amor —me dice el religioso con un tono de amabilidad—. Pero como Karen lo dice, es mejor que salgamos, ya que ustedes tienen mucho de que hablar muchachitos.
—Gracias Fray Joseph, no sabe cuánto agradezco todo lo que hace por nosotros —agradece Terry colocando su mano encima de mi hombro.
—Se quedan en su casa —dice el Fraile y junto con la melliza de Terry salen dejándonos solos.
—¿Qué es lo que sucede Terry? —Pregunto cuando volteo y al verlo con más detalle me doy cuenta que Therius tienen una vestimenta igual que la del Fraile—. ¿Por qué estás vestido como si fuera un sacerdote? ¿Acaso…?
—Fue la única manera en la que encontramos para que pudiera hablar contigo sin que mi padre se de cuenta que te he vuelto a buscar —dice y en vez de aclarar mis dudas, llega mas incertidumbre por saber que es lo que está sucediendo.
Terry me agarra la mano y hace que me siente en una silla la cual es muy parecida a las que salen de las películas de la época victoriana.
Therius me mira por largos segundos, hasta que suspira y nuevamente empieza a hablar:
—Richard Grandchester, el hombre que me dio la vida, mi padre es un clasista que mira como esclavos a toda aquellas personas que están por debajo de su clase social —empieza a explicar sin soltarme la mano—. Es un prejuicioso que no entiende que tener dinero y clase no hace mejor a una persona. —Hace una larga pausa mientras mi corazón late rápido, no me gusta nada lo que me esta diciendo—. Karen tuvo muchos problemas porque se enamoró de una persona quien según mi padre no merecía ni mirarla a los ojos, por culpa de su indecisión perdió al amor de su vida y yo no quiero que eso me pase. No soportaría perderte.
—¿Por qué me dices esto? —Cuestionó tomando la mano que Terry tiene libre—. ¿Qué es lo que sucede Terry? Ayer te llame muchas veces.
—Mi padre me ha puesto vigilancia y se dio cuenta de nuestra relación —dice y unos pensamientos nada agradables pasan por mi cabeza, ¿acaso quería ocultar nuestra relación?—. No era la forma en la que planeaba decirle a mis padres que te tengo a ti. ¡Demonios! Quería graduarme, conseguir trabajo, trabajar y ganar mi propio dinero y ya no vivir a costillas de mi padre para darte todo lo que mereces, pero él se me adelanto.
Therius se para, y camina mientras se revuelve el cabellos en señal de su desesperación creo yo. Mi corazón duele al verlo como el chico que amo esta sufriendo.
—No quiero que te pase nada, no quiero que él te haga daño, no quiero que mi padre nos separé como lo hizo con Karen y Albert —añade y puedo ver qué Terry está llorando a pesar de que se esfuerza por no hacerlo.
Therius me ha contado poco acerca de la relación que tiene con su padre, pero sacando mis propias conclusiones puedo decir que a Terry lo domina el hombre que le dio la vida.
—Soy un cobarde por no enfrentar a mi papá de una buena vez y decirle que te amo, que te amo y no pienso dejarte —Terry me abraza tan fuerte que hasta duele, pero comprendo que la fuerza de su abrazo es el temor que él siente—. Pero enfrentarme a él en estos momentos, es como ir a la guerra sin municiones y por eso quiero pedirte, suplicarte que me esperes hasta que pueda darte todo lo que mereces. —Acaricia mi mejilla, mientras que en su mirada encuentro unos ojos que me suplican que no lo deje—. Por favor.
—A mí no me importa que no tengas nada que ofrecerme, el dinero no es importante para mí —explico con ternura mientras acaricio sus mejilla—. He vivido toda mi vida con lo básico para vivir y no busco el lujo, sin embargo entiendo tu miedo y tu preocupación y yo tampoco quiero que nos separen.
—Llevamos tan poco tiempo de conocernos, pero estoy seguro que sin ti a mi lado yo no podría seguir adelante. Quiero protegerte, quiero amarte sin ataduras, libre y sé que la única manera es cuando ya no esté bajo el yugo de mi padre —asegura tomando mis manos y besándolas—. Candice te prometo que en seis meses yo seré la mejor versión de mí mismo y podremos estar juntos en esta vida y en las que siguen.
Empiezo a llorar a porque nadie en mi vida me ha dicho cosas tan lindas y promesas tan conmovedoras.
—Mi amor por favor no llores —pide abrazándome—. No soportó verte llorar y menos saber que soy yo el causante de tu dolor.
—Eres el causante de mi alegría, de mis ilusiones, de mis sonrisas y de se mis mas hermosos sueños que tengo cada vez que cierro los ojos —confieso sonriendo—. Por ti Therius Grandchester esperaría seis meses, años, siglos incluso vidas para poder estar junto a ti.
—Y tú eres mi alegría, mi ilusión, la causante de mis sonrisas y de mis más maravillosos sueños —dice colocando nuestros rostros juntos. Puedo sentir el calor de su piel y el temblor de nuestros cuerpos—. El tiempo pasa rápido mi amor, seis meses no son nada y cuando todos estos meses pasan estaremos juntos por toda, toda la eternidad.
Luego de prometer que esperaremos pacientemente por qué el momento de estar juntos llegue, Terry me explica como nos vamos a comunicar. Las llamadas en la noche ya no podrán ser, al igual que los mensajes de texto. Ahora nos comunicaremos a base de cartas como en la antigüedad. Me emociona ya que en mis locos sueños deseaba vivir un amor como el de las novelas antiguas.
Nuestras celestinas serán su hermana Karen y una persona más, junto con Fray Joseph quien al escuchar nuestra historia y el drama de Therius por su padre, aceptó ayudarnos a actuar nuestra separación.
—Aquí están los tortolitos —celebra Karen mientras se acerca a nosotros y cuando está lo suficiente cerca nos abraza—. Me complace y alegro que ustedes si lleguen a realizar su amor. No saben lo afortunada que son las personas que si pueden vivir con el amor de su vida. Por favor luchen contra todo y no se rindan nunca —dice y siento una gran carga emocional, ella perdió a su amor y me conmueve que trate de ayudarme—. Aún no te conozco del todo, pero ya siento que te quiero, cuñada.
Le sonrió y agarra su mano, en esta vida he tenido muy buenas amigas, pero ninguna de ellas emanaba tanta confianza como mi “cuñada”.
—Espero que no te moleste que te llamé cuñada, ya que este es nombre por el que mereces ser llamada porque eres la mujer que mi hermano ama.
—Por supuesto que no, cuñada —bromeo, por lo visto la ex dama de negro no tiene un pésimo carácter ni es amargada como Dayana lo supina.
—Pues bienvenida a la familia, cuñada y por cierto ya está en el olvido que tú y tu amiga me llamaban la “dama de negro” —cuenta y mi cara se llena de vergüenza.
¡Ella lo sabe! ¿Pero cómo es qué…?
—Antes que me preguntes cómo es que lo sé, te cuento que los mellizos tenemos varios dones —explica Karen colocándose al lado de su hermano.
—Y no solo es la conexión que tenemos, cuando uno le pegan al otro le duele o cuando uno está triste el otro puede sentir a la perfección los sentimientos y hace suya la tristeza —añade Terry y me quedo impresionada. He escuchado hablar que los mellizos sí tienen una conexión muy fuerte, pero como nunca había convivido con unos mellizos, no había afirmado o desmentido esa teoría.
—Pero también tenemos el talento de escuchar a la perfección cuando una persona o varias hablan bajito.
—A veces predecimos, cosas pequeñas claro, cuando va a ser un buen día o no —inquiere Therius.
—Y nuestro favorito, tenemos la mirada tan fuerte que cuando queremos algo y se nos niega hacemos que eso que queremos se caiga, se rompa o se destruya —dice Karen sonriendo.
—¿Qué? No entiendo nada —digo con total sinceridad y esperando que me expliquen si todo esto es cierto o me están mintiendo.
—Una vez le pidieron a la enana —empieza hablar Terry llamando por su apodo a Karen—, que pusiera la estrella de navidad en el árbol, ella estaba tan contenta, pero por cuestiones del destino la indeseable ahijada de nuestra madre hizo berrinche, para que la pequeña indeseable no siguiera con su drama, mamá le quitó la estrella a Karen y se la dio a esa niña.
Ambos se empiezan a reír al igual que la mujer que me habló cuando llegué y el Fraile.
—Me enoje tanto, que cuando ese pequeño demonio estaba a punto de colocar la estrella se cayó y como era de cristal se rompió en miles de pedacitos y la mocosa lloró aún más porque se sintió inútil y nunca pensó que yo fui la culpable de su berrinche fallido —ríe mientras lo cuenta al igual que los demás—. Pero una vez a Graham lo regañaron por culpa de Niel, fue un regaño muy fuerte al igual que el castigo, no sé como lo logro, pero cuando nos dimos cuenta, el pobre Niel estaba rodando como pelota en una colina que tenemos en casa.
Ahora las risas se vuelven en carcajadas por largos minutos, me encanta ver a Terry tan feliz y alegre que aunque no entiendo del todo el chiste me rio con ellos.
—¿Quién es Niel? —Se me ocurre preguntar cuando las carcajadas han parado. Terry pará su risa al igual que los demás.
—El imbécil que me siguió y por su culpa ahora tenemos que ser precavidos —responde Terry muy enojado—. Si pudiera haría que le pasará un camión encima, tal vez así deja de fastidiarme la existencia. Por su culpa tenemos que estar separados, no podré verte como antes.
—Hablando de eso —Karen se mete a la conversación mientras se acerca con la mujer desconocida—. Ella es Kiara, le decimos Kiki de cariño y es quien estará muy seguido en la cafetería dándote las cartas que Graham te mandé —dice guiñándome un ojo—. Y tú le puedes dar las cartas a ella para que mes las de y yo te prometo por mi honor que se las hare llegar a tu amor.
—¡Me enoja pensar que por su culpa no podré tenerte a mi lado! —Dice y coloca sus manos en mi cintura para acercarme más a él—. No es justo no tenerte a mi lado.
Es cierto, hemos pasado bastante tiempo juntos desde nuestra primera cita y ahora va a ser difícil no verlo ni escuchar su voz. Cierro los ojos olvidándome por completo que hay tres personas viéndonos y estamos en un lugar para nada el adecuado, por si se nos ocurre que suceda algo… más interesante.
Cuando menos lo siento mis labios están sobre los de Terry. Ambos nos correspondemos y creo que ambos nos deseamos. No es fácil separar a dos almas que exigen estar unidos, pero sé que este sacrificio valdrá la pena.
Una aclaración de garganta hace que nos separemos.
—Les recuerdo que esto es una iglesia y ustedes aún no están casados —bromea Karen mientras le da un codazo al Fraile.
—Un día nos casaremos en esta iglesia —promete Terry y besa mi frente—. Es un juramento de caballero inglés.
Ha pasado exactamente un mes desde que no he vuelto ver a Terry, pero sus cartas han hecho que no me sienta tan triste, aunque claro tengo que fingir ante todos y parecer muy triste porque les he dicho que el joven Therius y yo hemos terminado lo que fuera lo que teníamos.
Marian, Mary Jane y Pony han tenido mucha consideración conmigo. Charles y Sofia han estado haciendo de todo para entretenerme y que yo no este triste. Flammy, Dayana, Tom y Stevens han dicho que tienen bastantes ganas de ir hasta la mansión Grandchester para hacerle pagar a Therius por mi sufrimiento, mientras que la señora Eva me mira como si no creyera mi mentira.
Me preguntó si ella de alguna manera sabe la verdad, que todo esto es una treta, o será que si es cierto que es bruja y por eso sabe que miento.
También me cuestionó si debo de comentarle o no a Terry sobre mis temores. Me decido que no vale la pena asustar a Therius con mis paranoias ya que por el momento solo son especulaciones y no verdades.
Kiki (como la señorita Kiara Anciel me a pedido que la llame) llega todas las semanas a dejar las cartas de Terry me escribe y unos días después regresa para que yo le dé mis cartas.
Y así pasan los días, las semanas y los meses. Meses en los que me he dedicado a buscar información sobre Richard Grandchester en las revistas y periódicos que han coleccionado Pony y Stevens.
Dueño de una gran farmacéutica y un hombre exitoso de negocios, casado con Eleanor Baker y padre de tres hijos. En la mayoría de sus fotos sale con su esposa o con su familia, es un hombre mucho mayor que su mujer, pero aún así se ve muy galán. Creo que Terry llegará a ser igual por lo menos en físico a su padre cuando llegue a esa edad (
- Danger:
- N/A: Quien sabe si Territo va a llegar a esa edad)
Nada hay acerca de su carácter que indique que es lo que piensa de las personas, de la vida o de las clases sociales.
Me preguntó, porqué Richard Grandchester no tolera que alguien de una clase social inferior a la de él y su familia se pueda fijar en sus hijos.
He investigando y gracias a las cosas que me ha dicho Therius he descubierto que Eleanor Baker venía de una clase social inferior. De origen Francés, proveniente de la familia De Valois, Victorie De Valois se enamoró de Derek Baker un cineasta a quién la vida no le dio la oportunidad de brillar en el nuevo mundo del cine. Victorie se escapó de Francia para huir junto con Derek aún sabiendo que toda su familia la rechazaría y harían como si ella estuviera muerta.
Victorie y Derek se casaron, poco tiempo después tuvieron a su primer y única hija Eleanor, quien también heredó una fascinación por el mundo de la actuación, fue difícil, pero Eleanor al contrario de su padre si pudo hacerse una carrera y una buena reputación en los campos del séptimo arte y pudo poner muy en alto el apellido de su amado padre ya que a todos les decía que absolutamente todo lo que sabía era gracias a Derek Baker.
Muchos aún cuestionan porque la gran Eleanor Baker se alejo de las cámaras cuando su carrera estaba en pleno apogeo, es un misterio para muchos, pero yo juraría que esa causa tiene que ver con Richard Grandchester.
El despertador suena, pero mucho antes de que sonará yo ya estaba despierta. Hoy por fin Therius se gradúa. Karen y Kiki me han propuesto que vaya con un disfraz a la ceremonia de graduación, a lo cual he aceptado, pero con algo de temor de que alguien de la familia Grandchester me descubra en especial Richard.
—Tranquila Candy, que soy toda una profesional en el arte del disfraz —dice Kiki al ver que estoy impaciente y nerviosa—. Si no fuera así no te hubiera costado encontrarme cada semana con un nuevo disfraz.
Buen punto, y es verdad, Kiki es excelente en hacer disfraces con ropa elegante y maquillajes hermosos. Y claro que tiene razón al decir que cada semana me costaba encontrarla, ya que siempre, siempre venía con una peluca diferente, un look nuevo al igual que el peinado, aunque sinceramente yo no sé como le hacia.
Llegamos a la universidad más prestigiosa de todo Reino Unido donde ha estudiado mi novio. Me ha dicho muchas veces que la carrera que ha estudiado no es la carrera de sus sueños, pero que le ha ido agarrando amor a lo largo del los años que la ha estudiado.
Me siento tan orgullosa del hombre que amo, y tan es mi propósito de cada día esforzarme para yo ser una gran profesional y trabajar duro al lado de Terry para construir nuestro futuro juntos.
—Han mencionado a Terry —vocifera Kiki al mismo tiempo que me mueve el brazo varias veces.
Olvido mis ensoñaciones y pongo todo mi interés en el escenario donde todos los graduados han pasado a recibir sus diplomas y ha estrechar la manos con el rector y los decanos de las facultades.
—Es tan guapo —digo casi en un susurro, pero lo bastante audible para que Kiki escuche y me hagan una bulla junto con un codazo y una sonrisa pícara.
—¡Uy! Alguien está muy enamorada —bromea aunque para mí es una certeza.
Amo con locura a Therius Grandchester, lo amo tanto que hasta duele y asusta, pero también su amor me fortalece y me dan ganas de vivir para estar con el.
Todos los recién graduados pasan y es momento de las fotografías, de primero una grupal y luego cada uno se va con su familia, Kiki y yo los seguimos y observamos a toda la familia Grandchester a una distancia prudente.
—Ahí está Patricia y su esposo Alistair —menciona Kiki y veo a una joven señora con el mismo color de cabello que sus hermanos menores, solo que más corto que el cabello de Karen, es la única de las familia que usa lentes.
Según Terry ellos dos no son muy unidos, pero eso no quiere decir que no se quieran y se respetan. La escasa hermandad entre ellos es gracias a Richard, él fue el que insistió para que Terry solo conviviera con las niñas lo mínimo por temor que se volviera con gustos afeminados.
Pero Terry no obedeció a esa orden y se las ingeniaba para pasar más tiempo con su melliza.
Alistair Cornwell, el cuñado de Terry no es de su agrado, ya que es muy serio y malhumorado con todo el mundo menos con Patty y Richard.
Ambos se toman una fotografía con Terry y luego pasan Karen y su aún esposo Archibald Cornwell. Archie es todo lo que yo no desearía tener por esposo. Lambiscón, ambicioso y traicionero. El muy infeliz ha estado traicionando a Karen con una insignificante mujer en la misma casa y en las narices de toda la familia Grandchester. Bueno de todos menos de las de los mellizos.
Karen abraza con más efusividad a su mellizo al contrario de Paty que solo le dio un pequeño abrazo y Archie solo le da un apretón de manos.
Luego pasa la familia Britter formada por Marcus Britter, su esposa Angelina y sus tres hijas adoptivas, Eliza (la mayor), Annie (la amante de Archie) y Susana (la tonta que me quiere quitar a Terry)
Y no me equivoco, porque la muy mustia trata de darle un beso en la mejilla a mi novio, pero para alivio mío Terry se aleja para no recibir nada de ella y se va junto los señores Britter.
—¡Es una cínica descarada de lo peor, la odio! —Alego furiosísima, pero Kiki me toma del brazo para calmarme.
—El que me enoja a mí es Richard, ya que siempre le ha dicho a su hijo que Susana no es lo relativamente buena para él, ni siquiera digna de hacerla su mujer —explica Kiki al igual que yo enojada—. ¡En cambio yo odio a Richard, es un manipulador lava cerebros a toda su familia la tiene como embrujada, ay no sé!
Me río con pesar ya que me da gracia que Kiara diga que odia al padre de Karen, pero tampoco puedo juzgarla ya que Kiki es la incondicional de Karen y como tal es comprensible que ella odié a las personas que le han hecho daño a su mejor amiga y lamentablemente Richard Grandchester está en primer lugar de las personas que han lastimado a Karen.
—¡Mira! —Señalo donde Terry está junto con sus padres, la bella Eleanor y su prepotente padre. Su mamá lo besa y la abraza me imagino que feliz y orgullosa de su único hijo varón.
Richard Grandchester al contrario de su esposa, da unas palmadas en el hombro de su hijo. No me extraña ya que muchas veces Terry me ha contado sobre lo frío que puede ser su padre.
—No lo puedo creer Kiki, hemos sobrevivido a los seis meses y cada vez estamos más cerca para estar juntos nuevamente —digo con emoción—. ¡Por Dios tengo tantas ganas de ir hasta donde está para abrazarlo y decirle lo mucho que lo amo y lo orgullosa que estoy de él!
Me siento tan feliz por Terry que unas lágrimas se me salen. Creo que después de todo estoy completamente enamorada de Therius porque me basta verlo sonreír para poder ser feliz.
—Tranquila, Candy —dice Kiki dándome su pañuelo—. Aguanta un poco más porque te aseguro que Terry te tiene una sorpresa por todo esté tiempo que han estado separados.
Agarro el pañuelo y me limpio las lágrimas sin quitarle la vista a mi Terry, se toma más fotografías, él solo, con sus hermanas, con todos sus invitados. Estoy tan entretenida viéndolo, pero algo hace que le quite la vista de encima a mi novio.
Siento una incomodidad, una mirada intensa la cual encuentro con facilidad. Un hombre de piel morena, con ojos color café. No me quita la mirada de encima lo cual solo me provoca escalofríos.
—Hay un hombre que no me quita la mirada de encima —le cuento a Kiki y le indico donde se encuentra. Ella voltea a ver lo más discreta que se puede y luego de verlo me toma del brazo.
—Es el imbécil de Niel Legan —dice—. El lame manos de Richard, así que debemos sacarte de aquí, saca la libreta que te di y empieza a tomar notas de lo que sea.
Y si Kiki y yo nos hicimos pasar por dos periodistas, así que ella saca fotografías con su cámara y yo hago lo que me pide. Pasado unos cinco minutos nos retiramos, pero en todo esos minutos el tal Niel Legan no me quitó la vista de encima.
—¿Crees que Niel nos descubrió? —Pregunto mientras estamos en su carro camino a mi casa—. No dejaba de mirarme.
—Por alguna extraña razón, Niel siempre ha envidiado a Terry —comenta Kiki—. Es algo que ni los Grandchester se han dado cuenta, ya que Eleanor quiere mucho a Niel porque llegó como un huérfano a su familia y a Richard no sé que le pasa a él. A los demás les da igual Niel, pero siempre he visto que ese muchacho ha envidiado a Therius, me atrevería a decir que hasta lo odia.
Me pregunto por qué es que lo odia. O es que acaso ver que Terry tiene mucho y Niel nada puede que haya desarrollado un sentimiento de envidia casi llegando al odio.
—Pero no te preocupes que desde que los mellizos me hablaron de ti supe que eres la princesa que ha venido a salvar al príncipe y lo rescatará y alejará de todo lo que le hace daño —asegura Kiki mientras yo nos imagino a Terry y a mí con vestuarios medievales y yo defendiendo a mi novio de todo lo que quiere destruirlo.
Eso jamás podría pasar.
Al día siguiente me llega un sobre, lo abro antes de irme a estudiar y me encuentro con la agradable sorpresa que son las fotografías de la graduación de Terry. Hay una hoja al final de todas las fotos, la desdobló y me encuentro con la perfecta caligrafía de mi amado.
Mi amada Candice, antes de saber que estuviste a pocos metros de mí, yo sentía tu presencia y debes de saber que todos mis logros te los dediqué a ti.
Cuento las horas para poder volver a besarte, abrazarte y hacerte sentir lo mucho que te he extrañado en estos meses, aunque el distanciamiento físico de nuestros cuerpos no pudo alejarnos del todo porque que nuestros corazones están conectados por la fuerza más poderosa del mundo; el amor.
Te amo
T. G
Este chico es increíble, porque aunque como él mismo dice no nos hemos visto en meses, pero nuestros corazones están conectados.
—¡Sabía que mentías cuando dijiste que habías terminado tu relación con ese joven! —Grita Eva entrando a mi cuarto y sacándome el susto de mi vida.
—¡Eva Por Dios! ¿Por qué entra sin tocar?
—Esta es la prueba de tu mentira —acusa viendo las fotos y quitándome la carta que Terry me escribió.
—¡Oiga! ¿Qué le sucede, esa carta es mía? —Trato de recuperar la carta, pero la señora Eva tiene el atrevimiento de leerla—. Si les mentí o no son cosas mías.
Recupero la carta y tomo todas las fotografías para meterlas en mi mochila. Salgo de mi cuarto, aunque quisiera hacerle un drama a Eva por estarse entrometiendo dónde no la llaman, no puedo porque ya voy retrasada.
—¿Es que no entiendes Candice? ¡Ese muchacho no te conviene! —Grita y yo la ignoro y sigo caminando hasta llegar a la puerta—. Natalie te lo trato de advertir, y ahora seré yo la que te haga entrar en razón.
—En eso estamos de acuerdo —digo antes de salir a la calle—. Natalie también me dijo lo mismo, y después desapareció, pero antes ustedes dos se hicieron muy amigas y ahora es usted quien me dice que Terry no me conviene y que me aleje de él. ¿No es eso demasiado sospechoso y curioso? —Acuso—. Si va a decirme algo dígamelo ya y que sea la verdad y no puros chismes.
—Lo único que te puedo decir, es que si insistes en estar con él, mi niña —agrega Eva luego de un rato en silencio—, es que será una experiencia divina, pero cuando toda esa divinidad se haya acabado se convertirá en tu maldición.
—¡Patrañas! ¡Tonterías de gente supersticiosa como usted! —digo enojada y salgo a la calle, pero hay algo que llama mi atención.
Un carro, pasa despacio enfrente de la casa, arriba van dos personas que conozco bien Richard Grandchester y Niel Legan. Ninguno de los dos me quita la mirada.
No sé si es por la especie de Maldición que me ha dicho a Eva o por la mirada tan fuerte de estos hombres, pero siento mucho miedo.
Continuará…
_____________________________________________________________________________________________________
Hola queridas, mi primer publicación de la semana.
¿Por qué Niel odia tanto a Terry? no se les hace sospechoso ???
Las quiero♡ d