Narrado por Terry
No puedo quitar de la mente las fotos que mi padre me mostró dónde Candy y otro imbécil están juntos.
Aunque mi cabeza me pide a gritos que esas fotos son una prueba evidente de que Candy me engaña el corazón y el alma me suplican que ahí hubo un complot para separarme de Candice.
«Yo confío en ti Candy, yo confío en nuestro amor y nada nos va a separar» pienso.
Volteo a ver en el espejo retrovisor y veo que el idiota de Niel viene siguiéndome.
—¡Lo que me faltaba! Que está rata me este siguiendo —alego. Piso más el acelerador para tratar de perderlo.
Pero mis esfuerzos no sirven de nada, porque en cuanto más veloz voz, Niel se acerca más y más.
Me cuestiono que es lo que le pasa a este, que casi colisiona dos veces contra otros automóviles, y todo con tal de seguirme.
Después de unos minutos me alegro de que por fin Niel no me viene siguiendo. Por fin podré seguir mi camino a la casa de Candy porque tuve que tomar un camino desconocido para perderlo.
Pero todo se va al demonio cuando veo que el carro de Niel Legan está estacionado enfrente.
Paro el carro decidido a enfrentar a este idiota de una buena vez por todas.
—¡¿Qué demonios quieres Niel?! —Pregunto con enojo lo agarro de su camisa. Tengo ganas de pegarle y sacar todo mi coraje.
—¡Quitarte de mi camino! —Responde Niel y ahora es él quien me agarra y me arrastra fuera de la carretera—. ¡Siempre has sido tú quien me lo ha quitado todo!
Las palabras de Niel me han dejado pensativo, tanto que me distraigo y cuando siento es puño el que impacta con mi mejilla, dejándome tirado en el suelo.
—¡No entiendo nada de lo que me acusas! —Digo levantándome y pegándole ahora a él, mi golpe no es tan fuerte como para tirarlo al suelo, pero no me doy por vencido lo golpeo otras tres veces hasta que por fin logro tirarlo—. ¡Y tampoco me importa, solo quiero que dejes de funcionar como mi niñero, porque no necesito de tu protección!
—¡Maldito! ¡Siempre has sido en un egoísta a quien no le importa en absoluto los demás! —asegura él golpeando mi estómago. El golpe fue tan fuerte que me deja sin aire—. Pero conmigo te has pasado y me quitaste a mi padre, mi familia, mi lugar y hasta la chica que amo. ¿Qué es lo que tienes tú que no tenga yo? ¡Eh! ¿¿¿Qué es???
—Te lo vuelvo a preguntar Niel, ¿de qué demonios hablas? —Cuestiono. Niel tiene el ceño fruncido y puedo percibir los músculos de su cara con tensión y puedo llegar a imaginar que yo también estoy igual ya que después de todo Niel no es mi persona favorita y estar aquí peleándonos solo me está quitando el tiempo—. ¡Tú eres huérfano, no tienes padres, ni familia, en cuanto al lugar no entiendo a qué diablos te puedes referir. Y ni te atrevas a decirme que amas a mi mujer!
—Siempre pensé que eras más inteligente, pero me doy cuenta que eres igual de tonto que tu melliza —inquiere carcajeándose momento en el cual yo aprovecho para devolverle el derechazo que me dio—. ¡Pues entérate de una vez Therius el mismo hombre que me dio la vida a mí, es el mismo que te la dio a ti! —dice cuando estoy a punto de insertarle otro golpe en su nada agraciada cara.
Lo suelto al escuchar esa confesión. Eso no es posible, mi padre no pudo haber engañado a mi mamá con otra mujer, y menos restregarle en la cara al hijo que tuvo con esa mujer.
Mi madre está equivocada y seguramente no sabe que Niel es la prueba de la infidelidad de su esposo.
—Es tu lugar el que debe ser mío —añade acercándose a mí nuevamente—. Es Patricia la que debe de protegerme como mi hermana mayor que es, Karen ser mi incondicional y cómplice. Es tu vida la que yo debo estar viviendo y Susana debería de estar enamorada de mí y no de ti. ¿Sabes por qué? Por qué yo también soy un Grandchester, ella se la pasa diciendo que no puede estar conmigo porque no nací en cuna de ricos, pero soy el primer hijo varón del gran Richard Grandchester y eso tiene y debe contar.
Recuerdo que Niel es tres años más grande que yo, es decir que el varón que mi padre tanto quería ya había nacido antes de que yo naciera. ¿Pero por qué no lo reconoció como su hijo? ¿Se avergonzaría de él? ¿O acaso Niel me está mintiendo como todos hoy lo hicieron al difamar a mi Candy?
—A mí nunca me ha interesado Susana y lo sabes bien —recalco no es que me interese si Susana y él quiere tener una relación, pero no sé que decirle ni que hacer—. ¡Mira Niel, si mi padre, Susana y mis hermanas no te quieren, si tú no te sientes querido no es mi culpa!
Es lo único que tengo por decirle, no hay más así que decido ir de nuevo a mi carro y buscar a Candy.
—Por supuesto que si eres culpable, porque tú eres todo y yo no soy nada. Pero no te preocupes porque lo vas a pagar —Niel me agarra y me arrastra por todo el suelo. Intento bloquear y responder sus golpes, pero parece que Niel se ha vuelto más fuerte que yo.
—¡¡¡Vas a pagar!!!
Niel agarra una roca y veo como poco a poco esa roca se va acercando a mi cabeza, después solo hay una inmensa oscuridad.
Continuará…