Gracias de antemano a todas a aquellas que le den la oportunidad!
El señor con su overol manchado de pintura y su rostro sudoroso, observa detrás de bambalinas a Eleanor, una mujer sofisticada de singular belleza que desafiaba el tiempo, quien ensayaba su papel de reina atormentada en la obra.
Embelesado, le detalla sus gráciles movimientos , elegancia innata, su voz melodiosa llenando el escenario, él no puede evitar suspirar con su corazón latiendo con fuerza.
-¡Qué hermosa es!...- Se atreve el gordito hombre a murmurar. Un simple tramoyista, que no puede evitar pasar sus ratos libre soñando con su inspiración inalcanzable… Solamente la voz de esa musa lo saca de sus cavilaciones.
-¡Sancho! ¿Cómo ha ido todo?
Vía su camerino ella siempre tan radiante, celestial, debe pasar siempre cerca de la zona donde él está.
-¡Señora Eleanor! –Responde inmediatamente, empezando a sudar un poco nervioso. -Todo está bajo control. Solo... admiraba el ensayo de la puesta en escena el cual ha sido excelente.
-Oh, siempre tan atento. – le dice con simpatía -Tu trabajo es tan importante como el de cualquier actor en este teatro. Sin ti, la magia no sería posible.
La actriz no se imaginaba que sus palabras se colaban como bálsamo en el interior del hombre, él sentía que ahí mismo ¡Se podría derretir! ¡Ay Eleonor! ¿Cómo es que existía alguien tan precioso? ..
Él no quería ser consiente del correr del tiempo, pero tuvo que, mientras la veía alejarse. Solo entonces se dispuso a continuar con los preparativos, debía dejar todo en perfecto funcionamiento para que su musa brillara.
-¡A trabajar! El tiempo apremia -Se dijo a sí mismo, ajustando su braga.
Sancho se mueve con sigilo y precisión. Sus manos, curtidas por el trabajo y la experiencia, manipulan un sin fin de herramientas junto a variados materiales con destreza incomparables.
Con pasos medidos, verifica la posición de cada elemento: telones, plataformas, estructuras móviles,iluminación, ajustando para crear la atmósfera perfecta. No hay detalle que se escape a su atención, desde la seguridad de los actores hasta la armonía visual de la puesta en escena, en la penumbra del teatro, el Jefe tramoyista García es un héroe silencioso, que además espera en secreto a que su princesa algún día quizá, le dirigiera un gesto coqueto.
La noche caía sobre el lugar mientras el cansancio se reflejaba en los rostros de los actores y el equipo de producción. Entre todos ellos, está Terrence, el protagonista de la obra quién se encontraba en su camerino repasando sus líneas, con la frente arrugada por la concentración, hasta que de repente, un suave golpe a la puerta lo interrumpió. "Toc, toc"
- Adelante. – Responde serio aunque no desagradable ni altanero, con su barítona voz. Al abrirse la puerta, aparece la figura del afable García, con una sonrisa tímida en el rostro.
-Buenas noches, Terry. Solo pasaba a ver si necesitaba algo antes de cerrar el teatro.
El actor se voltea a verlo, cordial- ¡Ah, sancho! No, gracias. Ya estoy casi listo para irme. Ha sido un día largo, ¿Verdad?
-Sí, un poco , pero gratificante. Ver lo que será la obra completa siempre es una gran satisfacción. –opina Sancho, sinceramente, con un brillo algo nostálgico en la mirada.
-Sí que lo es.! Y hablando de satisfacción, ¿Qué te ha parecido la actuación de mi madre? –dijo el más alto, tratando de disimular la risa.
García no puede evitar palidecer ante el comentario -Sí, la he visto. –Balbucea. -Es una actriz magnífica la señora Eleanor. –Enfatiza un poco la palabra “señora”.
-Lo sé, es la mejor ¿verdad? –Aseveró, con algo diferente que se hacía cada vez más evidente en su mirada cobalto, algo simplemente juguetón.
Un silencio incómodo se apodera de la habitación mientras García mira muy interesadamente al techo, jugando un poco con sus manos. Terry se encuentra muy divertido, aunque igual con mezcla de curiosidad y comprensión. Sabía que el tramoyista sentía algo por su madre, un afecto silencioso, admiración profunda que nunca había expresado. Siempre quiso mencionar algo al respecto desde el día en que se dio cuenta de sus suspiros.
-Sancho –Se atreve finalmente a decir. - Sé que usted admira a mi madre. Y le agradezco que la respete tanto.
García se siente tan expuesto, el aseguraba hasta el momento de no haber sido en absoluto evidente con sus sentimientos, quizá era que su mirada la seguía a todas partes o era la minuciosa atención a sus requerimientos. Abochornado y con un no tan evidente rubor, responde:
-No sé qué decir joven… Sería la musa de cualquier ser pensante !-Se le escapó a lo bajo. -Sé que solo soy un simple tramoyista.
Oh, ¡Sancho! No diga eso. De igual forma lo comprendo. –Terry finge no haber escuchado ese pequeño halago, igualmente agregando casual:
-Todos tenemos nuestras musas secretas, aquellos seres que nos inspiran sin que nadie lo sepa. Son como estrellas que brillan solo para nosotros.
El más bajito de los dos solo puede toser un poco, y jugar con el cuello de su camisa en busca de alivianar el calor que sentía, ¿Cómo vería al joven actor a la cara? Mientras Terry ya no pudo evitar soltar una risilla compasiva.
-En unos minutos me retiro, continúe su ronda. ¡Nos vemos! –
Impresionado y silencioso García sale, avanzando por un laberinto de pasillos a paso algo veloz para escapar de la situación, "¡Que embarazoso!" Pensaba.
Se dispuso a revisar los paneles eléctricos, asegurándose de que estuvieran apagados correctamente, así como inspeccionó los diversos accesorios , vestuarios, para ver que estuvieran guardados de manera segura. Pero, entre sus acciones rutinarias, para añadirle más rareza al día, algo le llamo la atención.
Allí entre los imponentes racks y estantes repletos, un viejo baúl desgastado yacía olvidado. Su exterior de cuero mostraba las marcas de incontables viajes. Los cierres de latón, empañados por el tiempo, insinuaban los secretos que guardaba en su interior, susurrando historias de actuaciones olvidadas y épocas pasadas.
Intrigado por su mística, se acercó cautelosamente al baúl, trazando con sus dedos el labrado de la textura que adornaban su superficie. Con un tirón suave, soltó los cierres, cuyas bisagras oxidadas protestaron en un chirrido. Una ráfaga de aire mohoso escapó, llevando consigo el aroma de la grandeza desvanecida y los sueños olvidados. Miró hacia las profundidades del mismo, dentro se escondía una colección desordenada de tesoros resaltando una lira dorada y un pergamino antiguo.
Él realmente solo quería irse a descansar, pero estaba enganchado con el descubrimiento. Comenzó a leer y descubrió líneas de una obra antigua, lo demás al parecer eran accesorios de la intérprete en ese momento de Euterpe, la musa de la música.
Eleanor, deambula por el laberinto de indumentaria para constatar un último detalle, con suaves pasos , al acercarse a la esquina más alejada, ve una figura encorvada sobre un baúl viejo y desgastado.
-¿García? -El bonachón levanta la vista con su rostro marcado por la concentración. Examinaba con cuidado la delicada lira, sus cuerdas doradas en contraste a la tenue luz.
-¡E-Eleanor!, perdón. Señora Eleonor, no la escuché llegar. –Dice exaltado.
-Estoy a punto de marcharme, pero no pude resistir mirar de nuevo este tan relajante tesoro de recuerdos. Su mirada ahora fija en la lira. -Es una pieza bastante notable, ¿No es así? La encontré escondida en lo profundo de este viejo baúl.
-¿Un baúl? –Dice ella supremamente extrañada. -No recuerdo haber visto uno aquí antes.
-Estaba escondido en un rincón olvidado, como si se hubiera estado ocultando del mundo.
- Eleanor se acerca, su curiosidad al cien. Se inclina al reconocer la lira, sin evitar pasar sus dedos trazando sus intrincadas tallas.
-Oh… -Entrecierra los ojos al hablar, apretando con un poco más de fuerza el instrumento. -Solía tocarla en una obra hace años. Fue memorable.
García embelesado, detalla cómo sus perfectos dedos pulsan las cuerdas con gentileza. Una suave melodía llena el aire, trayendo consigo puro encanto.
-¡He escuchado una leyenda sobre esta antigüedad! –Exclama ella con entusiasmo. –Verás, una diosa benévola conmovida por el sufrimiento de la humanidad le otorgó al artefacto la capacidad de discernir las intenciones y el poder de conceder deseos a aquellos con corazones puros. Sé que es solo una historia, por supuesto. Pero es hermosa, ¿No te parece?
García asiente, ahora mucho más interesado, sin apartar su atención de la reliquia. Un silencio cae entre ellos, los claros ojos de Eleanor brillan con picardía mientras pasaban unos pocos segundos.
-Entonces, Sancho. ¿Si pudieras pedir un deseo cual sería?
-¿Mmm? , García duda por un momento, sus pensamientos aparentemente perdidos. Su deseo más ferviente era conquistar el corazón de Eleanor, pero era consciente que solo era su anhelo íntimo, bastaba con verla feliz siempre.
-Me gustaría marcar la diferencia en el mundo y que todos mantengamos la llama eterna de la felicidad a pesar de las vicisitudes. -pronuncia tímido.
El corazón de Eleanor se llenó de estima por este hombre amable y humilde. Ella extiende la mano y toca suavemente la suya. -Eres parte del corazón y el alma de este teatro que da vida cada noche.
-García la mira, sus ojos llenos de gratitud. -Gracias, Eleanor. Eso significa mucho para mí!
La actriz se acerca despacio, sus miradas conectan .-También tengo un deseo para ti!- le expresa con amabilidad .
Sancho no entiende que sucede, se le atasca la respiración en la garganta, siente flipar al recibir un beso suave en su marcada frente. Es un gesto de ternura y respeto, una expresión silenciosa de afecto.
Los ojos de Sancho se abren por la sorpresa, el corazón de se le desborda de emoción y una cálida sonrisa se extiende por su rostro. Extiende la mano y toca suavemente la mejilla de Eleonor y con la mirada llena de comprensión y admiración. Solo alcanza a decir con una voz ahogada, más emotiva de lo que él hubiera querido.
–Gracias, mi musa. Eres la mujer más maravillosa que conozco. –Él solo pudo salir corriendo de ahí, dejando la lira en manos de ella.
El toque de la suave caricia de los labios de Eleanor persistió en los sentidos de él al igual que ese momento en medio de atuendos, recuerdos y leyendas, había tenido García el honor de visitar el cielo. El deseo del corazón noble se había concedido.
Última edición por ambar graham el Vie Abr 19, 2024 4:10 pm, editado 2 veces