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CAPÍTULO 24.
El tiempo sigue su camino parsimonioso, y las estaciones se siguen una tras otra. Era la primera vez que Candy no celebraría el cumpleaños de la tía Elroy, imaginaba que estaría muy entretenida con el hijo de Anthony, quien si no le fallaban las cuentas ya habría nacido.
Albert no le comentó nada al respecto por pedido de la rubia quien había manifestado claramente que no deseaba oír detalle alguno sobre ellos, pero sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a esa realidad, pues había recibido la noticia de que su amiga Leslie McGregor se había comprometido con Archibalt Corwell. Estaba muy feliz por ellos.
Da la casualidad que debido a los preparativos de la boda habían decidido ir a Francia para conseguir el ajuar de la novia, por lo que aprovecharon en visitar a Candy estando tan cerca. Ella estaba emocionada de poder compartir un par de días con Leslie, Margarita, Archy y la tía Elroy; se hizo cargo de que todo estuviese listo en la casa de Albert y ordenó que prepararan un gran banquete de bienvenida. La gran sorpresa fue al reconocer entre el grupo a Anthony junto a su esposa.
Candy se había quedado sin palabras, más cuando se percata que detrás de la pareja venía una niñera cargando a un bebé en brazos, finalmente ese encuentro que había estado postergando se realiza, aunque siente como un vacío en el estómago se dio cuenta que podría llevar la fiesta a cabo sin ningún problema.
Terry se percata del primer estupor de la joven por lo que no duda en ponerse a su lado y tomarla de la mano para hacerle ver que no estaba sola, ella le devuelve la mirada con un guiño dulce para afirmar lo que él piensa. Ese gesto no pasó desapercibido para Annie quien no perdió detalle alguno de lo que hacía esa pareja, los cuales se daban el gusto de ignorarla. La cena se realizó sin mayor novedad, mientras que la señora Andrew sufría de los nervios de sólo pensar que dormiría bajo el mismo techo que Candy; desde que había empezado el último trimestre de su embarazo su esposo ya no dormía con ella y tras el parto la situación se mantuvo así. Por más que Annie lo buscase no lograba reconciliación y terminaban discutiendo por ello; pero eso temía que a media noche Anthony se escapase de su alcoba para ir a visitar el de su exesposa y recordasen viejos tiempo.
Para Anthony encontrarse con ella ahí fue una adorable sorpresa, la veía más hermosa que nunca e inevitablemente vinieron los recuerdos de cuando se conocieron, el tiempo que vivieron juntos y hasta su vida de matrimonio, extrañaba esa relación. Siempre habían sido buenos amigos, compañeros y amantes… tal vez podría existir una posibilidad de reconciliación después de más de un año separados. Suspiraba de tristeza al darse cuenta que su plan de un principio no se había podido realizar, las cosas habrían sido muy diferente de haber sido así. Candy seguiría siendo su esposa y muy seguramente una buena madre de Rosmary.
Cuando la velada termina Candy se despide de su familia y amigos prometiendo que pasaría al día siguiente para ayudar con las compras que hacían falta; más de uno se sorprendió de que ella no se fuese a quedar a dormir ahí, pero Albert les aclaro que tenía su propia casa y se hacía cargo de sus gastos, cosa que irritó a Annie, pues suponía que todo ello lo podía hacer gracias a la gran cantidad de dinero que le quitó a su marido tras el divorcio. Sin embargo, algo le llenó de curiosidad, ella se marchaba en el coche del señor Grandchester y muchas interrogantes surgieron en su mente por lo que pregunta a la mucama que estaba en el salón recogiendo las tazas.
-¿Hay algo entre ellos dos?
-¿Disculpe?
-Me refiero si hay algo entre el señor Grandchester y Candy.
-Oh… ellos… bueno, hasta donde tengo entendido son amigos y van juntos a todos los eventos y más… creo haber escuchado al señor Andrew decir que estaría feliz de que el caballero le pidiese permiso para formalizar una relación.
-Entonces sí.
Dijo casi en un susurro… sí había algo entre ellos, pero en vez de alegrarse se disgustó pues no entendía cómo era posible que tras haber terminado con Anthony haya tenido la gran suerte de salir con él. Lo que más le enfadaba no es porque fuese un hombre apuesto, sino por lo que había escuchado de Terry en la cena, era hijo de un duque, tenía sus propios negocios y por consiguiente una gran fortuna.
Cuando estaba por abandonar la estancia aparece su esposo y le pide a la mucama que los deje a solas, Annie se sorprende por el repentino interés que tiene él por pasar tiempo junto a ella.
-¿Qué sucede? ¿Por qué no has dejado que esa mujer termine con su trabajo?
-Bueno… pues porque quería hablar contigo de algo importante.
-¿De qué se trata?
-Voy a ser honesto contigo. Y creo que lo mejor es que nos separemos. Yo me haré cargo de Rosmary…
-¿Qué acabas de decir? ¿Te quieres divorciar?
-No, mi familia no me permitiría ni estaría de acuerdo con eso otra vez. Por eso te digo mejor que nos separemos, todo este tiempo hemos estado viviendo en habitaciones separadas, no habría gran diferencia sólo que cada quien podrá hacer su vida como quiera.
-¿Por qué quieres separarte? ¿Por qué creerías que yo aceptaría eso?
-Porque ninguno de los dos es feliz Annie, vamos… admitamos que nos equivocamos. Nunca debimos casarnos. No lo pensé bien en ese momento, sólo quería proteger a mi hija de cualquier peligro.
-¿Es que sólo te importa Rosmary? ¿Y yo qué?
Él sólo inspira profundamente para no decir que sí, esa siempre había sido su preocupación principal y absurdamente creyó en sus palabras cuando le dijo que si se casaban nadie podría hacerle daño.
-Lo que te estoy pidiendo no es nada absurdo, no seríamos el primer matrimonio que hace eso. Sólo lo hago por el bien de nuestra hija, aún es pequeña y no se da cuenta de muchas cosas por lo que no quiero que sea testigo de que sus padres no se soportan y siempre se la pasan peleando.
-Anthony, yo te amo. No puedes pedirme eso.
-Piénsalo bien y te darás cuenta que es lo mejor.
-¿No estarás haciendo ésto porque acabas de ver a Candy?
-Ella no tiene nada que ver. Quiero lo mejor para mi hija, quiero que Rosmary crezca en un ambiente pasible, tú podrás verla y pasar tiempo con ella como la madre que eres.
-Rosmary sólo tiene cinco meses y me estás diciendo que vivamos separados por su bien… su bien es que sus padres estén juntos. No éste absurdo disparate de cada quien por su lado.
-No insistas que no cambiaré de opinión, cuando regresemos a Chicago me iré con mi hija a la mansión en Lakewood, tú puedes seguir viviendo en la ciudad como hasta ahora.
Dice para dar por finalizada la conversación, no quería entrar en una discusión acalorada en la casa del tío William y que eso trascendiera a más. Annie se queda sola y muy irritada por lo que estaba pasando, creía que ese viaje le ayudaría para acercarlos, pero sólo había servido para alejarlos más.
Al día siguiente los novios junto a Margarita y Elroy fueron de compras por la ciudad; Annie se quedó en la casa observando como la niñera cuidaba de su hija mientras analizaba la conversación de la noche anterior. A la tarde Anthony decide dar un paseo para despejarse y liberarse un rato del agobio que tenía porque su esposa quería discutir sobre el tema de la separación.
En su caminar por la ciudad recuerda sus días de estudiante y la de veces que anduvo por ahí cuando le daban permiso, es entonces que se da cuenta que en una terraza está Candy sola tomando el té. Automáticamente sus pasos se dirigen hasta donde ella.
-Hola Candy, qué grata sorpresa.
-¡Anthony!
Logra decir como saludo al percatarse que era él quien se le había acercado, rápidamente observa su derredor para ver si venía con alguien más, éste le hizo saber que estaba solo. Ella le hace un ademan para indicarle que se podía sentar.
-No esperaba verte por aquí.
-Lo sé, por eso me alegro de mi suerte.
Por unos minutos se hizo el silencio, hace tanto tiempo que no comparten a solas que hay tantas cosas por decir, pero a la vez valoran qué es lo más primordial o necesario expresar. Anthony no puede callar más por lo que habla.
-Estás muy hermosa, veo que el cambio de aires te ha sentado bien.
-Gracias.
-Candy… yo… quería pedirte perdón por todo lo que pasó.
-¿Ayer? Pero si no pasó nada, fue un simple encuentro familiar, nada más.
-No me refiero a eso, sino a todo lo que pasó antes de nuestra separación.
-Ah, eso… bueno, ya está olvidado, no tienes que decir nada.
-La verdad es que sí. Me comporté como un verdadero estúpido y te hice mucho daño, pero estaba muy preocupado por el bienestar de mi hija. Fueron días muy caóticos, todos dijimos e hicimos cosas que de seguro hoy nos arrepentimos.
-Anthony, yo nunca hice nada para que pusiera en peligro la vida de tu hija, créeme.
-Dejemos eso de lado.
Se sentía incómodo, no quería caer en una conversación con muchas espinas de por medio. Se remueve en su asiento dándole a entender a ella que no le estaba siendo fácil creer en su palabra todavía.
-Es hermosa… tu hija.
-Gracias… es un tesoro, la quiero con locura. Amo ese ruidito que hace cuando tiene hambre y su risa es melodía para mis oídos.
-Me alegro ver que eres un buen padre.
-Candy, que sepas que yo no quería nada de esto. Sé que fue un gran error haberme divorciado de ti, si pudiese volver en el tiempo… no habría hecho todas esas estupideces.
-No digas eso que no tiene caso, además de no ser así no tendrías a esa preciosa criatura a tu lado.
-Si te soy sincero, cuando ella me dijo que estaba embarazada quería creer que no era así, pero cuando el médico me lo confirmó tenía claro que no podía desamparar a mi hijo y se me ocurrió que lo podríamos criar entre los dos, tú y yo como una verdadera familia. Estoy seguro que serías una buena madre para Rosmary.
-¿En verdad creías eso?
-Sí.
-Qué lástima que no hayas considerado un detalle; aunque hubieses hecho eso no estoy segura de que fuese lo mejor. Estoy segura que tarde o temprano esa criatura me terminaría odiando porque estaba usurpando el lugar de su madre, que le había quitado la posibilidad de haber crecido junto a sus verdaderos padres.
-No, eso nunca habría pasado ni lo hubiera permitido Candy.
-Piénsalo Anthony, tarde o temprano se daría cuenta de la verdad pues no hubieses impedido que ella tuviese contacto con su hija y le contase su versión de la historia. Aunque Rosmary no tiene la culpa de todo lo que pasó era quien más salía perjudicada.
-Bueno, al final ha sido inevitable. He decidido separarme de Annie.
-No estarás hablando en serio.
-Lo digo muy en serio Candy. Mi relación con ella es imposible y no quiero que Rosmary crezca en un ambiente conflictivo. Te amo Candy… aún te amo después de todo lo que ha pasado y todo el tiempo lejos de ti. Aunque me gustaría poder tener una oportunidad contigo…
La joven se sorprende en gran manera por lo que acaba de oír, y no era la única. Grandchester había reconocido la figura de la joven y se acercaba a su mesa para poder saludarla cuando escucha lo que acaba de confesar Anthony; para él fue como un baldazo de agua fría que lo devolvía a una realidad que había estado ignorando, por lo que da la media vuelta y se marcha sin saludar a nadie.
Candy se pasa una mano por el rostro para comprobar que no estaba en un sueño, no era así, no era una fantasía lo que él le estaba contando, con una sonrisa amarga decide aclararle.
-Sabes que eso no es posible ¿Verdad? Después de haber sido tu esposa no pensarás que ahora me voy a poner en el papel de amante.
-Lo sé. Sé que es un absurdo… una fantasía… un sueño lejano que nunca se hará realidad, pero es mi verdad.
-No te voy a pedir que lo vuelvas a repetir, ni mucho menos en frente de ella. Guárdate esos pensamientos sólo para ti y sigamos así, como dos personas que se conocen y se tratan cordialmente. Cada quien actuó pensando que lo hacía de la mejor manera, debemos aceptar las consecuencias de nuestros actos y salir adelante a pesar de ello. A pesar de todo. Yo sólo quiero que seas feliz, aunque eso signifique que no sea a mi lado.
-Nunca podré ser feliz porque tú no estás a mi lado.
-Es una pena que no te hayas dado cuenta de eso a tiempo. Ahora si me disculpas, me marcho. Un gusto saludarte.
Dice como despedida pues no deseaba seguir en una conversación sin sentido. Si bien en algún momento esperó que Anthony le dijera eso, ahora no. Le había sido muy difícil salir del abismo al que fue lanzada debido a su traición y desconfianza; perdonarlo fue duro, pero lo pudo hacer. Ahora no puede volver a meter esa piedra en su zapato para seguirle lastimando.
Por su parte Terry camina sin rumbo fijo… su mente divaga en las palabras que escuchó decir a Anthony. No se atrevió a interrumpir porque sabe que es una conversación pendiente entre ellos. No sabe cuál ha sido el resultado de ésta.
Reflexiona que ha pasado más de un año con Candy disfrutando de la compañía y de su intimidad, su pecho le duele porque un sentimiento ha crecido por la joven. Nunca habían tocado el tema de tener una relación pues porque creía que tras su matrimonio fallido no quería algo así por el estilo, por eso solo se limitaban en atesorar cada instante que se daba.
A la noche decide presentarse en la casa de la joven para tener una conversación importante antes de llevarla a la cena donde Albert. Ella lo saluda alegre y avisa que pronto estará lista para salir.
-Espera, antes que nada, quisiera decirte algo.
-¿Qué sucede Terry?
-Creo… creo que será mejor que nos dejemos de ver.
La rubia se detiene en lo que está haciendo para dejar el cepillo sobre la mesa y girarse para verlo a los ojos, no entendía muy bien que era a lo que se refería.
-¿Qué estás diciendo?
-Creo que estamos pasando demasiado tiempo juntos y eso puede dar pie a…
-¿A qué?
-A sentimientos que no pueden ser. No quiero que de repente suceda que alguien siente algo por el otro, cuando es algo que no buscamos. Por eso será mejor que lo dejemos aquí antes de que eso pase.
-Yo… yo no sé…
-No te sientas mal porque no me estás haciendo daño, si te digo esto es precisamente para evitar que eso pase. Ahora termina de peinarte que nos están esperando para cenar.
Le insta para continuar y dejar de hablar. Sale de la alcoba y decide esperarla en el salón.
Desde ese momento se empezó a sentir cierta incomodidad entre ellos pues no sabían cómo manejar la situación; Candy necesita digerir lo hablado y él por procurar de no hacer algo que termine haciéndole daño, si seguí así le estaba quitando la posibilidad de volver con su exmarido o de estar con alguien más y tener su propio hogar.
Al llegar donde los Andrew se relacionan con lo demás como si nada hubiese pasado. Tras terminar de comer pasan al salón para tomar el té, entonces Annie se disculpa porque se siente indispuesta. Cuando sube los escalones para ir a su recamara llama a la mucama para pedirle un favor.
-Al momento que sirvas los licores a los hombres quiero que derrames la copa sobre el señor Grandchester.
-¿Cómo dice?
-Sólo haz lo que te digo, nadie dirá nada porque un accidente lo puede tener cualquiera. Así le ofreces subir a una habitación para poder limpiarle su traje. De lo demás me encargo yo.
La chica está dubitativa, pero la mirada asesina de Annie le hace entender que no está para tonterías y que haga lo que le pide. Así pues, la doncella vuelve a su labor, llena las copas de brandy para entregar a los caballero y té para las damas.
Cuando entra en el salón deja la tetera sobre la mesa donde están ellas hablando distraídamente y empieza a entregar las copas a los hombres: primero Albert, luego George, de ahí Anthony, y cuando está por entregar la de Terry ésta se le resbala de las manos más por los nervios que por la intención en sí, que termina esparciéndose el líquido por todo el pantalón.
La doncella se disculpa insistentemente mientras su rostro se pone rojo, él le dice:
-No te preocupes que un error lo comete cualquiera.
Acto seguido la joven le pide que lo acompañe a una habitación mientras intenta limpiarle la ropa, él accede de buena gana y la sigue. Cuando entra en la alcoba ella le dice que enseguida regresa cerrando la puerta tras de sí.
Terry empieza a quitarse los pantalones y los deja sobre una silla; entra en el cuarto de baño para limpiarse las piernas y a su regreso se encuentra con la gran sorpresa. Annie está en esa habitación y sin ropa, con las sábanas intenta disimular que cubre su desnudez para dejar entre ver su piel.
Da un par de pasos para acercarse a él y le toma de la corbata para poder incitarle a tocarla.
-No sé lo que estás planeando, pero desde ya te digo que será mejor que lo dejes señora.
-No estoy planeando nada, sólo quiero que pasemos un buen rato. Nada más.
Confiesa mientras tira de la tela para acércalo a ella, es entonces que la puerta se abre. Ambos se giran hacía ahí para darse cuenta de que era Candy quien había llegado; la rubia se sonroja al descubrir la escena y a duras penas logra pronunciar algo parecido a una disculpa.
-Perdón… no era mi intención interrumpir. Prosigan con lo suyo.
Termina diciendo a la vez que cierra la puerta y se marcha, no podía creer lo que acababa de ver, hacía un par de horas le había dicho que era mejor que ya no siguieran viéndose para después estar a punto de acostarse con esa mujer. La sangre le hierve del disgusto por lo que decide regresarse a su casa sola.
....~¿ Que sentirá Candy por él?!.... Y ahora, este Teatro de Annie que consecuencias traerá en general? .... Muy pero muy interesantes serán los próximos capítulos!! / 
Que mal, solo la tomó para disfrutar el rato? y más ahora con lo que vió Candy tendrá la peor opinión de él 
