CAPÍTULO 31
Grita la rubia al sentir que está por perder el equilibrio y caerse, más no se iba dejar hacer como esa mujer quería, por lo que también la tira del brazo para llevarla consigo mientras intenta sujetarse de la barandilla como puede.
Grandchester y Anthony habían llegado cerca de ellas justo en el momento en que escucharon las últimas palabras de Annie antes de que la empujara por las escaleras, por lo que corren asustados a socorrerlas.
-¡Candy! ¡Candy!
Gritaron ambos logrando con ello que hasta las damas que estaban en el salón se sorprendieran y salieran a ver de qué se trataba.
La rubia rodó un par de veces hasta que se sujeta de algo haciendo con eso que terminara resbalando un par de escalones más y finalmente detenerse; sin embargos Annie se dio primeramente un golpe en la cara que aturdió, sólo sentía que su cuerpo chocaba ente escalón y escalón sin saber muy bien en qué sentido iba, hasta que llego abajo y todo su derredor dejó de moverse de una manera tan vertiginosa.
Candy respira agitadamente y siente que todo su cuerpo le duele, hasta que escucha la voz de su amado llamarla y sus ojos intentan enfocarlo. Terry tiene los ojos llenos de lágrimas por la angustia que le oprime el pecho.
Llaman a una ambulancia y las dos mujeres son llevadas al hospital, en la sala de espera está toda la familia muy preocupados. Pasadas un par de horas sale un doctor con noticias.
-¿Familia de la señora Annie Andrew?
-Sí doctor, yo soy su marido ¿Cómo está?
-Le hemos hecho varias pruebas para conocer el tipo de lesión que tiene, hasta ahora tiene una pierna rota, fisura en el cráneo y…
-¿”Y” Qué doctor?
-Me temo que su esposa tiene una lesión muy grave, en la médula espinal. Todavía no sabemos qué alcance tiene ni el procedimiento que debemos seguir.
-¿Cómo dice? ¿Cómo es eso que no sabe cómo tratarla?
-Hasta el momento existen muy pocos avances sobre neurología. Pero haremos muchos estudios para ver la mejor manera de proceder.
-¿De qué manera puede afectar eso en su vida? Para que se necesite tanta investigación.
-Pues hasta que no despierte no podría decirlo con certeza, pero puede ser desde la pérdida del control de sus necesidades fisiológicas, sensibilidad o incluso la inmovilidad.
-Entiendo. ¿Y Candy cómo está?
-Me temo que de ella no puedo darle ni un dato pues ha sido atendida por un equipo diferente. Sé que ha sido llevaba a una habitación.
-Por favor doctor, tiene que decirnos cómo está.
-Lléveme a verla doctor.
Solicita Grandchester nervioso, Anthony le dedica una mirada aniquiladora por atreverse a hacer tal solicitud.
-Eso es imposible, sólo la familia puede hacerlo.
-Y por “familia” ¿Te refieres a ti? Te recuerdo que hace mucho que ustedes se divorciaron, y por quien debes preocuparte es por ese engendro que corre el peligro de quedarse como un vegetal.
-Pues no la viste tanto como un “engendro” el día que te atreviste a acostarte con ella ¿O se te olvida que dijo que está esperando un hijo tuyo?
-No todos los hombres tenemos el mismo mal gusto que tú, como para caer en sus absurdas tretas y costarse con ese engendro. Si esa está embarazada será tuyo o de cualquier otro tonto con el que se haya acostado.
-Ahora quieres huir de tu responsabilidad, ¡No seas un cobarde Grandchester!
-¡Ya está bien los dos ¡Parad!!
Interrumpe Leslie quien estaba al punto de colapso preocupada por su amiga y por las enormes ganas de darles con la silla por estar discutiendo innecesariamente. Entre lágrimas les reprocha:
-Que… que no ven que Candy puede haber corrido la misma suerte que esa mujer y ustedes aquí discutiendo como dos mamarrachos por esa estúpida que la lanzó por las escaleras.
-Ya Leslie, tranquilízate.
Le sugiere su prometido mientras la abraza, comprende realmente los sentimientos de ella por lo que la secunda en sus palabras. Finalmente, Albert decide intervenir para controlar la situación:
-No es necesario que armen tal escándalo, ni siquiera sabemos si el bebé de Annie se encuentra bien.
-¿Bebé? Un momento.
Solicita el médico mientras revisa las hojas del informe que sostiene en sus manos pensando que ha podido dejarse algún dato más.
-No… no es así… en ningún lado lo dice, según los análisis no indican que la señora Andrew esté embarazada, pero si gustan podemos hacer una prueba para salir de la duda.
-Me parece estupendo doctor, en cuanto tenga los resultados nos lo hace saber. Ahora bien, ¿Puede llevar al señor Grandchester con su novia? Por favor.
-Por supuesto, sígame por aquí.
Le indica al joven para empezar a caminar, Terry le sigue los pasos y Anthony pensaba hacerlo también cuando Albert lo toma del brazo para retenerlo.
-Tío William, déjame ir.
-No, todavía no. Déjales un momento a solas.
-¿No estarás hablando enserio?
-Y muy enserio Anthony, él es su pareja, la primera persona que deseará ver en éste momento. Nosotros podremos hablar con el doctor para saber sobre su estado y si nos dejan, verla.
-Esto es inaudito.
Expresa a la vez que suelta un suspiro de incomodidad.
Terry observa cómo el médico le consulta a una enfermera sobre el paradero de la rubia, para después solicitarle que le extraiga una muestra de sangre de la señora Andrew para una prueba de embarazo. Luego caminan unos metros más hasta llegar a la habitación donde la estaban acomodando, los colegas se saludan y seguidamente presenta al caballero que le acompaña.
-¿Podrías decirnos cómo está la paciente?
-¿Él es el familiar de la señorita Wright?
-Por lo que tengo entendido es su pareja.
-Está bien; afortunadamente las lesiones no son muy graves. Según las placas se ha dislocado el hombro derecho por lo que deberá llevarlo inmovilizado por un buen tiempo… y… también debo felicitarlo señor, porque la señorita está embarazada.
-¿Cómo dice?
-Que van a ser papás. Felicidades. Ahora lo dejaremos para que pueda hacerle compañía.
-Muchas gracias doctor. No sabe el peso que me quita de encima y lo feliz que me ha hecho.
-Solamente cumplo con mi trabajo. Hasta luego, debo ir con la demás familia para darles noticias sobre su estado.
Explica el hombre para luego dejar a Terry a solas. Él se acerca hasta su lado y la toma de la mano, le da besos en la frente, nariz y boca. Realmente está muy aliviado de que esté con bien y se jura a sí mismo que nunca dejará que nada ni nadie se atreva a volver hacerle daño. Era la segunda vez que la había llevado a un hospital con su vida corriendo peligro.
Siente que el tiempo se ha detenido y sólo espera a que despierte… desea que despierte… lo necesita, no estará completamente satisfecho hasta que no vea su reflejo en esos hermosos ojos verdes.
-Mmmm…
-Eh… Eh… cariño, estás bien… estás conmigo.
-¿Te-Terry?
-Sí mi vida, soy yo. Me tenías tan preocupado. Cuando te vi caer por las escaleras se me encogió el estómago, ahora estamos en el hospital y los doctores ha dicho que te pondrás bien, sólo debes descansar… recupérate pronto mi vida, y prometo que cuidaré muy bien de ti y de nuestro bebé.
-¿Be-bebé?
-Así es Candy. Vamos a ser papás, estás embarazada. Ahora descansa ¿De acuerdo? Descansa vida mía que yo estaré velando tu sueño.
Le dice tiernamente mientras deposita suaves besos en sus labios. Pasados unos minutos más la paz es interrumpida por el llamado a la puerta, Leslie no podía aguantar más tiempo sin ver a su amiga. Terry deja que la familia pase y recibe las felicitaciones.
Finalmente, todos se retiran y dejan que el señor Grandchester le haga compañía en lo que queda de noche, prometen a la mañana siguiente volver.
Como cada día los doctores hacen las rondas viendo a cada paciente y confirmaron que Candy evoluciona favorablemente, seguidamente aparece una enfermera con la bandeja del desayuno.
-Muy bien, abre la boca y di “A”
-Ha, ha, ha… Terry puedo comer perfectamente sola.
-Ni hablar, pienso hacer al igual que tú como cuando estaba ingresado, ahora es mi deber cuidar de mi mujer y mi hijo.
-Coj, coj, coj… ¿Tu… tu hijo?
-Así es… ¿No lo recuerdas? Anoche cuando despertaste te di la noticia.
-Yo… yo… creí que era un sueño… no estaba segura… entonces ¿Es verdad?
-Completamente cierto mi vida, una gran verdad como el sol de éste bello día.
-Oh Terry yo… yo… estoy tan feliz.
Dice torpemente a la vez que lo abraza y besa, no se esperaba esa noticia. Ambos posan sus manos en el vientre para hacerle saber a esa pequeña criaturita que está en su vientre que es muy amado. Candy se siente en una nube, la dicha es enorme verse recompensada después de haber sufrido tanto y perdido todo, ahora tiene ante sí una nueva vida al lado de un maravilloso hombre con el cual podrán formar un hogar.
Es sábado, día en que se llevará a cabo la boda la cual ella no se piensa perder.
-Ni hablar, debes guardar reposo tal y como dijo el doctor.
-Pero si estoy bien, perfectamente puedo levantarme de la cama y asistir. No quiero perderme el día más importante de mi amiga, no me lo perdonaría.
-Mi vida, si te lo digo es por tu bien.
-Amor… te lo suplico, por favor vamos. Te prometo que si llego a sentir algún malestar por el más mínimo que sea dejaré que me cargues en brazos y me traigas de nuevo al hospital y me amarres si hace falta. Pero por favor, llévame a la boda.
-Mmm… ¿Estás segura?
-Te lo juro por lo más sagrado en mi vida que eres tú y nuestro bebé. Nunca haría nada que lo ponga en peligro.
-De acuerdo vida mía, pero a la primera que sientas algún dolor nos largamos.
-Awww seee… te amo tanto, tanto, tanto…
Celebra feliz mientras le da besos por todo su rostro, él finaliza las caricias con uno más profundo capaz de robarle hasta el aliento. Luego le pide al doctor que le haga un último chequeo para que le dé el alta voluntaria, mientras tanto va a notificarle a Albert que necesitan que los vayan a recoger.
Cuando él escucha el pedido de su amigo duda un poco en acceder, pero finalmente envía a uno de los coches pues intuye que es algo que Candy quiere hacer. Al llegar a la mansión tienen poco tiempo para vestirse adecuadamente, luego son llevados hasta la iglesia donde se realizará la ceremonia.
Está a punto de desfilar el cortejo cuando la novia ve llegar a su amiga, éstas se abrazan de la felicidad; la rubia le asegura que por nada del mundo podría perderse la boda de su mejor amiga, acto seguido pasan al interior para presenciar el evento.
Al momento de que los novios deben decir sus votos Terry le susurra al oído.
-Yo Terrence Greum Grandchester te acepto a ti como mi esposa para vivir juntos en sagrado matrimonio para amarte, honrar, consolarte y cuidarte en la salud y en la enfermedad, guardándote fidelidad durante el tiempo que dure mi vida.
Ella se vuelve a verlo y ese brillo en su mirada hizo que su corazón latiera intensamente.
-Yo Candice Wright Andrew te acepto a ti como mi esposo para vivir juntos en sargado matrimonio para amarte, honrarte, consolarte y cuidarte en la salud y en la enfermedad, guardándote fidelidad durante el tiempo que dure mi vida.
Terry le devuelve la sonrisa y cuando el cura indica que el novio puede besar a la novia también lo hace de muy buena gana. Los aplausos inundan el lugar hasta que una mujer que está en el banco detrás de ellos les reprende.
-Señorita, éste no es momento para ese tipo de demostraciones.
Ellos se ríen por tal interrupción y Candy se gira para corregirle.
-Señora Grandchester, por favor.
Grandchester y Anthony habían llegado cerca de ellas justo en el momento en que escucharon las últimas palabras de Annie antes de que la empujara por las escaleras, por lo que corren asustados a socorrerlas.
-¡Candy! ¡Candy!
Gritaron ambos logrando con ello que hasta las damas que estaban en el salón se sorprendieran y salieran a ver de qué se trataba.
La rubia rodó un par de veces hasta que se sujeta de algo haciendo con eso que terminara resbalando un par de escalones más y finalmente detenerse; sin embargos Annie se dio primeramente un golpe en la cara que aturdió, sólo sentía que su cuerpo chocaba ente escalón y escalón sin saber muy bien en qué sentido iba, hasta que llego abajo y todo su derredor dejó de moverse de una manera tan vertiginosa.
Candy respira agitadamente y siente que todo su cuerpo le duele, hasta que escucha la voz de su amado llamarla y sus ojos intentan enfocarlo. Terry tiene los ojos llenos de lágrimas por la angustia que le oprime el pecho.
Llaman a una ambulancia y las dos mujeres son llevadas al hospital, en la sala de espera está toda la familia muy preocupados. Pasadas un par de horas sale un doctor con noticias.
-¿Familia de la señora Annie Andrew?
-Sí doctor, yo soy su marido ¿Cómo está?
-Le hemos hecho varias pruebas para conocer el tipo de lesión que tiene, hasta ahora tiene una pierna rota, fisura en el cráneo y…
-¿”Y” Qué doctor?
-Me temo que su esposa tiene una lesión muy grave, en la médula espinal. Todavía no sabemos qué alcance tiene ni el procedimiento que debemos seguir.
-¿Cómo dice? ¿Cómo es eso que no sabe cómo tratarla?
-Hasta el momento existen muy pocos avances sobre neurología. Pero haremos muchos estudios para ver la mejor manera de proceder.
-¿De qué manera puede afectar eso en su vida? Para que se necesite tanta investigación.
-Pues hasta que no despierte no podría decirlo con certeza, pero puede ser desde la pérdida del control de sus necesidades fisiológicas, sensibilidad o incluso la inmovilidad.
-Entiendo. ¿Y Candy cómo está?
-Me temo que de ella no puedo darle ni un dato pues ha sido atendida por un equipo diferente. Sé que ha sido llevaba a una habitación.
-Por favor doctor, tiene que decirnos cómo está.
-Lléveme a verla doctor.
Solicita Grandchester nervioso, Anthony le dedica una mirada aniquiladora por atreverse a hacer tal solicitud.
-Eso es imposible, sólo la familia puede hacerlo.
-Y por “familia” ¿Te refieres a ti? Te recuerdo que hace mucho que ustedes se divorciaron, y por quien debes preocuparte es por ese engendro que corre el peligro de quedarse como un vegetal.
-Pues no la viste tanto como un “engendro” el día que te atreviste a acostarte con ella ¿O se te olvida que dijo que está esperando un hijo tuyo?
-No todos los hombres tenemos el mismo mal gusto que tú, como para caer en sus absurdas tretas y costarse con ese engendro. Si esa está embarazada será tuyo o de cualquier otro tonto con el que se haya acostado.
-Ahora quieres huir de tu responsabilidad, ¡No seas un cobarde Grandchester!
-¡Ya está bien los dos ¡Parad!!
Interrumpe Leslie quien estaba al punto de colapso preocupada por su amiga y por las enormes ganas de darles con la silla por estar discutiendo innecesariamente. Entre lágrimas les reprocha:
-Que… que no ven que Candy puede haber corrido la misma suerte que esa mujer y ustedes aquí discutiendo como dos mamarrachos por esa estúpida que la lanzó por las escaleras.
-Ya Leslie, tranquilízate.
Le sugiere su prometido mientras la abraza, comprende realmente los sentimientos de ella por lo que la secunda en sus palabras. Finalmente, Albert decide intervenir para controlar la situación:
-No es necesario que armen tal escándalo, ni siquiera sabemos si el bebé de Annie se encuentra bien.
-¿Bebé? Un momento.
Solicita el médico mientras revisa las hojas del informe que sostiene en sus manos pensando que ha podido dejarse algún dato más.
-No… no es así… en ningún lado lo dice, según los análisis no indican que la señora Andrew esté embarazada, pero si gustan podemos hacer una prueba para salir de la duda.
-Me parece estupendo doctor, en cuanto tenga los resultados nos lo hace saber. Ahora bien, ¿Puede llevar al señor Grandchester con su novia? Por favor.
-Por supuesto, sígame por aquí.
Le indica al joven para empezar a caminar, Terry le sigue los pasos y Anthony pensaba hacerlo también cuando Albert lo toma del brazo para retenerlo.
-Tío William, déjame ir.
-No, todavía no. Déjales un momento a solas.
-¿No estarás hablando enserio?
-Y muy enserio Anthony, él es su pareja, la primera persona que deseará ver en éste momento. Nosotros podremos hablar con el doctor para saber sobre su estado y si nos dejan, verla.
-Esto es inaudito.
Expresa a la vez que suelta un suspiro de incomodidad.
Terry observa cómo el médico le consulta a una enfermera sobre el paradero de la rubia, para después solicitarle que le extraiga una muestra de sangre de la señora Andrew para una prueba de embarazo. Luego caminan unos metros más hasta llegar a la habitación donde la estaban acomodando, los colegas se saludan y seguidamente presenta al caballero que le acompaña.
-¿Podrías decirnos cómo está la paciente?
-¿Él es el familiar de la señorita Wright?
-Por lo que tengo entendido es su pareja.
-Está bien; afortunadamente las lesiones no son muy graves. Según las placas se ha dislocado el hombro derecho por lo que deberá llevarlo inmovilizado por un buen tiempo… y… también debo felicitarlo señor, porque la señorita está embarazada.
-¿Cómo dice?
-Que van a ser papás. Felicidades. Ahora lo dejaremos para que pueda hacerle compañía.
-Muchas gracias doctor. No sabe el peso que me quita de encima y lo feliz que me ha hecho.
-Solamente cumplo con mi trabajo. Hasta luego, debo ir con la demás familia para darles noticias sobre su estado.
Explica el hombre para luego dejar a Terry a solas. Él se acerca hasta su lado y la toma de la mano, le da besos en la frente, nariz y boca. Realmente está muy aliviado de que esté con bien y se jura a sí mismo que nunca dejará que nada ni nadie se atreva a volver hacerle daño. Era la segunda vez que la había llevado a un hospital con su vida corriendo peligro.
Siente que el tiempo se ha detenido y sólo espera a que despierte… desea que despierte… lo necesita, no estará completamente satisfecho hasta que no vea su reflejo en esos hermosos ojos verdes.
-Mmmm…
-Eh… Eh… cariño, estás bien… estás conmigo.
-¿Te-Terry?
-Sí mi vida, soy yo. Me tenías tan preocupado. Cuando te vi caer por las escaleras se me encogió el estómago, ahora estamos en el hospital y los doctores ha dicho que te pondrás bien, sólo debes descansar… recupérate pronto mi vida, y prometo que cuidaré muy bien de ti y de nuestro bebé.
-¿Be-bebé?
-Así es Candy. Vamos a ser papás, estás embarazada. Ahora descansa ¿De acuerdo? Descansa vida mía que yo estaré velando tu sueño.
Le dice tiernamente mientras deposita suaves besos en sus labios. Pasados unos minutos más la paz es interrumpida por el llamado a la puerta, Leslie no podía aguantar más tiempo sin ver a su amiga. Terry deja que la familia pase y recibe las felicitaciones.
Finalmente, todos se retiran y dejan que el señor Grandchester le haga compañía en lo que queda de noche, prometen a la mañana siguiente volver.
Como cada día los doctores hacen las rondas viendo a cada paciente y confirmaron que Candy evoluciona favorablemente, seguidamente aparece una enfermera con la bandeja del desayuno.
-Muy bien, abre la boca y di “A”
-Ha, ha, ha… Terry puedo comer perfectamente sola.
-Ni hablar, pienso hacer al igual que tú como cuando estaba ingresado, ahora es mi deber cuidar de mi mujer y mi hijo.
-Coj, coj, coj… ¿Tu… tu hijo?
-Así es… ¿No lo recuerdas? Anoche cuando despertaste te di la noticia.
-Yo… yo… creí que era un sueño… no estaba segura… entonces ¿Es verdad?
-Completamente cierto mi vida, una gran verdad como el sol de éste bello día.
-Oh Terry yo… yo… estoy tan feliz.
Dice torpemente a la vez que lo abraza y besa, no se esperaba esa noticia. Ambos posan sus manos en el vientre para hacerle saber a esa pequeña criaturita que está en su vientre que es muy amado. Candy se siente en una nube, la dicha es enorme verse recompensada después de haber sufrido tanto y perdido todo, ahora tiene ante sí una nueva vida al lado de un maravilloso hombre con el cual podrán formar un hogar.
Es sábado, día en que se llevará a cabo la boda la cual ella no se piensa perder.
-Ni hablar, debes guardar reposo tal y como dijo el doctor.
-Pero si estoy bien, perfectamente puedo levantarme de la cama y asistir. No quiero perderme el día más importante de mi amiga, no me lo perdonaría.
-Mi vida, si te lo digo es por tu bien.
-Amor… te lo suplico, por favor vamos. Te prometo que si llego a sentir algún malestar por el más mínimo que sea dejaré que me cargues en brazos y me traigas de nuevo al hospital y me amarres si hace falta. Pero por favor, llévame a la boda.
-Mmm… ¿Estás segura?
-Te lo juro por lo más sagrado en mi vida que eres tú y nuestro bebé. Nunca haría nada que lo ponga en peligro.
-De acuerdo vida mía, pero a la primera que sientas algún dolor nos largamos.
-Awww seee… te amo tanto, tanto, tanto…
Celebra feliz mientras le da besos por todo su rostro, él finaliza las caricias con uno más profundo capaz de robarle hasta el aliento. Luego le pide al doctor que le haga un último chequeo para que le dé el alta voluntaria, mientras tanto va a notificarle a Albert que necesitan que los vayan a recoger.
Cuando él escucha el pedido de su amigo duda un poco en acceder, pero finalmente envía a uno de los coches pues intuye que es algo que Candy quiere hacer. Al llegar a la mansión tienen poco tiempo para vestirse adecuadamente, luego son llevados hasta la iglesia donde se realizará la ceremonia.
Está a punto de desfilar el cortejo cuando la novia ve llegar a su amiga, éstas se abrazan de la felicidad; la rubia le asegura que por nada del mundo podría perderse la boda de su mejor amiga, acto seguido pasan al interior para presenciar el evento.
Al momento de que los novios deben decir sus votos Terry le susurra al oído.
-Yo Terrence Greum Grandchester te acepto a ti como mi esposa para vivir juntos en sagrado matrimonio para amarte, honrar, consolarte y cuidarte en la salud y en la enfermedad, guardándote fidelidad durante el tiempo que dure mi vida.
Ella se vuelve a verlo y ese brillo en su mirada hizo que su corazón latiera intensamente.
-Yo Candice Wright Andrew te acepto a ti como mi esposo para vivir juntos en sargado matrimonio para amarte, honrarte, consolarte y cuidarte en la salud y en la enfermedad, guardándote fidelidad durante el tiempo que dure mi vida.
Terry le devuelve la sonrisa y cuando el cura indica que el novio puede besar a la novia también lo hace de muy buena gana. Los aplausos inundan el lugar hasta que una mujer que está en el banco detrás de ellos les reprende.
-Señorita, éste no es momento para ese tipo de demostraciones.
Ellos se ríen por tal interrupción y Candy se gira para corregirle.
-Señora Grandchester, por favor.
F I N.