Buenas a todas! casi acabando la guerra y yo con la casa a medio hacer y es que tengo unos horarios muy raros así que intentaré actualizar antes de que se acabe
les dejo el link del capitulo anterior y les doy las gracias por tomarse unos momentos para leerme . disfruten
https://www.elainecandy.com/t21446-historia-de-una-venganza-capitulo-2#348432
Capitulo 3
Atención. Este capítulo puede contener vocabulario que puede ofender o herir a alguna sensibilidad por su mal sonancia o palabrotas. Lea bajo su sensibilidad gracias
Salí de la subasta una daga que había pertenecido a un rey francés, una sortija maldita y dos botellas de un vino único. Y lo más importante un número de teléfono. Por fin. Con un suspiro de alivio volví a exhalar otra calada de mi cigarrillo y los recuerdos una vez más golpeaban con fuerza.
Ella, mi Amada, Candy después de dos años muerta estaba viva y coleando. Ella con un vestuario de lo más vulgar se contoneaba sobre tacones de vértigo. Ella se introduce en un coche lujoso. Ella desaparece.
Me quedé en estado de shock, una vez más. Creo que era la segunda en toda mi vida y esa sensación que hace el cerebro al desconcertar no es de lo más agradable. No quisiera repetirlo pero aún quedaría una par de veces más.
-El hotel de donde había salido – pensé, y con paso vacilante entré. No era un gran hotel pero se notaba que era “discreto”, en la medida que la gente no quiere ser visto ni entrando y ni saliendo. Mi instinto de ex policía se puso en marcha y mis dotes de ex abogado afloraron en medio de esa locura.
Después de algo de cháchara y de que unos billetes cambiaran de manos conseguí un nombre: Hémera, y una profesión, la chica de Romano.
En mi cabeza aquello empezó a dar vueltas y más vueltas. Romano era uno de los hombres más importantes, cueles y despiadados de toda la costa este. Era un mafioso, contrabandista pero a la vez se codeaba con políticos y personajes influyentes. Varias veces se le había intentado imputarle delitos de extorsión, venta ilegal de armas y algunas cosas más pero era un tipo inteligente. Sabía codearse de gente importante y sus negocios legales tapaban a los ilegales. Un señor polifacético. Y ella era su chica.
Tenía que averiguar qué pasaba porque algo no funcionaba. Aún con el cerebro abotagado de dos años de alcohol, mala vida y autocompasión, observé que había un patrón, alguna lógica macabra.
Intenté ponerme en contacto con mis antiguos compañeros, el jefe inspector, pero yo había pasado a ser un paria. Intenté obtener respuestas, una nueva vía de investigación algo. Tenía información y nadie parecía que quisiera escucharla.
Aun con aquella sensación de impotencia y angustia me bajé del coche y me dirigí a la habitación de uno de los hoteles del centro de la ciudad. Sonreí cuando recordé como lo había llamado Archival, Mi guarida. Como recubriéndole de aquel halo de bestia del que me encantaba presumir. Archival… Si no hubiese sido por él…. Quizás estaría en un callejón, tirado y con una bala en la cabeza. Le debía mucho. Le debo mucho.
En cuanto entré en la estancia dirigí mi mirada a la mesa que estaba situada en el centro para comprobar que no había ningún mensaje. Teníamos un sistema muy concreto ya que no podíamos correr riesgos. Una rosa blanca en medio del jarrón: Noticias importantes. Unas llaves ponte en contacto conmigo. Una carta sin abrir: desaparece del sitio YA.
Nada. Suspirando me dirigí a la cama. Aquel infernal potro de tortura que me recordaba cada segundo en sueños lo que había perdido. De día era un bastardo sin escrúpulos, no sentía, actuaba. De noche, en sueños me permitía volver a ser feliz con Ella.
Un par de días más tarde moví ficha. Llamé al teléfono y concerté una cita. Era un excesivo club de caballeros a los cuales solo se podía acceder con invitación de un socio.
Qué forma más elegante de llamarlo burdel de mucha pasta – suspiré mientras la mujer que atendía el teléfono me informaba.
Me dijeron que ellos se pondrían en contacto conmigo en cuanto verificaran mis credenciales.
Eso estaba bien pensé porque referencias no me iban a faltar, sonreí interiormente.
Tenía que hablar con Archie. Había algo que no encajaba y necesitaba hablar con él. Justo cuando me disponía ha hacer la señal acordada para reunirme con él me crucé con la última persona que quería en la tierra: MI SUEGRA.
Gracias, gracias, gracias por leerlo y más por comentarlo.
les dejo el link del capitulo anterior y les doy las gracias por tomarse unos momentos para leerme . disfruten
https://www.elainecandy.com/t21446-historia-de-una-venganza-capitulo-2#348432
Capitulo 3
Atención. Este capítulo puede contener vocabulario que puede ofender o herir a alguna sensibilidad por su mal sonancia o palabrotas. Lea bajo su sensibilidad gracias
Salí de la subasta una daga que había pertenecido a un rey francés, una sortija maldita y dos botellas de un vino único. Y lo más importante un número de teléfono. Por fin. Con un suspiro de alivio volví a exhalar otra calada de mi cigarrillo y los recuerdos una vez más golpeaban con fuerza.
Ella, mi Amada, Candy después de dos años muerta estaba viva y coleando. Ella con un vestuario de lo más vulgar se contoneaba sobre tacones de vértigo. Ella se introduce en un coche lujoso. Ella desaparece.
Me quedé en estado de shock, una vez más. Creo que era la segunda en toda mi vida y esa sensación que hace el cerebro al desconcertar no es de lo más agradable. No quisiera repetirlo pero aún quedaría una par de veces más.
-El hotel de donde había salido – pensé, y con paso vacilante entré. No era un gran hotel pero se notaba que era “discreto”, en la medida que la gente no quiere ser visto ni entrando y ni saliendo. Mi instinto de ex policía se puso en marcha y mis dotes de ex abogado afloraron en medio de esa locura.
Después de algo de cháchara y de que unos billetes cambiaran de manos conseguí un nombre: Hémera, y una profesión, la chica de Romano.
En mi cabeza aquello empezó a dar vueltas y más vueltas. Romano era uno de los hombres más importantes, cueles y despiadados de toda la costa este. Era un mafioso, contrabandista pero a la vez se codeaba con políticos y personajes influyentes. Varias veces se le había intentado imputarle delitos de extorsión, venta ilegal de armas y algunas cosas más pero era un tipo inteligente. Sabía codearse de gente importante y sus negocios legales tapaban a los ilegales. Un señor polifacético. Y ella era su chica.
Tenía que averiguar qué pasaba porque algo no funcionaba. Aún con el cerebro abotagado de dos años de alcohol, mala vida y autocompasión, observé que había un patrón, alguna lógica macabra.
Intenté ponerme en contacto con mis antiguos compañeros, el jefe inspector, pero yo había pasado a ser un paria. Intenté obtener respuestas, una nueva vía de investigación algo. Tenía información y nadie parecía que quisiera escucharla.
Aun con aquella sensación de impotencia y angustia me bajé del coche y me dirigí a la habitación de uno de los hoteles del centro de la ciudad. Sonreí cuando recordé como lo había llamado Archival, Mi guarida. Como recubriéndole de aquel halo de bestia del que me encantaba presumir. Archival… Si no hubiese sido por él…. Quizás estaría en un callejón, tirado y con una bala en la cabeza. Le debía mucho. Le debo mucho.
En cuanto entré en la estancia dirigí mi mirada a la mesa que estaba situada en el centro para comprobar que no había ningún mensaje. Teníamos un sistema muy concreto ya que no podíamos correr riesgos. Una rosa blanca en medio del jarrón: Noticias importantes. Unas llaves ponte en contacto conmigo. Una carta sin abrir: desaparece del sitio YA.
Nada. Suspirando me dirigí a la cama. Aquel infernal potro de tortura que me recordaba cada segundo en sueños lo que había perdido. De día era un bastardo sin escrúpulos, no sentía, actuaba. De noche, en sueños me permitía volver a ser feliz con Ella.
Un par de días más tarde moví ficha. Llamé al teléfono y concerté una cita. Era un excesivo club de caballeros a los cuales solo se podía acceder con invitación de un socio.
Qué forma más elegante de llamarlo burdel de mucha pasta – suspiré mientras la mujer que atendía el teléfono me informaba.
Me dijeron que ellos se pondrían en contacto conmigo en cuanto verificaran mis credenciales.
Eso estaba bien pensé porque referencias no me iban a faltar, sonreí interiormente.
Tenía que hablar con Archie. Había algo que no encajaba y necesitaba hablar con él. Justo cuando me disponía ha hacer la señal acordada para reunirme con él me crucé con la última persona que quería en la tierra: MI SUEGRA.
Gracias, gracias, gracias por leerlo y más por comentarlo.