#330000]][/size]EL FINAL SE ACERCA YAAAAAA..... OH QUE BIEN LA HE PASADO EN ESTA GUERRA FLORIDA, AUN QUE NO COMENTO HE VISTO TRABAJOS HERMOSOS, DIVINOS FELICIDADES A TODAS LAS GUERRERAS
Décimo segundo invierno.
Nervioso… ¡Si Candy!, no puedo negarlo, siquiera la primera vez que actué en un escenario me sentía de esta manera, mi corazón late acelerado aun contra mi voluntad – coloco mi mano derecha sobre mi pecho para sentir los latidos de mi corazón –, por mi mente pasan tantos recuerdos cada que cierro los ojos, pero me da miedo abrirlos y descubrir que todo lo bueno que hemos vivido este año sea un espejismo – miro desde la ventana de mi departamento la nevada ciudad luego le doy un vistazo a mi reloj que marca las doce menos cincuenta –, así es Candy hoy no habrá cita en el restaurante de Maxwell, él está ocupado preparando un banquete – sonrío ligeramente, la comisura de mi labio se eleva un poco hacia mi derecha –, estoy loco pecosa demasiado loco – suspiro para sacar un poco de mi nerviosismo pero parece ser en vano – es que si al menos por un instante pudieras palpar el amor que siento por ti – un remolino de emociones me golpean abrupta mente – desde que te conocí sabía que tú serias el amor de mi vida, la única mujer con la que yo deseo estar y pasar lo que me resta de vida – irremediablemente los recuerdos de mi adolescencia en el San Pablo no se hacen esperar – esos días del colegio fueron lo mejor que me pudo haber pasado en la vida y mucho te lo debo a ti, pues cambiaste mi manera tan inmadura de ver las cosas. Te debo tanto Candy y siento que te he dado tan poco, aunque tú dices que un año de felicidad compensa tantos años de sufrimiento – no puedo evitar derramar unas lágrimas – hoy Candy, hoy más que nunca quiero que sepas que soy el hombre más afortunado y que todo te lo debo a ti – vuelvo a mirar mi reloj ya son las doce menos cuarenta, pienso que debo de apurarme o yo seré quien llegue tarde a mi cita –, por último solo quiero responder a la pregunta que me hiciste anoche, ¿Qué cuánto tiempo te amaré? – lleno de aire mis pulmones y lo saco lentamente ahora me siento más tranquilo – la respuesta es “Te amaré hasta que la última estrella en el firmamento deje de brillar, te amaré hasta que la última gota del mar desaparezca, te amaré eternamente”.
Nota: Terry dobla la carta, se pone de pie y da un vistazo en el espejo quiere lucir radiante en este día tan importante, se acomoda la camisa blanca que está debajo del chaleco negro, luego coloca el saco y por último se coloca la corbata, su porte elegante resalta mientras su cabellera castaña media larga le da ese toque de rebeldía que lo ha caracterizado siempre, recoge la carta que minutos antes había escrito, la guarda en la bolsa interior de su saco y con la cara lleno de felicidad sale de su departamento para dirigirse a la iglesia donde esperara a que llegue a su futura esposa pues al fin después de tanta lucha y sufrimiento al fin unirán sus vidas en matrimonio.
Décimo segundo invierno.
Nervioso… ¡Si Candy!, no puedo negarlo, siquiera la primera vez que actué en un escenario me sentía de esta manera, mi corazón late acelerado aun contra mi voluntad – coloco mi mano derecha sobre mi pecho para sentir los latidos de mi corazón –, por mi mente pasan tantos recuerdos cada que cierro los ojos, pero me da miedo abrirlos y descubrir que todo lo bueno que hemos vivido este año sea un espejismo – miro desde la ventana de mi departamento la nevada ciudad luego le doy un vistazo a mi reloj que marca las doce menos cincuenta –, así es Candy hoy no habrá cita en el restaurante de Maxwell, él está ocupado preparando un banquete – sonrío ligeramente, la comisura de mi labio se eleva un poco hacia mi derecha –, estoy loco pecosa demasiado loco – suspiro para sacar un poco de mi nerviosismo pero parece ser en vano – es que si al menos por un instante pudieras palpar el amor que siento por ti – un remolino de emociones me golpean abrupta mente – desde que te conocí sabía que tú serias el amor de mi vida, la única mujer con la que yo deseo estar y pasar lo que me resta de vida – irremediablemente los recuerdos de mi adolescencia en el San Pablo no se hacen esperar – esos días del colegio fueron lo mejor que me pudo haber pasado en la vida y mucho te lo debo a ti, pues cambiaste mi manera tan inmadura de ver las cosas. Te debo tanto Candy y siento que te he dado tan poco, aunque tú dices que un año de felicidad compensa tantos años de sufrimiento – no puedo evitar derramar unas lágrimas – hoy Candy, hoy más que nunca quiero que sepas que soy el hombre más afortunado y que todo te lo debo a ti – vuelvo a mirar mi reloj ya son las doce menos cuarenta, pienso que debo de apurarme o yo seré quien llegue tarde a mi cita –, por último solo quiero responder a la pregunta que me hiciste anoche, ¿Qué cuánto tiempo te amaré? – lleno de aire mis pulmones y lo saco lentamente ahora me siento más tranquilo – la respuesta es “Te amaré hasta que la última estrella en el firmamento deje de brillar, te amaré hasta que la última gota del mar desaparezca, te amaré eternamente”.
Nota: Terry dobla la carta, se pone de pie y da un vistazo en el espejo quiere lucir radiante en este día tan importante, se acomoda la camisa blanca que está debajo del chaleco negro, luego coloca el saco y por último se coloca la corbata, su porte elegante resalta mientras su cabellera castaña media larga le da ese toque de rebeldía que lo ha caracterizado siempre, recoge la carta que minutos antes había escrito, la guarda en la bolsa interior de su saco y con la cara lleno de felicidad sale de su departamento para dirigirse a la iglesia donde esperara a que llegue a su futura esposa pues al fin después de tanta lucha y sufrimiento al fin unirán sus vidas en matrimonio.