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COMANDO PECOCITA'S
Mis queridas amigas, aquí les dejo el capítulo 14 y un enlace para que descarguen una firma de recuerdo de este fic... Aún quedan capítulos y pueden estar seguras que lo terminaré, y como ya termina la GF lo subiré a FF para que lo puedan seguir. Un enorme abrazo a todas.
NUESTRO AMOR... LO DESCUBRIMOS EN LONDRES
CAPÍTULO 13
Elena se fue a su habitación estaba nerviosa y confusa, era una chica lista y no necesitaba mucho para darse cuenta de la situación. Venía de hablar con Olivier, ambos tenían mucha confianza y ella comprendía que Olivier no estaba enterado de muchas cosas, pero más que nada era por que habían sucedido después de hablar él con Albert. Nunca pensó que Sir William fuera tan joven y tampoco hubiese imaginado nunca el por qué Olivier conocía a Albert, ahora todo encajaba. ¡Albert es el jefe de Olivier! En tantos años que conocía a Olivier jamás pensó que él no fuera otra cosa que un maestro de arte... ahora lo veía diferente, pero eso no quitaba que siguiera enamorada de él, recordaba el día en que lo vio por primera vez en las calles de Suiza con su caballete y sus paletas de pintor, ella tropezó ¡y con su bolso le tiró sus óleos sobre el lienzo! Un desastre... Olivier simplemente le dijo al ver su cara ¡No te afijas, piensa que yo nunca hubiese logrado tal mezcla de color! La invitó a tomar algo y se vieron durante unos días, él le contó que venía a ver a su hermana y que era de Escocia. Luego lo vio en casa de su padre, se llevó una impresión al saber que su madrastra era la hermana de Olivier... Desde ese momento Olivier puso una distancia entre ellos, aunque siguieron siendo amigos, ahora nuevamente estaban sólos y serían unidos... Cuando entró en su habitación y vio Patty despertó de su sueño.
— Patty, disculpa me había olvidado que me estabas esperando y me entretuve con Olivier.
— No pasa nada ¿Te dijo algo el Sr. Sinclair?
— No mucho, pero creo que debemos de callar algunas cosas. ¿Qué piensas si la sra. Elroy sabe que Albert es novio de Candy?
— No le va a gustar... Pero no creo que a Candy le importe, por lo que sabemos la sra. Elroy no es la tutora de Candy, sino Sir William.
— Si, pero creo que sus primos no deben saber nada, en el festival debemos tratar de dejarles un poco libre ¿No crees? Así que debes distraer a Stear, según Candy es un chico muy inteligente y le gustan los inventos, tú puedes explotar todos eso temas... y también lo sacas a bailar.
— Elena... casi no lo conozco y...
— ¡Y nada! todo saldrá bien, no estarás sola sólo serán momentos para darles privacidad.
— Le dije a Stear que el jueves iríamos a comprar los trajes con Candy y dijo que nos acompañaría con Archie.
— Entonces mi querida Patricia empezarás el jueves a practicar tu ataque con Stear... Ahora creo que debemos buscarle pareja a Archie.
— No te preocupes Elena... recuerda que vendrá la srta Alice.
— Si no encontramos a otra... ya pensaremos. Ahora vamos a descansar. Hasta mañana Patty.
— Buenas noches Elena.
*******************************
Candy estaba en las nubes ¡Albert era simplemente maravilloso! Estaba segura que no podría dormir esa noche por tantas emociones... Pero no fue así, se durmió tan profundamente que tía Alice la tuvo que despertar.
— ¡Candy! Vamos despierta, vendrá Will y te encontrará aun en la cama.
— ¡Tía, es muy pronto aún tengo sueño! Y cubriéndose con su colcha se dio la vuelta y siguió durmiendo.
— Bien, Candy... Creo que le diré a William que venga despertarte, creo que ya llegó.
— ¿William, qué William?
— Tu novio querida... ¡Ya está aquí!
— ¡No! ¿¡Albert!? ¡Tía, por que no me has despertado antes! Exclamó tirando la colcha al suelo y levantándose de golpe.
— Vaya creo que ya sé cual es la palabra clave para sacarte de la cama... Tienes todo preparado para tu baño, si necesitas algo me avisas, la mucama subirá en unos minutos.
— Tía me asustó, iré al baño y no se preocupe no necesito mucama.
— Como quieras, estaré abajo.
Después del baño Candy se sentía nueva... había descansado mucho y aunque no llevó mucha ropa tardó un poco en decidirse que vestido ponerse, quería estar guapa y aunque nunca se había preocupado por eso antes ahora era diferente... quería que Albert siempre la viera linda. Lo peor fue su pelo, sus dos coletas eran muy prácticas pero ya no le gustaban tanto, a todos les gustó su pelo suelto pero no era para llevarlo así siempre.. y una coleta, podría probar era cómodo y ya estaba haciendo calor, por hoy le valía... ya era tarde y quería estar lista antes que llegase su Albert.
— Buenos días ¿Aún no ha llegado Albert?
— No, aun no. Estás preciosa Candy, por qué no lo esperas en la biblioteca no creo que tarde mucho.
— Es que quería ver cuando llegara tía.
— Jajaja Mi niña serás la primera en verlo, te lo aseguro. Cambia esa cara y ve a la biblioteca.
Sin preguntar más Candy se fue y esperó ahí mirando por la ventana sin distraerse, hasta que escuchó un crujido tras de ella. Se giró lentamente y se quedó queta al ver como una parte de la estantería se abría como una puerta, su sorpresa fue mayor al ver que entraba desde ese pasadizo el hombre de sus sueños.
— ¡Albert! - No dijo nada más y se lanzó a sus brazos.
— ¡Princesa! ¿Me esperabas amor? - le dijo mientras la recibía en sus brazos y la besaba.
— ¡ De dónde vienes!
— Después de desayunar te lo contare y lo verás tu misma. -Y acercándose a su oído le dijo: esta casa está llena de misterios...
— Ya veo... tanto la casa como sus dueños. La tía nos espera.
******************************
A las 10 de la mañana Neil ya estaba esperando en la enfermería, hacía 10 minutos que había vuelto de hablar con la tía abuela. No es que fuese algo agradable lo que hizo pero se había quitado un peso de encima. Qué Eliza se las arregle ahora como quiera, ya no entrará más en su juego.
— Hola Neil, pasa. La hermana Margaret ya estará dentro. ¿Cómo te sientes? ¿Aún te duele la cabeza?
— Hola Paula, estoy mejor gracias.
— Buenos días hermana Margaret - dijeron los dos juntos.
— Buenos días Paula, Neil. Déjame ver tus heridas ¿Has pasado una buena noche?
— Mejor de lo que pensé, pera mañana ya estaré bien.
— Me alegra que te encuentres mejor. Paula ¿Lo quieres curar?
— Si, ya tengo todo preparado. Ven Neil, ponte en la camilla y no te muevas. Así, bien termino en un momento. ¡Perfecto, ya estás!
— Gracias, tienes unas manos de ángel. - En ese mismo momento se arrepintió de haberlo dicho. Estaba hablando para sí... y ahora ¿qué pensaría ella de él? Mejor sería irse enseguida.
— De nada, eres muy amable Neil.
— Muchas gracias a las dos, hasta otro día.
Paula quería acompañarlo, pero no le dio tiempo a reaccionar cuando Neil ya se había marchado... Ojalá y lo pueda ver en el recreo.
***********************
Albert y Candy ya estaban nuevamente en la biblioteca
— ¿Preparada princesa?
— ¡Sí! Nunca he entrado por un pasadizo secreto y estoy ansiosa.
— Traes el broche Candy.
— Siempre lo tengo conmigo, así que ya nos podemos ir.
Albert la miró sonriente y le señaló un libro, en cuanto lo movió la puerta empezó a abrirse dejando a la vista el largo pasadizo. Tomando de la mano a Candy entraron.
— Está muy oscuro Albert.
— Si, no te preocupes ahora enciendo, aquí está el interruptor y con este se cierra la puerta, vamos.
Llevaban unos cuantos metros y el pasadizo se amplió en una gran galería qué por lo visto era usada para guardar las cosa ya en desuso, muchos baúles, cuadros y algunos muebles... además empotrado en la pared había una puerta pequeña qué a simple vista no se veía, Candy iba atenta a todo y para sus costumbres no hablaba.
— ¿No tendrás miedo, verdad?
— No, pero qué haremos aquí, esto es muy grande y hay muchas cosas antiguas... ¿Qué abres? ¡Una caja fuerte! Entonces aquí guardaremos el broche. Aquí está
— Aquí estará seguro, aunque tú lo has guardado muy bien.
Candy con su curiosidad innata se puso a abrir los baúles, mientras Albert guardaba y buscaba algo en la caja fuerte.
— ¡Albert trajes antiguos! Cuantos adornos... ¡Mira este Albert, es precioso!
— No los había visto nunca, la verdad es que no he mirado ese baúl... Parecen que son... no puede ser jajaja, creo que ya podemos ir al festival de mayo, este será tu disfraz y este el mío, parece que era de mi abuelo y me quedará bien, el tuyo habrá que ajustarlo un poco creo que tía Alice lo podrá hacer.
— ¡¡Siiiiiii!!!! Qué gusto, aquí están los antifaces el tuyo es el azul y el mío el rojo, como mi vestido. ¿Son muy lujosos, no crees?
— Es que los trajes de Romeo y Julieta son así, no diremos nada será una sorpresa así nos podemos escapar en cualquier momento. Además ese día te tengo una sorpresa.
—¿Qué es? Anda dime...
— No, lo lamento princesa pero tendrás que esperar. Toma esto es para ti, era de mi abuela y quiero que lo tengas tú, dijo mientras le entregaba una hermosa cadena de oro blanco de la cual colgaba una curiosa y elaborada esfera de filigrana de plata de ley coranada con un por de alas que tenía algo en su interior otra esfera llena de trocitos de plata de diferentes tamaños que hacía qué sonara muy suavemente.
— Albert, me vas a hacer llorar es muy lindo.
— Te lo pondré, es un "llamador de Ángel" es como una pequeña campana y es para ti, por qué eres mi ángel princesa.
Candy no pudo más, abrazó a Albert entre lágrimas y le dijo ¡Te amo! nunca nadie a tenido tantos detalles conmigo. Lo tendré siempre conmigo y lo cuidaré mucho. Albert acarició su rostro enjugando sus lágrimas y comenzó a besarla muy lentamente, poco a poco aumentó el ritmo del beso... no querría terminar pero sabía que no debía continuar, él debía de cuidar de ella y así lo haría. Terminó el beso y beso su frente.
— Vámonos princesa, ya es tarde y hay muchas cosas que hacer. Además tengo que cambiarme de ropa para ver a la rectora y a la tía Elroy.
— ¿Irás a la mansión?
— No, al corporativo, ahí me espera y no puedo ir así. A la vuelta nos llevamos los disfraces.
Ya sin detenerse atravesaron el pasadizo y llegaron a una escalera, Albert giró una manivela y al punto se elevó algo sobre sus cabezas. Subió primero Candy y vio que el supuesto techo que se levantó era una cama.
— Wooooow Esto sólo lo he leído, jamás imaginé que fuera real ¡la cama calza perfectamente, nadie pensaría que es un suelo falso!
— Yo pensé lo mismo, puedes mirar lo que quieras mientras me cambio. Poupe estará en el jardín si lo quieres ver.
— Te espero fuera, y sin más besó a su novio y salió a recorrer el lugar.
****************
Neil estaba sentado en el jardín leyendo cuando ve a su hermana acercarse.
— Hola Neil, quería decirte que irás con Luisa al festival y quiero que vigiles a Candy y me digas si está con Terry.
— Eliza, dejarme tranquilo y busca otra pareja para tu amiga no pienso ir con ella, además no tengo intención de molestar a Candy.
— ¡Cobarde! Le prometí a Luisa que irías con ella no puedes dejarme mal.
— Tengo otro planes y no es culpa mía si te has comprometido con ella sin consultarlo conmigo.
— ¿Otros planes? Neil ¡Qué planes, si yo no te busco pareja irías sólo! Así que es mejor que aceptes a Luisa.
— Neil ya tiene pareja irá conmigo, así que puedes decirle a tu amiga que busque a otro. Nosotros tenemos nuestros propios planes.
— ¡Hola Paula! Qué alegría verte tan pronto. Te presento a mi hermana, creo que la conoces.
— Te estaba buscando... si la conozco y a su amiga también. Encantada ¿nos puedes dejar solos? Tenemos cosas que hablar.
— ¡Nadie me habla así! soy una Andrew y...
— Y por lo visto no te han enseñado modales. ¿Nos dejas solos?
— Ven Paula, vamos a otro lugar. Qué tengas un buen día Eliza.
— Maldito Neil, me las vas a pagar y esa estúpida también ¡Qué se cree! A mi nadie me ignora así... Ya vendrás a mi hermanito, te conozco muy bien y sé que necesitas de mi...
Ya lejos de ahí, Neil y Paula hablaban de lo ocurrido.
— Lamento haberme metido en tu conversación, pero te estaba buscando y oí todo.
— No te preocupes, mi hermana es así y cree que puede dominar a todo el mundo. Paula no asistiré al festival, con esta cara no tengo ánimos.
— Neil, es este fin de semana y quedan días, además ya está bajando la inflamación en todo caso podemos buscar algún disfraz que cubra tu cara.
— ¡Como no sea el fantasma de la ópera! No creo que más podría usar.
— Eso déjalo en mis manos, yo buscaré algo adecuado... así Eliza verá que no la hemos engañado.
— Eres muy amable, pero no me importa lo que diga Eliza.
— Puede ser, pero yo no me voy a perder este festival y tú tampoco.
*********************
Candy no dejaba de mirar a Albert, ese traje hacía que su novio se viese más varonil si fuese posible, nunca creyó que algún día vería a Albert con un traje así. Esperaba llegar pronto al colegio o le daría algo...
— Princesa me estás poniendo nervioso con tu escrutinio. – Albert sonrió al ver el rubor a Candy y continuó – Sé que me veo un poco raro, no me gusta usar traje pero hoy es necesario.
— No te ves raro Albert, sólo... mmmm es qué... Estás muy guapo y no me canso de mirarte...
— Gracias hermosa... tu estás preciosa y estoy deseando que llegue el festival para bailar contigo. Ya estamos aquí, cuando vuelva hablaré con Olivier, yo te avisaré, cuidate amor.
— Que tengas suerte con la tía abuela, la vas a necesitar.
— La suerte la necesitará ella princesa, no pasaré por alto lo que te hicieron.
— No fue culpa de ella, además ya se disculpó, sabes que los Leagan son muy realistas con sus engaños. No seas duro con ella, hazlo por mi.
— Eres un ángel - le dijo besándola - tengo que hablar con ella, entra primero tú así no unos ven llegar juntos.
*******************************
Ya era la hora de cenar cuando Albert y Candy llegaron al salón cargando un baúl.
— ¡¡William Albert Andrew!! Ese baúl está lleno de polvo y lo traes aquí... ¡Llevará siglos sin ver un plumero!
— Lo hemos limpiado lo mejor que hemos podido Alice. Pero no queríamos que se ensuciase lo que hay dentro, ayudanos.
— ¡Pero de dónde habéis sacado esto! No los había visto. Dejemos esto aquí y saca el baúl fuera. Los trajes de Romeo y Julieta ¡Son preciosos!
— Tía Alice, es un secreto. El jueves acompañaremos a las chicas y a mis primos, pero no diremos nada de nuestros disfraces. Hay que ajustar el mío.
— Si ya veo... mañana llamaré al modisto y que lo ajuste a tu medida, y el de Albert... no habrá problemas su anterior dueña era tan alto como él.
— Y tu tía Alice que disfraz usarás.
— Hija mía a mi edad, disfrutaré viéndolos a todos solo llevaré un antifaz. Ahora a cenar que está preparado.
— ¡Todo salió bien con tus reuniones Will!
— Si, Alice. A la rectora le quedó muy claro que no aceptaré ningún desaire con Candy.
— ¿Te reconoció?
— Si, en cuanto llegué, no esperaba que fuera yo quien asistiría. Espero que la cambien pronto... ya lleva muchas generaciones de Andrew bajo su rectorado. En cuanto a la tía Elroy, está muy avergonzada y me contó algo curioso.
— ¿Curioso? - Soltaron al unísono Candy y Alice
— Sí, que Neil fue esta mañana a contarle todo y que no sabía que tramaba su hermana. En fin, parece que se a dado cuenta de las intenciones de Sara y Eliza.
— Espero que sea así. ¿Y asistirá Elroy al festival?
— Tiene una cena con el gobernador... así que no hay nada que preocuparse.
Siguieron hablando de lo ocurrido dirán el día y Candy de su conversación con sus amigas... No había nada de que preocuparse, sólo ellas y Olivier sabían que ellos eran novios y guardarían el secreto. Acabada la cena, Albert se fue a ver los documentos del día mientras Candi y Alice llevaban los disfraces a otra habitación, para tenerlo preparado para el día siguiente.
********************
Ya en su casa Albert recordaba otra conversación... Al subir al auto cuando salió del colegio se topó frente a frente con Terry... Tenía que darle una explicación, sabía que Terry era un caballero digno de su confianza y podía decirle su secreto, no podía mentirle ni evadirlo, no llevaban mucho tiempo de amigos perto sabía que era un hombre leal y que en cierta forma lo comprendería ya que él también estaba en una situación parecida... el hijo rebelde del Duque y el rebelde patriarca de su clan. Y así fue... entre Terry y Albert se estrecharon más los lazos de amistad.
Continuará...
Enlace firma regalo.
https://www.elainecandy.com/t21715-pecocita-s-aporte-n-18-para-albert-y-candy-firma-regalo-directo-a-todas-las-lectoras-del-fic-nuestro-amor-lo-descubrimos-en-londres
Mis queridas amigas, aquí les dejo el capítulo 14 y un enlace para que descarguen una firma de recuerdo de este fic... Aún quedan capítulos y pueden estar seguras que lo terminaré, y como ya termina la GF lo subiré a FF para que lo puedan seguir. Un enorme abrazo a todas.
NUESTRO AMOR... LO DESCUBRIMOS EN LONDRES
CAPÍTULO 13
Elena se fue a su habitación estaba nerviosa y confusa, era una chica lista y no necesitaba mucho para darse cuenta de la situación. Venía de hablar con Olivier, ambos tenían mucha confianza y ella comprendía que Olivier no estaba enterado de muchas cosas, pero más que nada era por que habían sucedido después de hablar él con Albert. Nunca pensó que Sir William fuera tan joven y tampoco hubiese imaginado nunca el por qué Olivier conocía a Albert, ahora todo encajaba. ¡Albert es el jefe de Olivier! En tantos años que conocía a Olivier jamás pensó que él no fuera otra cosa que un maestro de arte... ahora lo veía diferente, pero eso no quitaba que siguiera enamorada de él, recordaba el día en que lo vio por primera vez en las calles de Suiza con su caballete y sus paletas de pintor, ella tropezó ¡y con su bolso le tiró sus óleos sobre el lienzo! Un desastre... Olivier simplemente le dijo al ver su cara ¡No te afijas, piensa que yo nunca hubiese logrado tal mezcla de color! La invitó a tomar algo y se vieron durante unos días, él le contó que venía a ver a su hermana y que era de Escocia. Luego lo vio en casa de su padre, se llevó una impresión al saber que su madrastra era la hermana de Olivier... Desde ese momento Olivier puso una distancia entre ellos, aunque siguieron siendo amigos, ahora nuevamente estaban sólos y serían unidos... Cuando entró en su habitación y vio Patty despertó de su sueño.
— Patty, disculpa me había olvidado que me estabas esperando y me entretuve con Olivier.
— No pasa nada ¿Te dijo algo el Sr. Sinclair?
— No mucho, pero creo que debemos de callar algunas cosas. ¿Qué piensas si la sra. Elroy sabe que Albert es novio de Candy?
— No le va a gustar... Pero no creo que a Candy le importe, por lo que sabemos la sra. Elroy no es la tutora de Candy, sino Sir William.
— Si, pero creo que sus primos no deben saber nada, en el festival debemos tratar de dejarles un poco libre ¿No crees? Así que debes distraer a Stear, según Candy es un chico muy inteligente y le gustan los inventos, tú puedes explotar todos eso temas... y también lo sacas a bailar.
— Elena... casi no lo conozco y...
— ¡Y nada! todo saldrá bien, no estarás sola sólo serán momentos para darles privacidad.
— Le dije a Stear que el jueves iríamos a comprar los trajes con Candy y dijo que nos acompañaría con Archie.
— Entonces mi querida Patricia empezarás el jueves a practicar tu ataque con Stear... Ahora creo que debemos buscarle pareja a Archie.
— No te preocupes Elena... recuerda que vendrá la srta Alice.
— Si no encontramos a otra... ya pensaremos. Ahora vamos a descansar. Hasta mañana Patty.
— Buenas noches Elena.
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Candy estaba en las nubes ¡Albert era simplemente maravilloso! Estaba segura que no podría dormir esa noche por tantas emociones... Pero no fue así, se durmió tan profundamente que tía Alice la tuvo que despertar.
— ¡Candy! Vamos despierta, vendrá Will y te encontrará aun en la cama.
— ¡Tía, es muy pronto aún tengo sueño! Y cubriéndose con su colcha se dio la vuelta y siguió durmiendo.
— Bien, Candy... Creo que le diré a William que venga despertarte, creo que ya llegó.
— ¿William, qué William?
— Tu novio querida... ¡Ya está aquí!
— ¡No! ¿¡Albert!? ¡Tía, por que no me has despertado antes! Exclamó tirando la colcha al suelo y levantándose de golpe.
— Vaya creo que ya sé cual es la palabra clave para sacarte de la cama... Tienes todo preparado para tu baño, si necesitas algo me avisas, la mucama subirá en unos minutos.
— Tía me asustó, iré al baño y no se preocupe no necesito mucama.
— Como quieras, estaré abajo.
Después del baño Candy se sentía nueva... había descansado mucho y aunque no llevó mucha ropa tardó un poco en decidirse que vestido ponerse, quería estar guapa y aunque nunca se había preocupado por eso antes ahora era diferente... quería que Albert siempre la viera linda. Lo peor fue su pelo, sus dos coletas eran muy prácticas pero ya no le gustaban tanto, a todos les gustó su pelo suelto pero no era para llevarlo así siempre.. y una coleta, podría probar era cómodo y ya estaba haciendo calor, por hoy le valía... ya era tarde y quería estar lista antes que llegase su Albert.
— Buenos días ¿Aún no ha llegado Albert?
— No, aun no. Estás preciosa Candy, por qué no lo esperas en la biblioteca no creo que tarde mucho.
— Es que quería ver cuando llegara tía.
— Jajaja Mi niña serás la primera en verlo, te lo aseguro. Cambia esa cara y ve a la biblioteca.
Sin preguntar más Candy se fue y esperó ahí mirando por la ventana sin distraerse, hasta que escuchó un crujido tras de ella. Se giró lentamente y se quedó queta al ver como una parte de la estantería se abría como una puerta, su sorpresa fue mayor al ver que entraba desde ese pasadizo el hombre de sus sueños.
— ¡Albert! - No dijo nada más y se lanzó a sus brazos.
— ¡Princesa! ¿Me esperabas amor? - le dijo mientras la recibía en sus brazos y la besaba.
— ¡ De dónde vienes!
— Después de desayunar te lo contare y lo verás tu misma. -Y acercándose a su oído le dijo: esta casa está llena de misterios...
— Ya veo... tanto la casa como sus dueños. La tía nos espera.
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A las 10 de la mañana Neil ya estaba esperando en la enfermería, hacía 10 minutos que había vuelto de hablar con la tía abuela. No es que fuese algo agradable lo que hizo pero se había quitado un peso de encima. Qué Eliza se las arregle ahora como quiera, ya no entrará más en su juego.
— Hola Neil, pasa. La hermana Margaret ya estará dentro. ¿Cómo te sientes? ¿Aún te duele la cabeza?
— Hola Paula, estoy mejor gracias.
— Buenos días hermana Margaret - dijeron los dos juntos.
— Buenos días Paula, Neil. Déjame ver tus heridas ¿Has pasado una buena noche?
— Mejor de lo que pensé, pera mañana ya estaré bien.
— Me alegra que te encuentres mejor. Paula ¿Lo quieres curar?
— Si, ya tengo todo preparado. Ven Neil, ponte en la camilla y no te muevas. Así, bien termino en un momento. ¡Perfecto, ya estás!
— Gracias, tienes unas manos de ángel. - En ese mismo momento se arrepintió de haberlo dicho. Estaba hablando para sí... y ahora ¿qué pensaría ella de él? Mejor sería irse enseguida.
— De nada, eres muy amable Neil.
— Muchas gracias a las dos, hasta otro día.
Paula quería acompañarlo, pero no le dio tiempo a reaccionar cuando Neil ya se había marchado... Ojalá y lo pueda ver en el recreo.
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Albert y Candy ya estaban nuevamente en la biblioteca
— ¿Preparada princesa?
— ¡Sí! Nunca he entrado por un pasadizo secreto y estoy ansiosa.
— Traes el broche Candy.
— Siempre lo tengo conmigo, así que ya nos podemos ir.
Albert la miró sonriente y le señaló un libro, en cuanto lo movió la puerta empezó a abrirse dejando a la vista el largo pasadizo. Tomando de la mano a Candy entraron.
— Está muy oscuro Albert.
— Si, no te preocupes ahora enciendo, aquí está el interruptor y con este se cierra la puerta, vamos.
Llevaban unos cuantos metros y el pasadizo se amplió en una gran galería qué por lo visto era usada para guardar las cosa ya en desuso, muchos baúles, cuadros y algunos muebles... además empotrado en la pared había una puerta pequeña qué a simple vista no se veía, Candy iba atenta a todo y para sus costumbres no hablaba.
— ¿No tendrás miedo, verdad?
— No, pero qué haremos aquí, esto es muy grande y hay muchas cosas antiguas... ¿Qué abres? ¡Una caja fuerte! Entonces aquí guardaremos el broche. Aquí está
— Aquí estará seguro, aunque tú lo has guardado muy bien.
Candy con su curiosidad innata se puso a abrir los baúles, mientras Albert guardaba y buscaba algo en la caja fuerte.
— ¡Albert trajes antiguos! Cuantos adornos... ¡Mira este Albert, es precioso!
— No los había visto nunca, la verdad es que no he mirado ese baúl... Parecen que son... no puede ser jajaja, creo que ya podemos ir al festival de mayo, este será tu disfraz y este el mío, parece que era de mi abuelo y me quedará bien, el tuyo habrá que ajustarlo un poco creo que tía Alice lo podrá hacer.
— ¡¡Siiiiiii!!!! Qué gusto, aquí están los antifaces el tuyo es el azul y el mío el rojo, como mi vestido. ¿Son muy lujosos, no crees?
— Es que los trajes de Romeo y Julieta son así, no diremos nada será una sorpresa así nos podemos escapar en cualquier momento. Además ese día te tengo una sorpresa.
—¿Qué es? Anda dime...
— No, lo lamento princesa pero tendrás que esperar. Toma esto es para ti, era de mi abuela y quiero que lo tengas tú, dijo mientras le entregaba una hermosa cadena de oro blanco de la cual colgaba una curiosa y elaborada esfera de filigrana de plata de ley coranada con un por de alas que tenía algo en su interior otra esfera llena de trocitos de plata de diferentes tamaños que hacía qué sonara muy suavemente.
— Albert, me vas a hacer llorar es muy lindo.
— Te lo pondré, es un "llamador de Ángel" es como una pequeña campana y es para ti, por qué eres mi ángel princesa.
Candy no pudo más, abrazó a Albert entre lágrimas y le dijo ¡Te amo! nunca nadie a tenido tantos detalles conmigo. Lo tendré siempre conmigo y lo cuidaré mucho. Albert acarició su rostro enjugando sus lágrimas y comenzó a besarla muy lentamente, poco a poco aumentó el ritmo del beso... no querría terminar pero sabía que no debía continuar, él debía de cuidar de ella y así lo haría. Terminó el beso y beso su frente.
— Vámonos princesa, ya es tarde y hay muchas cosas que hacer. Además tengo que cambiarme de ropa para ver a la rectora y a la tía Elroy.
— ¿Irás a la mansión?
— No, al corporativo, ahí me espera y no puedo ir así. A la vuelta nos llevamos los disfraces.
Ya sin detenerse atravesaron el pasadizo y llegaron a una escalera, Albert giró una manivela y al punto se elevó algo sobre sus cabezas. Subió primero Candy y vio que el supuesto techo que se levantó era una cama.
— Wooooow Esto sólo lo he leído, jamás imaginé que fuera real ¡la cama calza perfectamente, nadie pensaría que es un suelo falso!
— Yo pensé lo mismo, puedes mirar lo que quieras mientras me cambio. Poupe estará en el jardín si lo quieres ver.
— Te espero fuera, y sin más besó a su novio y salió a recorrer el lugar.
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Neil estaba sentado en el jardín leyendo cuando ve a su hermana acercarse.
— Hola Neil, quería decirte que irás con Luisa al festival y quiero que vigiles a Candy y me digas si está con Terry.
— Eliza, dejarme tranquilo y busca otra pareja para tu amiga no pienso ir con ella, además no tengo intención de molestar a Candy.
— ¡Cobarde! Le prometí a Luisa que irías con ella no puedes dejarme mal.
— Tengo otro planes y no es culpa mía si te has comprometido con ella sin consultarlo conmigo.
— ¿Otros planes? Neil ¡Qué planes, si yo no te busco pareja irías sólo! Así que es mejor que aceptes a Luisa.
— Neil ya tiene pareja irá conmigo, así que puedes decirle a tu amiga que busque a otro. Nosotros tenemos nuestros propios planes.
— ¡Hola Paula! Qué alegría verte tan pronto. Te presento a mi hermana, creo que la conoces.
— Te estaba buscando... si la conozco y a su amiga también. Encantada ¿nos puedes dejar solos? Tenemos cosas que hablar.
— ¡Nadie me habla así! soy una Andrew y...
— Y por lo visto no te han enseñado modales. ¿Nos dejas solos?
— Ven Paula, vamos a otro lugar. Qué tengas un buen día Eliza.
— Maldito Neil, me las vas a pagar y esa estúpida también ¡Qué se cree! A mi nadie me ignora así... Ya vendrás a mi hermanito, te conozco muy bien y sé que necesitas de mi...
Ya lejos de ahí, Neil y Paula hablaban de lo ocurrido.
— Lamento haberme metido en tu conversación, pero te estaba buscando y oí todo.
— No te preocupes, mi hermana es así y cree que puede dominar a todo el mundo. Paula no asistiré al festival, con esta cara no tengo ánimos.
— Neil, es este fin de semana y quedan días, además ya está bajando la inflamación en todo caso podemos buscar algún disfraz que cubra tu cara.
— ¡Como no sea el fantasma de la ópera! No creo que más podría usar.
— Eso déjalo en mis manos, yo buscaré algo adecuado... así Eliza verá que no la hemos engañado.
— Eres muy amable, pero no me importa lo que diga Eliza.
— Puede ser, pero yo no me voy a perder este festival y tú tampoco.
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Candy no dejaba de mirar a Albert, ese traje hacía que su novio se viese más varonil si fuese posible, nunca creyó que algún día vería a Albert con un traje así. Esperaba llegar pronto al colegio o le daría algo...
— Princesa me estás poniendo nervioso con tu escrutinio. – Albert sonrió al ver el rubor a Candy y continuó – Sé que me veo un poco raro, no me gusta usar traje pero hoy es necesario.
— No te ves raro Albert, sólo... mmmm es qué... Estás muy guapo y no me canso de mirarte...
— Gracias hermosa... tu estás preciosa y estoy deseando que llegue el festival para bailar contigo. Ya estamos aquí, cuando vuelva hablaré con Olivier, yo te avisaré, cuidate amor.
— Que tengas suerte con la tía abuela, la vas a necesitar.
— La suerte la necesitará ella princesa, no pasaré por alto lo que te hicieron.
— No fue culpa de ella, además ya se disculpó, sabes que los Leagan son muy realistas con sus engaños. No seas duro con ella, hazlo por mi.
— Eres un ángel - le dijo besándola - tengo que hablar con ella, entra primero tú así no unos ven llegar juntos.
*******************************
Ya era la hora de cenar cuando Albert y Candy llegaron al salón cargando un baúl.
— ¡¡William Albert Andrew!! Ese baúl está lleno de polvo y lo traes aquí... ¡Llevará siglos sin ver un plumero!
— Lo hemos limpiado lo mejor que hemos podido Alice. Pero no queríamos que se ensuciase lo que hay dentro, ayudanos.
— ¡Pero de dónde habéis sacado esto! No los había visto. Dejemos esto aquí y saca el baúl fuera. Los trajes de Romeo y Julieta ¡Son preciosos!
— Tía Alice, es un secreto. El jueves acompañaremos a las chicas y a mis primos, pero no diremos nada de nuestros disfraces. Hay que ajustar el mío.
— Si ya veo... mañana llamaré al modisto y que lo ajuste a tu medida, y el de Albert... no habrá problemas su anterior dueña era tan alto como él.
— Y tu tía Alice que disfraz usarás.
— Hija mía a mi edad, disfrutaré viéndolos a todos solo llevaré un antifaz. Ahora a cenar que está preparado.
— ¡Todo salió bien con tus reuniones Will!
— Si, Alice. A la rectora le quedó muy claro que no aceptaré ningún desaire con Candy.
— ¿Te reconoció?
— Si, en cuanto llegué, no esperaba que fuera yo quien asistiría. Espero que la cambien pronto... ya lleva muchas generaciones de Andrew bajo su rectorado. En cuanto a la tía Elroy, está muy avergonzada y me contó algo curioso.
— ¿Curioso? - Soltaron al unísono Candy y Alice
— Sí, que Neil fue esta mañana a contarle todo y que no sabía que tramaba su hermana. En fin, parece que se a dado cuenta de las intenciones de Sara y Eliza.
— Espero que sea así. ¿Y asistirá Elroy al festival?
— Tiene una cena con el gobernador... así que no hay nada que preocuparse.
Siguieron hablando de lo ocurrido dirán el día y Candy de su conversación con sus amigas... No había nada de que preocuparse, sólo ellas y Olivier sabían que ellos eran novios y guardarían el secreto. Acabada la cena, Albert se fue a ver los documentos del día mientras Candi y Alice llevaban los disfraces a otra habitación, para tenerlo preparado para el día siguiente.
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Ya en su casa Albert recordaba otra conversación... Al subir al auto cuando salió del colegio se topó frente a frente con Terry... Tenía que darle una explicación, sabía que Terry era un caballero digno de su confianza y podía decirle su secreto, no podía mentirle ni evadirlo, no llevaban mucho tiempo de amigos perto sabía que era un hombre leal y que en cierta forma lo comprendería ya que él también estaba en una situación parecida... el hijo rebelde del Duque y el rebelde patriarca de su clan. Y así fue... entre Terry y Albert se estrecharon más los lazos de amistad.
Continuará...
Enlace firma regalo.
https://www.elainecandy.com/t21715-pecocita-s-aporte-n-18-para-albert-y-candy-firma-regalo-directo-a-todas-las-lectoras-del-fic-nuestro-amor-lo-descubrimos-en-londres
cómo fue esa conversacion entre Albert y Terry, quedo anciosa a su espera.