COMANDO PECOCITA'S
Lo prometido es deuda, aquí va el capítulo 3
NUESTRO AMOR... LO DESCUBRIMOS EN LONDRES
CAPÍTULO 3
¡Esa maldita huérfana! Pero ya verá todas las cosas que tengo preparadas para ella. Ven Neil, no te quedes ahí tenemos que preparar algo. Afortunadamente para Eliza, no había nadie en el colegio a esa hora, por tanto seguía siendo "la señorita distinguida" a los ojos de los demás. Confiada en lo que había planeado con su madre, para borrar a Candy de su camino. Ahora más que nunca debían hacerlo, Candy con el apellido Andrew podría llegar a ser el partido perfecto para el hijo del Duque.
Y hablando en voz alta dijo: - Pero si ella no está, pasaría ser yo la única Andrew, que podría emparentar con un noble. Ay mamá ¡Cuándo te enteres de las novedades!
Candy y Terry se dirigieron a sus respectivas habitaciones, y Candy comenzó a hacer los deberes que aún no había terminado.
- Ufff, que cansancio, esto no lo entiendo ¡El álgebra no fue hecho para mi!
¡¡Patty, llega pronto tengo que terminar esto!! Y como si hubiese pedido un deseo escucho el suave toque de su amiga.
- ¡¡Por fin!! Rápido Patty, esto es urgente ¡¡No puedo con esto y el examen es mañana!!
- Jajajaja, ¡Buenas tardes Candy! ¿Cómo estuvo tu visita al zoológico? Dice su amiga graciosamente, ya que sabe que Candy está en un problema difícil, ya que ella misma tardó en resolverlo.
- ¡Patty ahora no! Ahhhh está bien Patty, me fue bien, no sólo vi a mi amigo, sino que también a Terry Grandchester; se conocieron hace unos días y estaba de visita. Si oyes algún rumor, te diré que Terry me trajo hasta aquí. Ahora después de terminar con esto, te cuento los detalles que faltan. ¡Así que manos a la obra!
No fue mucho lo que tardaron, y Candy le contó todo a su amiga.
- Así que Albert, me prometió que vendría al festival ¿Que te parece?
- Que te veo muy contenta e ilusionada, creo que es algo más que un amigo, dices que es agradable y te brillan los ojos cuando hablas de él, ¿Candy, te gusta tu amigo?
Candy se quedó con los ojos muy abiertos ante las palabras de su amiga... a ella ¿ Le gustaba Albert? ¡No es un amigo, su amigo, el que la ha defendido y cuidado desde que la conoció!
Viendo la cara de perplejidad de Candy, Patty, trató de explicarse mejor.
- Lamento haberte incomodado, pero es que hablas con tanta pasión de él. ¿No te habías dado cuenta?
- Cuenta de qué. Dice tratando de sonar tranquila aunque se siente en ese momento muy confundida.
- Candy... Me podrías contar como es tu amigo ¿Físicamente?
- Si, claro, pero para qué...
- Quiero hacer un experimento y que tú me ayudes, pronto veremos si es verdad o no. Dice Patty con seriedad, colocándose bien sus gafas.
Y tomando un poco de aire Candy empezó su descripción.
- Albert es alto, más que Terry para que te hagas una idea, es mayor que yo, tiene un cabello rubio muy claro, su piel es blanca, se ve suave y tersa, su cuerpo es muy atlético, como si entrenara para mantener ese físico de un Adonis
-¿ Un Adonis? pregunta Patty por la comparación.
- Si, lo vimos el otro día en clase, la perfección de la escultura.
- Ah, claro, sigue...
- Tiene los ojos claros, profundos, sé que son azules aunque aún no los he podido ver bien (por un momento sale Candy de su embelesamiento para decirle a Patty, que está sonriente de oírla) usa gafas oscuras ¿Sabes? Por lo visto el sol le hace daño, de niña se los vi cuándo me salvó de la cascada, pero no se si fue mi imaginación, ya que el recuerdo que tengo de sus ojos, se que los he visto antes o es que mi mente los vio en él, su sonrisa es franca, transparente, tiene un porte que lo hace ver muy seguro de si mismo. Te podría decir más cosas pero ya te lo presentaré y lo verás mejor, dijo Candy un poco turbada ya que se dio cuenta que su explicación de como era Albert, fue demasiado explícita.
- No te preocupes me ha sobrado con lo que has dicho, ahora ¿Como ves a Terry?
- ¿A Terry? ¡Que tiene que ver él!
- ¡Candy, es un experimento! Hay que hacerlo bien.
- Bueno Terry es guapo, tiene unos ojos bellos, cabello castaño, alto, una sonrisa agradable, aunque es un poco arrogante.
- Ya, está bien, el experimento se acabó. Y el resultado es: Te agrada Terry, pero creo amiga que no te gusta Albert...
-Ahhhhhh suspira Candy.
- No, no te gusta ¡Estás enamorada de él!.
-¡Queeeeeeé!
- No te das cuenta Candy, todo lo que has dicho de él, cómo lo has dicho, si parecías que estabas soñando. Te caía la baba Candy, Annie te dirá lo mismo. Al hablar de Terry te bastaron 3 palabras. Termina Patty con aire triunfante.
- Patty y dónde leíste ese experimento, pregunta una Candy aun pensativa.
- No lo he leído, son clases de sabiduría, es lo que siempre me dice la abuela Marta, son sus palabras, si hablas de un chico con suspiros y comparaciones, brillos en tus ojos..... Bueno ya sabes cómo lo has demostrado ahora tú jajajaja.
- Esto no es para reírse Patty.
- Tampoco para llorar! Debe de ser lindo el amor! Ahhhhh. Pero no te pongas así, por lo que me has dicho él también te ve diferente.
- ¡Pero qué voy hacer ahora cuándo lo vea!
- Nada, tú sigue igual
- Sí claro como si fuera tan fácil, después de todo lo que me has
dicho ¿y si fuera verdad tu experimento?
- ¿Lo dudas? Ya te darás cuenta por ti misma. Me voy no quiero que la hermana Margaret me llame la atención, ya es tarde, descansa.
- Hasta mañana Patty.
************
Terry en su habitación pensaba en lo que había adelantado con Candy, seguro que en estos precisos momentos estaba pensando en él, en la manera en que la defendió, no fue una actuación, no a él le salio del corazón defenderla ¡Cómo no hacerlo si esa estúpida pelirroja era una verdadera víbora! Ensañarse con alguien tan inocente, no eso no es de personas normales.
- Candy, si supieras cómo estás entrando en mi corazón... ¡¡Lucharé por ti!! Si, eso voy hacer. La tengo cerca, la puedo ayudar más que Albert en estos momentos. Y pensando en ella en su dulce sonrisa su durmió.
**********
Albert después de su trabajo se fue a su casa, pensaba en todas las noticias del día, tenía que proteger a Candy, su Candy. - ¡¡Pequeña, cuánto has cambiado en unos meses!! Tu aire de niña ya no esta, aunque tu sonrisa traviesa la hace vislumbrar un poco jajaja. ¡Me diste el más lindo abrazo que no recibía en años! Candy, no se que me pasa, esto no puede ser, no he dejado de pensar en ti, tu aroma lo llevo impregnado en mi.
- Tengo que prepararme para hablar con George. Dijo mientras observaba su casa, ese era su refugio, un lugar dónde nadie lo podía encontrar, sonreía al pensar que ni si quiera la tía abuela sabía de su existencia, era una herencia de su abuelo materno, aún recordaba cuándo se la regaló, nadie debía de saber de ella, el secreto debía pasar de heredero a heredero. La casa no era grande y era más bien una cabaña, pero mayor que la de Lakewood, con más comodidades. Perfecta para sus necesidades.
- ya es hora que veamos qué nos ha preparado George.
Se dirigió hasta la cama, pulsó un pequeño botón que era apenas visible, esto era lo que más le gustaba... Elevándose la cama se levantaba una trampilla que daba acceso a una escalera que llevaba a un pasadizo secreto, recordó la primera vez que bajó por ahí con su abuelo, él sólo había hecho unos pequeños cambios, en lugar de los faroles de gas, puso luz eléctrica era algo mucho más cómodo pensó.
- Algún día se lo enseñaré a Candy, espero que no le de miedo, la llevaría de la mano para darle valor. Decía con una sonrisa.
Aquél pasadizo había salvado a mucha gente, ahora sólo era un paso que conectaba la cabaña, con la gran mansión de su abuelo, estaba retirada de la ciudad y le daba cierto aire campestre, tampoco los Andrew conocían este lugar, ya que su abuelo vivió en el centro de Londres, cuando estaban ahí y ahí vivió su madre antes de casarse. Así que este lugar era perfecto para llevar los negocios, nadie conocía al dueño, sólo dos personas George y una mujer.
George había ido temprano a dejar unos documentos, así lo hacía siempre, lo dejaba todo preparado, luego Willian lo revisaba daba su autorización, lo firmaba o denegaba la petición, él volvía al día siguiente para llevárselos nuevamente. Generalmente, no se veían a no ser por algo realmente serio como este caso. Aún faltaba una hora para las diez de la noche cuando se corrió una estantería de la biblioteca.
Con su habitual sonrisa, vio lo ordenado que estaba todo, ella era así, siempre le tenía todo preparado, salió de la biblioteca para irse a su habitación cuando la vio.
- ¡Alice!
- Will ya estás aquí mí...
Pero no pudo terminar, él la abrazaba con infinita ternura.
Continuará.... muajaaaajaa
Última edición por Nerckka el Lun Abr 04, 2016 3:32 pm, editado 1 vez