AL BORDE DE LA LOCURA
CAPITULO 2
Sintio que iba cayendo en un abismo profundo, por un momento no pudo respirar, moverse, gritar, no pudo hacer nada mas que caer profundamente. El miedo que sintió fue tanto que cerro los ojos esperando lo peor.
Abrio los ojos. El reloj marcaba las 12. Levanto la vista al cielo que tornado de color violeta le recordaba mas un atardecer que un mediodia, un viento agradable acaricio su rostro y un aroma a fresas silvestres le abrio un poco el apetito. Miro el reloj nuevamente, ahora eran las 12 menos 5... no, debio haber visto mal, hacia unos minutos eran las 12... y ahora... ahora eran las 11:55...no, 11:54...
Sacudio la cabeza intentando enfocarse en el reloj y entonces vio que las manecillas iban a la inversa y cada minuto era uno menos y cada segundo se restaban a los minutos, a las horas,.. el sol comenzaba a salir y el cielo a oscurecer...
Algo no estaba bien en su cabeza, tal vez el golpe.
Miro alrededor, no estaba en el mismo sitio en el que habia chocado… porque habia chocado ¿cierto? Se levanto y sacudió su ropa e intento ubicarse. No, no era el mismo sitio, ni siquiera se le hacia conocido, a lo lejos vio al conejo por el cual habia tenido el accidente. Sonrio…
Seguramente he llegado al país de las maravillas. –se dijo recordando aquel cuento que alguna vez habia escuchado de los labios de su madre. O habría sido de los labios de su nana? Ahora que lo recordaba su madre nunca le habia contado un cuento. Entonces porque cuando se sintió desvalido corrió a sus brazos?
Por primera vez comenzaba a cuestionarse el hecho de haber reaccionado de una manera un tanto infantil.
- Bah, tal vez habría sido mejor que ellas no se hubieran metido, si ese hubiera sido el caso no hubiera hecho tal ridículo.
Empezo a caminar sin rumbo fijo, solo quería caminar un poco antes de intentar volver a casa, fue entonces que escucho una canción conocida para el.
- Es una gaita. Debo estar cerca de la casa de los Andrew. –
Sin pensarlo camino hasta donde se escuchaba el sonido… era una melodía tan repetitiva que sin darse cuenta al poco tiempo comenzó a silbarla. Camino entre los arboles primero tranquilamente pero luego de unos metros el paso se le hizo mas lento y los arboles se convirtieron en arbustos que simplemente no le permitían el paso. Su silbido se convirtió en jadeo, quiso volver pero vio que atrás los arboles habian desaparecido asi como el camino que supuestamente habia seguido. La música continuaba.
- Necesitas ayuda?
- Claro que necesito ayuda, que te estas pensando, anda baja de ahí y… -sus ojos se abrieron grandemente al darse cuenta que unos ojos entre las hojas le veian mientras una sonrisa se asomaba de un rostro muy conocido para el… - Que haces aquí? Tu no debes estar aquí…
- Necesitas que te ayude o no?
- Tu estas… tu estas muerto…
- Bueno, si no quieres mi ayuda.
- Estoy muerto? Mori en el accidente?
- No se de que hablas, yo solo pasaba por aquí y te vi caminar entre los arbustos.
- Pero...
- Supuse que tambien tenias problemas, veras yo tuve un problema técnico estaba volando y entonces.
- Te mataron, te mataron en la guerra.
- Guerra? Cual guerra?
- Debo estar alucinando o … si, tal vez si mori y ahora.
- Ya va a ser hora de que llegue la noche asi que si no quieres mi ayuda mejor me voy.
- No espera…
- Lo siento ya se me hizo tarde, nos vemos luego… suerte con los arbustos.
- Hey, no, no te vayas, espera…
Ya era tarde, el chico de lentes habia partido de la misma manera que habia llegado, simplemente habia desaparecido en lo alto de aquel árbol. Neal se quedo observando el cielo, habia oscurecido aun cuando el sol brillaba en algún lugar lejano de aquel lugar. Tuvo ganas de llorar pues si estaba muerto como pensaba, no habia tenido oportunidad de arrepentirse o arreglar su vida antes de hacerlo.
La música se habia ido con el chico de lentes y con el dia que al parecer habia terminado.
Continuara…