CAPITULO 4
- Bieeeeeeen la sesión está por comenzar… atención, atención… -dijo Archie en voz alta, mientras George observaba su reloj.
- Yo pido mano… -grito Terry levantándose de su lugar.
- Ya te dijimos que no mil veces!!! –grito Archie molesto. – La mano le toca a Stear.
- Si, así es, la mano me toca a mí y por eso voy a hablar. He inventado una bola de cristal que nos guiara.
- Mis rosas, mis rosas se están poniendo rojas otra vez! –dijo Anthony acongojado importándole poco lo que Stear estuviera diciendo.
- Alguien quiere otro trago, hic –el sr. Garcia alzaba la botella ofreciendo del licor que parecía ser interminable.
- Basta!!! –grito Neal haciendo que todos voltearan a verlo… -se puede saber que demonios esta pasando aquí? Como es que llegue a este sitio?
- Caminando? –cuestiono Archie.
- Volando? –pregunto Stear.
- O tal vez saltando. –dijo George.
- Porque no hablan claro, acaso están…están… locos?
- Claro, claro, aquí todos estamos locos. –dijo Terry sonriente. – es solo que apenas lo ves y la culpa no la tengo yo o el o aquel.
- Claro, asi es y es hora de poner todo sobre la mesa. –dijo George.
- Saquen todo lo que traigan en los bolsillos!!! –clamo Eliza.
De inmediato todos vaciaron sus bolsillos, dejando a la vista una serie de objetos que para Neal no significaban nada, pero que al parecer para ellos si.
- Aquí están las joyas de mi madre, siempre he creido que si no las hubiera usado aquel dia yo no hubiera…
- Tranquilo Anthony, tranquilo… yo tengo aquí una soga, debi haber atado aquel dia la canoa.
- Yo tengo aquí los tornillos de mi auto.
- Ah, yo solo tengo esta botella, una llena de recuerdos.
- Esta es la orden que me encomendaron… fue difícil, muy difícil.
- Yo, tengo cartas.
- Yo tengo aquí mi harmónica, pero ya no quiero tocarla más.
- Se puede saber que demonios es esto?
- Tu que tienes Neal?
- Que tengo, no tengo nada…
- Claro que tienes hermanito, anda, mira tu bolsillo.
Neal metio la mano a su bolsillo y entonces sintio un objeto, lo saco, abrió la mano y vio un anillo de brillantes, no, no era cualquier anillo, era aquel que le iba a dar a Candy por su compromiso.
- Te lo dije… todos están aquí por la misma razón, debemos derrocar a la reina de corazones.
- Queeee??
- Vamos a cortarle la cabeza!!! Vamos a cortar de un tajo su rubia y alborotada cabeza!!!
- Yo pido mano!!
- Ya te dijimos que las manos son de Stear, a ti te toca el corazon.
Comento Archie, quien con sombrero en mano tranquilamente guardaba la soga con la cual Candy alguna vez lo habia salvado de mojarse.
Continuara…