Capitulo 2: Perdiendo la imaginación
Claro que, la noche anterior, se habían seguido escuchando, pero habían decido echarle la culpa al alcohol y, por lo mismo, ignorarla. A la mañana siguiente, desperezándose, cada uno, en su cama, no se acordaban de lo sucedido(o a lo mejor si, y prefirieron ignorarla). Pero los planes que se estaban maquinando en sus cabezas se desperezaron y comenzaron a esculcar en la cabeza del otro; esa fue la fuente de electricidad que lo despertó a su realidad, acordándose de lo sucedido anoche, de lo que había pasado.
Decidieron seguir ignorándola, pero ahora era simplemente imposible. Las maquinaciones del otro, los pensamientos extraños, los signos de locura que decían tener…. Cada cosa, podían escucharla.
-¿Qué está pasando?- dijo uno
-Eso quiero saber-respondió el otro
Ambos llegaron a la conclusión de que estaban viviendo en uno de esos episodios de alguna novela, donde dos individuos habían ocupado el cuerpo del otro y, de inmediato, se echaron a correr en busca de un espejo. Pero no. Estaban en sus cuerpos, se aseguraron de ello, primero palpando su cara y, luego, el resto de su cuerpo, haciendo algún tipo de comprobación de si mismos, para luego burlarse de sus acciones y pensamientos absurdos. Con esa sonrisa ronca que poseían cada uno.
-Aun tengo alcohol en mis venas, a lo mejor es eso- pensaron en conjunto, al momento que escuchaban una especie de eco en sus cabezas, cosa que no pasaron desapercibida.-Definitivamente tengo que dejar el alcohol.
-Eres un borracho- se mofo el moreno, inocente de lo que había pensado, como una especie de autocritica para sí.
-¿Quién eres?-se animo a preguntar el actor, como un tanto vacilante ante lo pensado y creer escuchado.
-¿Dime tu quien eres?-con un gesto que usaría si hubiera estado una persona delante suyo.
-Soy Terry
-¡No me jodas!-se irrito el moreno, asegurándose de que todo aquello era una maldita pesadilla, de la que pronto quería despertar.
-¿Cómo dices?-hablando con la nada, al menos eso decía el espacio vacío en su habitación-¿Acaso nos conocemos?- un tanto irritado con la voz en su cabeza. Rio al pensar en eso.
-No soy solo una voz en tu…Tù eres la v…¡Como sea!- con un gesto de rechazo que hizo su mano, como si hubiese estando quitando algo que le estorbara. Estaba perdiendo la razón-Bueno, como sea. Es solo una pesadilla, una maldita pesadilla.-lo pensó y lo dijo en voz alta, como si alguien, aparte de la persona dentro de su cabeza, estuviera en aquel espacio atestado de objetos inanimados.
-¿Por qué no respondes a mi pregunta?-un tanto irritado por lo pensado o…¿escuchado? Ya no sabía como llamarle a…eso.-¡Contéstame!
-¿Acaso no me reconoces, Grandchester?-mofándose de su ante rego, quien había escogido el nombre de la persona que mas odiaba.
-Ni que te estuviera viendo-fue lo que dijo mientras masajeaba el puente de su nariz.
-Bueno, soy Neal Leagan-con esa arrogancia y esa altanería que siempre lo han caracterizado, dijo su nombre en pensamiento.
-No, esto debe ser una pesadilla…
-Lo es-lo interrumpió-debe de serlo; nada de esto es real.
-Definitivamente-coincidieron.
Pero pronto se dieron cuento que no era asi. Los días pasaban, y ese extraño acontecimiento continuaba, afectando de una manera u otra su día a día. A Terry, las fanfarronearía de Leagan, no lo dejaban concentrar en los ensayos, por el simple motivo que debía de escucharlo aunque no quisiera; por su parte, a Neal, lo afectaba en los negocios: no podía cerrar un contrato, por que algunas palabras que creía pensar-y la cual dicho pensamiento era de Terry-las decía: dejando boquiabierto a mas de uno en las reuniones o en la privacidad.
Ninguno había podido concebir el sueño, eso era algo aun mas peligroso e importante que todo. A pesar que había pasado apenas unos dos meses, coincidían con la absurda idea de visitar un psiquiatra, que lo ayudase a convivir con aquellas “voces” que pretendía ser “su enemigo”.
*-*-*-*
La idea de visitar al especialista, como era de esperarse, la desechaban al momento, porque siempre se decían que todo esa paranoia se iría como llegó: sola, y asi se les quitaría. A lo mejor estos dos personajes no eran tan distintos, a lo mejor era por ello que ninguno de los dos se soportaba, aunque uno fuese más mimado que el otro.
La cordura comenzaba a afectarle, por rato pensaban y se aseguraban que tenían un trastorno de psicológico, y por otro no estaban muy convencidos.
La falta de sueño y de una buena alimentación, los hacían alucinar: estaban convencido de verse y por ello se insultaban para al rato no tener fuerza ni siquiera para eso. La falta de sueños, de trabajo, de alguna actividad que los ayudase a recatarse de aquel poso donde se habían caído sin saber cuándo, prevaleciera.
-Hey,Leagan-dijo el actor, tirado en el suelo y con la cabeza apoyada en la pared, mientras apenas veía su reflejo en el espejo que fungía como pared- No sé porque me ha pasado esto, no sé si le has pagado a algunos de los idiotas que antes trabajaba conmigo para que me echara algo en la bebida y empezara con estas alucinaciones…No estoy seguro de nada. Solo que…que…
-Creo que me estoy volviendo loco-dijo un Neal resignado, mientras pasaba sus manos por su moreno rostro y comenzaba a bostezar-.Ya esto está fuera de control-sintiendo el pinchazo de la aguja en su brazo, quedó dormido al instante, mientras que Terry intentaba sobrellava su vida.
*-*-*-*
Habían sido sorprendido hablando solos con las paredes o algún otro objeto; habían sido criticados y sido punto de burlas tanto de sus allegados como si no; también les ofrecieron ayuda, cosa que, por supuesto, se negaron a tomar, por cuestiones de orgullo.
Fueron días sufribles para ellos, una pesadilla traída a su día a día; un castigo de la vida misma, como si ya no hubiera sido suficiente con no poder tenerla a ella.
*-*-**-*
Fue en uno de esos días cualquiera, donde se hallaban confinados en sus aposentos, internos en sus pensamientos-o conversando el uno con el otro-,delirando-o compartiendo anhelos-, cuando Neal creyó escuchar y, por lo tanto, le hizo saber sus suposiciones al actor, que la familia Leagan habían sido invitado a la fiesta de compromiso de Albert.
-Si es la fiesta de Albert, entonces…-pensó uno-Estará ella-pensó e interrumpió el otro.-Ella, la culpable-dijeron los dos al unisonó-La que está en medio de toda esta locura: la Reina de mis pasamientos…La que debe también finalizarlo.-con un sus rostros hinchados de felicidad que solo poseía un niño que celebra haber sido liberados de algún duro castigo, se levantan del piso y comienzan a dar saltos de verdadera felicidad.
Continuara...
Última edición por igzell el Lun Abr 17, 2017 2:43 pm, editado 4 veces