Adagio de un amor anhelado
(Monologo Terry)
(Monologo Terry)
Entonces la vi, tan hermosa… tan brava… tan infantil.
En aquel lugar frio y oscuro ella iluminaba con su presencia
Ella no me vio, pues estaba concentrada en su libro
Pero yo me deleitaba al verla… tan concentrada
Quise hablarle, pero ¿Qué le iba a decir?... ¿Qué la extrañaba?... ¿Qué me perdonara por no buscarla?
Fui cobarde y preferí verla de lejos, y llenarme con sus ojos… con sus risos… con sus pecas
Candy amor mío, tal vez en otra vida volvamos a coincidir. . .
Al llegar a casa
Vuelve el pensamiento y me arrepiento, ¿será que tu presencia me transforma en un cobarde?
En el fondo yo sé que no quise lastimarte, pero no supe que hacer en aquel momento, preferí dejarte ir, tenía que cumplir un estúpido compromiso que yo mismo me puse sin condiciones. Esa decisión me quema por dentro, día a día camino en el infierno por recordar aquel momento en que te fuiste, esa noche tan helada…
El frio de esa noche aún vive en mi corazón, y en algunas noches me pierdo en tus recuerdos que me queman por dentro, es como si el diablo se metiera en mi cama.
¿Por qué no te pude detener? ¿por qué? … Si aún teníamos pendiente tantas cosas, el estreno, viajar, vivir juntos, caricias.
¡Oh, Terry, Terry! por qué no puedes decirle cuanto la amas? Desaprovechaste la oportunidad… tan solo debí decirle que el dejarla ir fue una tontería, que me deje llevar por un arranque de “responsabilidad” …
Candy, amor, quisiera contarte que muchas veces me he soñado junto a ti… Estoy en el Puerto de Southampton y de repente apareces tú, con un vestido rojo y tus rizos al viento corro hacia ti y te confieso que solo tú eres la dueña de mi corazón, solo tu entiendes mis largos silencios, conoces mis secretos, mis gestos fingidos y naturales, te confieso que yo solo quiero estar contigo, entregarme a ti, cuidarte, amarte, adorarte y darte todo mí amor.
¡Oh, pecosa! si supieras todo lo que yo te he confesado en mis sueños, por ejemplo, te confieso que nadie mejor que tú para hacerme vivir, que tienes ese don de darme la tranquilidad, de saberme escuchar y de darme paz.
Sin embargo, mi sueño siempre tiene el mismo final…bailas conmigo, todo se transforma, el puerto se ilumina con tu presencia, con tu aroma, pero al quererte besar simplemente desapareces y es cuando desconsolado abro los ojos y descubro que como siempre todo fue un sueño, pero sé que …
En aquel lugar frio y oscuro ella iluminaba con su presencia
Ella no me vio, pues estaba concentrada en su libro
Pero yo me deleitaba al verla… tan concentrada
Quise hablarle, pero ¿Qué le iba a decir?... ¿Qué la extrañaba?... ¿Qué me perdonara por no buscarla?
Fui cobarde y preferí verla de lejos, y llenarme con sus ojos… con sus risos… con sus pecas
Candy amor mío, tal vez en otra vida volvamos a coincidir. . .
Al llegar a casa
Vuelve el pensamiento y me arrepiento, ¿será que tu presencia me transforma en un cobarde?
En el fondo yo sé que no quise lastimarte, pero no supe que hacer en aquel momento, preferí dejarte ir, tenía que cumplir un estúpido compromiso que yo mismo me puse sin condiciones. Esa decisión me quema por dentro, día a día camino en el infierno por recordar aquel momento en que te fuiste, esa noche tan helada…
El frio de esa noche aún vive en mi corazón, y en algunas noches me pierdo en tus recuerdos que me queman por dentro, es como si el diablo se metiera en mi cama.
¿Por qué no te pude detener? ¿por qué? … Si aún teníamos pendiente tantas cosas, el estreno, viajar, vivir juntos, caricias.
¡Oh, Terry, Terry! por qué no puedes decirle cuanto la amas? Desaprovechaste la oportunidad… tan solo debí decirle que el dejarla ir fue una tontería, que me deje llevar por un arranque de “responsabilidad” …
Candy, amor, quisiera contarte que muchas veces me he soñado junto a ti… Estoy en el Puerto de Southampton y de repente apareces tú, con un vestido rojo y tus rizos al viento corro hacia ti y te confieso que solo tú eres la dueña de mi corazón, solo tu entiendes mis largos silencios, conoces mis secretos, mis gestos fingidos y naturales, te confieso que yo solo quiero estar contigo, entregarme a ti, cuidarte, amarte, adorarte y darte todo mí amor.
¡Oh, pecosa! si supieras todo lo que yo te he confesado en mis sueños, por ejemplo, te confieso que nadie mejor que tú para hacerme vivir, que tienes ese don de darme la tranquilidad, de saberme escuchar y de darme paz.
Sin embargo, mi sueño siempre tiene el mismo final…bailas conmigo, todo se transforma, el puerto se ilumina con tu presencia, con tu aroma, pero al quererte besar simplemente desapareces y es cuando desconsolado abro los ojos y descubro que como siempre todo fue un sueño, pero sé que …
mientras vivamos nos encontraremos.