y como vine... au revoir... espero les agrade.
TO BELIEVE ________________________________________________________________________________ Historia escrita para la GF 2019. Albert Lovers Secret Service. By Agente Tzitziki Janik Cuando abrió los ojos no lo podía creer. Estaba en un hospital de campaña en la frontera francesa. Aturdido, quiso enfocar su mirada pero solo consiguió ver algunas sombras borrosas. Cerró los párpados, aún mareado por el esfuerzo. ¿Cuánto tiempo había pasado de su accidente? Lo último que recordaba era el aroma a combustible y el sol del atardecer iluminando el cielo. Luego una inmensa paz y la obscuridad. Hasta despertar con una terrible jaqueca. ¡Por Dios! Que le dolía todo el cuerpo. Entre sus momentos de lucidez, escuchaba la voz de las enfermeras y de los pacientes, entre susurros, poco a poco fue comprendiendo la suerte que había tenido. Algunos de sus camaradas estaban amputados, otros ciegos y los más graves con alguna lesión permanente que los mantendrían en un estado próximo a la muerte y él, por alguna gracia divina, solo tenía fracturas en la cadera, un brazo y piernas. Había inhalado el humo fangoso del avión al quemarse y que también le provocó lesiones pulmonares. — Nada que una buena terapia en las montañas con aire fresco no cure — le había dicho el Cirujano en jefe, claramente agobiado, tratando de animarlo. —Tuviste mucha suerte muchacho— comentó admirado — No pocos sobreviven — luego se alejaría dándole un par de palmaditas en la espalda y seguiría con su rutina. Stear estaba agradecido. Sabía que era afortunado. Pero por mucho tiempo estuvo pensando. En la suerte de estar vivo. En Patty, en Candy, en Archie y todos sus amigos. En lo estúpido que había sido. Si, sus ideales eran loables, pero en la verdadera guerra solo eran eso, ideales. Palabras llenas de heroísmo y victorias pero sin sentido. Él sabía que los verdaderos héroes eran los que habían muerto. Los que yacían en una trinchera, en el fondo del mar o mutilados en la tierra de nadie. ¿Entonces para que dejarlo vivir? ¿Acaso había algo para él después de este infierno? La pregunta rondaba su cabeza una y otra vez. Aunque tuvo la certeza cuando la conoció. Era una enfermera menudita pero con una fuerza dentro de ella que era imposible no darse cuenta. Fue la encargada de su recuperación. El inicio fue ríspido. Él no tenía la confianza suficiente y ella tampoco era muy paciente, raro en una enfermera. Ella cambió de estrategias miles de veces para que hiciera sus ejercicios y poco a poco fue doblegándolo. Cuando por fin pudo levantarse de la cama, ella no pudo ocultar su sonrisa de orgullo y satisfacción. Aunque se apoyaba con unas muletas, el hecho de caminar y no tener que estar sujeto a la cama y cabestrillos era ya un triunfo. La extrañaría. Porque se había convertido en su amiga y odiaba admitirlo, pero se acostumbró tanto a ella que nuevamente se sentía perdido al saber que la dejaría. Sophie le había dado el diagnóstico preciso solo tres días después de haberse conocido. — Tienes un caso grave de alma rota — le dijo — Te sientes solo y abandonado, porque en lo que creías no resultó como pensabas… has perdido la fé, tus sueños, tus esperanzas… — ¿Y cómo puedo curarme? — comentó irritado. — Solo tienes que creer — ella mencionó como si nada mientras cambiaba las sábanas — Debes recuperar tu fé, alimentar el alma. Creer que estás vivo para un propósito mayor, solo tienes que descubrirlo — le miró con esos ojos dulces y una gran sonrisa en la cara. — Lo haces escuchar tan fácil — le susurró mientras ella lo arropaba con más mantas. Esa fría noche de invierno, donde el tiritar de dientes y gemidos de dolor era lo que se escuchaba… ella le daría uno de los recuerdos más bellos y que atesoraría para toda su vida. La escuchó cantar. No era una canción cualquiera, era una petición a Dios por él, para él y para todos los que sufrieron en la guerra. Su dulce voz de soprano pronto inundó los pasillos y los murmullos se fueron apagando hasta que solo era la melodía que se escuchaba Amor, esperanza, fé. Hasta la fecha recuerda cada palabra y todas las noches cuando se retira a dormir, mira la foto de su amiga, rememorando esos meses que no lo dejó derrumbarse. La foto está desgastada por el paso de los años pero él recuerda su cabello castaño de suaves rizos que siempre escapaba de la cofia y sus ojos avellana dulces y gentiles mientras vendaba la pata lastimada de un pobre perro de guerra. Le dieron de alta. Nunca más supo de ella. Intentó buscarla pero nadie pudo decirle nada. Pero esa foto era una prueba de su existencia y parte de sus recuerdos. De cuando era un hombre roto, sin esperanza y que una simple melodía le sanó el alma. Con cariño dejó la imagen a un lado mientras su dulce voz, una vez más llenaba sus sentidos... To believe in a day When hunger and war will pass away To have the hope amidst despair That every sparrow's counted That you hear each cry and listen to each prayer Let me try always to believe That we can hear the hearts that grieve Please help us not ignore The anguished cries of the poor Or their pain will never leave… Tzitziki Janik ALSS GF 2019 > |