¡¡El Clan Alba Highland´s Andrew!!
FIC
Necesito dinero
Por Mayra Exitosa
Capitulo 3
Los Amantes
Necesito dinero
Por Mayra Exitosa
Capitulo 3
Los Amantes
Después de revisar, el doctor ya tenía mas dolor de cabeza que el mismo paciente, buscaba un par de pastillas, sacudía un bote y así compartía con su paciente, mientras le comentaba.
--- Todo estará bien, es una amnesia temporal, no tardará mucho en desvanecerse, fue solo la sacudida y tal vez un par de golpes extras que te dieron, nada fuera del lugar, deberías salir con casco de casa. ¡Ah! Lo olvidaba, ustedes no tienen casa. Estos jóvenes, prefieren ser amantes callejeros que un matrimonio duradero.
Sabes, las parejas de antes no se iban a vivir solos, que tiempos aquellos, pero prefiero estos tiempos, al menos Candy y tu se llevan bien. Mira que tu novia se hace cargo de todo. Pobre chica, no sale de una para entrar en otra, cuando por fin tiene casa y amante, son atacados por un par de rufianes, tienes mucha suerte muchacho, esa chica vale su peso en oro, es muy trabajadora, no la dejes escapar, ya que es tuya, cuídala.
Albert estaba con los ojos desorbitados, mientras Candy continuaba en el consultorio del doctor, limpiando y acomodando el lugar y el dormitorio, ya que no tenía con que pagarle el que curara a su amigo, ignorando que este conversaba con él con demasiadas confianzas, incluyendo intimidades que no se tenían realmente.
--- Por… por supuesto que la cuido.
Albert estaba nervioso, no recordaba nada en ningún sentido, su mujer trabajaba y lo cuidaba, él no tenía casa y vivían en una camioneta, miraba de un lado a otro, como estaba todo finamente acomodado y limpio, lo seguro es que su mujer lo había cuidado y el aún no se había levantado. Tocaba su cabeza tras la nuca y al hacerlo el doctor agregaba.
--- No te toques, Candy te suturo, me encontraba muy bebido, mejor que ella te haya atendido. Te trajo a tiempo, no supe a que horas llegaron, pero maneja muy mal, así que no le sueltes el volante seguido, se metió en el jardín y dice que estarán un tiempo aquí.
--- Buscare trabajo, ella no puede continuar haciendo todo sola, ¿Cuánto tiempo lleva así? Preguntaba el rubio preocupado, al escuchar que su amante se encargaba de cuidarlo.
El doctor sacaba sus cuentas mentalmente, de cuando conoció a Candy y como iba ayudando a tanta gente. Mientras Albert le preguntaba porque no sabía cuanto tiempo llevaban juntos, mucho menos si el trabajaba o no. Y si su novia era la que hacia todo y el solo era un mantenido por estar desvalido.
--- Creo que ya lleva más de un año. El rostro del joven parecía no poder dar crédito a lo que el buen hombre le contaba, y sorprendido casi sin aliento agregaba,
--- ¡Un año!
--- Si, ahora que no tiene trabajo, pobrecilla, me daba tanta lastima, ni para comer tenía. Albert se asustaba, tenía viviendo un año con ella y estaba ahora sin trabajo, que no pudo comprarle una casa o rentar un lugar, como es que podían dormir en la camioneta por más de un año.
--- Yo… trabajaré, la cuidare y no le faltara de comer, solo espero que este golpe no me afecte al caminar.
--- No, no, para nada. En un par de semanas estarás como nuevo, solo que se baje la inflamación y todo estará como antes.
--- Me alegro, no quiero que mi mujer trabaje tanto. El doctor sonreía, por fin le confirmaba que vivían juntos, al fin Candy se había sacado la lotería, ese hombre si que la cuidaría.
--- ¡Vaya! Me alegro, espero que se estén cuidando para no tener hijos tan pronto, Candy es joven y fuerte, pero…
--- ¡hijos!
--- Pues es lo más natural, aunque con ese golpe, ella no te exigirá que tengan hijos pronto. Pero llegará algún día no muy lejano en que el deseo de ser padres brote en ustedes, son jóvenes, pueden con eso y más. El doctor, palmeaba la espalda y de manera incomoda, bajaba de la camioneta dejando a Albert asustado, tratando de pensar en todo lo que el doctor le había dicho y que el ignoraba por el golpe que había recibido.
Candy por fin terminaba de sacar botellas vacías y basura, salía con una pañoleta en la cabeza, unas cubetas de agua sucia y con una sonrisa comentaba,
--- ¡Oh doctor! Su consultorio ha quedado como nuevo.
--- Tu novio también Candy, tu novio también.
Candy notaba que el doctor se iba hacia la parte trasera rumbo a su casa, como si fuera a los baños, sorprendida porque aún seguía con eso de que Albert era su novio. Luego para saber cómo se encontraba su paciente, se iba a verlo, este trataba de tender la cama donde había dormido, limpiaba la casa rodante y acomodaba las cosas.
Ella lo detenía,
--- Albert, no debes moverte mucho, tu brazo se encuentra herido, tu cabeza tiene una sutura, por favor, debiste quedarte recostado. La vio con mandil y pañoleta, sintió una ternura, estaba haciendo limpieza y trabajando sola como siempre, mientras él continuaba convaleciente.
--- Déjame ayudarte. No puedes continuar trabajando sola, para eso me tienes a mí.
--- ¡Oh Albert! Mientras estés herido, eres tú, el que me tiene a mí, soy muy exigente como enfermera, se cuidar muy bien a mis pacientes, así que vamos, siéntate y cuida de Pupe, que esta asustada arriba de la alacena, mirando como aun lastimado andas haciendo esfuerzos.
Preocupado al verla como iba de un lado a otro, planeando como hacer varias cosas, la observaba haciendo apuntes sobre una mesa. Se imaginaba que pudieran ser algunas cuentas, tal vez algo para el gasto y en esos momentos recordaba algo, el tenía dinero guardado, solo que lo tenía escondido, meditaba que tal vez era para algo en especial, así que esperaría a recordar más.
--- Candy ¿Tienes dinero para comer?
--- Albert, todo lo que se encuentra en este lugar es tuyo, y aquí hay muchas cosas para comer, no te faltará nada.
--- Es para los dos. Candy con media sonrisa y mirando que Pupe no bajaba al hombro de Albert agregaba,
--- Tal vez… para los tres, Albert.
Candy salía contenta, porque Albert era muy generoso y la tomaba en cuenta en los alimentos. Pero el rubio se quedaba absorto. Por el tema ese de que serían tres. ¿Estaría su novia embarazada? Tal vez por eso lo mencionaba el doctor.
--- ¡Voy a ser papá!
CONTINUARÁ...