PARTE 9.
Edimburgo… Un lugar tan lejano de mi hogar pero tan parecido que me recuerda ese bello lugar donde crecí de niño antes de ser adoptado por los Andley. El colegio de verano se encontraba a las afueras de la ciudad en las orillas del fiordo de río Forth enmarcado por los prados verdes y un frondoso bosque adornado por hermosas construcciones campiranas contrastando con las imponentes villas pertenecientes a familias de clase alta y de la nobleza, lo que le habían contado Stear y Archie acerca de ese lugar se quedaba corto con lo que veía.
- ¡Hey!, Cam – Archie lo saco de sus pensamientos – anda vamos a remar un poco.
- Vayan tú y Stear con las chicas – le sugirió – yo quiero caminar un poco – Archie puso cara de decepción pues él quería estar a solas con Cam.
- Llevamos dos semanas aquí y siempre me pones un pretexto para no acompañarme – Archie le reclamo.
- Archie ven vamos al bote – le habló Annie desde el muelle.
- Esa chica no me deja en paz – Archie se quejó.
- Annie es una buena persona – explico Cam – deberías de darte una oportunidad con ella – le sugirió.
- Tu sabes mis sentimientos – Archie estuvo planeando todo lo que harían durante las vacaciones pero nada le había resultado como lo esperaba ya que Cam había estado como ausente, en una especie de letargo y suponía que era por “ese noble ingles” – está bien – Archie no le insistió y se dirigió a donde Annie, Cam dio la vuelta y camino por la orilla del río admirando el paisaje, en ocasiones sus amigos le gritaban para saludarlo, él sonreía y ondeaba su mano, prosiguió con su caminata hasta que el bote de remos se volvió un pequeño punto en la inmensidad del río. Cameron parecía moverse por inercia no supo en que momento llego a ese macizo de roca volcánica sobre el cual había una gran villa aunque en realidad parecía más un castillo, tenía una fachada muy antigua, las paredes amuralladas estaban hechas de piedras también volcánicas, solo se podía apreciar una torre con un evidente desgaste por el tiempo – que imponente – Cameron estaba sorprendido, le habían contado de ese lugar pero pensó que era una exageración que hubiera una villa tan impresionante, cuando llegaron a la escuela de verano observo que a la distancia se podía ver desde ahí la villa pero desde ese angulo se miraba tan diminuta que no le tomo tanta importancia conocerla hasta ese momento, para llegar al acceso se tenía que subir una pendiente con una gran hilera de escalones hechos del mismo material que las paredes – parece una fortaleza – dijo mientras subía por la pendiente – ¿me pregunto quién vivirá aquí? – se cuestionó cuando llegó al portón de reja, observo a detalle lo poco que se podía apreciar en el interior, grandes ventanales y una escalinata que llevaba a una puerta de madera custodiadas por dos monumentales estatuas de lo que parecía ser antiguos guerreros. Cameron estaba tan ensimismado por su descubrimiento que se sobresaltó cuando escucho el cielo resonar – se aproxima una tormenta
– volteó a ver los nubarrones casi negros que se movían con rapidez – no voy a llegar a la escuela de verano – observo lo pequeño que se veía el poblado desde ahí – volteó a ver la reja de nuevo y fue ahí que observo a detalle la placa que estaba en el centro del portón - ¿Qué? – los ojos verdes de Cam se abrieron como platos al leer la frase – “Familia Grandchester” – escritas con letras doradas – no lo puedo creer – no imaginaba que la villa de la familia de Terry fuera esa, es más él creía que dicho lugar se encontraba en el centro de Edimburgo – tengo que irme – pensó mientras daba la vuelta para bajar las escaleras.
- Pensé que venias a verme – dijo Terry, que estaba parado detrás de Cam, tenía los brazos cruzados, estaba recargado en la baranda de piedra.
- Con permiso – Cameron sentía que el corazón se le saldría del pecho, desde aquella vez en que Terry rompió la foto de Anthony no se habían visto hasta ahora, en ese instante las gotas de lluvia comenzaron a caer.
- No te dará tiempo llegar al colegio – Terry dijo en tono serio – resguárdate en la villa, mientras pasa la tormenta – ofreció con cierta amabilidad.
- Gracias pero no – Cam siguió caminando, al pasar junto a Terry sintió su corazón palpitar, se sorprendió cuanto el dueño de la villa le tomo la mano, una descarga eléctrica recorrió su cuerpo.
- Es peligroso que camines bajo la lluvia – Terry le soltó la mano – es constante que en esta temporada caigan rayos – le explico, dio la vuelta camino hacia el portón, saco unas llaves y abrió, la lluvia comenzaba a intensificarse, Cameron estaba por echarse a correr hacia el inicio de las escaleras pero a la distancia el cielo se ilumino y luego resonó con intensidad al grado de que la tierra bajo sus pies se cimbro.
- ¡Dios! – se asustó, como reacción se echó a correr a los brazos de Terry.
- Sigues siendo un miedoso – le dijo Terry mientras recargaba su barbilla en la cabeza del chico, Cam se dio cuenta de lo que había hecho.
- Lo siento – se soltó de Terry, este lo soltó sin ningún esfuerzo y eso le sorprendió a Cameron pues el joven noble siempre lo aprisionaba entre sus brazos – “será que ya no…” – los pensamientos del rubio comenzaron a hacerle una mala jugada.
- Entra a terminaremos empapados – sugirió Terry aunque ya estaban algo empapados, cerró el portón y corrieron para adentrarse a la villa, para sorpresa de Cam el interior de era mucho más frío que afuera, rodeo su cuerpo con sus brazos, Terry lo observaba de reojo – encenderé la chimenea – dijo Terry mientras encendía una de las lámparas de aceite que había en una de las mesas – lo siento pero la luz eléctrica aun no llega hasta este lugar – explicó – vamos a la sala de estar – se dirigió a un pasillo y camino por el - ¿piensas quedarte ahí? – volteó a verlo –
- No, lo siento – Cameron siguió a Terry, mientras hacían su recorrido el pasillo se iba iluminando dejando detrás de ellos solo oscuridad, aunque aún era temprano el negro cielo hacia parecer como si fuera más noche, el dueño de la casa abrió una puerta de madera – entra – pidió de una manera muy sutil, Cameron se adentró al interior bajo la tenue luz de la lámpara se podía apreciar unos sillones de la época victoriana hechos en palo de rosa con un brillante acabado con esmalte francés cubiertos en una hermosa y fina tapicería en color marfil con los respaldos capitoneados, majestuosas pinturas con arcos dorados y en un costado una gran chimenea con ladrillos rojizos, Terry no podía dejar de observar la expresiones de Cam, fue evidente que era la primera vez que él veía algo así.
- Encenderé la chimenea – Terry dejo la lámpara sobre una mesa, se quitó el saco y lo dejo en un perchero junto a la puerta, se arremango la camisa, Cam no podía dejar de mirarlo, en este tiempo que no se habían visto parecía que el físico de Terry había cambiado, estaba un poco más delgado, el cabello un poco más corto y también mucho más serio que de costumbre. Cuando al fin el fuego estuvo encendido el joven ingles se puso de pie – espera un momento – salió de la habitación, tardo varios minutos en regresar – toma – le extendió una toalla – sécate o te resfriaras – dijo sin mirarlo.
- Gracias – dijo Cam sin aguantar mirarlo directamente a los ojos, Terry se sentó en el sofá que estaba frente a la chimenea, cruzo la pierna y extendió sus brazos tal cual largos eran recargándolos en el respaldo. Mientras se secaba el rubio observaba a Terry, tenía ganas de verlo a la cara, de admirar ese rostro que tanto le gustaba, de disfrutar cada una de sus expresiones… tenía ganas de decirle que lo había extrañado, estaba por acercarse a él cuando alguien llamo a la puerta.
- Adelante – Terry dijo con voz áspera.
- Aquí esta lo que ordeno joven – entro una mujer de aspecto humilde, de mediana edad y con un rostro lleno de amabilidad – ¿se le ofrece algo más? – cuestiono la señora.
- No gracias ya puede retirarse – dijo sin moverse un solo milímetro, la mujer dejo una charola con una tetera, tazas, un recipiente con terrones de azúcar y dos platos de porcelana, cada uno con una suculenta rebanada de pastel.
- Con permiso, joven – la empleada dio la vuelta – me llevo su saco para lavarlo – quito la prenda del perchero, observo a Cameron – usted debe ser Cameron – casi lo afirmo.
- Sí – dijo el jovencito rubio, su expresión estaba llena de sorpresa.
- El joven Terry me ha hablado mucho de usted – le susurró al oído.
- María… - la voz de Terry sonó seria – que descanse.
- Hasta mañana joven – la señora se despidió un poco avergonzada por su imprudencia.
- “Así que Terry le hablo de mí” – Cameron se quedó pensativo, sonrió – te sirvo el té – dijo Cam mientras dejaba la toalla en el perchero.
- Eres mi invitado, eso debo de hacerlo yo – estaba por pararse.
- Deja que lo haga por ti – la voz de Cameron estaba cargada de dulzura – gracias – Terry ya no hizo el intento de pararse - ¿Cuántos terrones de azúcar? – le preguntó.
- Dos por favor – el joven noble siquiera volteaba a ver al rubio, Cameron puso el azúcar en la té.
- Terry… - Cameron creyó que era el momento de hablar con él sobre lo sucedido – lamentó tanto haberte golpeado – se disculpó, el joven de ojos aguamarina se sobresaltó al escuchar las palabras de su invitado – y también siento mucho todo lo que te dije – Cameron movía con una cuchara el líquido de la taza – es verdad que entre Anthony y yo hubo un lazo fuerte – explico, Terry apretó los puños de las manos – y fue muy doloroso para mí cuando el murió – suspiro, el joven de cabellera castaña lo volteo a ver, “¿Anthony muerto?” – me costó mucho superar lo que sucedió – apretaba la cuchara – cuando te vi en el barco por primera vez me lo recordaste – no pudo evitar decir, Terry trataba de controlarse – pero conforme fui conociéndote me di cuenta de lo diferentes que son – los ojos de Cam se cristalizaron – tú fuiste entrando en mi vida sin que yo me diera cuenta – sonrió – es más creo que lo hiciste a la fuerza – se mordió el labio – y me robaste mi primer beso – Terry sintió que el corazón le saltaba – y mi primera… vez… fue contigo – se sonrojo – con Anthony nunca paso nada – Cameron al fin volteo a ver a Terry – y quiero que entiendas que no voy a poder olvidarlo – hablo claro – pero eso no quiere decir que yo no… sienta algo por ti – le estaba costando trabajo expresar sus sentimientos – así que por fav… - en ese momento observo como Terry se levantaba con brusquedad del sillón y corrió hacia él, lo sujeto del rostro y le planto un beso en los labios, no importándole que la taza de té se volteara y se derramara, Cameron no se opuso al frenético beso.
- Lo siento – Terry lo envolvió en sus brazos – perdón por ser tan posesivo – era la primera vez que sentía ganas de llorar – por ser tan celoso – recargo su cabeza en el hombro del Cam – pero eres lo más importante para mí – Cam le respondió el abrazó – no quiero perderte – el joven rubio sintió como de los ojos de Terry salían unas cálidas lágrimas – eres lo que más amo en la vida – confesó.
- Terry… yo… - Cameron se sentía avergonzado – te amo – dijo finalmente, Terry se hizo para atrás y lo miro, el joven noble podía escuchar las palpitaciones aceleradas del corazón de Cam, tomo el rostro del chico y lo beso de nueva cuenta, solo que esta ocasión fue más sutil, más delicado, Terry abrió los ojos y se miró en el espejo que estaba colgado en una de las paredes, su mirada reflejaba la felicidad que lo estaba embargado, volvió a cerrar los ojos para disfrutar el beso, con suavidad fue desabotonando su camisa que cayó al suelo.
- Parecías más delgado – Cameron acaricio el pecho de Terry con sus pequeñas manos, este se estremeció al contacto con su piel.
- ¿Quería parecerme a An…? – dijo Terry al recordar al chico de la foto – pensé que así te gustaría más – le confesó mientras desabotonaba la camisa de su pareja, el chico rubio lo callo poniendo su dedo índice en los labios del chico inglés.
- Tú me gustas tal y como eres – le confesó el joven de ojos verdes – pero sobre todo por lo que eres y por lo que me haces sentir – buscó los labios de Terry, este no pudo resistirse y lo tomo en brazos.
- Me tienes loco, mocoso – dijo Terry esbozando una gran sonrisa – vamos a mi habitación – propuso, abrió la puerta y camino por el oscuro pasillo, pero él conocía bien el camino así que no le costó ningún trabajo llegar a las escaleras que lo llevarían al otro piso, Cam recargo su cabeza en el pecho de Terry, en cuanto llegaron a la habitación Terry abrió la puerta y cuando estuvo dentro la cerró, se dirigió a la cama y dejo a Cam sobre esta.
- Soñé tanto este momento – suspiro, al ver recostado al chico.
- Eres un tonto acosador – Cam sonrió – pero así te quiero – Terry lo volvió a besar, abrió la camisa y miro el pecho desnudo del rubio.
- Me gustas tanto – acarició el dorso desnudo el jovencito, que se estremeció al contacto de su piel con la de Terry – me extrañaste – noto la reacción en el cuerpo de Cam, puedo sentirlo aquí – con su mano fue recorriendo con una caricia el abdomen hasta llegar a su bajo vientre, sobre la tela del pantalón froto esa parte con sus dedos, el jovencito se sobresaltó.
- Haces que pierda la compostura – Cam evito mirarlo a los ojos.
- Más bien hago que te vuelvas loco – Terry se recostó sobre él y comenzó a besarlo, fue besando cada parte del cuerpo del chico con sus cálidos labios. Cam cerró los ojos al sentir la humedad de la boca de Terry desbordándose sobre su intimidad.
- Quiero sentirte en mí – pidió Cam con un tono de voz lleno de deseo.
- Ya no aguanto – dijo Terry mientras terminaba de desvestir a su novio, luego desabrocho su pantalón y saco esa parte de su cuerpo que sentía arder – te tomare ahora – le dijo buscando ese espacio en el cuerpo del rubio que al sentir la firmeza y energía de Terry, se tensó – ha pasado mucho tiempo desde la última vez – Terry trato de darle confianza – lo hare despacio – se recostó sobre el chico y comenzó a mover su cuerpo con suavidad hasta que finalmente consigo tenerlo por completo, ambos chicos se amaron con intensidad, con frenesí, queriendo soltar todas las ganas contenidas durante la separación – eres mío – Terry estaba sentado en la cama y Cameron sobre de él, con las piernas rodeando el cuerpo del joven noble y sus brazos alrededor de su cuello – dime que soy el único que puede tenerte de esta manera – a pesar de todo Terry sentía de celos incluso del aire que acariciaba el rostro de Cam.
- Lo eres… el unicó – Cam afirmo mientras sentía que su amor por Terry creía con cada caricia, Terry beso el cuello del chico – te amo Terry, te amo – dijo bajo los influjos del éxtasis en que se encontraba. Los rayos retumbaban con intensidad entre las nubes que iluminaban el destrozado cielo de Edimburgo, el frío viento golpeaba los ventanales, pero en esa alcoba la llama del amor estaba encendida quemando el cuerpo y los sentidos de esos dos chicos que se habían reconocido desde un principio, una fuerza inquebrantable los había unido y al menos Terry no permitiría que se volvieran a separar nunca más.
CONTINUARA…
NOTA: LA SEMANA PASADO TUVE UN RETRASO CON UN APORTE ASÍ QUE HOY PUBLICARE DOBLE, EN UN RATO MÁS SUBO EL CAPITULO FINAL...