"Desde que tú te has ido"
By Cherry C
FIC OVA. UA. OOC
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"De repente, eres Tú"
Cuando Terry recibió la llamada se asustó, por un momento sintió miedo… es como si su instinto paterno se despertara y salió a toda pastilla para ver qué le pasaba a Susana. Luego le marcó a Sofía para decirle que no iría a la excursión, Albert también estaba hablando con Marisol para decirle en dónde estaba Candy y que no podrán participar de la salida. Los doctores le explicaron que Susana había estado sometida a mucha presión, haber viajado en su estado avanzado de gravidez no había sido lo correcto, ahora debía tener cuidado con los síntomas pre eclampsia que estaba presentando.
Su- ¡Todo esto es culpa por esa mujer!
Te- ¿Cómo dices?
Su- ¡Fue Candy! Ella se enteró que estoy aquí y me amenazó
Te- ¿Pero qué estás diciendo Susana?
Su-¡Por favor mi amor! Te lo juro, esa mujer se me echó sobre el auto toda furiosa amenazándome, insultándome, realmente tuve mucho miedo, miedo que me hiciera daño a mi o mi bebé
Te- Por favor, tranquilízate Susana, no debes alterarte, eso no te hará bien a ti ni a mi hija
Su- ¡No puedo! Estoy segura que no me crees lo que te digo porque según tú, Candy es una santa paloma pero no es así ¡Esa mujer es un peligro! Y si tú no eres capaz de defender a tu hija ¡Nunca te permitiré que la veas ni te le acerques! No pienso consentir que una cualquiera venga a amenazarme, insinuar que le puede hacer daño a lo más preciado en mi vida, si tú no puedes controlar a esa furcia ¡Olvídate de nosotras!
Te- Por favor, cálmate… claro que te creo, no te preocupes que no dejaré que nadie te haga daño
Le da un beso en la frente y sale un momento al pasillo, estaba muy molesto e indignado, nunca se hubiese imaginado que Candy fuese capaz de hacer daño a una criatura inocente. ¡Eso era inaceptable! Pero le iba a escuchar muy bien, no pensaba consentir que le hiciera daño a su hija. Lo mejor será que termine con ella y se aleje. Saca su teléfono y le llama:
Ca- Hola...
Ta- ¿¡Cómo fuiste capaz de atacar a Susana, Candy!? ¿A caso estás loca?
Ca- ¿Cómo?
Ta- ¡Oh! Por favor, no quieras jugar con mi inteligencia ¡Sé muy bien que agrediste a Susana porque te enteraste que está aquí en Chicago! ¿Es que tu no piensas antes de actuar o qué?
Ca- ¡¿Que yo qué?!
Te- ¡Deja de hacerte la que no sabes nada! Sinceramente, me has decepcionado, pensé que podríamos quedar para contarte lo que estaba pasando, pero nunca me imaginé que la fueras a tomar contra Susana, ¿Por qué tenías que agredirla? Ella no te ha hecho nada ¡Mira que meterte que un ser inocente de los actos de los adultos!
Las lágrimas salen a raudales de sus esmeraldas, ni siquiera se molesta en contenerlas
Ca- Te... ¡Te equivocas de lo lindo, yo no sé quién es esa tal Susana!... Terry yo, yo...
Te- ¡Déjalo quieres! No quiero escuchar tus niñerías ¡Me has decepcionado!
Furioso, termina la llamada con intención de estrellar el teléfono en el suelo o probar si le salen alas lanzándolo por la ventana, escuchar la voz acongojada de Candy fingiendo estar compungida y fingiendo no saber nada de lo que había hecho hizo que la sangre le hirviera, como un tetera.
Te-¡Pero mira que soy estúpido! El amor me volvió ciego…
Horas después mientras hacía sus rondas, Albert descubrió que su hermano también estaba en el hospital, quiso acercarse para saludarlo mientras este bebe café
JA- Hola Terry ¿Qué haces aquí? Candy no está en esta planta
Te- ¿Candy? No estoy aquí por ella Albert
JA- ¿Pero qué dices?
Te- Déjame hermano, no quiero hablar ni saber de esa mujer
JA- Pero…
Te- ¿No piensas parar? Si tanto te preocupa ¿Por qué no te quedas con ella?
JA- ¡Tampoco te pases! Si estás molesto por eso tampoco es para que te pongas como una fiera, deberías de hablar con Candy, también lo está pasando mal
Te- ¡Faltaría menos! Después de lo que ha hecho, está bien que sufra lo suyo, al menos tiene cargo de conciencia.
Molesto, estruja el vaso que sostenía en su manos y lo tira en la papelera dándole la espalda; Albert se queda sin entender muy bien lo que estaba pasando, observa que entra en una habitación y cierra la puerta tras de sí.
Después de pasar una semana en el Hospital Norwegain, Terry no fue a visitar a Candy ni un solo día, Marisol y Sofía casi echan humo por las orejas cuando escucharon toda la historia de lo sucedido; cómo fue que Candy tuvo el accidente, la llamada que le hizo y que desde entonces no sabe nada de él ni quién es esa tal Susana. Estás ni lentas ni perezosas decidieron hacer sus propias averiguaciones. Las chicas al descubrir todo no sabían si decirle o no a Candy lo que estaba pasando… pero Marisol no podía mantenerse al margen como si nada y decidió enfrentarse al castaño
MM- ¡Terry! Eres un estúpido, idiota que no tiene sentimientos y juegas con los de mi amiga
Te- Me hago cargo de mis defecto ¿Algún problema?
MM- ¡Sí, no pienso seguir consintiendo tu desfachatez!
Te- Me tiene muy sin cuidado lo que pienses o hagas Marisol, ahora si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer
MM- Eres un idiota, Candy está sufriendo mucho y no te has dignado en visitarla
Te- Ya puede estar sufriendo, esa es su conciencia que le está castigando por su maldad
MM- ¿Maldad? De verdad que eres un idiota, no te mereces a alguien tan bueno y especial como Candy
Te- Si fuese tan buena como dices, no le habría hecho daño a alguien inocente ni mucho menos le desearía su mal, así que, perdóname si no me creo que tu amiga sea tan santa como la pintas y te hace creer
MM- Y si no me crees ¿Por qué si le crees a esa mujer? ¿Realmente puedes estar seguro de lo que te dice Susana es cierto? ¿No piensas darle una oportunidad a Candy para que te dé su versión de los hechos? ¿Sabes en dónde está ella ahora mismo y por lo que ha pasado?
Te- Mi relación con Susana no es de tu incumbencia, y no me importa lo que le haya pasado a tu amiguita, entiéndelo de una vez Marisol, no quiero volver a saber de ella
MM- Te vas a arrepentir, de tu crueldad y de este momento, ¡Te vas a arrepentir y yo voy a estar ahí para echártelo a la cara!
Te- Piensa lo que te dé la gana, adiós
Marisol echaba humo por las orejas, si alguna vez se alegró de ver a su amiga con ese hombre, ahora lo lamentaba, lamentaba no haberla persuadido e intervenir presentándole a otro chico. Aunque Candy sonriera, sus ojos estaban llenos de tristeza, y el causante de eso era Terreuce Grandchester.
Susana había escuchado la conversación, temía que esa intrusa hubiese sido enviada por la tal Candy con intenciones de hacer que vuelva con ella… todos esos días se había esforzado de crearle ese sentido de culpa en Terry por haberla dejado sola cuando más lo había necesitado -en su embarazo- e intentaba coaccionarlo para que termine de hacer los trámites para casarse que ella había empezado antes de todo esto, pues no quería que nadie más la humille nuevamente diciendo que su hijo es un bastardo o que está sola y desprotegida. No podía bajar la guardia tan fácilmente, debe cerciorarse que esa mujer nunca más se vuelva a cruzar en su camino.
Ese día finalmente le daban el alta a Candy, sentada en una silla de ruedas, dobla con torpeza su ropa para guardarla en su maleta mientras su padre liquida la cuenta; cuando levanta la vista para ver la sombra de la persona que se asoma por la puerta, se extraña un poco pues no reconoce a la mujer plantada ahí y no se ve que sea una visita amigable, pasea su mano por su vientre para acariciarlo y hacer notar que es real, muy real.
Su- ¡Aléjate!
Ca- ¿Perdona? ¿De qué estás hablando?
Su- No te hagas la tonta conmigo, aléjate de Terry, él es mío ¿Lo entiendes?
Candy palidece… esa voz le suena familiar, demasiado familiar
Ca- Creo que se equivoca de persona
Su- ¡No! No me equivoco para nada, quién sí lo está eres tú… Terry no es un hombre libre, está comprometido conmigo, nos vamos a casaaaar y yo le voy a dar un hijo ¿Lo entiendes ahora?
Ca- Eh… eso no puede ser ¡Terry me lo hubiera dicho!
Su- Si no te dijo nada es porque no eres importante para él, y si no me crees puedes ir al juzgado y corroborar lo que te digo, ¿Tal vez quieras ser su testigo de boda?
Ca- ¿Cómo dices? – ¿De… de verdad me está diciendo esto? ¿Es cierto que Terry estuvo jugando conmigo todo este tiempo? ¿Para qué me buscó si realmente se va a casar con ella? ¿Y todas esas palabras lindas que me decía?
Su- Escúchame bien estúpida, aléjate de él ¡No te lo quiero volver a repetir! ¡Déjanos en paz! ¡Búscate otro hombre o lárgate lejos! Laaaaargate lejos, porque yo por mi familia soy capaz de cualquier cosa
Enf- ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué esos gritos?
Su- ¿Me escuchaste bien? ¡Aléjate y déjanos en paz de una vez, MALDITA!
Enf- Señora por favor, usted no debe alterarse de esta manera… señorita ¿Cómo se le ocurre discutir con una mujer embarazada, no ve que es dañino para el bebé?
Los gritos de Susana habían llamada la atención de una enfermera, Candy no fue capaz de decir palabra alguna ante esas declaraciones que la habían aturdido, a la Marlow se le da muy bien el papel de víctima… vio como la enfermera se la llevaba y esta hacía gestos de dolor, se había alterado ella sola y llamaba la atención de todos con sus gritos, de presto un equipo de varias enfermeras y un doctor que se encontraban cerca la están atendiendo.
Minutos después Albert llega junto con sus padres para llevarla a casa, no le dijo a nadie lo que acababa de pasar, es que no sabría decir muy bien qué es lo que acaba de pasar… las dudas, miedos y horrores estuvieron presente en sus pensamientos esos días.
Las cosas para Terry cambiaron en gran medida después del encuentro entre las dos mujeres. Su hija había nacido prematuramente, debía estar por una temporada en una incubadora. Susana le hizo creer que había sido Candy quien se había presentado en su habitación alterándola a tal punto y tras su estado delicado, se había precipitado en su parto.
Lloraba y fingía estar destrozada por sentirse sola, el castaño en ningún momento le había dicho ¿Qué pensaba hacer con ellas ahora?
Te- Ya te dije que no voy a dejar desvalida a mi hija… pero entiende que ahora no puedo pensar en casarme, Bonnie está delicada
Su- Esas son solo excusas Terry. Porque si realmente quisieras hacer algo por “Tu hija” ya estarías haciendo los trámites ¡Tienes que hacerte cargo de Bonnie!
Te- ¿Te puedes calmar? Sabes que no te debes alterar, más por estas nimiedades
Su- ¡¿Nimiedades dices?! - ¡Maldita sea Terry! Necesito conseguir que te comprometas de una puñetera vez conmigo para alejarte de esa tal Candy – Se trata del futuro de tu hija… Pero ya veo lo poco que te importa, así que no te preocupes, no hace falta que hagas nada, cuando estemos bien nos iremos de tu vida y no volverás a saber de mí ni de Bonnie
El castaño aprieta su puño con fuerza excesiva, no puede salirse de sus casillas con una mujer recién parida, debe controlarse por el bien de ella, su hija y del hospital.
Te- ¿Dejarás de insistir si te digo que iré mañana a los juzgados?
Su- Palabras… palabras… y más palabras, unas palabras tan vacías que se las lleva el viento… ¡Eso y nada es lo mismo Terry!
Te- ¡Está bien! Será como tú digas mujer, pero cálmate de una buena vez
Su- ¡Pues haz algo!
No puede evitar dedicarle una de esas miradas muy suyas cargadas de enojo que dicen “No se te ocurra volver a tratarme de esa manera”. Tira el vaso desechable del café que bebía en la papelera y sale furibundo de esa habitación sin añadir ni una palabra más.
Finalmente Terry se dirige a los juzgados para saber qué era necesario para hacer los trámites de su futuro enlace con Susana, el nacimiento prematuro de Bonnie había terminado decidiendo por él. A medida habían pasado los días sentía algo extraño invadía sus fibras por las fuertes revelaciones. Había descubierto que con la mujer que estuvo saliendo un tiempo en Londres tendría un hijo suyo. La mujer que él creía era el ser más dulce del planeta, resultó ser una más de esas que se dejan llevar por el odio haciendo daño sin importar a quién ni mirando cómo. Se creía enamorado de Candy pero al final terminó con ella. Se encontraba siendo padre de la noche a la mañana de una hermosa niña que ha nacido prematuramente. Aún no les había dicho a sus padres lo que ha pasado en estas semanas. ¿Acaso le falta algo más por experimentar?
Mientras consideraba la mejor manera de decirle las cosas a Eleanor y Richard sube los escalones del edificio, antes de pasar por la puerta principal se encuentra de lleno con la escena más absurda de su vida. Albert lleva en brazos a Candy quien está vestida de blanco, un ligero rubor cubría sus mejías, ese que conocía muy bien pues en más de una ocasión había sido él quien lo había provocado con sus besos y caricias… Terry se sorprendió por la escena ante sí pero en fracción de segundos volvió su máscara de indiferencia o ¿Era desprecio?
Te- ¿qué haces aquí Albert?
Mira el rostro de uno y luego el de la otra; Candy tiene rodeado el cuello de su hermano solo con su diestra, los labios rojos se mueven como los de un pez frente del cristal de una pecera intentando balbucear alguna respuesta pero no se escucha nada, Albert después de haber escuchado la información de la recepcionista, no pudo sentir más que desprecio por su hermano.
JA- ¿Tú qué crees Terry? Ahora si nos disculpas…
Fue lo único que dijo el rubio como defensa, no es tonto y los cabos sueltos entre Susana y Terry han quedado atados con esa visita al juzgado. El castaño observó por un momento como descienden los escalones sin prestar demasiada atención en el inmovilizador oscuro en el pie de Candy. Frunce el ceño pues un sentimiento extraño empieza a invadir su corazón, será ¿Resentimiento? Sin más dilación se dirige hasta la recepción
Te- Buenos días, necesito información… quiero saber qué necesito para poder casarme
XX- Buenos días caballero, muy bien… ¿Cuál es su nombre?
Te- Terreuce Grandchester
XX- ¡Señor Grandchester! Un gusto conocerlo, justo acaba de estar aquí su cuñada
Te- ¿Mi cuñada?
XX- Sí, la señorita Candice y su hermano Albert
Cuando escuchó esos nombres tan nítidamente de sus labios, cerró sus puños con tal fuerza hasta que se pusieron blancos, imágenes de los dos juntos las veces anteriores que habían coincidido en las salidas y momentos, la formas de tratarse, hicieron sentir que había sido engañado ¡Le habían visto la cada de idiota!...
Te- Salen de los juzgados con ella en los brazos… va vestida de blanco… y se sorprendió tanto que yo los haya visto ¡Se han casado y no se esperaba que la descubriera!
Terry desconecta totalmente del mundo y lo que le rodea por los pensamientos de celos, odio y posesivos que predominan en su mente; la parafernalia de la mujer rebota ante la coraza que se estaba creando, toma las hojas que le está dando y se despide con un asentimiento de cabeza, sube al coche y las ganas de destrozar o romperle la madre a algo no desaparecen, la rabia predomina en sus gestos… tanto así que sin explicación o coherencia hace un giro en un calle que resultó ser de sentido contrario… antes de que una patrulla o coche lo embista se orilla con rapidez y pone freno, siente que sus manos le hormigueaban, da un par de manotazos sobre el volante y luego termina escondiendo su rostro entre ellos. Minutos después bajaba de éste y entra en el bar que está frente suyo.
Terry bebió, bebió… y hasta el agua de las flores se bebió, el camarero llamó a un taxi pues no se encontraba en la mejor condición para conducir su coche. Una vez dentro en vez de dar la dirección de su casa, le pidió que le llevara al Hospital Norwegain; quiso ver a su hija pero la enfermera Hamilton lo reprendió por su falta de cordura ¿Cómo se le ocurre que un borracho podría tocar a un prematuro?
Furioso, el castaño se fue a la habitación de Susana quien se sorprendió de verlo en ese estado pero luego respira tranquila de saber que se quedará con ella en ese lugar, evitando así cualquier posible encuentro con su rival… éste no le saluda, no la besa ni abraza, pero reconocer perfectamente ese perfume y que dentro de un par de horas le cambiará a “Resaca Jacks Daniels Nº5”.