No quiero ser tú( I dont wanna be you anymore)
Reto
«Dile al espejo lo que sabe, lo que le has hecho escuchar antes»
Empolvaba su hermoso y pálido rostro de muñequita de porcelana´, con ello intentando disimular la inquietud que la embargó segundos después que las palabras que su tia abuela exteriorizara, misma que la arropó cual velo hecho de las más impúdicas, largas y puntiagudas espinas.
«Dile al espejo lo que sabe, lo que ella ha oído antes»
Un nudo se iba inflando en su garganta, haciéndose mas y mas espacio en su interior, volviendo su frágil cuerpo en unas temblorosas cuerdas ante la tristeza que, intrusa, la hacia su presa.
La pelirroja tomó el pequeño y antiguo espejo en manos, ahí buscaba- con miradas ardorosas por el escozor que le provocaba la venida de un llanto sin fin y la desesperación conjugando miles de razones por la que ella debia retomar la compostura- eso que la convertía en un ser duro.
«Anda, cobarde ¡Grítalo! Pon sobre la mesa tu verdadero sentir. Muestra cuan patética eres»
El le dijo que la amaba, lo habia dicho y hasta habia sellado aquella confesión con un beso.
-¿Estoy hecha de un molde roto? Soy un envase inservible, en donde todo lo que se me echa se escapa…
Eliza no podia moverse, se sentía muy herida, demasiado para volver la cabeza a otro lado que no fuera la de su patética imagen de martir.
Archie, Archie, el hombre que la habia reconocido como ningun otro, quien le demostró que no era tan mala como todo el mundo pensaba, como él una vez pensó. El, nadie mas que él, la hizo un ser débil, un ser que debía acudir a su persona para recordarse que no podía retroceder, que «su vida estaba dando un giro maravilloso» le habia dicho este imitando un patetico acento italiano, aquello la habia hecho reir como nunca; y ahora se enteraba que él se casaba con la insulsa de Candice, que habia elegido a la rubia tras haber roto su compromiso con la patética de Annie. Y le había dicho a Eliza que lo rompería por ella ¡por ella! ¡Maldito mentiroso!
-¡Mentiraaaaasss!-dijo una voz en el interior de la pelirroja, robándole las palabras que ella misma no podia decir.
Y ahí Eliza sintió el verdadero miedo cuando vio ante su reflejo como unas manos se iban apoderando de su rostro, de como unas largas uñas se fijaban allí como tachuelas duras y frías, obligándola a mirar en lo que se habia convertido, y ella no podía moverse, ¡Por todos los infiernos ella quería, pero no podía moverse!
Movia sus pupilas pero no veía nada mas que en el espejo aquellos dedos, aquellos largos y retorcidos dedos de donde nacían un aura sombría.
«Dile al espejo lo que sabe, lo que ella ha oído antes, desde el momento que comenzaste a redescubrir el amor»
El cuerpo de Eliza comenzó a ganar movilidad, deshaciéndose de esa extraña sensación, de esas voces que pretendían volverla mas loca de lo que ya se sentía, de esos brazos que como bichos intentaban mudarse a su piel, mandando a volar el espejo el cual se rompió en mil pedazos tal cual sintió que se rompió en el momento que escuchó aquella desagradable noticia, luego dejó escuchar:
-¡No quiero ser tú! ¡No quiero ser tú nunca más! ¡Nunca! - sudando ante ese arrebato, abrazándose asi misma y frotando sus hombros intentando deshacerse de ese escalofrió, del fantasma de su antigua yo que intentaba volver a la vida para deshacer los avances.
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Gracias por leer.