Participando de un reto, comparto con vosotros este candente SongFic basado en la canción de Melendi "Destino o Casualidad"
Advertencia: ¡¡Tened un extintor a mano!!
Advertencia: ¡¡Tened un extintor a mano!!
“Dos extraños, Tocando, Bajo la luna”
By Cherry Cheddar
Todo está cubierto por el manto oscuro de la noche, las paredes de la habitación son recorridas por la melodía parsimoniosa del péndulo de un antiguo reloj de pie con hermosa piel de roble. De presto esa armonía es interrumpida por la presencia de un hombre… camina despacio arrastrando los pies… había estado dando vueltas en la cama sin poder dormir… y antes de despertar a su compañera prefirió levantarse.
Se para frente a la amplia venta soltando un suspiro desganado, desde su lugar puede ver a la luna que brilla en su plenitud, sola, en lo alto. Cierto aire de melancolía o tal vez de nostalgia empezaba a colarse por sus fibras… instintivamente coloca su diestra sobre el cristal, esta tiene un temblor peculiar; se siente extraña después de que el médico le quitara el inmovilizador; ahora parece que no le responde como lo hace su izquierda, más bien es como si tuviese vida propia y hace lo que a ella le venga en gana.
Molesto se retira de ese lugar y se acerca hasta el piano de cola que lleva ignorando desde hace varios meses; se sienta en el taburete que está frente del instrumento y levanta la tapa que protege los dedillos blancos y negros. Con sus yemas acaricia sutilmente unas cuantas teclas… estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien más había entrado en la habitación. Una mujer con una bata blanca a medio cerrar se detiene a un par de pasos de donde está él.
-Se supone que el ejercicio consiste en tocar el piano
Sobresaltado, el hombre se gira en dirección de dónde provino la voz
-Perdona, no quería asustarte
-Tranquila… no pasa nada
La dama termina de dar los pasos hasta estar al lado de él, quien le rodea su cadera con su brazo
-¿Estás bien? ¿Por qué no estás durmiendo?
-Sí, estoy bien, no te preocupes. Quiero… quiero pedir
El repentino titubeo en el hombre hizo que ella ladeara su cabeza para verlo mejor desde su altura, si está así es por algo
-Quiero pedirte perdón, eché a perder tu vestido cuando se me cayó la copa de vino y reaccioné de mala manera, tú… tú no merecías que te hablará así
-Jummm… por el vestido no te preocupes, ya te pasaré el recibo de la tintorería
-Hehehe… muy bien, lo esperaré
-Y por la forma de como reaccionaste te comprendo pero no lo acepto
-Q-q… ¿Qué dices?
-Conozco desde hace mucho tiempo el mal carácter que se gasta el famoso “Terreuce Grandchester”… pero lo de esta noche no ha sido tu mal genio el que salió a la luz, sino tu frustración…
La mujer se inclina hasta acercar su rostro al de él, quiere que aún en esa penumbra entienda sus palabras y sentimientos
- … Entiendo que lo hayas pasado mal después del accidente, eres humano… pero no entiendo ¿Por qué te auto compadeces? Cuando lo más difícil ya pasó, tienes que empezar la terapia para que tu mano vuelva a ser como antes y puedas sujetar una simple copa para brindar conmigo
-Lo dices tan fácil
-Y lo es… sólo debes dejar de una vez toda esa melancolía y enfocar tus energías en los ejercicios de rehabilitación… el piano es un buen instrumento para hacerlo
-Parece que no me entiendes
-Te entiendo, pero no te los estoy diciendo como si fuera tu doctor, enfermera, como una esposa, ni como tu amiga, ni amante… digamos que estoy aquí en calidad de extraña y tú no eres Terry
-¿Qué pretendes con eso?
-Solo quiero presentarte una nueva perspectiva… olvida el accidente y los dolores después de la operación… sino mírala ahora…
Toma entre sus manos la diestra de él y la acaricia como si se tratase de un pobre, pequeño, y frágil animalito herido
-… Tienes la bendición… un regalo, tienes una nueva mano… y como si se tratase de un niño, tienes que enseñarle a caminar
Por un momento no dice nada, se siente hipnotizado por esos ojos aceitunados penetrantes... mientras piensa “Qué complicado es esto del amor… de seguro Cupido se equivocó… no la merezco”… ella interrumpe su silencio para proponerle un nuevo plan
-¿Qué te parece si en vez de verlo como una terapia lo tomas como trabajo?
-¿A qué te refieres?
-Tú me enseñas a tocar el piano y yo te enseño a tocarme
Él levanta una ceja debido a su confusión o será ¿Picardía? Extiende su mano libre y le acaricia la mejilla con el dorso de sus dedos y suelta un suspiro cargado de amor
-No… no me refiero a esa mano… quiero enseñarle a ésta…
Levanta su diestra para que sea consciente que la tiene… que existe… que siente… acerca la punta de sus dedos a sus labios… baja por su mentón para deslizarse por su cuello… y continúa su recorrido
-Esta es la que más necesita… la que ha olvidado… la que no sabe ¿Cómo tocar?
Al sentir como sus dedos se cuelan por el canalillo de su escote suelta una sonrisa pícara y decide aceptar… tiene curiosidad por saber ¿Qué le va a enseñar?
-Muy bien… te enseñaré a tocar el piano
-Gracias
La sonrisa que le dedico hizo que su corazón diera un gran salto… pero pronto su expresión cambió a sorpresa cuando la ve que se levanta y se sienta delante de él… sobre sus piernas… la fina tela de su bata no le ayuda a disimular cada curva de su cuerpo… eso le crea palpitaciones… algo se va despertando… y cree que le va a dificultar su concentración… más cuando remueve sus caderas como buscando mayor comodidad
-Muy bien… estoy lista ¡Empecemos!
El hombre se aclara la garganta y empieza a dar unas cuantas explicaciones, ella mueve su cabeza a un lado y sus cabellos le hacen cosquillas… curva su espalda hacia adelante y luego para atrás mientras finge estar plenamente concentrada pero lo que está logrando realmente es que su tercer brazo sea quien tome las riendas de la lección
-Como sigas moviéndote así no podré terminar de enseñarte…
-Grrr… juummm… es que estoy tan concentrada… que no entiendo a lo que te refieres
-Sabes muy bien… no te hagas
-Le recuerdo que soy una extraña… con intenciones de aprender piano
Al escucharla ronronear sobre sus piernas decide pasar su mano por la espalda, traspasar la barrera insignificante de la seda y abrirse espacio a su piel… hace un movimiento con su pelvis para hacerle ver cuán ansioso está
-Noooo… si piensas tocarme… jummm tendrás que hacerlo con esta mano
Le exige mientras toma su diestra y la acerca hasta su pecho, cubriéndolo con su palma como segunda piel y que sus dedos sean los que indiquen cada flexión de sus nudillos
-Es esta mano la que necesita aprender…
La caricia es un poco brusca y torpe… pero su intención es adiestrarla… ladea su cabeza para permitirle que deposite besos por su cuello… que le muerda el lóbulo… que su falo se desespere por traspasar la tela… que todas esas otras sensaciones desvíen su atención de cualquier atisbo de dolor que pueda sentir al acariciarla con su nueva mano
Parecen bailar una danza que sus cuerpos conocen bien aunque ella ha preferido que sean extraños… dos amantes que se esconden de la realidad e invitan a la luna a ser su testigo… de sus gargantas se escapan sonidos que conforman una extraña melodía que el destino utilizó para abrazarlos
-Mi amor ¿En dónde has estado todo este tiempo?
Ella se levanta y se gira para quedar frente a él, su respiración es intensa pero no debe despistarse… lo mejor de la lección aún no ha empezado
-Shhh… lo más importante es que ya estoy aquí amor
Apoya sus nalgas sobre el teclado creando un sonido disonante que enciende aún más su deseo… levanta un pie y lo apoya en su muslo, exponiendo ante su rostro su cuerpo desnudo… la mano temblorosa termina de soltar la bata que estaba mal amarrada y acerca sus labios a su vientre para besarlo… la mujer enreda sus dedos en la oscura cabellera al momento que siente unos temblores estremecer su torso al tacto… recobra el control y tira de él para separarlo
-Quiero que me toques… no importa si es suave… no importa si es intenso… solo quiero que sientas como me enciendo…
Le indica a su diestra que baje por su abdomen, se olvide de su vientre y llegue hasta su entrepierna… los dedos se mueven torpes en su sexo… siente claramente la humedad de su deseo, la carnosidad de sus labios íntimos y suavidad de su piel… juguetean con su entrada haciéndola desesperar... desea mayor invasión, sentir que la llena y satisface
Su boca succiona un pecho mientras que intenta masajear el otro… un veloz golpe detiene la caricia haciendo que se sobresalte… la observa desconcertado
-Concéntrate, es tu diestra la que necesita que te enfoques… mira con ella… siente con ella… disfruta con ella
Le toma de los cabellos y le roba un beso voraz, uno cargado de deseo, de esos que piden que se aplique más en lo que está haciendo porque el fuego en su interior es arrollador… no le queda más remedio que hacerlo, él también tiene ganas de sentirla… una y otra vez mueve sus dedos procurándole placer… su temblor es compensado con la humedad de su orgasmo… ese tercer brazo le pide que también le deje actuar, siente que esa mujer es fuego, lava que se derrite por amarlo…
Los deseos superan a esta preciosa lección, su respiración agitada le dice que esto no se acaba, con escuetos movimientos corta los mimos y le dice que la deje tomar una mejor posición; se sienta colgando sus piernas al lado contrario de las de él… rosa su pelvis contra su pantalón como clara invitación a participar de este baile
-Te mereces un premio
-¿Ha sí?
Su voz ronca le dice que él también está deseoso por sentirla
-¿Y cuál es?
-¿Tengo que ser más explícita?
-Claro que sí… para eso eres la maestra
-Mmmm… quiero sentirte… ese pantalón me estorba… necesito percibir tu miembro llenando todo mi ser
Sus manos se levantan hasta tomar el rostro de ella, sus dedos rodean las mejillas y con sus pulgares masajean suavemente los pómulos, la besó con ternura… no puede evitar que su corazón repique intenso haciéndole consciente de cuánto ama a esa mujer
-Al final vas a terminar por convencerme de querer tomar siempre esta lección
-Seee… sé que mi cuerpo no te es indiferente
Esa sonrisa perversa hizo estremecerla; ansiosa espera lo necesario para que pueda liberar su falo quien también está desesperado por sentirla… aun no deja su papel de maestra y le indica que sea su diestra quien sujete su miembro… como castigo lo presiona contra sus labios… ese estrujamiento aumenta el deseo… sus cuerpos se estremecen ¡Quieren más!
Puede sentir claramente como su glande la roza, acaricia su entrada y se introduce… su miembro frota cada centímetro de su ser… la llena por completo… los gemidos que se escuchan opacan los del péndulo… son dos extraños bailando bajo la luna… dos personas que se convierten en amantes al compás de esa extraña melodía que crean sus cuerpos al chocar con cada embestida, sellando con fuerza esa pasión… solo existen ellos que les importa nada de lo que sucede alrededor, ni los vecinos.
Con sus brazos rodea su cuello para evitar caerse a la vez que mueve sus caderas, disfrutando de la sensación del falo saliendo y entrando de su interior, las manos de él le acarician la espalda con intención de rasgar su piel y cubrirse con ella… su amante se entrega a sus besos, su cuerpo y la necesidad de llenar el vacío de su alma
La desesperación le supera… quiere desaparecer cualquier barrera que le impida fundirse en un solo ser… lo único que le interesa es poder amarla completamente y junto a ella volar más allá de la cordura… su piel es cubierta por un ligero sabor a sal… presiona con más fuerza su cuerpo para poder llenarse de su esencia, su placer, su orgasmo al mismo tiempo que ese espasmo sacude su falo estallando con la intensidad del sol.
Muere entre sus brazos y revive entre sus piernas… los besos de su amada le devuelven el aire que sus corazones expulsan con la fuerza de la emoción, llevan el mismo ritmo, el mismo son, el mismo amor. Permanecen inmóviles un par de minutos absortos por esta especial conexión.
Un poco renuente decide cambiar de posición, levanta sintiendo correr por su muslo los restos húmedos de la lección, una sonrisa llena de satisfacción adorna su rostro y después de un beso fugaz le incita que le acompañe
-Vamos, necesitas descansar
-¿Para darme otra lección?
La sigue de buena gana a la vez que le besa su hombro
-Hahahaha… lo decía porque mañana hay que trabajar… pero si te portas bien tal vez te pueda dar otra lección.
-Muy bien, como usted diga señorita Ardley
-Señora Grandchester por favor, más vale que te acostumbres
-Dooos… ¡Qué complicado es esto del amor!
Se para frente a la amplia venta soltando un suspiro desganado, desde su lugar puede ver a la luna que brilla en su plenitud, sola, en lo alto. Cierto aire de melancolía o tal vez de nostalgia empezaba a colarse por sus fibras… instintivamente coloca su diestra sobre el cristal, esta tiene un temblor peculiar; se siente extraña después de que el médico le quitara el inmovilizador; ahora parece que no le responde como lo hace su izquierda, más bien es como si tuviese vida propia y hace lo que a ella le venga en gana.
Molesto se retira de ese lugar y se acerca hasta el piano de cola que lleva ignorando desde hace varios meses; se sienta en el taburete que está frente del instrumento y levanta la tapa que protege los dedillos blancos y negros. Con sus yemas acaricia sutilmente unas cuantas teclas… estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien más había entrado en la habitación. Una mujer con una bata blanca a medio cerrar se detiene a un par de pasos de donde está él.
-Se supone que el ejercicio consiste en tocar el piano
Sobresaltado, el hombre se gira en dirección de dónde provino la voz
-Perdona, no quería asustarte
-Tranquila… no pasa nada
La dama termina de dar los pasos hasta estar al lado de él, quien le rodea su cadera con su brazo
-¿Estás bien? ¿Por qué no estás durmiendo?
-Sí, estoy bien, no te preocupes. Quiero… quiero pedir
El repentino titubeo en el hombre hizo que ella ladeara su cabeza para verlo mejor desde su altura, si está así es por algo
-Quiero pedirte perdón, eché a perder tu vestido cuando se me cayó la copa de vino y reaccioné de mala manera, tú… tú no merecías que te hablará así
-Jummm… por el vestido no te preocupes, ya te pasaré el recibo de la tintorería
-Hehehe… muy bien, lo esperaré
-Y por la forma de como reaccionaste te comprendo pero no lo acepto
-Q-q… ¿Qué dices?
-Conozco desde hace mucho tiempo el mal carácter que se gasta el famoso “Terreuce Grandchester”… pero lo de esta noche no ha sido tu mal genio el que salió a la luz, sino tu frustración…
La mujer se inclina hasta acercar su rostro al de él, quiere que aún en esa penumbra entienda sus palabras y sentimientos
- … Entiendo que lo hayas pasado mal después del accidente, eres humano… pero no entiendo ¿Por qué te auto compadeces? Cuando lo más difícil ya pasó, tienes que empezar la terapia para que tu mano vuelva a ser como antes y puedas sujetar una simple copa para brindar conmigo
-Lo dices tan fácil
-Y lo es… sólo debes dejar de una vez toda esa melancolía y enfocar tus energías en los ejercicios de rehabilitación… el piano es un buen instrumento para hacerlo
-Parece que no me entiendes
-Te entiendo, pero no te los estoy diciendo como si fuera tu doctor, enfermera, como una esposa, ni como tu amiga, ni amante… digamos que estoy aquí en calidad de extraña y tú no eres Terry
-¿Qué pretendes con eso?
-Solo quiero presentarte una nueva perspectiva… olvida el accidente y los dolores después de la operación… sino mírala ahora…
Toma entre sus manos la diestra de él y la acaricia como si se tratase de un pobre, pequeño, y frágil animalito herido
-… Tienes la bendición… un regalo, tienes una nueva mano… y como si se tratase de un niño, tienes que enseñarle a caminar
Por un momento no dice nada, se siente hipnotizado por esos ojos aceitunados penetrantes... mientras piensa “Qué complicado es esto del amor… de seguro Cupido se equivocó… no la merezco”… ella interrumpe su silencio para proponerle un nuevo plan
-¿Qué te parece si en vez de verlo como una terapia lo tomas como trabajo?
-¿A qué te refieres?
-Tú me enseñas a tocar el piano y yo te enseño a tocarme
Él levanta una ceja debido a su confusión o será ¿Picardía? Extiende su mano libre y le acaricia la mejilla con el dorso de sus dedos y suelta un suspiro cargado de amor
-No… no me refiero a esa mano… quiero enseñarle a ésta…
Levanta su diestra para que sea consciente que la tiene… que existe… que siente… acerca la punta de sus dedos a sus labios… baja por su mentón para deslizarse por su cuello… y continúa su recorrido
-Esta es la que más necesita… la que ha olvidado… la que no sabe ¿Cómo tocar?
Al sentir como sus dedos se cuelan por el canalillo de su escote suelta una sonrisa pícara y decide aceptar… tiene curiosidad por saber ¿Qué le va a enseñar?
-Muy bien… te enseñaré a tocar el piano
-Gracias
La sonrisa que le dedico hizo que su corazón diera un gran salto… pero pronto su expresión cambió a sorpresa cuando la ve que se levanta y se sienta delante de él… sobre sus piernas… la fina tela de su bata no le ayuda a disimular cada curva de su cuerpo… eso le crea palpitaciones… algo se va despertando… y cree que le va a dificultar su concentración… más cuando remueve sus caderas como buscando mayor comodidad
-Muy bien… estoy lista ¡Empecemos!
El hombre se aclara la garganta y empieza a dar unas cuantas explicaciones, ella mueve su cabeza a un lado y sus cabellos le hacen cosquillas… curva su espalda hacia adelante y luego para atrás mientras finge estar plenamente concentrada pero lo que está logrando realmente es que su tercer brazo sea quien tome las riendas de la lección
-Como sigas moviéndote así no podré terminar de enseñarte…
-Grrr… juummm… es que estoy tan concentrada… que no entiendo a lo que te refieres
-Sabes muy bien… no te hagas
-Le recuerdo que soy una extraña… con intenciones de aprender piano
Al escucharla ronronear sobre sus piernas decide pasar su mano por la espalda, traspasar la barrera insignificante de la seda y abrirse espacio a su piel… hace un movimiento con su pelvis para hacerle ver cuán ansioso está
-Noooo… si piensas tocarme… jummm tendrás que hacerlo con esta mano
Le exige mientras toma su diestra y la acerca hasta su pecho, cubriéndolo con su palma como segunda piel y que sus dedos sean los que indiquen cada flexión de sus nudillos
-Es esta mano la que necesita aprender…
La caricia es un poco brusca y torpe… pero su intención es adiestrarla… ladea su cabeza para permitirle que deposite besos por su cuello… que le muerda el lóbulo… que su falo se desespere por traspasar la tela… que todas esas otras sensaciones desvíen su atención de cualquier atisbo de dolor que pueda sentir al acariciarla con su nueva mano
Parecen bailar una danza que sus cuerpos conocen bien aunque ella ha preferido que sean extraños… dos amantes que se esconden de la realidad e invitan a la luna a ser su testigo… de sus gargantas se escapan sonidos que conforman una extraña melodía que el destino utilizó para abrazarlos
-Mi amor ¿En dónde has estado todo este tiempo?
Ella se levanta y se gira para quedar frente a él, su respiración es intensa pero no debe despistarse… lo mejor de la lección aún no ha empezado
-Shhh… lo más importante es que ya estoy aquí amor
Apoya sus nalgas sobre el teclado creando un sonido disonante que enciende aún más su deseo… levanta un pie y lo apoya en su muslo, exponiendo ante su rostro su cuerpo desnudo… la mano temblorosa termina de soltar la bata que estaba mal amarrada y acerca sus labios a su vientre para besarlo… la mujer enreda sus dedos en la oscura cabellera al momento que siente unos temblores estremecer su torso al tacto… recobra el control y tira de él para separarlo
-Quiero que me toques… no importa si es suave… no importa si es intenso… solo quiero que sientas como me enciendo…
Le indica a su diestra que baje por su abdomen, se olvide de su vientre y llegue hasta su entrepierna… los dedos se mueven torpes en su sexo… siente claramente la humedad de su deseo, la carnosidad de sus labios íntimos y suavidad de su piel… juguetean con su entrada haciéndola desesperar... desea mayor invasión, sentir que la llena y satisface
Su boca succiona un pecho mientras que intenta masajear el otro… un veloz golpe detiene la caricia haciendo que se sobresalte… la observa desconcertado
-Concéntrate, es tu diestra la que necesita que te enfoques… mira con ella… siente con ella… disfruta con ella
Le toma de los cabellos y le roba un beso voraz, uno cargado de deseo, de esos que piden que se aplique más en lo que está haciendo porque el fuego en su interior es arrollador… no le queda más remedio que hacerlo, él también tiene ganas de sentirla… una y otra vez mueve sus dedos procurándole placer… su temblor es compensado con la humedad de su orgasmo… ese tercer brazo le pide que también le deje actuar, siente que esa mujer es fuego, lava que se derrite por amarlo…
Los deseos superan a esta preciosa lección, su respiración agitada le dice que esto no se acaba, con escuetos movimientos corta los mimos y le dice que la deje tomar una mejor posición; se sienta colgando sus piernas al lado contrario de las de él… rosa su pelvis contra su pantalón como clara invitación a participar de este baile
-Te mereces un premio
-¿Ha sí?
Su voz ronca le dice que él también está deseoso por sentirla
-¿Y cuál es?
-¿Tengo que ser más explícita?
-Claro que sí… para eso eres la maestra
-Mmmm… quiero sentirte… ese pantalón me estorba… necesito percibir tu miembro llenando todo mi ser
Sus manos se levantan hasta tomar el rostro de ella, sus dedos rodean las mejillas y con sus pulgares masajean suavemente los pómulos, la besó con ternura… no puede evitar que su corazón repique intenso haciéndole consciente de cuánto ama a esa mujer
-Al final vas a terminar por convencerme de querer tomar siempre esta lección
-Seee… sé que mi cuerpo no te es indiferente
Esa sonrisa perversa hizo estremecerla; ansiosa espera lo necesario para que pueda liberar su falo quien también está desesperado por sentirla… aun no deja su papel de maestra y le indica que sea su diestra quien sujete su miembro… como castigo lo presiona contra sus labios… ese estrujamiento aumenta el deseo… sus cuerpos se estremecen ¡Quieren más!
Puede sentir claramente como su glande la roza, acaricia su entrada y se introduce… su miembro frota cada centímetro de su ser… la llena por completo… los gemidos que se escuchan opacan los del péndulo… son dos extraños bailando bajo la luna… dos personas que se convierten en amantes al compás de esa extraña melodía que crean sus cuerpos al chocar con cada embestida, sellando con fuerza esa pasión… solo existen ellos que les importa nada de lo que sucede alrededor, ni los vecinos.
Con sus brazos rodea su cuello para evitar caerse a la vez que mueve sus caderas, disfrutando de la sensación del falo saliendo y entrando de su interior, las manos de él le acarician la espalda con intención de rasgar su piel y cubrirse con ella… su amante se entrega a sus besos, su cuerpo y la necesidad de llenar el vacío de su alma
La desesperación le supera… quiere desaparecer cualquier barrera que le impida fundirse en un solo ser… lo único que le interesa es poder amarla completamente y junto a ella volar más allá de la cordura… su piel es cubierta por un ligero sabor a sal… presiona con más fuerza su cuerpo para poder llenarse de su esencia, su placer, su orgasmo al mismo tiempo que ese espasmo sacude su falo estallando con la intensidad del sol.
Muere entre sus brazos y revive entre sus piernas… los besos de su amada le devuelven el aire que sus corazones expulsan con la fuerza de la emoción, llevan el mismo ritmo, el mismo son, el mismo amor. Permanecen inmóviles un par de minutos absortos por esta especial conexión.
Un poco renuente decide cambiar de posición, levanta sintiendo correr por su muslo los restos húmedos de la lección, una sonrisa llena de satisfacción adorna su rostro y después de un beso fugaz le incita que le acompañe
-Vamos, necesitas descansar
-¿Para darme otra lección?
La sigue de buena gana a la vez que le besa su hombro
-Hahahaha… lo decía porque mañana hay que trabajar… pero si te portas bien tal vez te pueda dar otra lección.
-Muy bien, como usted diga señorita Ardley
-Señora Grandchester por favor, más vale que te acostumbres
-Dooos… ¡Qué complicado es esto del amor!
-.-.- Fin -.-.-
Última edición por Cherry Cheddar el Mar Abr 28, 2020 8:10 pm, editado 3 veces (Razón : CORREGIR EL TAMAÑO DE LETRA)