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Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!"

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Wendolyn Leagan

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- Ya céntralo, Wen ¡Céntralo bonitooooo!  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 142209

- Aaaaayy Polliiii, está centrado ¿qué no ves?  Suspect

- Es que yo quiero que mi Terryto se vea súper lindo.  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 867592

- Sí se va a ver, no lindo ¡Hermoso! Ya verás... ¿Qué es ese olor?  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 660239

- No sé Wen... ¿Sí te bañaste bien?  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 910295

- ¡Pero ve! Esta Pollo atrevida ¡Aquí la única que huele a establo eres tú que cuidas animalitos.  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 252821

- ¡Y a mucha honra porque cuidar animalitos es...! ¿Oyes eso Wen? ¡Parece que espantan!  affraid

- ¡Cállate mensa! Son tus chivas y tus cabritas. Ya volviste a dejar abierto el corral ¡Se van a comer toda la huerta de nuevo y la Madre Elsy te va a volver a castigar dejándote sin postre un mes!  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 88885

- Ay no, sin postre no... mis cabras... ¡La huertaaaaaaaaaaaaaaaaaa!  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 856396  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 500265  Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 500265

Menos mal ya se fue, a ver si puedo postear en calma... Si está bien centrada la imagen ¿verdad? No quiero que la Pollis esté luego molestando por eso.

Ok; aquí vamos...




Desde la sagrada colina de Terryland, donde descansa nuestro amado Monasterryo Terrylover, les presentamos...





¡LIBRE!



Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 36743611





De alguna manera, ella lo supo… Cuando le vio entrar en aquella caballeriza, exclusiva para ella que el mismísimo Duque de Grandchester había hecho construir con la única intención de que perteneciera a la yegua favorita de su hijo, Terry; Theodora supo, solo con verlo, que algo no andaba bien.

Por eso le recibió cariñosa; como siempre pero esta vez, en demasía.

Cuando el muchacho se le acercó y le palmeó la mejilla, ella rozó su nariz varias veces en el hermoso rostro y el lustroso cabello castaño del joven, haciéndole saber que, como siempre, ella estaba ahí para él.

Terry se dejaba acariciar. Lo necesitaba, y nadie nunca le había acariciado tan sincera y dulcemente, como su Theodora.

- ¿Sabes, Theodora? – dijo él con un hijo de voz – ¡Le he hecho un gran daño!... A Candy ¿Recuerdas aquella noche en que nos reunimos aquí, y la Hna Grey nos encontró? Pues la han encerrado en el cuarto de castigo, y ahora… ahora parece que su familia adoptiva va a repudiarla, porque están pensando de ella quién sabe qué indecencia… ¡Y es mi culpa, por haber sido tan tonto y haberme dejado caer en esa trampa tan simple!

Abrazado al rostro de Theodora, Terry cerró los ojos y dos lágrimas corrieron de inmediato por sus mejillas…
Si había algo que Theodora nunca había soportado, es ver el dolor de Terry.
Habían crecido juntos; cuando ella era solo una potrilla la llevaron a aquella campiña enorme donde se encontraba el palacio Grandchester.

Cuando le montaron encima a aquel hermoso niñito de ojos azules, ella tuvo miedo al principio pero él, acarició sus crines con ternura, absolutamente maravillado de su belleza.
Theodora ni siquiera se movía, por no asustarlo; el niño era tan delicado con ella que ni siquiera había aceptado coger el fuete que el caballerizo le presentara; así que ella tampoco quería lastimarlo.

Fueron los mejores amigos siempre; tanto que, cuando a Terry le internaron en el San Pablo, la única condición que el chico puso para aceptar ir y dejar de amenazar a su padre, fue que Theodora le acompañase en su encierro.
El Duque había puesto sus reticencias…

- ¡Eres el Duque de Granchester! – exclamaba el chico haciendo ademanes burlescos – y has donado dinero a ese lugar como para que te hospeden la hacienda entera; así que deja de ponerme pegas. Quiero a Theodora conmigo, sino ¡me largo en el primer barco que me coja de grumete y no me vuelves a ver, te lo juro!

En realidad, no fue difícil; era el sobrino mimado del Rey de Inglaterra ¿quién le iba negar lo que sea?
Aún no tenía 13 años cuando le internaron, y a ella con él.

Era feliz, aunque esta caballeriza era mucho más estrecha que la de la villa del Duque; y además estaba ahí sola, no habían más caballos con ella.
Sus noches eran generalmente muy solitarias, y además frías… esa ciudad era muy fría.

Pero ella era feliz porque, cada mañana apenas saliendo el sol; él venía siempre puntual; la acariciaba, la bañaba con agua que él mismo calentaba para ella; le ponía su heno y le limpiaba la cuadra. Siempre le traía alguna mañosería: una manzanita o alguna zanahoria, y le cantaba; a veces le recitaba. Pasaba horas contándole cualquier cosa, y ella lo escuchaba atenta, porque su voz; suave y grave, era como un bálsamo que le brindaba paz.

Luego, la ensillaba con mucho cuidado y, besando su nariz, la montaba y la sacaba a cabalgar por los linderos del gran colegio.
A ella le gustaba mucho correr, y cuando él notaba que deseaba hacerlo, le dejaba la rienda suelta permitiéndole llevarlo hasta donde dieran sus fuerzas.

Otras veces, lo hacía no por ella; si no por él.

Porque la furia, la frustración y la tristeza, que parecían ser una constante en su vida, se calmaban luego de llorar mordiendo un sollozo herido, mientras ella corría como el viento, llevándolo seguro sobre su maternal grupa.

Ella amaba a ese muchacho; desde que lo vio, pequeñito, por primera vez, lo amó; y se juró ser para él, lo que él le contaba que jamás había tenido: su mejor amiga.

Pero cuando lo veía feliz ¡cuán feliz era ella!

Ahora le hablaba de ella, de aquella graciosa niña pecosa que, parecía ser de alguna manera, el motivo de los pocos momentos de alegría de su muchacho.

Ella no entendía bien de lo que le hablaba; pero reconocía el nombre de la chica. Lo que sea que él le estuviera contando tenía que ver con ella, y le causaba una profunda tristeza.

- Mi padre no quiere escucharme, Theodora…- continuaba diciendo mientras la acariciaba – pero tú ya sabes que eso no es nada raro. Quiero ayudarla ¡tengo que hacerlo! Pero estando solo, no me quedan muchas opciones, sino una sola. Si no me voy, mi sola presencia continuará perjudicándola. He venido a despedirme Theodora, tengo que irme. No encuentro otra cosa que hacer para resarcirla.

Terry, permitió que Theodora limpiara sus lágrimas con sus caricias; él también acarició tiernamente sus crines y sus orejas.
Abrió de par en par las puertas de su establo; la ensilló delicadamente y besó su nariz. Se subió a su grupa y ella, no movió ni un pelo; porque con él, ella siempre era dócil y delicada.

- ¡Vamos Theodora! – gritó Terry, y ella adivinó en su voz herida, que una vez más era presa de esa terrible mezcla de dolor y frustración que había sido una constante en su vida.

A ella no se lo tenían que repetir. Con una orden de su muchacho, le bastaba.

Movió sus fuertes patas con toda la potencia de la que era capaz y salió disparada de aquel establo, llevando a su amado Terry sobre ella; y le habría gustado tener alas, como esos caballos de los cuentos que Terry le contaba a veces, para volar ¡Volar alto hacia el cielo! Y llevárselo con ella.

Desaparecer con él entre las nubes, hasta llevarlo a algún lugar donde no hubiera más dolor, ni más rabia. Donde quiera, que él pudiera ser feliz.

Esa fue la última vez que lo vio.

Cuando se dieron cuenta en el colegio que Terry ya no estaba, lo notaron porque los relinchos enojados de la yegua llamaron la atención de los jardineros. La cuadra de la yegua hedía terriblemente; el agua y el heno que Terry le había dejado, se había terminado hace tiempo.

Theodora miraba a todos los que llegaban, extrañados, a su lugar; como si con sus grandes ojos de ónix, les preguntara quiénes eran ellos y por qué Terry no estaba ahí.

Pasaron tres semanas entre que el colegio avisó al Duque que su hijo había desaparecido, y que él enviara a alguien a recoger a la yegua.
Los mozos que llegaron con el mayordomo de la villa, se asombraron de hallarla tan delgada.

No había querido comer nada de la mano de nadie desde que Terry se había ido. A nadie le extrañó; el chico se ocupaba de ella personalmente desde que era niño; así que Theodora no tenía más amo que él. Ella no tenía confianza en más nadie.

Cuando le pusieron su brida y la sacaron del colegio para meterla en un carromato que la llevaría de vuelta al palacio Granchester, ella buscó con su mirada a Terry; y no permitió que la metieran en ningún sitio hasta que se aseguró de que él no estaba ahí.

Corcoveó desesperada.

Cuatro mozos fueron pocos para intentar contenerla, la yegua se asalvajó de repente, cosa que nunca ninguno de ellos la había visto hacer.
Uno de ellos, en su temor por no poder controlar a la yegua, cometió un error garrafal: tomó un fuete y asestó un latigazo con toda su fuerza en el anca de la yegua.
Si pensó que con eso ella se domaría ¡qué equivocado estaba!

Al sentir el dolor quemante a su costado, la yegua relinchó embravecida y atacó a coces a todos los que tenía cerca.
Nadie pudo controlarla.

Las bridas se reventaron, y Theodora salió, corriendo a todo correr, absolutamente desbocada; con un hilillo de sangre corriéndole por el flanco, y haciendo resonar sus cascos  por las empedradas calles de aquel Londres que amanecía.

Las personas que, poco a poco iban poblando la capital inglesa, se asombraban de ver a aquella hermosa yegua blanca, corriendo como loca por las calles.

Sin tener un rumbo fijo Theodora corrió con toda su fuerza, durante horas.
Cuando logró tranquilizarse, había llegado a las afueras de la ciudad; se internó en un prado y se regodeó con el cielo azul que tenía delante, y con los aromas que le llegaban de la naturaleza.

Comió por primera vez en días y anduvo libremente, sin órdenes ni ataduras, por primera vez en su vida.

Dicen que los caballos tienen un sentido de orientación infalible, y que siempre terminan regresando al hogar que conocen.
Esta, no fue la excepción.

En los días siguientes, la yegua blanca fue vista en carreteras y campiñas.
Había un aviso sobre la yegua extraviada del Duque de Granchester, así que más de una vez tuvo que defenderse y huir de alguien que la quería atrapar. Nadie pudo.

Theodora había descubierto que era fuerte y brava; así nadie la podía. Ella no se iba a dejar.

Con el pasar de los días, un mozo dio aviso de que habían visto una yegua blanca, parecida a la del señorito Terry, andando por el prado que circundaba al palacio Granchester. Salieron a buscarla y una vez más, intentaron sin éxito atraparla.

Los mozos volvieron sin acatar las órdenes, y el Duque, que comenzaba a entender la situación, dedicó sus mañanas y su tiempo libre, a observar hacia el horizonte de su vasta propiedad.

Una mañana la vio; trotando a lo lejos en el prado. Hermosa y altiva; orgullosa como ella sola.
Las crines le habían crecido en las semanas que llevaba extraviada y el ejercicio al aire libre, la había vuelto aún más esbelta y musculosa que antes; era como estar viendo un caballo salvaje de las llanuras americanas; y sin embargo, era ella. La Theodora de su hijo.

Ella sabía dónde estaba; había buscado encaminar sus pasos hacia ahí, porque sabía que ese era el hogar de Terry. Ahí era donde lo había conocido, y ahí habían crecido juntos. No había pasado tanto como para no acordarse; pero no se acercaba.
Porque desde lejos, Theodora observaba que iba y venía mucha gente, pero ninguno era Terry.

Una mañana, reconoció al Duque, observándola a lo lejos.
Corcoveó confundida; le conocía pero no sabía si era seguro acercársele.

El Duque formó una rutina: cada mañana salía a las lindes del prado, y apoyado a las cercas de madera que delimitaban su propiedad, se dejaba ver por ella, que de lejos en quietud, lo observaba.
Con el pasar de los días, Theodora decidió acercarse.

Richard la vio venir, y creyó que había logrado su cometido; pero ella aún era prudente.
Richard la llamaba por su nombre; ese nombre que no escuchó nunca pronunciar a nadie más que a Terry, y su voz, aunque no era la suya ¡se parecía tanto!

Al final decidió acercarse a la cerca; se acercó a él, frotó su nariz a su rostro.
Y no, no era él, pero olía igual; y su voz sonaba similar cuando le hablaba con la misma dulzura, e incluso, con una tristeza parecida.

Habiéndose hecho amigos en poco tiempo, un día el Duque lo intentó; hizo que ella lo siguiera en su caminata hasta llegar a la puerta de la cerca, y la abrió de par en par para que ella entrara.

Si lo conseguía, eso sería todo. Theodora se dejaría conducir por él hacia las caballerizas, y la habría puesto a salvo.
No quería perderla; después de todo, era la yegua favorita de su hijo, y al final de cuentas, lo único que le quedaba de él.

Pero ella no se engañaba; Richard, aunque se parecía en mucho, no era Terry; y ella no entraría a un lugar donde no estuviera él.
Cuando vio la puerta abierta, Richard la llamó dulcemente por su nombre; le sonrió con una sonrisa parecida a la de Terry, y le extendió amablemente su mano, con dos terrones de azúcar; tentándola.

Theodora  se lo pensó; miraba hacia el prado dentro de la cerca, y el prado afuera de ella.
Parecían iguales, pero, no lo eran.

Ella de algún modo sabía que, si seguía a Richard y entraba por la cerca, no volvería a correr por el prado; la encerrarían de nuevo en una caballeriza; y tendría que quedarse presa ahí, esperando que alguien viniera a darle de comer, que alguien la sacara a caminar; y eso ella no se lo iba a aceptar a nadie más ¡A nadie! Solo a Terry.

Porque Terry era su amigo… su muchacho, al que ella cuidaba como él la cuidaba a ella.

Theodora dio dos pasos hacia atrás, y corcoveó nerviosa relinchando suavemente.
Richard entendió y, sonriendo resignado, cerró la cerca nuevamente.
Ella no se dejaría domar; del mismo modo en que tampoco se había dejado Terry…

Theodora se retiró en un ligero trote y, a mitad de camino se volteó a mirarlo, con el ónix de sus ojos calmo.
Richard la miraba marcharse pero, cosa rara, se detenía cada tanto y trotaba de regreso; se detenía de nuevo, y volvía a alejarse.

Más allá, relinchó fuertemente levantándose sobre sus patas traseras. Altiva y orgullosa, agitando sus crines blancas al viento.
Entonces Richard entendió, que no podía amarrar a Theodora; así como no había podido amarrar a Terry; y entendió además que, haberlo intentado; con él o con ella, había sido su peor error.

No lo intentaría más, y tampoco viajaría a América, como tenía planificado, para obligar a Terry (aún menor de edad) a volver con él a Londres. No lo haría.

No encarcelaría a Theodora… ni le haría a su hijo lo mismo que se había dejado hacer a sí mismo.

El Duque de Granchester se quedó ahí, apoyando su mentón sobre los brazos que reposaba sobre la cerca; mirando a la hermosa yegua trotar de un lado hacia otro; sin querer volver, pero sin terminar de irse.
Los mozos recibieron la orden de no intentar contener nuevamente a la yegua; que la dejaran andar por ahí; él estaba seguro de que ella nunca se alejaría demasiado, que no iba a volver a desaparecer; pero no la iba a volver a domar.

En secreto, le gustaba que fuera así; como igualmente en secreto, le gustaba que Terry ahora viviera como él quería vivir.
Así que, los dejó en paz a los dos, y él, siguió con la vida que había escogido.

Dicen, que todavía se suele ver a la yegua blanca por los prados del palacio Granchester; hace unos años un pequeño potrillo le acompañaba. Absolutamente blanco, como ella; pero con las crines muy negras; y más tarde, le acompañarían un par más.

Como cosa extraña, cuentan los lugareños que la campiña Granchester, es la única en toda Inglaterra, que tiene caballos salvajes, rodeando siempre sus linderos. Hermosos como pocos, corriendo a todo correr.
Libres, para siempre.





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Gracias por leer... Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 245289


ÍNDICE A MIS OTROS TRABAJOS EN ESTA GUERRA FLORIDA



A MIMICAT StEaRsGirL y a Fr1da les gusta esta publicaciòn

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igzell

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Niño/a del Hogar de Pony
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Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 355103 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 355103 me gustó leer este maravilloso escrito de la Theodoris*.
Fue doloroso verla extrañando de esa manera a su dueño,pasar hambre de esa manera ya que nadie mas que el terryto la cuidaba,luego verla libre y leer la reflexion que tuvo el duque en su intento de atrapar a la yegua xD

http://larojamelenaquesellevoelviento.blogspot.com/

Andreia Letellier

Andreia Letellier
Niño/a del Hogar de Pony
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Qué hermosa historia, tan emotiva e intensa... Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 774242 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 774242

Me encantó leer la perspectiva de Theodora, cómo amaba y cuidaba a Terry, correspondiéndole totalmente Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 123419

Qué tristeza su dolor de saberse sola, pero me encantó la manera en que relacionó al duque con su único amo y amigo, y fue bello leer esa reflexión de Richard, dejándola libre, justo como a su adorado Terry, fue la mejor muestra de amor que pudo darles... Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 87635

Siempre me pregunté qué habría sido de la hermosa yegua de Terry, me fascinó leerlo aquí Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 535481 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 535481

https://www.fanfiction.net/u/7428859/AyameDV

pollifrodi

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Niño/a del Hogar de Pony
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jajajaja siempre tan entretenida tus entredas wen. una hermosa historia mirada desde tehodora,, otr perpectiva,, realmente muy calida gracias Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 189452 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 189452 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 189452 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 189452 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 189452 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 189452 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 189452 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 233976 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 233976 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 233976 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 233976 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 233976 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 233976 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 70685 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 70685 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 70685 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 70685 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 70685 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 70685

cilenita79

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Niño/a del Hogar de Pony
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Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689 me la imagine, pobreee ella lo buscaba con la mirada, por todos lados... me mataste!


Me consuela saber que es libre, que al duque le cayera la teja <3 

Lady Letty

Lady Letty
Niño/a del Hogar de Pony
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Que hermosa historia y muy

Triste Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689 pobre de Theodora me imagino

Su tristeza al no estar con Terry Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689


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Rhodb

Rhodb
Niño/a del Hogar de Pony
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Qué bellos escrito de una potra hermosa Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 1575929057 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 754880 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 754880 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 10498 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 10498 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 413636 y es muy cierto lo qué dicen tu mascota te toma mucho cariño y uno ha ellos. Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 355103 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 355103 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 971718 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 971718 Wendolyn Leagan hermoso 😍

Drako

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Niño/a del Hogar de Pony
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Sublime Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 334740 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 355103 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 971718 me fascinó 👌👏🥰. Gracias Wendolyn Leagan 😊 y El fanart está divino 😍

Primrose

Primrose
Niño/a del Hogar de Pony
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Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 498689 Tan temprano y yo moqueando...me ha conmovido mucho este relato, nos hace pensar en las personas, animales o cosas que dejamos a nuestro paso, cómo la intransigencia y la falta de comprensión hacen daño a terceros, pues aunque Theodora es un animalito, siente, tla vez fue daño colateral pero al fin y al cabo daño pues se quedo sola también, su dueño y amigo la tuvo que dejar, lo único bueno de todo esto es que fue libre, al final aunque sin su amigo esta libre y ya no esta sola.

amor 79

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Niño/a del Hogar de Pony
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VAYA QUE BONITO  ME ENCANTO

Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 523232 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 523232 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 523232 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 523232 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 523232 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 523232 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 523232 Ataque conjunto Wendolyn y Pollifrodi; desde El Monasterryo... "¡LIBRE!" 523232

Maga Cafi

Maga Cafi
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

MUERO!!!! Que belleza de relato, te juro que me metí en cada palabra y sentí las emociones de la hermosa yegua. Al final, la mejor forma de redención del duque fue dejarles ser libres y amarles incondicionalmente. Gracias por compartir este momento tan lleno de sentimientos pero también tan tierno de nuestro amado rebelde 💐💐💐💐💐

Amethyst

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Niño/a del Hogar de Pony
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Qué linda historia y muy conmovedora💕

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

que belleza de relato y que lindo mensaje,al final el duque lo entendio y dejo libre a ambos... me encanto!!

Yuriko Yokinawa

Yuriko Yokinawa
Niño/a del Hogar de Pony
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Wow!!! un relato conmovedor. No había leído alguna historia en donde específicamente Theodora fuera la protagonista por así decirlo. Una reflexión acertada.

Kary Grandchester

Kary Grandchester
Niño/a del Hogar de Pony
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Awww desgraciaá!!! que lindura de historia, siempre me pregunte aue sería de Theodora, y he aqui una bella respuesta

Bravo

https://www.youtube.com/user/karinans?feature=mhee

ANJOU

ANJOU
Lakewood's Primrose
Lakewood's Primrose

Nunca había pensado en Theodora. Y vaya que le he dado vueltas a muchas cosas de la historia de Candy.

Es cierto que Terry la dejó.

Y es cierto que, aunque algo nos duela infinitamente, el mundo sigue girando.

¡Qué preciosa historia! Conmovedora. ¡Me encantó!

Gracias por darle esa perspectiva; ese final libre aunque doloroso hasta cierto punto.

Un abrazo,

Claudia Ceis

Claudia Ceis
Niño/a del Hogar de Pony
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Me he contagiado de la tristeza de Teodora al extrañar a Terry... Los cambios inesperados son difíciles de afrontar, pero me encantó leer que ella con su carácter salvaje se supo imponer inclusive sobre el mismo Duque. 
[size=37]Me conmovió la reflexión del duque.[/size]
[size=37]Disfrute mucho tu escrito, como cada uno de los anteriores.[/size]

Esmeraldagraham


Niño/a del Hogar de Pony
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Dios pero que belleza de historia!!! Tan emotiva, me imagino a Theodora preguntándose donde estaba su amigo, sufriendo por su ausencia, lo bueno de todo esto es que la yegua vino a darle una lección al duque, de que los dejara libre a ambos, a ella y a Terry, muchas felicidades y gracias por compartirnos tus letras 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼

Julieta Granchester

Julieta Granchester
Niño/a del Hogar de Pony
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. Que tristeza jamás se imaginaba uno por el sufrir de Theodora ,como no extrañarlo y la manera de conectarlo con Terry me fascinó y su padre de terry también la manera de imaginarse a su hijo en su forma de sentir a Theodora libre felicidades me conmovió mucho

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