Anthonyfic
El Romántico Enamorado
Por Mayra Exitosa
Capítulo 1
La Rebelde del colegio
Mis amigas siempre se quejaban de esos hombres que ya son a la antigüita, porque con poemas y melodías dedicadas pensaban conquistar a su chica amada, más la vida en la actualidad ya no hay de ese tipo de personas, el chico que quería a mi amiga, le declaraba su amor y la miraba intensamente, siempre le ayudaba en todo, sus tareas y todas las cosas que deseaba, le pagaba su refresco y en ocasiones invitaba también su almuerzo, un día vino un amigo de él, rebelde con chaqueta y un tatuaje en si cuello, la miraba de reojo y la consideraba una más, fumaba el cigarrillo de lado y sin importar que ella estuviera ahí contaminaba el aire de su alrededor y esa misma tarde ella em contaba que no podía sacarse de la cabeza a ese chico que la volvía loca, que le tenía en mente y que aunque la viera como poca cosa, ella estaba decidida a conquistarlo. Mala suerte para Tom, que durante meses le compraba de todo y la ayudaba con sus tareas, en cuando llego su amigo supo que ella estaba tras él, como siempre sucedía las chicas de ahora prefieren los ante esquemas del romance.
Tom se quejaba con Anthony y este le confirmaba que no era la chica adecuada, que la verdadera chica, lo valoraría, lo apreciaría por todo cuanto él le daba de su tiempo, de su apoyo escolar y sobre todo de esos detalles al comprarle hasta el almuerzo cuando tenía tan poco dinero y aun pagaba todo, con tal de que ella supiera cuando haría por su compañía. --- ¡Estás loco Anthony! Quieren chicos que las traten mal, que las ignoren y que no las pretendan, que les avienten el humo del cigarro si es posible y que ni les llame, mucho menos les dé regalos, las chicas de ahora no son como tu madre. --- No sería como mi madre, pero te lo demostraré, conquistare a la chica que tu elijas, y la haré mi novia, con detalles románticos, sin gastar ni un solo centavo y no solo hacerla mi amiga, sino mi novia. --- ¡No te creo! --- Elije a alguien y no desistiré de hacerlo.
Tom tenía a una chica que estaba más loca que todas las que conocía, era tan rebelde que lo había lazado en una ocasión y lo trataba como lazo de cochino si se dejaba, era marimacha, andaba en todo lo que los hombres hacían y ahora estaba en la misma escuela a donde Anthony había sido inscrito, por supuesto que le presentaría a Candy, siempre defendiendo el honor de sus amigas, la que todos odiaban porque no dejaba a solas a sus protegidas. Era una arbitraria, siempre andaba con ellas, lo seguro es que se daría de topes y le enseñaría a Anthony, que las mujeres son todas iguales, ninguna caerá con flores o chocolates, como lo hacían las de antes.
--- Está bien Anthony, el lunes te diré quien es la mujer a la que podrás conquistar. Una sonrisa maléfica se pintaba en el rostro de Tom, imaginaba que quisiera ver a Candy con una florecita en las manos diciendo “si me quiere, no me quiere” Como si eso fuera posible.
Anthony se encontraba tranquilo, tenía tiempo que no había estado en américa y su regreso era algo inesperado, inscribirlo en el colegio del pueblo fue por orden de Johnson que deseaba que tuviera amigos, más no podía recordar un día de felicidad, todos eran de tristeza y soledad, la partida de su madre, la de su tía abuela y ahora también la familia de sus primos habían perdido a su madre, pronto los traerían ahí, junto a él, no podía creer que estuvieran así las cosas, su padre estaba de viaje, estaba seguro que aun recordaba a su madre y visitarlo no estaba en su agenda.
Pero el reciente fallecimiento de la madre de los Cornwall, los haría sentir fatal, pues al menos la muerte de su madre ya había pasado muchos años, mientras que ellos siendo más grandes la habían perdido en un accidente y pronto estarían viviendo junto a él, recordando así que los tres ya no tendrían ese amor tan perfecto como era tener a una madre que no te encuentra defectos y enaltece tus virtudes, las lagrimas se le escapaban y buscaba que no lo viera Tom, era débil para él que un hombre llorara, pero como no recordar a su madre, si Tom jamás la había conocido, que sabía del amor, si el no tenía a alguien que lo abrazara de esa manera, Tom solo contaba con su padre y eso para él estaba bien, era un hombre rudo, y todos sus trabajadores tenían mujeres por montones, siempre chapados a la antigua.
Tom llegaba al colegio con una sonrisa radiante después de un fin de semana colmado de trabajo y tener que marcar a todo el ganado. Pero solo esperaba llegar al lunes y presentarle a Anthony la chica que tendría que conquistar, nada menos que la pecosa rebelde de toda la escuela, al defensora de las causas perdidas, la que se creía la viuda negra de Marvel y si no es que la misma capitana esa brillante, total ella siempre estaba buscándole pelea a todo aquel que osara dañar o frecuentar o quizás hacer sentir mal a la gordita de lentes, a la miedosa de cabellos negros, a la hija de la loca del pueblo o a los niños que apenas completaban con su lonche y alguien les exigiera dinero. Ahí estaba la super heroína del colegio, la que, si molestas a uno tonto, es porque te quieres meter en problemas con ella y estarías así odiado y vigilado todo el ciclo escolar.
--- Mira Anthony, es ella, la mujer que vas a conquistar, casualmente esta en el mismo grupo que tú, ¡dijiste que sin gastar ningún centavo eh! Tom sonreía satisfecho y Anthony miraba a la rubia bajita que lucía con su rostro culminado de pequitas, una mirada brillante y una preciosa sonrisa, era la niña más hermosa que había visto cursaba al igual que él el noveno grado y estaba seguro de que no había nadie que se le pareciera, tenía la personalidad gentil y una aura de suficiencia, como si no hubiera imposibles para ella. Solo de verla, no podía dejar de hacerlo. Mientras que Tom se iba a su salón el solo se quedaba hi, mirando su hermoso y acairelado cabellos, su delicado rostro y su menuda figura, no sería difícil conquistar a una pequeña tan hermosa como esa criatura.
Continuará