Candy sentía que no podía respirar, algo le oprimía el pecho, trato de levantarse, pero al abrir los ojos se dio cuenta de que se encontraba debajo del joven con el que había chocado y su cabeza estaba en medio de sus senos, aunque el trato de sostenerse y no caer, el peso de su cuerpo lo venció.
- ¿Te lastime preciosa? - Le dijo en un murmullo mientras levantaba la cabeza - Venias como un huracán y me llevaste de encuentro, lamento haber caído de esta manera.
Ella estaba muy nerviosa, no podía articular ni una sola palabra, ni siquiera presto atención al hecho de que ese chico cayera sobre su pecho, su rostro se encontraba rojo lo cual resaltaba más sus pecas, sentía tan cerca la respiración de aquel joven, una mezcla de menta con tabaco salía de sus labios.
- Déjame ayudarte - Él se levantó y le estiró una mano, Candy se sujetó con fuerza y logró incorporarse, se sacudió el vestido que llevaba puesto, se acomodó la chamarra y levanto del suelo su pequeña cartera color canela, sus rizos también estaban alborotados más de lo acostumbrado.
- Muchas gracias... Yo... bueno discúlpame, corría distraída y no me di cuenta que estabas parado aquí ¿Te encuentras bien? – Trató de mantener la mirada fija en él, pero sus nervios la traicionaban y bajo la mirada hacia sus manos – De verdad lo siento...
- Descuida, a pesar de que siento como si me hubieran atropellado estoy bien, pero creo que tú eres la que se llevó la peor parte – El levanto su pulgar hasta la comisura de los labios de Candy y la tocó suavemente, el choque fue algo violento y causó que el labio de ella sangrara, metió la mano a su bolsillo y saco un pañuelo de color crema – Aquí tienes, te servirá para que puedas limpiar tu pequeña herida o la gente pensara que eres una vampiresa que anda por ahí succionando sangre.
Esas palabras causaron que la joven soltara una carcajada algo ruidosa - ¿Una vampiresa? ¿Qué harías si lo fuera?
Él no se esperó que aquella joven con aspecto angelical o al menos eso aparentaba le diera esa respuesta, le sonrió de medio lado y se acercó hasta ella, se encorvó para estar a su misma altura, retiro un mechón que colgaba en su mejilla, tomó el pañuelo y empezó a darle leves toques en su labio inferior para limpiarle la sangre.
-"Tienes unos labios carnosos y parece que están listos para ser besados, creo que mi imaginación me va a traicionar” pensó. Solo pasaron unos minutos, pero para ambos fue más tiempo de lo transcurrido, sonreían con sus miradas, la química que sentían era impresionante ya que nunca antes se habían visto.
- ¿Me dirás tu nombre pecosa? O mejor dame el número de tu celular – Nadie la había llamado así antes y ese apodo le causo algo de gracia, cuando estaba por responder a su pregunta a lo lejos Candy escucho unos gritos desesperados, era Archie – "¿Por qué gritas tanto?"- Pensó... ¡Oh no! ¡Mi vuelo! Debo irme.
Se dio media vuelta y quiso correr, pero sintió que algo la detuvo cogiéndola del brazo – Espera, llévatelo, tu labio sigue sangrando, tal vez algún día nos veamos de nuevo y me lo puedas devolver.
- Lo más probable es que nunca nos veamos – dijo Candy mientras cogía el pañuelo, sintió rosar los dedos de aquel joven y al instante una electricidad los invadió a ambos.
- No creo en las coincidencias, estoy seguro que te volveré a ver y cuando eso pase te robare un beso... ¡Hasta pronto!
Aquel extraño de pelo largo y ojos azules se dio media vuelta, levanto su mano con una pequeña maleta que llevaba y lo puso al hombro, con la otra mano le lanzo un beso volado, ella se quedó ahí mirando sin decir nada, esas últimas palabras la dejaron atónita.
– ¡Candy! Tenemos que irnos ya o ahora si nos deja el avión, para nuestra suerte el vuelo se retrasó unos minutos, ¡Vamos Candy! – Era Archie, su novio que la llevaba de la mano como si fuera una niña traviesa llevada por su padre para impedir que esta escapara.
Veía que los labios de él se movían, pero no era capaz de escuchar o prestar atención a lo que decía, su mente estaba en las últimas palabras del extraño que conoció hace unos instantes "Te robare un beso" ... Sin darse cuenta levanto la mano que tenía libre y se la llevo a sus labios, ¡Aún tenía el pañuelo entre sus dedos! Lo apretó y lo guardo en su pequeña cartera.
Ya a bordo del avión en sus respectivos asientos Archie se acercó a ella, la tomo por la quijada haciendo que levantara su rostro para darle un beso - Pero ¿Que te paso? ¡Tienes una herida en el labio! ¿Qué paso Candy?
Él siempre fue muy sobre protector y amoroso con su gatita como la llamaba, se conocieron desde niños gracias a que sus padres eran amigos cercanos, fueron a la misma escuela desde el kínder, aunque en un principio solo había amistad en ellos poco a poco se fue desarrollando un sentimiento de amor o eso era lo que creían ambos hasta ese momento.
- Mientras corría tras de ti tropecé con un muchacho y me caí, supongo que el choque hizo que me lastimara un poco el labio, pero no es nada grave, estoy perfectamente bien como puedes verme.
- Lo siento gatita, me desesperé por llegar rápido al avión y no me di cuenta que tú estabas tratando de alcanzarme, fui muy descortés – Le dio un suave beso en los labios para no lastimarla – Prometo que seré más considerado contigo, ahora que estaremos lejos tus padres me encargaron cuidarte y no quiero romper la promesa que les hice, después de todo lo que han pasado no quiero que nada malo te suceda, ya suficiente tiene William con lo de Anthony y tu abuela para que por mis descuidos sufras algún accidente.
Candy puso una cara de risa y pena a la vez, siempre se sintió un poco abrumada por la desmedida preocupación y protección que sentía su novio hacia ella, fueron tantas veces las que le dijo que no debía de hacerlo porque ella sabía cuidarse muy bien, pero al final termino resignándose a su forma de ser de él. No quiso sentir tristeza al escuchar el nombre de su hermano, ese dolor era algo con lo que a diario tendría que vivir así que no era la primera vez ni la única que alguien le mencionaría el tema.
- Todo está bien Archie, no fue tu culpa, no pasó nada grave solo fue un accidente, la persona con la que tropecé me ayudo a levantarme y fue cordial conmigo – No le mintió al contarle lo sucedido en ese encuentro, pero si omitió algunos detalles como el coqueteo, la cabeza de ese chico en medio de sus pechos, la atracción que sintió por él y la promesa del beso robado – "no debo angustiarme por el beso que dijo que me dará, jamás lo volveré a ver así que todo está tranquilo, para que contarle a Archie algo que no sucederá y que solo lo harán hervir de celos" pensó.
El vuelo fue largo, seis horas y media en el aire, Stear estaba unos asientos detrás junto a los hermanos Leagan, todos ellos eran buenos amigos. En secreto Eliza y Alisteir tuvieron algunos encuentros cariñosos como ambos lo llamaban, ninguno de los dos quería una relación, así que eran amigos con derechos, nadie sabía de aquel amorío, para ellos era mejor así. Por su parte Neal vivía enamorado de Annie y estaba más que contento de saber que estarían en el mismo colegio, no importaba si tenía que hacer lo que ella quisiera, ya lo había hecho una vez y tuvo resultados.
- ¡Candy! ¡Despierta! Hemos llegado...
Saliendo del aeropuerto les esperaba la movilidad exclusiva del colegio para llevarlos de inmediato al resintió escolar.
En el trayecto Archie recibió una llamada que hizo que su estado de ánimo cambiara por completo, se puso feliz con un niño pequeño recibiendo su regalo esperado.
- ¡Qué bueno es saber que vendrás! Al fin te presentaré a mi gatita, ¡Nos vemos en la cárcel!
-"¿De qué cárcel está hablando Archie y quién vendrá?" - Candy estaba asombrada, muy pocas veces había visto tan emocionado a su novio... - "¿Será otra chica?" - pensó....
Continuará...