TERRY
Al llegar a mi habitación me saqué toda la ropa y me fui a dar un baño, reflexione en todo lo que le había hecho a Candy, aunque disfrute de sus besos, las palabras que utilice con ella la lastimaron. Ninguna compañera del colegio antes me había atraído tanto como ella, encendí otro cigarrillo y mientras me tumbaba en la cama.
Recordé que Karen me dijo que fuera a buscarla quería presentarme a los amigos de Stear, en el camino al San Pablo la escuche hablar por celular con uno de ellos, a Stear lo conocí el año pasado, escapamos juntos en varias ocasiones para divertirnos en los bares de la ciudad y salimos victoriosos de una que otra pelea en las calles londinenses.
Al llegar a la sala de entretenimiento vi a mi hermana, se encontraba junto a unos chicos, pude reconocer a Stear, Candy y la amiga con la que se confesó en el bosque, pero también vi a un chico al costado de Candy, la sujetaba por la cintura – “Ese debe ser su novio… aún sigue con el” -pensé que ella era diferente, pero me equivoqué... Empecé a sentir celos y no entendía el porqué.
Decidí llegar lo más relajado posible hasta donde se encontraban - Karen ¿Hasta qué hora te voy a esperar? Le dije con la voz más calmada que pude utilizar. Todos voltearon a verme con sorpresa, pude observar la cara de espanto de Candy al darse cuenta que era yo quien hablaba, se puso pálida, me suplico con la mirada que no dijera nada de lo ocurrido entre los dos. Mi hermana se puso de pie y empezó a presentarme a cada uno de ellos, me sentía cabreado no era mi intención simpatizarles, mi objetivo era Candy y estaba a punto de lograr que le pusiera fin a su patética relación con su novio.
Candy se levantó de inmediato, estaba nerviosa, musito algo entre dientes a su amiga pelirroja, su novio también se puso de pie, me extendió la mano y me dijo - mucho gusto Terrence.
No le correspondí el saludo, lo miré fijamente y le dije - No puedo decir lo mismo Cornwell, no es un gusto conocer al novio de la chica que quedó rendida ante mis besos y caricias hace tan solo unas horas.
Pude ver como su rostro se tensaba, sus ojos se tornaron oscuros y percibí que se me abalanzaría en cualquier momento - ¿Que has dicho Grandchester? - preguntó.
- Me parece que tu novia no se atreve a hablarte con sinceridad - le respondí, el soltó con brusquedad la mano de Candy, pero no dijo nada. La miró de soslayo esperando una respuesta, después de unos segundos de silencio Candy tartamudeo un poco y dijo - ¡De ... Déjame explicarte! las cosas no fueron como Terry lo dice.
"Pobre imbécil" pensé, de pronto Cornwell me lanzo un golpe fulminante en el pómulo, haciéndome retroceder varios pasos atrás, no recuerdo que me hiciera daño, pero la fuerza con la que me impulso pudo ser de unos dos hombres. Sin embargo, soy muy diestro en cuanto a peleas, le lance una patada en el estómago y unos cuantos puñetazos en el rostro logrando que el tipo se estrellara contra el piso y empezara a sangrar por la nariz. Mientras tanto Stear me sujeto por la espalda para impedir que continúe golpeando a su hermano, otros alumnos se acercaron para alentarnos a continuar la gresca. Pude notar que Candy se quedó inmóvil, solo nos observaba tapándose la boca con las manos, en ese momento llegaron las monjas.
- ¿Qué sucede aquí? – dijo la hermana Gray - Vayan todos de inmediato a sus habitaciones, esto no es un espectáculo digno de ver – Recorrió con sus enormes ojos todo el salón y dijo – Tu Y Grandchester a mí oficina.
Cuando estábamos en su oficina, la hermana Margaret trajo un botiquín de primeros auxilios y empezó a curarnos las heridas, mi labio inferior estaba reventado, pero él tenía la cara hinchada y algunos moretones que se empezaban a formar.
- Este es un colegio respetable jóvenes, nunca antes he presenciado un acto como el que acaba de ocurrir el día de hoy, nos enorgullecemos de formar perfectos caballeros y respetuosas señoritas, no vándalos, no voy a permitir que ustedes vengan a manchar la buena reputación del Real San Pablo, no llamare a sus padres Cornwell por ser la primera y espero que sea la única vez de este actuar tan vergonzoso. En cuanto a usted Grandchester, tengo la esperanza de que algún día entre en razón y cambie su comportamiento.
Después de su larga reprimenda nos mandó a nuestras habitaciones, no sin antes dejar enfatizado que teníamos prohibido salir el fin de semana y tampoco podríamos estar en el salón de entretenimiento por una semana entera. Cuando estábamos en la puerta, llego Albert, nuestro tutor - pero ¿Qué diablos hiciste esta vez Grandchester? – me dijo, puse los ojos en blanco y emití un bufido – Hablaremos después, ahora debo tratar de calmar a la rectora, ve a tu habitación Grandchester y tu Cornwell a enfermería – Nos miramos las caras y la adrenalina volvía a aparecer en nuestras miradas.
- Me las pagaras Grandchester, no quiero que te vuelvas a acercar a Candy ¿Me oíste? – sus palabras alimentaban mi cólera nuevamente, fruncí el ceño y le respondí – Es Candy quien viene a mí – Nuestros cuerpos se tensaron nuevamente con aquellas provocaciones que ambos nos lanzábamos.
- ¡Basta los dos! A tu habitación Grandchester, pasare por ahí en un momento – dijo Albert.
Ya en mi habitación decidí darme otro baño, dejé las luces apagadas. La ventana del balcón estaba abierta para que salga el humo de los cigarrillos que fumaba, al salir del baño pude percibir una silueta femenina en la oscuridad, trate de hacer el menor ruido posible, me acerque lentamente, para mi sorpresa era Candy, una sonrisa lujuriosa se dibujó en mis labios.
- ¿Has venido a curar mis heridas? – le pregunte, Candy dio un sobresalto, giro hacia mí con nerviosismo, tenía puesto un buzo ceñido al cuerpo lo cual resaltaba su figura. Me acerqué unos centímetros, pero ella de manera instintiva retrocedió.
- Lo lo siento Terrence… me equivoqué de habitación, pensé que era el cuarto de Archie – Su voz temblaba al emitir cada palabra, se lamió sus labios carnosos por el nerviosismo que presentaba, me lanzo una mirada tímida y al darse cuenta que estaba envuelto con una toalla, giro su vista hacia la ventana.
- ¿Archie? - Le respondí, nuevamente los celos me invadieron, en ese instante algo oscuro se encendió en mí, la mire con deseo, ella quiso escapar, pero la empuje contra la pared y le tape la boca con una mano para evitar que gritara, rose su rostro con la mano que tenía libre, podía sentir los latidos de su corazón en mi pecho, me perdí unos segundos en su mirada y le dije – Jamás olvidaras esta noche Candice.
Última edición por Pashca Graham el Dom Abr 18, 2021 5:41 pm, editado 1 vez