Los próximos capítulos los actualizare en wattpad, nos vemos pronto
7.- VENGANZA
TERRY
Abro la puerta fingiendo tranquilidad para no levantar sospechas en Albert, aunque en mi interior quisiera matarlo por haberme interrumpido con Candy.
Lo veo directo a los ojos y le pregunto - ¿Quieres pasar o has venido a darme las buenas noches?
-¡Déjate de tonterías Grandchester! esta vez fuiste demasiado lejos ¿Qué carajos tienes en la cabeza? Ponte algo decente, conversaremos en mi oficina - dice frunciendo el ceño.
La idea de conversar con él en estos momentos no me agrada, aún tengo una erección, pero tengo que dar tiempo a Candy para que pueda huir... por esta vez.
Me pongo una sudadera negra y unos jeans gastados para dirigirnos a su oficina y una vez más recibir el sermón del buen Albert. Sé que él tiene buenas intenciones, es mi amigo y quiere ayudarme a cambiar.
-Albert agradezco tus intensiones, pero no estoy de humor para sermones - saco un cigarrillo y lo enciendo sin la más mínima vergüenza delante de él - mejor vamos a un bar por un whisky.
-Terry... en verdad estoy preocupado por ti, tu actitud no ha cambiado desde la última vez que hablamos... sigue igual, ahora no solo buscas problemas fuera del colegio sino también con tus compañeros. Hable con Cornwell y me contó que estás filtreando con su novia y no contento con ello fuiste tú quien propicio la pelea.
-¡Joder! Albert, no daré cuentas de mis actos a nadie, así que mejor no te involucres en este asunto – el me mira preocupado, apoya la cabeza en su espaldar y vuelve a hablar.
-Sabes que no soy el clásico profesor, en más de una ocasión hemos ido por la ciudad a tomar unos tragos, charlamos por horas y la pasamos bien incluso en compañía femenina, pero esta vez estas metiéndote en un problema serio. Esta pelea por una mujer acabará mal Grandchester, ella tiene novio, es diferente a las chicas que te coges para pasar un buen rato y aunque físicamente se parezca un poco a Susana, no creo que sea como ella, ya debes superar lo que pasó.
No pude evitar golpear el escritorio de Albert al escuchar ese nombre nuevamente, toda la calma que intentaba mantener se esfumó por completo.
-¡No vuelvas a nombrar de nuevo a esa maldita mujer! - le dije mientras apagaba mi cigarrillo en su sofá.
Me prometí olvidarla y estaba seguro que lo haría, Candy era una más que se sumaría a mi lista, jugaría lo suficiente con ella hasta aburrirme y luego la dejaría como a las demás.
-No la involucres en esto Terry… no te servirá de nada vengarte en una inocente, acabarás lastimándola o peor aún puedes terminar enamorándote de ella.
No quería seguir escuchando las estupideces que Albert decía, así que me puse de pie y me dirigí a la puerta.
-No hablare de ese tema y mejor no se entrometa profesor Ardlay - lo mire de soslayo y expresé - No te preocupes por tu sofa, mañana le diré a mi padre que te mande uno nuevo.
No escuche lo último que decía Albert mientras cerré la puerta, lo único que quería en ese momento era tomar un trago para olvidar... Y tal vez luego volver a buscar a la pecosa que me estaba volviendo loco.
Cuando llegué a mi habitación me encontré con Stear.
-Terry, quiero hablar un momento contigo - espeto acercándose rápidamente - No voy a defender a mi hermano, porque él puede hacerlo solo, pero si quiero que sepas que Candy no merece ser lastimada, estoy enterado de lo que pasó entre ustedes y aunque no conozco mucho tu historia con Susana sé que encontraste a tu nueva víctima en Candy.
"Definitivamente hoy todos confabularon sin saberlo para recordarme a esa perra" pensé.
-Lárgate Stear, yo no me meto en tus asuntos y espero lo mismo de tu parte, ¡No te metas en los míos!
Ya adentro observé una nota pegada en el espejo que decía - TE ESPERO EN EL ESTABLO - una sonrisa se dibujó en mi rostro, definitivamente esta mujer quería jugar conmigo, aunque se mostraba inocente e indignada era igual a Marlow... ¿Cómo fue que estuve a punto de sentir lástima por ella? Me dije.
Guardé un preservativo en mi bolsillo y me escabullí por el balcón para no ser descubierto.
En el camino empecé a fantasear con Candy, mi cuerpo la deseaba en demasía y mi entrepierna empezaba a ponerse dura de solo pensarla.
Levante la mirada y pude observar que en el establo había una luz tenue, apresuré el paso, pero al estar más cerca escuché risas y voces que provenían de ahí.
Me acerque sin realizar ruidos y mire por una rendija, lo que vi me dejó sin palabras, dentro estaba Candy semidesnuda sentada a horcajadas sobre Cornwell, él tenía sus manos en la espalda de ella recorriéndola de arriba hacia abajo, definitivamente quería que los viera follar.
Inmediatamente me vino a la mente una escena similar de seis meses atrás, mi cuerpo empezó a temblar por la ira que recorría por mis venas, ella quería vengarse de mi por la forma en que la traté y utilizó a su estúpido novio... " Lograste despertar al animal que llevó dentro Candice" pensé mientras el deseo de hacerla paga por esta humillación se incrementaba.
Lance un silbido para que se detuvieran ante el temor de ser descubiertos por alguien, luego me dirigí a la puerta del colegio, debía salir de ahí o mataría a golpes a Cornwell.
Si ella pensaba que me había ganado, no podía estar más equivocada, esa noche bebí nuevamente hasta quedar casi sin sentido, con suerte logré llamar a Albert para que me buscara y llevara de vuelta a mi encierro.
Me dolía admitir que por un momento creí en ella, fui un tonto al pensar que una mujer podía ser sincera.
Los días pasaron mientras yo seguía en las sombras de mi habitación, necesitaba demostrarle que no se libraría de mi tan fácilmente, nadie volvería a jugar conmigo nuevamente. Quise utilizar a Karen para llegar a Candy, pero mi hermana no me lo permitió, se había hecho su amiga así que no contaba con ella.
Fue entonces que decidí esperar pacientemente a que ella viniera a mí, solo era cuestión de tiempo, así como tuve el presentimiento de que volvería a verla cuando nos conocimos, ahora tenía la misma sensación y esta vez sería perfecto... Nadie podría salvar a la dulce Candy.
Empecé a asistir a una que otra clase debido a la insistencia de mi padre, de esa manera me enteré de la fiesta de bienvenida que se haría a los nuevos alumnos.
— Todos deben asistir disfrazados al salón de recepciones para este tipo de eventos, la fiesta empezará a las seis de la tarde — fueron las indicaciones de la hermana Gray.
Asistí una o dos veces a este tipo de fiestas, no me atraía lugares llenos de personas, pero esta vez pensé que podría encontrar algo divertido, además era mi último año en este encierro... Al fin sería libre y podría volver con mi madre.
No tuve noticias de Candy por días hasta que llego Karen emocionada con las compras de ropa que llevaría puesto ese día.
— Terry te compre el disfraz perfecto, ¡Serás un pirata! — gire los ojos mientras la escuchaba hablar, no le preste más atención hasta que escuche que la nombró.
— Candy será la más bella de todas...
No fui a la presentación, preferí quedarme en mi habitación bebiendo... Ya estaba cambiado y literalmente parecía un pirata, el olor a ron hacía completa la caracterización.
Fui en busca de Theodora para cabalgar un momento y poder calmar a los demonios que llevaba dentro, llegué hasta la fuente de agua escondida en lo más profundo del bosque, en ese sector se encontraban unas aulas abandonadas, cuando me sumía en demasiada tristeza solía ir ahí para que nadie me encontrara.
Mientras ataba a mi yegua a un árbol escuche unas voces unos metros más allá de donde me encontraba, era Candy, realmente se veía hermosa, llevaba puesto el disfraz de una diosa griega, su tela transparente dejaba muy poco a la imaginación. Junto a ella estaban dos idiotas, la miraban con deseo y se relamían los labios.
— No se atrevan a tocarme idiotas… ¿Por qué me trajeron a la fuerza a este lugar? ¿Quién los mandó? — balbuceaba Candy retrocediendo para no ser atrapada.
CONTINUARA...
EMPIEZA EL SIGUIENTE CAPITULO
8.- MÍA
CANDY
Me arrepentí de traer puesta esta ropa, ya tenía suficiente con despertar los deseos de Archie y ahora estos dos tipos me tenían prácticamente secuestrada.
Flashback
— Eres la mujer más bella Candy — me decía Archie mientras me daba un suave beso. ¿Crees que ahora si podremos terminar lo que empezamos en el establo?
Mi corazón se aceleró por su propuesta, pero no porque deseara lo mismo, no podía mentirme a mí misma, los besos y caricias de Terry me dejaron huella, una vez más él tenía razón, deseaba ser suya aun en contra de mi razón.
Mi plan funcionó, Eliza siguió a Terry hasta el establo, y de esa manera pude saber que él me vio en los brazos de Archie, aunque no hice el amor con él estoy segura que Terry lo creyó, fue la mejor manera de humillarlo, no volví a verlo, era como si no estuviera en el colegio.
Me sentí triunfante, pero a la vez mi cuerpo reclamaba su pasión.
"¿Qué diablos me sucedía? ¿Cómo podía desear a un hombre que casi me ultraja? ¡Debo estar loca!" pensé, traté de aferrarme más a Archie, pero no funcionó. No volví a sentir lo mismo por él y no era correcto seguir utilizándolo.
Tomé la decisión de terminar nuestra relación.
— Archie quiero hablar contigo — una expresión de asombro apareció en su rostro, tal vez imagino que aceptaría su propuesta de inmediato – está bien – me respondió, nos dirigimos juntos a la puerta de salida del gran salón, había mucho ruido ahí así que le dije para que hablemos afuera.
En medio camino se nos acercó Neal y le dijo a Archie que Stear necesitaba de su ayuda, estaba vomitando.
— Te espero afuera — le dije, me dio un beso en el dorso de mi mano y dijo que no tardaría, lo vi alejarse en la compañía de Neal.
Afuera hacía frío, por los nervios olvidé ponerme mi abrigo, quise volver por el, pero unos pasos me detuvieron.
— Pensé que tardarías mucho más tiempo — mencioné, como era de noche no podía ver bien, quise acercarme, pero una mano me tapó la boca, sentí que otro sujeto me levantó por los pies, quise gritar, pero no pude.
Me cargaron por varios minutos hasta adentrarnos más en el bosque, en el camino escuché su conversación…
- Te daremos una buena bienvenida perra… te conviene estar quieta o te ira peor – No podía creer lo que me estaba sucediendo.
De pronto me tiraron al pasto, por la forma en que caí se rompió el taco de uno de mis zapatos, no pude reconocerlos, no sabía si eran estudiantes de otros años, familiares o completos extraños.
FIN DEL FLASHBACK
- No se atrevan a tocarme idiotas… ¿Por qué me trajeron a la fuerza a este lugar? ¿Quién los mandó? — fue lo primero que se me ocurrió preguntar, por instinto empecé a retroceder y rogué que alguien me ayudara en ese instante.
- Nos han dicho que eres nueva, hemos venido a darte una calurosa bienvenida – espeto el tipo más alto de los dos.
Trate de buscar con la mirada algo con que defenderme, cuando note una sombra entre los arbustos que nos rodeaban.
- Dos hombres en contra de una mujer no es justo caballeros, si es que se le puede llamar así – Era Terry quien hablaba, estaba vestido de pirata - ¿Qué les parece si se enfrentan conmigo? Si ustedes ganan se quedan con ella, pero si gano yo, se largan de inmediato del colegio.
¿Era mi salvación o mi ruina? Terry se puso delante mío dándome la espalda, como protegiéndome de ellos, uno de ellos respondió – amigo ¿Por qué no la compartimos los tres?
- No acostumbro a compartir lo que es mío y menos con idiotas – dijo Terry con la arrogancia de siempre, uno por uno se le vino encima, imagine que se sintieron ofendidos por las palabras de Grandchester, pero el resultó más hábil que los dos juntos, les repartió de golpes en el estómago y en la cara dejándolos privados de dolor.
- ¡Largo de aquí! – grito – Si los vuelvo a ver, no tendrán la misma suerte hijos de perra – los dos sujetos se pusieron de pie con dificultas y empezaron a correr.
- Me encontraba al borde de las lágrimas, no sabía si agradecer o huir de ahí también, Terry estaba eufórico, como nunca antes lo había visto.
- Te… Terry, yo… quiero darte las gracias – el seguía parado dándome la espalda mientras me escuchaba.
- No agradezcas Candice, yo en tu lugar también correría, no pienses que te salve de ellos, seguramente los provocaste con tus artimañas de zorra que manejas muy bien y luego te arrepentiste – Me quede con la boca abierta escuchándolo hablar, empecé a temblar y no era por el frio.
- ¡Corre Candice! ¡Corre! – gritó Terry muy fuerte, aunque corrí con todas mis fuerzas él me alcanzo, me cargo con la misma facilidad de siempre y me puso sobre su hombro, grite y golpee su espalda para que me soltara, pero no lo hizo, nadie escucho mis gritos porque estábamos demasiado lejos de la parte habitable del colegio.
Entramos a cierto lugar que parecía un aula abandonada, me bajo de su hombro y me dio un beso muy demandante, hasta podría decir que fue doloroso, me apretó por la cintura y me junto a su cuerpo, esta vez sí pude darle una cachetada en mi defensa.
- ¡Perra! – dijo mientras me miraba con un fuego en sus ojos, era tan profunda su mirada que podía sentir que me quemaba - ¿Acaso piensas que tus cachetadas me detendrán? Todo lo contrario, Candice, me encienden más, ten por seguro que esta vez nadie te podrá salvar.
Me arrincono hacia la pared y me inmovilizo sujetando mis manos, separó mis piernas con su rodilla y pego su frente a la mía.
- Querías que te viera follar con el imbécil de Cornwell ¿Verdad?, ¿Crees que él es mejor que yo?
- No lo creo…estoy segura que él es mejor que tú en todo sentido, ahora déjame ir o te arrepentirás Grandchester – desde la última vez que me sometió a su voluntad decidí que lucharía hasta liberarme de él.
Su respiración se hizo más agitada, sus músculos se tensaron y pude sentir su erección palpitar en mi entrepierna.
- Tienes la habilidad de llevarme al límite zorra – a penas termino de hablar sentí la fuerza que utilizo para rasgar mi vestido por la mitad dejando al descubierto mis pechos, en ese momento comprendí que él no estaba jugando.
- Ahora tendrás la oportunidad de comprobar si él es mejor que yo Candice – espeto mientras besaba mis senos.
- ¡Terry detente por favor! – le suplique – todo fue una mentira mía, jamás tuve sexo con él ni con nadie, ¡Digo la verdad!, – le exprese con lágrimas en los ojos, mientras observaba que el bajaba su cremallera para sacar su prominente miembro, seguí forcejeando y suplicando, pero el no escucho, su aliento a ron me mareaba por momentos cuando me besaba. Le mordí el labio como último intento para que me dará ir.
- Hagas lo que hagas, igual te follare – exclamo, su labio empezó a sangrar, pero él no se detuvo, me cargo para acomodarnos en el piso – te dije que me las pagarías Candice – fueron sus últimas palabras antes de romper mi braga para tener acceso a mi femineidad.
- ¡Así no Terry, de esta manera no! – le dije mientras le daba de golpes que para él parecían como caricias.
De pronto con un movimiento inesperado me penetro provocándome el dolor más grande que pude sentir hasta ese momento, una mezcla de dolor físico y mental – ¡Nooo! – grité con todas mis fuerzas, deje caer mis brazos al suelo y no dije más, sollozos salían de mí.
Su expresión era de desconcierto, se quedó quieto, mirándome fijamente a los ojos, seguía dentro mío, empezó a darme embestidas mientras y unos gemidos escapaban de sus labios, sentirlo solo aumentaban mi odio hacia él, luego de unos minutos derramo su semilla en mí. Salió de mi interior, se sentó a mi costado, bajo la cabeza y me dijo – perdóname Candy…
CONTINUARA…