CAPITULO 3
DESCONSIERTO TOTAL.
Voy corriendo por los pasillos de la universidad, ya se me hizo tarde, todo por culpa del tal Terry, giro por uno de los corredores y todo mi ser se impacta con algo que me manda directo al piso, << ¿porque todo lo malo me pasa a mí? ¿Por qué?>> pienso.
─¡Auch! ─ Me toco con una mano mi cadera, sí que me dolió.
─ ¿Estas bien? ─Escucho una voz preocupada.
─Si estoy bien ─ Mi vista se topan con un bello hombre rubio, de rasgos bien definidos, sus ojos son azules como el cielo, sus cabellos dorados como el sol me quedo embobada al ver su sonrisa que adorna su rostro, ¡es sumamente guapo! ─ ¡Lo siento! venia corriendo, es que se me hizo tardísimo.
──No te preocupes, la culpa es mía, venia distraído y no te vi lo siento de verdad.
─Bueno la culpa es de los dos. ─Le sonrió amablemente.
─Déjame y te ayudo a ponerte de pie. ─Toma mi mano y cuidadosamente me ayuda a levantarme, me ayuda a recoger mi mochila y me la entrega.
─Gracias, eres muy amable.
─ ¿a qué clase vas? ─Me pregunta el rubio hermoso. Su sonrisa es angelical en su rostro.
─A Historia de la literatura, con el profesor Harris.
─Que casualidad voy a la misma clase.
─ ¡En serio! ─Le contesto sorprendida.
─Vamos, yo te guio. ─Comenzamos a caminar por el pasillo. ─Mi nombre es Anthony ─Me extiende su mano, la cual tomo. Me pregunta ─ ¿Cuál es el tuyo?
─Candice, pero me puedes llamar Candy.
─Mucho gusto Candy.
Cuando llegamos a la puerta del aula el profesor ya está impartiendo su clase, por suerte la puerta se encuentra abierta, esperamos el momento adecuado para interrumpirlo y pedirle permiso para entrar. El profesor solo nos hace una seña con su mano para que entremos, divisamos dos lugares en la segunda fila del recinto, uno al lado del otro, nos dirigimos a ellos de manera silenciosa, saque mi cuaderno y mi bolígrafo para tomar notas. Me sentí realmente cómoda con Anthony, es de esas personas que irradian un aura paz y tranquilidad, que siempre te regalan una sonrisa.
La clase paso demasiado rápido, será porque el profesor habló de mi escritor preferido, el célebre dramaturgo inglés William Shakespeare, me encantan sus obras, sus sonetos y sus poemas.
Las sonrisas y las pláticas en tono bajo con Anthony durante la clase fueron espontaneas. Él de repente tocaba mi brazo o recargaba momentáneamente su cabeza en mi hombro, se me hizo una persona de lo más tierna y dulce. Aunque a veces durante la clase sentí un escozor en mi nuca, un calor que subía y bajaba, en ese momento no sabía porque me sentía de esta manera, hasta que termino la clase y vi salir a Terry del aula, cruzo la puerta sin mirar atrás. Algo dentro de mí se entristeció, no sé por qué.
No he visto para nada a Terry en estos días, parece que me evita, ya no va a buscar a Eliza a la residencia estudiantil, como era su costumbre. No sé qué pensar, es un chico tan voluble. Algunas veces solo lo miro de lejos, lo acompaña una chica rubia y por supuesto Eliza.
Han pasado los días y las semanas, Anthony se muestra muy atento conmigo, nunca me deja sola, bueno solo cuando tiene sus clases. Porque cuando terminan, me busca de inmediato o en los intermedios se las ingenia para pasar a saludarme siempre con una bella sonrisa.
En algunas ocasiones pasa por mi dormitorio y vemos una película romántica o una de terror que le encantan. Hemos salido juntos a comer, cenar o simplemente a tomar un helado. Con Anthony me divierto mucho, me encanta estar con él. Es un ser hermoso, que comienza a gustarme. Cuando Anthony llega a mi dormitorio Eliza, siempre lo ve de pies a cabeza, siempre lo recibe con una sonrisa fingida.
No sé qué pasa con ella, conmigo se muestra muy amable y hasta cariñosa, pero con las personas que me rodean es una arpía. Un día Anthony paso a mi dormitorio a buscarme, toco la puerta y Eliza abrió.
─Brower, ¿otra vez tú por aquí?
─Hola Eliza, esta Candy.
─Salió a darse una ducha.
─Entonces la espero. ─Sin invitación previa Anthony entro.
─Dime ya llegaste con Candy a segunda base.
─Eso no es tu incumbencia. No todas son como tú.
─ ¡Eres un idiota! ─Eliza enojada tomo su bolsa, se encamina hacia la puerta.
─Eliza ten cuidado con lo que haces, no te atrevas a meterte con Candy. ─se escucha la risa de Eliza desafiante. Se vuelve y lo observa fijamente.
─No deberías preocuparte por mi Brower. Hay más personas interesadas en tu dulce Chica. ─se gira y sale por la puerta donde un fuerte portazo, riéndose a carcajada abierta sin darle oportunidad a Anthony de contestar.
Me encuentro a Eliza por el pasillo aun riendo.
─ ¿Ya te vas? ─Le pregunto.
─Si cariño, te esperan en la habitación. ─habla fuerte, como si quisiera que todos los residentes la escucharan.
─Gracias Eliza. ¿Dime cual es el motivo de tu felicidad?
─Estoy muy complacida querida, con la noticia que me acaba de dar Brower.
─ ¿Cuál noticia?
─Quiere que su relación pase a algo más que salidas amistosas y manitas sudadas. ¡Me entiendes verdad!
─No Eliza, no te entiendo.
─Eres una linda bebe, tan ingenua.
¡Necesitas despabilarte cariño!. Bueno me voy, no quiero ser mal tercio, me quedare a dormir en la casa de Terry, pásala bien querida.
─Mis ojos la observan marcharse.
CONTINUARA......
ESPERO QUE LA LECTURA HAYA SIDO DE SU AGRADO