Capítulo 3: Un amigo
Esperar a que la fila conformada por los estudiantes que requerían de una merienda a esa hora, requería de paciencia, cuando finalmente ya no hubo nadie más, Terry se acercó a la señora que estaba encargada de repartir la comida.
-Buenos días Valentina –saludó
-Buenos días Terry, ¿cómo estás?
-Muy bien, por fin empezaron las clases
-Me alegra verte otra vez por aquí –ella se inclinó en el mismo lugar en el que estaba para buscar algo y luego se irguió mientras extendía sus manos - toma, estas naranjas te van a gustar, están bastante jugosas y dulces
-Muchas gracias, eres muy amable
-No te preocupes, ¿deseas que te dé algo más para comer?
-Por ahora estoy bien, ya volveré para el almuerzo
-Habrá puré de papas con albóndigas, ¿quieres que te guarde un plato?
-Sería estupendo, me encantan esas albóndigas que preparas
Valentina le sonrió, a lo cual, el castaño le correspondió de igual manera y luego se dio media vuelta. Sin querer, sus ojos se encontraron con otro par de color verde esmeralda, le dedicó una sonrisilla y luego se fue del comedor. Al salir observó el cielo, estaba despejado y la temperatura estaba en el perfecto punto medio, no hacía demasiado calor ni frío.
-¡Terry! –escuchó la alegre voz de su amigo y luego sintió que pasaba un brazo sobre sus hombros- ¿cómo estás? –lo abrazó por un momento
-Me extrañaste –respondió divertido el castaño
-Por supuesto, y precisamente te encuentro ahora, ¡que casualidad!
-¿Vas a pedirme algo? –preguntó Terry alzando una ceja
-Digamos que necesito algo de ayuda con el taller de teatro
-¿Te nombraron presidente?
-Así es pequeño Terry
-No soy pequeño –se quejó
Albert soltó una carcajada y luego hizo unas señas con las manos simulando medir a su amigo para comparar las estaturas.
-Es cierto, ya has crecido, pero aún no me alcanzas
-No voy a ayudarte con nada
-Es broma, es broma –repitió burlonamente
-Al grano, Albert
-Como te decía, ahora que soy el presidente del taller, necesito organizar las actividades que presentaremos durante la semana para que los estudiantes nuevos puedan conocernos un poco más y me gustaría que más gente se inscriba para estar con nosotros
-¿Qué es lo que quieres que haga exactamente? –preguntó Terry
-¿Crees que puedas hacer una pequeña presentación?
-¿Todos los días?
-Sí, será bastante breve, nada muy elaborado
-Espero que tengas preparado para mí, un buen papel
-De hecho, tengo más de uno –le sonrió
-¿No dijiste que solo haría una presentación?
-Claro que sí, pero no significa que debas repetir todos los días al mismo personaje
-Albert, siento que me estás utilizando
-Claro que no te estoy utilizando, solo pienso que eres un elemento esencial para atraer un poco más de público femenino
-Si ese es tu objetivo, entonces deberías interpretar tú mismo a esos personajes, no olvides que incluso las chicas formaron su propio club de fans, ¿cómo era que se llamaban? Las Albertfans o algo así…
-Terry no exageres –le dio unas palmaditas al hombro de su amigo- esos eran solo rumores
-Sí claro, como si nadie lo supiera
-Ya, ya, pronto encargaré que formen un club de fans para ti también –le guiño un ojo
-Déjame adivinar, ¿serán las Terryfans?
-Claro que no, creo que sería mejor algo como… ¿terrytanas?
Ambos se miraron y comenzaron a reír imaginando como sería un club de fans conformado por chicas que estuvieran enamoradas de Terry.
-Ya basta Albert, harás que me sonroje –bromeó
-Bueno, regresando al tema principal, te decía que sería bueno que me ayudes, no dudo de mis habilidades en el teatro, pero no podré hacerlo en esta ocasión ya que debo dirigir la actividad en general
-Está bien, lo haré, pero dime a qué personajes tienes pensados darme
-Estaba pensando hacer un mix para atraer mucho más público
-Está bien, entonces cuento contigo, gracias por aceptar Terry
-No te preocupes, por cierto, ¿cómo te fue en tu primer día hasta el momento? ¿qué te parece ingresar a primer año de preparatoria? No te vi en ninguna de las aulas de primero, ¿dónde estabas?
Terry bajó la mirada y frunció un poco el ceño mientras aún caminaba, dejó salir un suspiro, el tema incómodo había llegado, aunque no era tan difícil contárselo a su mejor amigo, pues lo peor era tener que estar bajo las decenas de miradas que se habían posado en él desde que había llegado al internado esa mañana.
-Bert, no… no pude pasar de año –el silencio reinó por algunos segundos- mi padre encargó que cursara otra vez el último año de secundaria
-Pero tus notas estaban por encima del promedio –contestó Albert con un evidente gesto de confusión- nos la pasamos estudiando demasiado para los exámenes finales
-Eso no dicen las calificaciones de la libreta que el internado generó
-¿A qué te refieres?
-Mi padre y yo discutimos antes de que las libretas fueran entregadas, ya puedes imaginar que todo su sermón fue en base a lo que ocurrió con ella… y con Carlie, por eso encargó a la hermana Grey que cambiaran mis notas para que jalara de año y volviera a cursarlo
-Eso… no puede ser, es incorrecto
-Lo sé, pero ya sabes que Richard tiene del pescuezo a la monja, le dijo que si no obedecía a su requerimiento, tendría que buscarme otro internado y retirar el apoyo económico que brinda al San Pablo
-Ya veo, para tu padre no existen imposibles
-Sí, ya sabes cómo es, a veces desearía irme con mi madre
-¿Cómo te fue en estas vacaciones con ella?
-Bien, estuvimos juntos en su casa, fuimos de compras, paseamos, hicimos innumerables picnics y un par de reuniones en su casa, me presentó también a uno de sus amigos, aunque sospecho que están saliendo, pero no quiso contarme los detalles
-Bueno, no creo que tu madre quiera presentarte a un novio, tendrá sus motivos
-Sí, la entiendo, pero en serio, en muchas ocasiones pienso que es una desgracia que mi padre tenga la custodia y solo pueda ver a mi madre de vez en cuando –pasó las manos por su cabello para retirar el mechón que le cubría la frente- mi mamá dice que intentó volver al juzgado para reclamar mi custodia ahora que cumple con los “requisitos” necesarios para tenerme, pero el maldito juez también está bien sobornado por Richard y nadie va a mover un dedo, así que solo me queda cumplir los dieciocho para poder largarme de casa
-Ya veo, aunque pienses en este momento que todo lo que ocurre puede ser negativo, piensa en que esto está pasando porque quizás la vida te tenga preparado algo y tú aún no lo sabes
-Espero que tengas razón Bert, o de lo contrario, sentiría que esta situación carece de sentido cada vez más
-No digas eso Terry, vamos, anímate, recuerda que me tienes a mí y a tu hermosa madre
-Deja de pensar en mi madre de esa forma
-¿De cuál forma? –preguntó Albert
-No te hagas el tonto –le respondió al tiempo que le daba un codazo en las costillas
-¡Auch! –reía por lo bajo- solo tengo una duda más, ¿en qué está trabajando ahora Eleanor?
-¿Recuerdas que estaba en una tienda de joyas?, pues la ascendieron para que sea gerente y ya no vendedora, ahora dice que la siguiente meta será abrir su propia tienda
-Seguro que le irá bien, ese carácter que tiene combinado con su imponente presencia, la van a ayudar
Terry fulminó con la mirada a su amigo y este solo le mostró su brillante sonrisa.
Continuará...