Capítulo 6: ¿Susana?
Una semana había pasado en el San Pablo, Candy estaba merodeando sola por los alrededores del internado, hasta que llegó a la pequeña colina que había descubierto antes. Se recostó cerca al árbol que se encontraba ahí, miró hacia un costado y se dio cuenta de que había un narciso en el suelo, lo levantó y comenzó a observarlo detenidamente. Lo acercó un poco hacia su pequeña nariz para sentir el aroma mientras cerraba los ojos.
-Hola, pecosa –Terry apareció caminando con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, ella frunció el ceño al escuchar de nuevo aquel apelativo
-Buenos días cretino –respondió al tiempo que se incorporaba para estar sentada
Él soltó una carcajada, hecho que a la muchacha le hizo gracia también, Terry se sentó al lado de Candy y tomó la mano en la que sostenía la pequeña flor para poder observarla también.
-¿La arrancaste? –le cuestionó
-No, ya estaba así cuando la encontré, probablemente el viento la haya tumbado
-Los narcisos crecen fácilmente y no requieren de cuidados tan complejos, pero es una lástima que vivan tan poco, con suerte alcanzan un mes de vida en este lugar
-No sabía eso, ¿eres conocedor de las flores?
-No, más bien sobre estas –sus ojos se posaron en las flores que parecían saludarlo al estar completamente abiertas- son mis favoritas
-Ya veo, ¿te recuerdan a algo? –la pregunta hizo que Terry dudara por un segundo en si respondería o no
-Sí –dijo- cuando era niño, mi madre solía cultivarlos en la casa en la que vivíamos
-Entonces ella te heredó el gusto por estas florecitas
-Algo así –sonrió, esta vez parecía expresar la tranquilidad que se siente al recordar algo agradable- ¿y qué haces hoy por aquí?
-Quería venir a relajarme un poco, me gusta la vista que hay aquí
-Siento que ya había escuchado algo así antes, creo que fui yo quien te lo dijo si mal no recuerdo –comentó con cierta ironía
-Pues tenías razón, aquí se siente todo más tranquilo
-Creí que no volverías
-¿Por qué? –no hizo falta que aquella pregunta fuera respondida, recordó lo ocurrido en la anterior ocasión y rodó los ojos- Ah… bueno, fuiste un malcriado al creerte dueño de este lugar y decirme que me acostumbrara a la peste de tus cigarros
-Pero solo estaba bromeando –soltó una risilla- creí que lo entenderías
-Me pareció tonto lo que dijiste
-Lo sé, lo siento por haberte incomodado
-¿Seguirás fumando?
-Por supuesto, pero evitaré hacerlo cuando estés tú, ¿te parece bien?
Ella solo se encogió de hombros y desvió la mirada, lo que él acababa de decir parecía indicar que le tenía cierta consideración por haberle dicho que evitaría hacer algo que a ella le incomodaba. Quizás, después de todo, no era tan arrogante como creyó en un principio.
-Y dime, ¿A qué taller te inscribiste? –preguntó él
-Al de fotografía, me llama bastante la atención, aunque teatro… también parecía ser una opción tentadora
-¿Y por qué no te decidiste por teatro?
-No lo sé, creo que no tengo el talento
-Pero podrías aprender, así como hice yo, ¿Qué te pareció mi interpretación de Romeo?
-¿Cómo sabes que fui?
-Te vi al final
-Creo que lo hiciste bastante bien
-¿Solo eso?
-Sabes que hiciste una buena interpretación, seguramente te lo dicen a menudo, de lo contrario, no tendrías tanto público o todos esos aplausos, ni qué decir de las chicas que quedan maravilladas al verte
-¿Y tú? ¿También quedaste así?
-Por supuesto que no –respondió con una expresión de molestia
-Cuando frunces tu nariz, se te notan más las pecas –le dijo Terry
-Pues a mí me gustan mis pecas
-Lo sé, imagino que te dedicas a coleccionarlas
-Pero qué gracioso estás
Ambos intercambiaron algunos comentarios más antes de despedirse e ir cada uno por su lado.
Pronto la semana estaba finalizando, Candy se encontraba alistando todas sus pertenencias para que al día siguiente se pudiera levantar temprano e ir a su casa, estaba ansiosa por encontrar a sus padres. De esta forma, cumplió con lo planeado y tan pronto como se había ido, ya volvía al San un lunes, estaba camino hacia su salón, con Archie al costado, se adentraron en el aula. Sus ojos divisaron rápidamente a un Terry que se hallaba sentado en el mismo pupitre que había escogido la primera vez que lo vio. Él la miró y le sonrió, ella agitó la mano saludando.
-Gatita, ¿Qué fue eso? –preguntó Archie al percatarse de aquel intercambio de comunicación que no tuvo palabra alguna
-Solo saludaba a Terry
-¿Terry? –cuestionó ciertamente sorprendido- ¿has estado hablando con él?
-Un poco
-Bien… solo te puedo decir que es mejor que no te acerques demasiado a Grandchester
-¿Por qué?
-Es problemático, arrogante, rebelde, a veces se cree el dueño de todo lo que le rodea, agresivo y tantas otras cosas más, pero la lista es interminable, no vale la pena enumerar cada uno de sus defectos
-¿No crees que estás exagerando un poco? –le preguntó ella
-No lo creo, de todas maneras, eres libre de hacer amistad con quien tú desees, solo recuerda que debes tener cuidado con él y evitar meterte en problemas, como aquella vez en que todo terminó mal con Susana
-¿Susana? ¿Quién es?
-Era la novia de Terry –le susurró Archie
-¿Y por qué dices que todo terminó mal?
-Es una larga historia Candy, pero todo acabó tan mal… la pobre murió y hasta ahora no se ha logrado esclarecer las circunstancias exactas en que todo pasó
-Buenos días jóvenes –saludó el maestro que entraba al aula
La conversación se dio por finalizada, el maestro se presentó y comenzó a dictar la materia correspondiente. Aunque Candy no pudo prestar demasiada atención, puesto que las palabras de su amigo la habían dejado pensativa y con cierta curiosidad por saber más acerca de aquella muchacha llamada Susana.
Continuará...
Qué tal chicas? cuéntenme en los comentarios, qué creen que pasó con Susana? leamos teorías!